Capítulo 17
Narra _______.
Al entregarle a Andy su regalo mi respiración empezó a fallar, me sudaban las manos y movía uno de mis pies rápidamente. Debía aceptarlo no recordaba haber estado tan nerviosa en toda mi vida.
Lo peor fue cuando él me sonrió. Su sonrisa, en otros momentos sonreía y derretía a cualquiera. Pero ahora me ponía los nervios de punta.
¡Demonios sonreía y me miraba con emoción! Tenía un brillo adorable en los ojos. No quería que abriera el regalo con tanta emoción y finalmente que no le gustara y que ese brillo que sus ojos mantenían se esfumara.
Escuchar el sonido del papel rasgándose era lo peor. En esos momentos todo pasa en cámara lenta. Es horrible.
Parecía que Andrew tardaba horas. Mierda ¿Cuando Andy se había vuelto tan lento? No lo sé.
En un simple pestañeo el regalo ya estaba descubierto y era visible para todos los presentes.
El regalo la verdad era muy simple. Era la foto que Andy y yo nos sacamos la primera vez que nos conocimos. Yo tenía todo el maquillaje corrido por la emoción del momento y de lo que había pasado cuando Andy me encontró. En cambio él sólo sonreía de una manera malditamente tierna.
El marco de la foto tenía pegado, un montol de papeles, en su mayoría con elementos del rock. Calaveras, anclas, guitarras, baterias, un lml, etc.
En la parte de abajo con unas letras góticas blancas decía: Thanks for be my saviour, en agradecimiento por todo lo que había echo por mí.
No sabía si le gustaría a Andy. No tenía la menor idea de que si prefería los regalos echo a mano o comprados. Y eso hacía aumentar mis nervios.
En un movimiento Andy me miró a los ojos. Sentía que me iba a desmayar. Esto ya era mucho. Sonrió y se acercó a mí.
- Te quiero.-no sabía se había escuchado bien. Pero estaba a punto de darme un ataque cardíaco.
- Yo... yo también. -sonreí y me apegué más a él.
Andy se agachó hasta el pie del árbol de navidad, el que por cierto era de un color gris metálico y tenia decoraciones con calaveras y la estrella de la punta era negra con brillos.
Andy agarró él último regalo que estaba ahí. Sonrió y me lo entregó. Se veía nervioso, quizás igual o peor de lo qie yo estaba.
El papel era negro con flores blancas, era pequeño. Lo tomé y sonreí como una estúpida y patética adolescente llena de hormonas.
Empecé a rasgarlo lentamente, parecía que era para hacerlo sufrir, pero no, yo siempre era así de lenta.
Terminé de abrir el regalo y había una pequeña caja rojo intenso con una cinta negra, tiré de la cinta, y abrí la caja.
Me salió una pequeña lágrima de emoción, los demás habrían pensado que era algo tétrico, pero era hermoso.
Era una calavera metálica con las manos cruzadas sobre el pecho, y de su espalda, desprendían unas hermosas alas negras, levemente elevadas, dando señal de que estaba descasando. Tenía una cadena de plata para poder colgarla. Sin duda era un hermoso collar.
Se lo extendí a Andy - ¿Me harías el honor? -dije dándole a entender que quería que él me lo colgara.
Lo hizo sin problema alguno, se veía hermoso, era hermoso.
Tu: - Es el mejor regalo que me han dado, es hermoso. Muchísimas gracias Andy.
Andy: - No te imaginas lo nerviso que estaba, pensé por un momento, que no te gustaría. Ya sabes no es muy encantador.
Miré el reloj que estaba en la pared para luego volver a mirar a sus ojos, eran las 23:59.
Noté un brillo especial en los ojos de Andy. Sus ojos siemore brillaban de una manera hermosa, pero pude notar algo más, su pupila se había dilatado y se veía mucho mas grande, y mucho más lindo.
Me tomó de las caderas y me acercó a su cuerpo quitando cada espacio que pudiese quedar entre nosotros. Soltó una risa nerviosa y se relamió los labios. Yo coloqué mis brazos en sus hombros, me acerqué más a él.
Nuestras respiraciones se mezclaban, y deseaba que Andy diera el siguiente paso que estaba esperando. Y sí, lo hizo. No pasó mucho tiempo hasta que acortara cada milímetro que nos pudiese separar y de cierta forma, nos fundimos en un cálido y reconfortante beso.
Andy:- Feliz navidad, linda. -dijo al separarnos.
Tu:- Feliz navidad para ti también.
Luego llegaron Chris y Amy para seguir celebrando.
Estuvimos envueltos en un cálido abrazo. Era un abrazo familiar y era una linda sensación.
Se pasó todo entre risas y más risas. Tenía una exquisita sensación en mi estómago que no sentía hace mucho tiempo. Estaba agradecida de haber sido recibida dentro de una familia en una fecha como ésta. Y más agradecida estaba porque resultó ser uno de los mejores días de mi vida, un día que jamás olvidaría.
Andy se levantó y fue al tocadiscos de su padre. Buscó, entre todos los vinilos que habían algo de su agrado, y sonrió. Colocó delicadamente el disco y cerró los ojos. Dejó que la música se hiciera presente por todo el ambiente.
La noche habia pasado rápido. Y a la vez era infinita, para mí por lo menos. Hice tantas cosas ese día que nunca pensé o soñé que volvería a hacer.
†††
Holu.
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