Calidez
...
– Y después fui a comer con ellos en el regreso, jugamos a las escondidas y más cosas.— hablo un niño de alrededor de cinco años pelirrojo de pecas, estaba muy abrigado llevando también consigo una mochila de dinosaurio —.
– ¿Enserio? Suena tan divertido, de seguro te la pasaste muy bien con ellos, verdad? — contesto un hombre de piel blanca y el pelo negro teniendo gafas estando igual que el niño abrigado tomándolo de la mano al pequeño —.
– ¡Si! Son muy amables conmigo, la maestra también. Me dio una estrellita por contestar bien las preguntas de matemáticas que me dijo. — respondió alegre el pequeño señalando la estrellita que tenía en la frente con una gran sonrisa mostrando que le faltaba un diente —.
– Cuando lleguemos a casa se lo contamos todo a papi, si?.
– ¡Si si si!. — se soltó el menor adelantándose al adulto pero no estando tan lejos saltando y gritando de la emoción —.
– Je je calma Pico, puedes caerte. — dijo con algo de preocupación hacia el pequeño pero igual mirándolo con ternura —.
– ¡Vamos papi! ¡Quiero ya llegar a la casa con papi John!. — fue corriendo Pico hacia el tomándolo de la mano jalandolo para que caminara más rápido —.
Apresurando el paso por culpa de el menor, corrían por las calles que estaba mayormente cubierta de nieve, todo sin excepciones tenía nieve: los carros estacionados, los edificios, negocios que había por la zona, etc... Además de estar decorados por luces a causa de las épocas festivas que se acercaban.
Después de caminar por un largo rato llegaron a una zona donde había algunos edificios de departamentos, no eran tan altos, apenas alcanzaban seis pisos. Entraron saludo el hombre al guardia y a las personas que había en la entrada del lugar, solo un saludo rápido ya que aún era jalado por el pequeño que estaba ansioso por llegar con su padre. Paro la emoción del pequeño deteniéndose cercas de las escaleras para subir a los demás pisos, al lado de estás había pequeños buzones en donde fue a buscar si tenía algún correo.
– ¡Vamos papi Steve! ¡Quiero llegar ya con papi!.
– Calma, solo déjame ver si llego algo. No tardo nada te lo prometo.
— poniendo una cara de puchero para que su padre se diera más deprisa, pero paro aquel acto al girar notando que iba un niño de pelo azul acompañado de su madre quitándose en solo un segundo aquella cara estando de nuevo feliz — ¡Keith! ¡Hola Keith!.
— el niño de pelo azul volteo a verlo levantando y moviendo su mano en manera de saludarlo teniendo una gran sonrisa —.
— Steve, volteo a ver aquel pequeño junto con su madre teniendo varias cartas a la mano que estaba revisando — Hola señora Taylor.
– Buen día señor Grounds. — contesto la amable mujer siendo de igual pelo azul pero más bajo que su hijo —
– Ya termine cariño, vámonos. — teniendo cartas en una mano acercó la otra a su hijo —
— tomo la mano de su padre despidiéndose con la otra de niño de pelo azul — ¡Adiós Keith!
— regreso saludo el pequeño Keith — ¡Beep!.
– Que tenga buen día señora Taylor.
La mujer regreso igual la despedida llendose cada padre con su hijo; Steve subiendo por las escaleras y la mujer retirándose del edificio. Subieron hasta llegar al último piso caminando por el pasillo hasta el final de este parando en una puerta, Steve, saco las llaves abriendo con esta la puerta aunque está no se abrió por completo ya que parecía que había algo que paraba la puerta.
— soltó un pesado suspiro en manera de fastidió — ¡John!.
– Ya voy, ya voy. — se escuchó una voz dentro del departamento, tomo esta persona una caja que impedía la entrada en su totalidad haciendo que por fin logrará entrar Steve con el niño —.
– ¿Aún no acabas? ¿Cuántas cajas te faltan?. — dijo con algo de molestia hacia su pareja dejando las cartas en la barra de la cocina —.
– No muchas, creo... Tal vez.... ¿Cinco? Son todas nuestras cosas, las cosas de Pico ya están en su habitación.
– ¡Papi! —se lanzó el pequeño abrazar a John, abrazándolo de las piernas donde alcanzaba —.
– Hey, que tal cariño? — al verlo creció en el una gran sonrisa cargandolo — ¿Cómo te fue en tu primer día de escuela? ¿Golpeaste alguien?.
– Je je no, todos fueron muy amables conmigo y me fue bien.
– Espera. ¿Golpear?. — interrumpió la conversación entre estos dos mirando principalmente a John con el ceño fruncido estando recargado en la barra —.
– Eh... Es algo entre nosotros dos. — respondio sin voltear a ver a Steve teniéndole un poco de miedo de verlo de frente haciendo que su sonrisa fuera de nerviosos —.
– Si me llaman de la dirección tú irás.
– Sin problema, no le tengo miedo a esa mujer.
– Eso no demostrabas cuando ibas a inscribir a Pico a esa escuela. — comento Steve teniendo una cara burlona hacia John —.
– Tienes que reconocer que si daba algo de miedo ese día.
– Como digas, Pico el agua está caliente, ve a bañarte en lo que preparamos la comida para ya comer.
El pequeño obedeció, bajando de los brazos de su padre llendo corriendo al baño. Quedando solo John y Steve, que el antiguo capitán se mostraba algo molesto de brazos cruzados siendo visto por Steve con una mirada coqueta.
– ¿Molesto?. — lo abrazo del cuello colocando una pierna suya en medio de la entrepierna de John —.
– A-algo... — dijo rojo de la pena sin mirar a su pareja —
Steve, coloco una mano en el pecho de su esposo bajando está poco a poco hasta llegar hasta pasarla por todo el pecho haciendo que John lo volteara a ver rápidamente con un poco de molestia y pena, Steve solo reía pareciendole tierno la acción de su esposo provocando que lo abrazara siendo correspondido. Se miraban por unos segundos hasta que se daban el uno al otro uno que otro beso y un apodo cariñoso estando los dos con un ligero sonrojo pero aún así, disfrutando de aquel momento.
Pasando el tiempo, llegó la noche. La pequeña familia ya había cenado, hasta había llegado la hora de dormir, todo el lugar ya estaba a oscuras salvo las luces de los cuartos de Pico y sus padres, el pequeño Pico ya estaba preparándose para dormir acomodando este su cama junto a sus peluches, sus padres solo lo veían con ternura como el niño estaba de un lado a otro por su habitación, les resultaba tan tierno ver a ese pequeñin en toda su habitación. Terminando de acomodar y ya estando acostado en su cama le desearon buenas noches al niño apagando la luz de la habitación cerrandola.
Fueron a su habitación preparándose para dormir, John se quitaba la ropa poniéndose solo un pantalón que usaba de pijama y Steve igualmente se iba caminando quitándose las prendas una por una.
– Entonces... ¿Llevarás a Pico mañana?. — pregunto quitándose las gafas dejándolas en el tocador que había en el cuarto sentandose esté ahí estando en puros boxers —.
– Si, ya haz trabajado mucho esta semana... Es hora de que tengas un descanso. — respondió John mirándolo de reojo mientras preparaba la cama para dormir —
– No pasa nada cariño. — comento poniéndose una camisa que le quedaba algo grande —.
— sin aviso, abrazo por atrás a su esposo haciendo que el de gafas se sorprendiera provocando que creciera un pequeño rubor en sus mejillas — Claro que sí, se que es pesado trabajar y todavía ir a terapia antes de recogerlo... Por eso estoy aquí, para ayudarte. — con una mano tomo la de Steve, viéndose en la cara de ambos una de dolor —.
– ... Eres tan dulce...
– Es mi trabajo. Solo quiero que logres superar eso... Créeme que daría lo que fuera por qué... Jamás te hubiera pasado. — dijo con tristeza y sufrimiento aferrándose más a el —.
Levantó la mirada, viendo enfrente del espejo, coloco sus manos en los brazos de John haciendo que en su cara creciera una calida sonrisa para luego solo escucharse — Gracias cariño... — siendo respondido por el ex-capitan — Para eso estoy aquí, sunshine —.
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El silencio y la oscuridad dominaban el departamento, solo había pequeños rayos de luz que salían de los espacios tan diminutos que dejaba la cortina sin cubrir de la ventana, apenas se escuchaba uno que otro carro pasar, era una paz tan hermosa, tan... Increíble. Pero no podía tener el.
Podía ver todo oscuro, empezó a sudar del enorme miedo que empezaba a sentir, porque esa oscuridad lo perturbaba tanto? Se iban escuchando unos pequeños quejidos y alguien forcejear, junto con el sonido del choque como de dos cuerpos, al abrir los ojos podía ver entre borroso a ese hombre. Se despertó de golpe viendo a todos lados y con el corazón agitado, afortunadamente era otro sueño más, solo soltó un pequeño suspiro y se levantó de la cama saliendo de su cuarto con mucho cuidado de no despertar a John que seguía dormido.
Se dirigió a la cocina sirviéndose un vaso de agua dándole a este un gran tragó, sus nervios iban bajando afortunadamente, solo era otra de las tantas pesadillas que ya tenía, afortunadamente ya eran con menos frecuencia.
– ¿Papi Steve?. — se escuchó la voz como de un pequeño —.
— Steve, se dio media vuelta dándose cuenta que trataba de Pico, este estaba con su pijama de dinosaurio abrazando un peluche de conejo rosa, al verlo creció una tierna sonrisa por verlo, dejo el vaso en la barra acercandose y agachándose al nivel del niño — Cariño, ya es tarde. ¿Que haces despierto a esta hora?.
– Tuve una pesadilla, salí del mi cuarto para ir con ustedes y justo te vi que saliste del tuyo. ¿Tu qué haces despierto a esta hora papi?.
– ... También tuve una pesadilla como tú.
– ¿Los adultos también tienen? ¿Y que soñaste papi?.
– Son cosas mías, no te preocupes...
– Si quieres puedes dormir conmigo, para que no tengamos miedo los dos.
– Buena idea, vamos.
Se levantó tomando la mano de Pico dirigiendose a la habitación de este. Entraron siendo una habitación muy colorida, había varias figuras de dinosaurios y peluches, también había estrellas de plásticos pegadas en la pared y el techo que brillaban con la oscuridad.
Pico, solto a su padre llendo a su cama para acomodarla, al terminar hizo un gesto con su mano de invitar a su padre con el acercándose para acostarse, igualmente el pequeño se acostó abrazando a Steve junto a su peluche sin antes taparse con la cobija. Steve, empezó andar pequeñas caricias en el pelo del pelirrojo, al hacer esto el niño empezó a tararear una tonada que llamo la atención de su papá.
– Que linda canción, de dónde la escuchaste cariño?. — pregunto el mayor hacia el pequeño mientras acariciaba su pelo —.
– No lo recuerdo muy bien, solo recuerdo que alguien de pelo blanco me la cantaba. — contesto entre dormido Pico —.
– ¿Pelo blanco...?. —dejo de acariciarlo al escuchar la respuesta de su hijo quedando en un estado de shock —.
– Sip, tenía una voz muy linda.
Quedando en congelado por las palabras que le había dicho Pico, volvió acariciar su pelo para quedar al poco rato ambos dormidos...
Pasando alrededor de una hora, Steve, salió de la habitación con cuidado de no esperar al niño pelirrojo que estaba profundamente dormido, así igual salió del departamento sin antes tomar un suéter que estaba colgado en la entrada en un perchero. El edificio estaba iluminado por una suave luz fría que era aún de la noche y a duras penas del sol que apenas estaba saliendo para amanecer, subió las escaleras llegando hasta la cima del lugar.
Se encontró con su esposo que estaba sentando en el suelo mirando el paisaje, se acercó sentandose al lado suyo.
– Sabía que ibas a subir.... ¿Otra vez... Verdad?.
– Si... Aunque ya son con menos frecuencia. De toda una semana ya solo tengo... Cuatro...
– ¿Y antes?.
– ... A quien engaño, estoy igual que antes. No puedo... Simplemente no puedo superarlo.
— tomo la mano de Steve haciendo que esté lo mirara confundido — Lo lograrás sunshine. Yo sé que podrás.
John, abrazo a Steve haciendo que esté le correspondiera el abrazó escuchandose a los pocos segundos los sollozos del de gafas haciendo que su esposo lo abrazara con más fuerza.
– Te prometí una vida mejor y eso haré...
– Ya lo estás haciendo cariño.
Se separaron un poco dándose un beso corto pero a la vez tierno regresando al abrazo diciendo ambos un dulce "Te amó" aferrándose aún el uno al otro.
....
Salió el sol empezando un nuevo día para la familia, John llevaba a su hijo a la escuela mientras Steve iba a trabajar como siempre lo solía hacer, sonaría gracioso que el antiguo capitán de una guerra era ahora amo de casa que solo cuidaba aquel niño que encontró en esa isla que solo vivía el caos, así fue el caso para John, no era lo que esperaba pero para el su vida era perfecta. Para la pareja lo era aunque les dejo cicatrices su pasado.
Pero trataban de tener y darle la mejor vida a su hijo. Solo querían vivir como una familia cualquiera... Y lo estaban logrando.
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