17.
-Hey, Auronsito.-Llamó Luzu mientras entraba a la habitación de hospital de este y se sentaba a su lado.
Claramente, este seguía sin despertar. Probablemente habían pasado dos días, los cuales realmente esperaba que despertara. Pero no importaba, planeaba quedarse a su lado sin importar que.
-Hoy Alexby volvió al trabajo, fue difícil decirle que no.-Explicó Luzu. -Ya verificamos también sobre los científicos y... Al final es cierto que Doofenshmirtz se había suicidado, sin embargo Harry logró escapar. Siendo sincero... No creo que se atreva a hacer algo. Parecía que solo seguía ordenes. De cualquier manera, si lo llego a ver... No planeo dejarlo vivir.-
No esperaba una respuesta de Auron, solo le gustaba hablarle como si escuchara.
Solo deseaba que despertara y sus vidas volvieran a ser las mismas.
Solo quería volver a tenerlo consigo.
-Auronsito, ¿De verdad planeas tener una sirena? Es legalísimo.-
-Ya, pero me la encontré fuera del agua muy solitaria, me pedía que la llevara.-
-¿Seguro? Porque vi un puente de una isla hasta aquí y... -
-Bueno. Puede que no todo sea verdad...-
Tantos recuerdos que forman a una persona. Algunos más valiosos que otros.
-Luzu, ¿Qué te gustaría para navidad?-
-Pues, ya te tengo a ti. ¿Qué más podría querer?-
Pero aparte de los momentos, también importan más las personas que lo conformaron. Personas que se hicieron parte de tu vida, dejando una marca intachable, mayormente.
La mente es tan fácil de manipular, los recuerdos son borrosos. Puedes creer que hiciste algo, pero en realidad no lo hiciste, pero en tus memorias estará como recuerdo.
La mente engaña.
-¿Qué tal suena la idea de... casarte?-Preguntó Luzu mirando de reojo a Auron.
-Pues... ¿Tú estás seguro de eso? Que es para toda la vida eh.-
-La idea de tenerte para mi toda una vida me parece perfecta, Auron.-
Recuerdos tan borrosos, personas, momentos, nombres y voces desconocidas. Todo tan confuso. Un inmenso dolor de cabeza.
Sentir que te asfixiabas, la agonía de querer respirar y no poder, ansiedad.
Finalmente, abriendo los ojos. Un lugar desconocido junto a una persona desconocida.
-¿Auron?...-
Y allí va, un nombre que no conocía, pero se le hacia tan familiar.
Pero el terror de no saber que pasaba, no reconocer nada y sentirte perdido seguía.
-Por fin despertaste...- La voz de Luzu comenzaba a escucharse rota, había comenzado a llorar, no era tristeza, era genuina emoción.
Un desconocido estaba llorando frente a él, y se sentía tan mal al verle así. No lo conocía, no sabia donde estaba ni quién era.
-Por favor, no vuelvas a alejarte de mi así...-Dijo Luzu mientras se había lanzado a abrazarle.
Auron no comprendía nada, se sentía tan a la deriva. Sin embargo, algo le decía que no debía dejarlo llorar, así que le correspondió el abrazo.
-Oh, Dios, yo... No debí hacer esto. Que tonto soy... ¿Debes estar perdido, no? Lo lamento, era la emoción del momento...- Se disculpó el castaño mientras se separaba y limpiaba las lagrimas.
Auron quería hablar, pero no sabia que decir, todo era tan nuevo para él.
-Perdiste la memoria, en resumen. Debería comenzar por lo básico... Pues, tu eres Auron, eres el Psicólogo y Juez de este pueblo, amas minar, tener muchas mascotas, y...-Luzu trató de hacer memoria para ver que más podía decirle sin abrumarlo.
-Luzu...-
-¿Qué?- No recordaba haberle dicho su nombre en ningún momento, entonces... ¿Porqué?
El castaño miró la expresión de Auron tras decir su nombre, parecía que estaba apunto de llorar y... Justo eso hizo.
-¿Porqué... duele tanto? Luzu.-
Auron se había quedado solo en la nave junto a los científicos, se acomodó en el suelo para evitar molestias a pesar del dolor que sentía.
Solo sonreía mientras pensaba que todo estaría bien luego de salvar Karmaland, podría volver a estar junto a Luzu y disfrutar cada día.
Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por pasos que iban hacia él, era Harry.
"Lo siento." Murmuró. Y antes de que Auron hablara o hiciera algo, Harry le había inyectado algo en el cuello. Luego de eso, Auron cayó inconsciente.
No quería cerrar los ojos, no quería perder su conciencia. Necesitaba permanecer, Luzu lo estaba esperando.
Y... No quería estar solo.
Quería ver a Luzu volver y felicitarlo por salvar Karmaland, su precioso héroe, quien siempre buscaba hacer el bien.
A veces, pensaba que Luzu era demasiado bueno para el mundo. Incluso para él mismo, ¿De verdad podía estar a su lado?
Pero cada vez que lo dudaba, Luzu le quitaba ese miedo, diciéndole lo importante que era para él.
No podía dejar a su dulce Luzu solo.
Lo estaba esperando.
Pero...
No pudo evitar cerrar los ojos.
¿Le había fallado a su niño?
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