Capítulo 1

Narra ________.

________ Bower, una chica alegre, con una linda familia, amante de la buena música, y muy agradable cuando quiero serlo.

Con música todos mis problemas simplemente se desvanecen, cada nota, cada melodía, es cómo si me transportara a otro lugar, un lugar donde puedo ser yo misma sin que nadie me juzgue. Donde puedo expresar libremente todos mis sentimientos sin miedo a no ser aceptada.

O esa era yo...

Un día cómo cualquier otro, yo y mis padres, los cuales eran mi única familia -ya que por alguna extraña razón perdimos el contacto con mis tíos-. Íbamos a nuestra casa en el campo, como todos los fin de semana.

Al llegar fui rápidamente a dejar mi maleta a mi habitación. Traía poco equipaje porque sólo estaríamos dos días.

Me gustaba salir de la ciudad, estar en el campo, lejos de la civilización.

Aquel día hacía un hermoso frío. Siempre me sentí mejor cuando el frío me reodeaba, así que decidí ir a dar una vuelta para matar el tiempo.

Iba caminando a través de un bosque que no se encontraba lejos de mi humilde casa vacacional.

Miraba tranquilamente como los animalitos recolectaban su comida para la fría noche.

Una vez que se anocheció, encontré el lugar perfecto para poder apreciar el cielo, la Luna y las estrellas.

Mirar al cielo me relajaba, intentar formar las constelaciones era realmente magnífico y era mejor aún poder formarlas.

Aveces hay cosas tan bellas a nuestro alrededor que ignoramos y ni siquiera nos detenemos un instante a apreciar lo que tenemos en frente.

Dicen que si en la noche te detienes a mirar las estrellas, cada 10 minutos pasa una estrella fugaz, pero no las puedes ver todas.

Siempre había querido poder encontrar alguna, pero siempre me desconcentraba y no podía ver nada.

Me di cuenta que ya era bastante tarde, así que decidí volver a casa, mis padres no se preocupaban, siempre hacía lo mismo, pero me decían que me cuidara.

Caminé de vuelta a casa y cuando llegué, estaba lleno de policías afuera, no me imaginaba que habría pasado para que policías llegaran a un lugar tan tranquilo.

No me preocupaba, si era algo muy grave los policías estaban ahí resolviéndolo.

Cada vez me iba acercando más y me daba cuenta de que los policías estaban en casa, y eso sí que me preocupó.

Me acerqué mas hasta llegar a la puerta, los policías me dijieron que no podia entrar, que estaban evaluando el lugar.

—Pero ¿Qué pasa? yo vivo aquí, soy _______ Bower ¿Dónde están mis padres? —Al decir eso, los policías sólo me miraron tristemente sólo uno de ellos se dispuso a hablar

¿Bower?....lo siento, tu padre ha asesinado a tu madre, tu padre irá a prisión, lo siento mucho.

¿Qué? esto no podía estar pasando, tengo 14 años. ¿A dónde iré? no tengo familiares y no quiero ir a un orfanato.

—¿A donde iré? —Las palabras apenas pudieron ser bien pronuncidas dentro de mi boca. El mismo policía de antes habló.

A un orfanato.

No, me niego a ir a ese lugar, no quiero pasarmela hasta los 18 años ahí esperando a que alguien quiera adopatarme, es más ni siquiera creo que alguien me adopte.

Me dijeron que me llevarían a mi casa en la ciudad para sacar la mayoría de mis cosas, y que luego iríamos al orfanato.

Empaqué toda mi ropa en una mochila, la cuál era bastante grande, y metí todo mi dinero. Recordé que en la habitación de mis padres había una caja fuerte y yo sabía la contraseña.

Saqué todo el dinero de ahí, el cual era bastante, encontré la tarjeta de crédito de mamá y la guarde en mi mochila, mamá siempre ocupaba las mismas contraseñas en todo, así no se le olvidaban, eran mi fecha de cumpleñaos y la fecha de su matrimonio.

Aún no puedo creer que esté muerta, menos que mi padre haya sido el culpable. Ni siquiera alcancé a despedirme.

¿Por qué lo habría echo? Mamá era una persona totalmente adorable con todos, ellos nunca peleaban, mi padre no tomaba ni se drogaba ¿Qué pudo haber pasado? Esa pregunta rondó por mi cabeza por mucho tiempo. Y aún lo hace. 

En fin, una vez que ya tenía todo guardado me escondí detras de la puerta que estaba en la entrada esperando a que los guardias que había mandado conmigo se desconcentraran.

Una vez que lo hicieron, corrí lo más rápido que pude, como si mi vida dependiera de ello, y sí que lo hacía.

Llegué al patio y busqué a mi gato, una vez que lo encontré corrí con él en brazos. Era un gato negro, peludo, su nombre era Black, muy original.

No dejaría a Black solo, y no podía llevarlo conmigo, ya que desde ahora todo sería demasiado inestable.

Mi vecino el cual se llamaba Jack, siempre había dicho que le gustaria tener un gato como Black, amoroso, lindo y fiel.

Jack siempre trató muy bien a Black así que decidi dejarselo a él. Fui a su casa la cuál quedaba dos casas más allá que la mia.

Toqué el timbre y esperé a que Jack saliera, siempre sale él, ya que sus padres se la pasan trabajando. Además de ser mi vecino era muy cercano a mi y yo a él.

Abrió la puerta y me miró sorprendido.

—Me enteré lo que pasó con tus padres, lo siento mucho ________—Dijo abrazándome.

—Gracias Jack —le devolví el abrazo. —Bueno....yo no quiero ir a un orfanato. Y no lo haré. Quiero que cuides a Black, por favor, cuidalo cómo yo lo haría. —la pronunciación de aquellas palabras me costaba demasiado. Ni siquiera sabría qué demonios haría, pero lo haría.

—_________, no puedes irte ¿Dónde vivirás? —

—No lo sé. Por favor, cuida a Black. —lo abrazé. —Adiós.

Me fui rápidamente antes de que se dieran cuenta de que no estaba. Las lágrimas no tardaron nada en llegar, nunca me imaginé que algún día lo perdería todo.

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