20.
-¿Pero que cojones...?- Habló Luzu cuando estaba pasando por las puertas de su muralla y escuchaba música alta.
Al entrar a su casa, pudo ver como era Willy el que estaba con la música mientras que los demás estaban Bailando con botellas de vino en mano o sentados y hablando.
Todos estaban disfrutando tanto que ni notaron la llegada de este, un par lo noto pero ni le importo demasiado.
Luzu comenzó a preocuparse, buscando con la mirada a su querido Auron, el cual debería de estar muy asustado con tantos extraños en casa y...
-¡Lusuuu!- Auron lo fue a abrazar, Luzu correspondió aunque le tomó por sorpresa. Al parecer olía a vino, también tomó.
-Auron... ¿Estás... Bien?-
-¡Si! Vinieron a verme, pero no estabas, así que los deje quedarse... ¿Estás molesto?...- Preguntó Auron con preocupación lo último, como si fuese a llorar si le dijera que sí.
-Oh, no, no... Tranquilo.- Respondió para luego sonreírle. -Solo me preocupaba que te sentirías mal estando con desconocidos y eso...-
-¡No son tan desconocidos!-Respondió Auron sonriendo. -Quizás no recuerdo muchas cosas... Pero se que puedo confiar en ellos-
-Sí te sientes cómodo con ellos, entonces no hay problema. ¿Has estado bebiendo?-
-Que va, solo un poco...-
-No parece.-
-Bueno, es que tu vinito barato es el mejor~-
Luzu se sintió más aliviado. Quizás alguien se lo dijo, o quizás el mismo Auron había recordado que era su vino y así le llamaban.
-¡Ven, ven, bailemos!- Pidió Auron.
-¿Qué? Pero...-
-Por favor, lusuuu.- Rogó.
"Joder, no puedo negarme a él." Pensó Luzu y terminó por asentir, permitiendo lo pedido.
Auron lo tomó de la mano y lo llevó al centro con los demás.
¿Cuántas horas pasaron entre bailes, risas y charlas? Quién sabe, y no importaba realmente, porque todos estaban felices.
-¡La próxima fiesta que sea en casa de Vegetta!-Propuso Willy.
-¡Ni de coña!- Respondió rápidamente Samuel.
-Bueno, ¡Que tengas buenas noches, Luzu!- Dijo Alexby.
-¡Buen viaje de regreso!-Se despidió Luzu.
Todos ya se estaban yendo luego de ayudar a arreglar las cosas de manera regañada.
Mientras, que Auron estaba dormido en el sofá, al parecer beber mucho le dejó dormido. Por lo que lo dejaron descansar mientras limpiaban y se iban.
Luzu se acercó al sofá para ver a su querido Auron, quien parecía descansar muy cómodamente. Lo tomó en brazos y lo llevó hasta la cama cargado al estilo princesa y lo dejó en esta.
Pero antes de irse, este le tomó de la manga de su abrigo.
-Quédate...-Pidió Auron.
-¿Qué...?-
-¿De verdad me vas a dejar solo?... No quiero quedarme solo, Luzu. Tengo miedo...-
Iba a hablar más, pero sin preguntarle, Auron lo jaló hasta tirarlo a la cama a su lado. Acto seguido, lo abrazó. No podía negarse, así que el castaño correspondió algo extrañado por su actitud.
Cuando volvió a ver a Auron, parecía que ya se había quedado dormido. Pero no podía irse, le tenía apresado en brazos. Al parecer terminaría dormido a su lado.
Auron abrió los ojos, el dolor estaba aún presente, todo su cuerpo dolía, sentía que lo habían sumergido en ácido... Cosa que también es cierta.
Miró a los lados y no veía nada, el lugar estaba oscuro.
Quizás si lograra salir de allí... Luzu debe de estar muy preocupado, incluso pudo haber llorado.
Trató de moverse, pero las cadenas no se lo permitían, no podía verlo, pero seguramente estaba sangrando. Jalaba las cadenas con toda su fuerza, quizás si lograra torcer su muñeca...
-¿Qué crees que haces?-Preguntó Doofenshmirtz al encender las luces y verlo.
-Ya suéltame, gillipollas.-
-Parece que no aprendes aún... Entiendo que estés molesto.- Se acerco a este.
-¿Qué es lo que quieres de mi?-
-¿Qué quiero? Primero que todo, enseñarte una lección.- Agarró de una mesa unas tijeras y se acercó a Auron. -Cierra tu maldita boca de héroe orgulloso.- Sin pensarlo dos veces, le cortó la lengua.
El dolor era insoportable, comenzó a gritar.
-Deja de chillar. Ya se te pasará. Para tu suerte, mi medicina milagrosa la hará crecer de nuevo.-
Dejó la tijera en otra mesa y tiró la lengua en la basura. Luego se acerco a otra de las mesas y sacó unas tijeras más grande.
Auron veía con miedo al científico, aún dolía y no sabia que pensaba hacer ahora. El orgulloso Auron, la sucia rata, tenía miedo y se sentía vulnerable.
-Vamos a ver... ¿Sacarte un ojo? ¿Cortarte los dedos? ¿Cuál sería un castigo apto? No te preocupes por nada, deberías curarte luego, aún si pasa algo mal... Para todos estás muerto ahora mismo, nadie vendrá por ti, nunca.-
Quería con todas sus fuerzas mandar a la mierda a aquel científico, incluso matarlo sonaba tentador. Sin embargo antes de seguir pensando en lo que podría hacer, pudo sentir como sus dedos eran cortados uno a uno.
Tenía miedo, el dolor era insoportable, solo podía gritar.
Luego de que el científico terminara, se retiró dejándolo solo.
De cierta forma para Auron, le aliviaba saber que no lo buscarían, sus amigos estaban a salvo mientras el este allí.
Pero por otra parte...
No quería estar solo.
Quería que alguno de sus amigos llegara y le pusiera fin a su sufrimiento.
Quería ver a Luzu y abrazarlo con todas sus fuerzas, llorar en sus brazos. Por una vez, dejarse ver vulnerable.
Mandaría a la mierda todo su orgullo si fuera ante Luzu.
Tenía miedo.
Quería que alguien viniera.
Quien sea.
Tenía miedo.
Auron temblaba y lloraba mientras estaba dormido, y sin darse cuenta, se aferraba a Luzu.
El castaño no estaba aún dormido, y al notar lo que hizo Auron, solo pudo verlo con tristeza y abrazarlo.
No pudo salvarlo... ¿Cuánto tuvo que sufrir? No lo había pensado antes.
Solo sabia que no lo dejaría solo otra vez. No se permitiría que lo alejaran de sus brazos.
No le fallaría otra vez.
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