-¿Qué debería hacer contigo, inútil Auron? ¿Qué se siente ser pisoteado y humillado por alguien como yo? ¿Ya entendiste tu lugar?-Preguntaba Doofenshmirtz mientras sonreía.

Su principal propósito se estaba yendo, ahora mismo aprovechaba el tiempo que tenia de sobra para burlarse y descargar su ira escondida por años.

Auron ni siquiera hablaba, o más bien no podía, no hace mucho le había cosido la boca, si hablaba dolería. Quería mandarlo a la mierda o gritar del dolor, pero si lo hacia abriría su boca y dolería mil veces peor.

-Te dejaré a tu elección. Pronto se van a cerrar las heridas con el hilo aún allí, dolerá más si te lo quitas así... O puedes hablar hoy, de cualquier manera, dolerá. ¿Qué crees que debería hacer para la próxima? ¿Dispararte con un arma? ¿Hacerte tragar una mina? ¿Será que sobrevivirás a eso? Sí... debería probarlo...-

-¡N-No creo que sea necesario, señor!-

Doofenshmirtz dejó de ver a Auron y miró al otro científico, Harry.

-No recuerdo pedirte tu opinión.-

-Solo... Opinaba que no será necesario hacer eso.-

-¿Porqué? ¿Acaso dudas que salga bien?-

-No, Señor. Pero... ¿No cree que sería mejor seguir con su plan inicial? Su medicina es milagrosa, pero no debería arriesgarse a... Perder al sujeto.-

-...Tienes razón. Aunque, lo pensaré. Sí sigue mostrándose tan salvaje, no tendré de otra que hacerlo "Explosivo".- Dijo para luego reír.

Harry dio un suspiro, más aliviado.

Nunca le gustó la idea de participar, si Omar supiera lo que está pasando, no se quedaría quieto tampoco, pero él, no era Omar. Solo se atrevía a asentir y seguir a Doofenshmirtz.

Pero no podría detenerlo por mucho tiempo, así que se decidió por hacer algo al respecto, aunque sea de manera indirecta.

Salió del laboratorio y escribió una carta a computadora. Imprimió la hoja y salió de allí.

Llegó a las murallas del héroe Luzu y dejó la carta en su buzón, para luego irse rápidamente.

No podía dejar pistas.

Solo rogaba que Luzu se de cuenta.

Luzu estaba haciendo unos hotcakes, quería terminar de preparar el desayuno antes de levantar a su querido Auroncito.

Ahora que lo pensaba... ¿Qué lo hizo buscarlo? ¿Simplemente lo recordó un día o como?

Pero, ahora que hacia memoria...

Luzu había terminado de alimentar a sus animales. Era un grandioso día.

Decidió salir de su hogar y ver el buzón, no sea que se pierda algo.

Al llegar, vio una carta y la miró.

"De Auron."

Al leer ese nombre, un ligero dolor de cabeza le había llegado. Sin embargo sonrió, era su amado Auroncito... Ahora que lo recordaba, ¿Cuándo fue la última vez que lo vio?

Entró a si casa y abrió la carta para comenzar a leer.

"Querido Luzu, ha pasado un tiempo desde que nos vimos... ¿Crees que podamos vernos pronto? Me gustaría, ven a verme.

Att. Auron."

No esperaba algo tan corto. Pero era Auron después de todo, y el no era un poeta, así que no se molestó en absoluto.

Sonrió y entro a su casa para prepararse y salir a casa de Auron.

¿Porqué dejó de verlo o hablar con él? No lo sabia. Solo sentía una necesidad enorme de verlo. Como si... Tenerlo lejos doliera como el infierno.

-Le preguntaré por la carta en otro momento...- Murmuró. Sí Auron estaba encerrado, ¿Cómo hizo y envió la carta?

Termino de preparar el desayuno y lo puso en la mesa, para luego ir al cuarto para buscar a Auron.

-Auron.-Llamó, mientras lo movía un poco.

-...¿Luzu?...-

-Ya despertaste... Debes tener dolor de cabeza, has bebido tanto y...-Luzu dejó de hablar al ver la expresión de Auron.

Miraba todo extrañado, luego se tocó los brazos y el rostro, buscando alguna herida o algo. Luego miró a Luzu y de sus ojos comenzaron a salir varias lagrimas, no paraba de temblar.

-¿Auron?...-

Antes de poder decir algo, Auron se levantó y lo abrazó, sin querer soltarse.

El psicólogo lo había estado extrañando demasiado. No quería soltarlo.

-...Recuperaste la memoria...-