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      La mañana se hizo presente de forma brillante, la luz intentaba filtrarse en la habitación para dar algo de claridad, mas el bombillo encendido avisaba que no era necesario.
El azabache sentía su cuerpo pesado, como si un montón de piedras se hubiesen acentuado sobre él durante largas horas.

De un momento a otro, se sentó repentinamente y miró hacia su alrededor con cierto desespero.

—Eh, calma —habló una voz conocida para él y eso lo hizo voltear de inmediato. Era su padre, quien se encontraba apoyado en una pared y mantenía sus brazos cruzados. Estaba muy serio.

Jungkook frunció su ceño, posó una de sus manos en su rostro y respiró de forma profunda, su cabeza palpitaba en la parte frontal de su cráneo, avisando de un gran dolor que era imposible ignorar. Sin embargo, sintió un movimiento leve en su cama y se percató de la presencia de Taehyung a su lado, el cual se mantenía acurrucado muy cerca de su cuerpo.

¿Qué carajos estaba pasando?

—Eres un idiota —declaró Gongyoo para soltar un suspiro lleno de cansancio.

—¿Cómo? —Preguntó con mucha confusión.

Su padre se acercó unos pasos hasta la cama, se mantuvo en silencio por unos segundos y después dijo—: ¿Ya te viste las manos?

El azabache se extrañó aún más, pasó a mirar sus manos y en sus palmas no había absolutamente nada, pero al voltear éstas pudo observar cómo sus nudillos se encontraban reventados, quizá, por la fuerza ejercida al momento de… ¿Al momento de qué?

En su cabeza resurgió la imagen de ese momento y optó por mirar a Taehyung con suma preocupación.

¿Qué había pasado a partir de verlo? ¿Qué había hecho?

—Kim Minwoo se encuentra en cuidados intensivos por traumatismo facial. Se supone, se supone que no puede ser potencialmente mortal, pero, mierda, lo llevaste hasta el punto de provocarle fracturas maxilares y lesiones cerebrales, ¡cerebrales! —Se mantuvo en silencio unos segundos al ver la sorpresa en los ojos de su hijo, mordió levemente su labio inferior y continuó—: Ibas a matarlo, ¿no es así?

—Padre… —El menor respiró profundamente, volvió a mirar sus manos con mucho temor y empezó a sentir cómo su mandíbula temblaba por todo lo que había escuchado.

¿Lo iban a meter en un reformatorio y después a la cárcel?

—Taehyung me explicó los motivos —aclaró el mayor y Jungkook volvió a mirarlo—. En realidad, él mismo se encargó de llamarme y ponerme al tanto de todo.

—Pa-papá, él- —iba a continuar hablando, mas Gongyoo lo interrumpió.

—Lo sé, Jungkook —aclaró—. Cuando te dije que estoy al tanto, es sobre todo. Hay problemas legales, claro que sí. —Asintió con su cabeza. —Taehyung debe ir a declarar para solucionar el tema y que lo consideren como legítima defensa. Es… un asunto grave, pero creo que ahora varias cosas están cobrando sentido.

El menor no hizo más que mantenerse en silencio y volver a mirar al castaño, se encontraba con su rostro tranquilo, aunque su brazo derecho se mantenía posicionado de una forma estratégica para que no le fastidiase; estaba vendado.

—Por si quieres saber, ese fuiste tú, animal —informó—. En un buen rato no dejaste que nadie se acercara a los dos. Parecías un perro con rabia. —El menor al escucharlo prefirió no decir nada. —Pero no lo juzgo. Es más —al decirlo, se acercó hasta el marco de la puerta y se detuvo en él—, aunque no haya sido la mejor forma, es mejor que el tema se haya dado a conocer —fue lo último dicho, después de salir y dejar al menor técnicamente solo con aquellos pensamientos que lo mantenían muy inquieto.

¿De verdad… iba a ser capaz de matarlo?, ¿él?

Bajó su cabeza al no hallar una respuesta que fuese clara, puesto que muy por dentro de su ser, no se sentía lo suficientemente culpable por provocar algo así. Es más, ¿cómo sentirlo si no era capaz de recordar casi nada, más que aquella imagen que provocó que todo fuese oscuro?

Frustrado y rendido, decidió volver a recostarse a medio lado y observar el rostro relajado de la persona que se encontraba profundamente dormida. Ah, Kim Taehyung, ¿cómo era que había aguantado tanto?

¿Por qué no confió en él?, ¿era tan difícil hacerlo?

Soltaba preguntas que sólo iban a ser capaces de ser respondidas por el castaño. Pero como siempre, no iba a presionarlo en lo absoluto para decir o hacer algo que no quería. La gran diferencia ahora, es que no iba a dejarlo solo por ningún motivo, esta vez no.

Se sentía estúpido, un gran estúpido por no prever las cosas; teniendo señales de todos lados, no hizo más que ignorarlas y confiar en ese castaño como si no hubiese un mañana.

Negó levemente con su cabeza, acercó sus labios hasta su frente y depositó un pequeño beso en ella. Joder, que sí iba a protegerlo, que lo haría feliz, que lo haría sonreír genuinamente por el resto de vida que le quedara. Porque sentía, muy por dentro de su persona, que eso era lo correcto.

Kim Taehyung: un gran mentiroso y experto en el arte de despistar.

—Eres muy cruel —musitó para no despertarlo y posó una de sus manos en su cintura para acercarlo más a él, siendo espectador de cómo una pequeña sonrisa de comodidad aparecía en el rostro de éste—, no con los demás, Hyung. Contigo.

Algo que Jungkook pudo notar en ese momento, era que el desesperante hilo agrio se estaba debilitando considerablemente y eso de alguna u otra forma lo hizo hincharse de orgullo. Su sentido más primitivo lo veía como una manera de haber ganado, pasando por encima de esa persona. Y su parte más consciente, se presentaba como un alivio al saber que Taehyung se encontraba bien. Esta vez siendo cierto.

—Te haré feliz —declaró entre murmullos, exponiendo el nivel de seguridad al decirlo—, también te haré sonreír todos los días y mantendré ese cautivante aroma dulce que ahora sé que tienes; liviano en este momento, pero a su vez muy relajante —mencionó y tocó una de sus mejillas suavemente, como si la piel del mayor fuese la cosa más delicada en el mundo—. Te quiero, Hyung. Y no sé si eres consciente de cuánto.

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¡Buenos días/tardes!

Creo que, ¿falta poco?
Aún no estoy segura.

Nos leemos en
otro momento. ^^

-Gaby

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