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—Mi-Milly, ya estoy cansado —mencionaba Jimin, mientras caminaba y miraba a los lados—. ¡Este es el quinto que visitamos! —Alegó Jimin.
—Taehyung aún no contesta —decía la chica, mientras se acercaba a la puerta principal del hospital.
Jimin y Milly habían llegado a la casa del castaño con suma preocupación, pero al no ver a nadie ni poder contactar con Jungkook, decidieron preguntar y terminaron por enterados de que ciertas cosas estaban pasando y que ahora su mamá y su papá se encontraban en un hospital. Nunca se enteraron con exactitud cuál de todos era; por esa razón se pasearon por toda la ciudad en busca del correcto.
—¿Qué-qué habrá sucedido? —Musitaba el rubio, mientras hacía un puchero y empuñaba sus manos en las correas de su mochila.
Milly prefirió mantenerse en silencio e ignorar la pregunta que sabía, Jimin no esperaba respuesta. Por lo menos no de su parte. Al mirar al frente, notó a un hombre alto que se mantenía hablando por celular; lo identificó como el padre de Jungkook.
Al parecer habían llegado, por fin, al lugar correcto.
—¡Se-señor, Jeon! —Habló con un tono alto la rubia y junto al omega hicieron una reverencia en forma de saludo.
Éste al ser nombrado, miró en dirección a los jóvenes y enarcó una de sus cejas.
—¿Quiénes son ustedes?
Vaya que Milly y Jimin sintieron cómo piedras cayeron para aplastar su dignidad. Bueno, era de esperarse su reacción; ella sólo había cruzado una que otra palabra con él y Jimin… Milly realmente no sabía qué tipo de relación tenía con ese alfa.
—A-Amm… somos… amigos de Taehyung y Jungkook —habló un poco nervioso Jimin. Y es que siempre fue importante recalcar la gran presencia de Gongyoo, siendo aún más obvio por el rubio, puesto que él es un omega. Un pequeño omega.
El rostro del más alto denotó mayor interés y pospuso la llamada que estaba atendiendo, precisamente, para hablar con ellos.
—¿Qué tan cercanos? —Cuestionó.
¿Tan delicado era el tema para preguntar algo así?
Milly soltó un pequeño suspiro, mordió levemente su labio inferior y respondió—: Lo... suficiente para intuir que no es un juego lo que está pasando. No-nosotros llevábamos horas intentando encontrar el hospital correcto. ¿Podemos… verlos?
—No. —Milly al escucharlo se sorprendió. —No es momento para ese tipo de cosas.
—Pero, señor-
—Dije que no —se escuchó más autoritario y Milly sintió cómo su mano fue apretada por la de Jimin; optó por mirarlo y de inmediato su nerviosismo se reflejó al percatarse de su cabeza gacha.
Era obvio que el más afectado iba a ser el chico. Pero, joder, no podía simplemente dar media vuelta después de todo lo que les tocó hacer para encontrar el lugar.
Quizá si… hablaba…
—Le diré a Taehyung y a Jungkook que vinieron a verlos. Pueden irse —iba a culminar el hombre y a ingresar, pero las palabras de la rubia lo hicieron detenerse.
—Yo-yo sé... muchas cosas, señor —dijo Milly, abrió su mochila y le mostró un libro algo maltratado—. Sé-sé que puede sonar como una locura pero, creo-creo que Taehyung y Jungkook están en problemas.
Gongyoo se quedó en silencio por unos segundos, respiró de forma profunda y asintió levemente con su cabeza. Milly no supo si eso fue algo bueno o los volvería a echar. Se notaba algo tenso.
—¿Qué tanto sabes? —Volvió a cuestionar.
—Si es sobre Taehyung… —Relamió sus labios. —Muchas… cosas que no puedo mencionar a la ligera. También he hablado varias veces con Jungkook, señor, por esa razón esto es importante para Jimin y para mí. Queremos… ser de ayuda.
El alfa no tuvo más opción que permitirles pasar y confiar en las palabras de esa chica beta.
—¿Dónde… se encuentra Taehyung? —Preguntó el rubio, aún muy cohibido y caminando detrás de Milly.
—Está viendo a su madre. Es posible que salga en un momento.
Jimin se quedó en silencio y asintió.
Todo el asunto estaba siendo muy complicado para él. Se daba cuenta que habían cosas que no sabía y eso lo mantenía muy intraquilo; la preocupación ante su amigo crecía en sobremanera y sólo quería abrazarlo. En ese momento, el rubio levantó su mirada y pudo verlo mientras salía de un pasillo, se acercó a pasos rápidos y lo hizo, importando muy poco todo lo demás.
—Jiminie —alegó entre pequeñas risas y correspondió al abrazo—, ¿qué haces aquí, hm?
—Estamos preocupados por Jungkookie y por ti. —Al escuchar la pluralidad en sus palabras, dirigió su mirada hacia el frente y ante sus ojos se mostró a Milly, quien le sonrió con amabilidad.
Algo dentro del cuerpo del castaño se sintió diferente, estaba rodeado de varias personas que lo hacían sentir apoyado y querido. Le hacían ver que no estaba solo. El miedo poco a poco se estaba disminuyendo y creía fervientemente en que todo saldría bien. Debido a eso, afianzó aún más el abrazo y cerró sus ojos.
Se sentía diferente, se sentía muy bien. Independientemente de todo, habían rastros de alivio en su pecho; era como si una carga hubiese resbalado de su persona.
¿Desde el inicio… pudo haber sido así?, ¿podría haberse ahorrado todos esos problemas?
—¿Tae? —Habló Jimin, al verlo muy distraído—, ¿qué… sucede? —Preguntó.
—Quisiera… ponerlos al tanto de ciertas cosas. Considero que es… lo justo —dijo el chico y mordió levemente su labio inferior—. ¿Podemos ir a otro lado?
—Dentro de unos minutos saldrá Jungkook. La inspectora Choi quiere hablar ciertas cosas contigo, Taehyung —mencionó el hombre—. No te pierdas por ahí.
—¿Inspectora? —Preguntó Milly, muy confundida.
¿Qué estaba sucediendo? Es que ella sabía que era delicado, pero no alcanzaba a imaginar qué tanto.
Dirigió su mirada nuevamente a Taehyung y percibió en él mucha preocupación.
—De eso quiero hablarles. —Apretó sus labios y respiró profundo. Después, miró en dirección a Gongyoo y continuó—: No me demoraré mucho. Estaré de vuelta en unos minutos.
—Inspectora… —musitaba Jimin, a la misma vez que le seguía el paso a Taehyung y a la rubia.
[…]
En una sala prestada por el hospital, se encontraba Jungkook en completo silencio, con sus manos juntas en medio de sus dos piernas y con todo su miedo reflejado en sus ojos. La mujer le había preguntado sobre varios temas puntuales y él no pudo hacer más que decir la verdad y mostrarse completamente transparente.
¿Para qué iba a mentir?
Cualquiera que estuviese frente a una situación parecida, lo último que haría sería hablar a rienda suelta con un agresor de ese tipo. Muy en el fondo, quizá en su lado más oscuro y violento, sentía que no había mejor castigo que la muerte.
¿Pasar por encima de alguien; física, psicológica y sentimentalmente estaba bien?
—Todo fue en cuestión de segundos, entonces… —comentó la inspectora, mientras jugaba con un lapicero retráctil y miraba al chico con sumo cuidado.
Sí, no había ninguna característica en él que denotara antisocialidad. Era un chico, se percibía, bastante sensible y honesto. Todo lo que dijo cobraba sentido en el caso y no habían inconsistencias. Podría incluso cerrar el caso rápidamente, pero sus manos eran un tema completamente distinto; se encontraban vendadas porque sus nudillos estaban lastimados, lastimados por golpear sin reparo alguno a otra persona, pensando en matarle a sangre fría. Y lo había conseguido. Se veía como un maldito asesinato en primer grado. Sin embargo, debía hablar con Kim Taehyung y con su madre para decidir si llevar el asunto a juicio.
No podía tomar nada a la ligera.
No podía simplemente dejarlo pasar.
—¿Qué más… necesita saber? —Preguntó Jungkook.
—Vale, que… las preguntas sobre el caso ya terminaron. Ahora, quisiera saber algo más… personal —dijo la mujer y la atención del menor creció—. ¿Cómo te sientes con respecto al desarrollo de esta historia?, ¿feliz?, ¿quizá triste?
El menor se quedó en silencio, relamió sus labios al pensar si ser honesto al responderle sería su talón de aquiles. Y es que esa mujer, con esos ojos tan fríos, quizá estaba buscando ese pequeño detalle para finalmente hundirlo.
[…]
En otro lugar, Milly y Jimin se encontraban en completo shock; el rubio repleto de lágrimas y la chica sin saber cómo procesar absolutamente todo.
El padre de Taehyung se encontraba muerto. El principal acusado de su muerte era Jeon Jungkook.
¿Había sido su culpa?
Ella no habló. Ella no dijo nada. Quedarse en silencio era lo mismo que mentir y ser cómplice del acto delictivo.
Tales palabras resonaron en su cabeza y ella cubrió su rostro con sus dos manos.
No, no podía simplemente dejarlo así. Milly sabía que podría hacer algo. Y esta vez sí, sin pensar en nada más que en el bienestar de esas personas que no han tenido la culpa de lo que estaban viviendo.
Y es que quizá ella tenía en sus manos la pieza faltante para resolver de forma correcta todo el incidente.
—Taehyung… —musitó Milly y miró con mucha determinación al castaño— yo también quiero declarar.
///
Vaya que... creo que aún
falta un poco. Hay ciertas
cosas en los personajes que
debo desarrollar. LIYP continúa
por un rato más. XD
¡Pasen excelente
mañana/tarde! ♡
-Gaby
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