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     Sangre, sangre, sangre, mucha de ella por todos lados; piso, paredes, en su ropa, aún había en su ropa. Sus manos no dejaban de temblar y éstas se encontraban medio lavadas, pero aún con un rojizo extraño que sólo sus ojos eran capaces de detectar. El frío de ese lugar lo estaba cohibiendo y el miedo de perder a su madre lo destrozaba. Verla en esa tina inconsciente y con el agua tintada desbordándose, le dejaban en claro lo que había sucedido: intentó quitarse la vida. Pero claro, su nivel de comprensión le daba a entender que eso no era lo único que había pasado, puesto que su casa daba indicios de un forcejeo.

¿Con su padre? Claramente. Aunque los motivos estarían ocultos hasta que Krista abriese sus ojos.

Del celular del castaño se desprendió una llamada y éste leyó el nombre de Jungkook en la pantalla. Sí, debía avisarle que todo estaba bien y en su momento no lo hizo.

¿Esta vez sería capaz de mentir?, ¿sabiendo en las condiciones que estaba su madre?

Bajó su cabeza mientras ésta se llenaba de muchos pensamientos que lo acompañaban cada que todo se salía de control y que la llamada se iba desviando al no ser atendida.

Culpable.

Hipócrita.

Mentiroso.

Apretó sus labios al sentir un nudo en su garganta y cubrió sus orejas con las palmas de sus manos. Eso se seguía repitiendo fuertemente y muy claro.

Culpable.

Hipócrita.

Mentiroso.

No habían más adjetivos/insultos para describirse. Porque era así, siempre con una falsa sonrisa, intentando hacer creer que todo estaba bien. Y no mierda, no estaba bien. ¡Nada en su jodida vida estaba bien!

Cerró sus ojos al sentir cómo estos se llenaban de lágrimas y cómo sus labios temblaban por el temor de caer, caer nuevamente en esa zona en donde el telón subía y revelaba al verdadero Taehyung. Necesitaba calmarse, necesitaba algo que lo hiciera entrar en razón. Con inmediatez, aquella canción inventada por su madre apareció en su cabeza y no dudó en empezar a murmurarla.

—“Como una suave primavera… empiezan, empiezan los días de aquél… pe-pequeño omega~”.

—Es una bonita canción —mencionó otra persona, mientras se acercaba con seriedad y miraba el cuerpo débil del castaño—. Sin duda Krista no pudo hacerla mejor —agregó Minwoo, a la misma vez que notaba cómo su hijo con inmediatez se incomodaba por su presencia.

—Lo es. —No pudo decir nada más.

Minwoo sonrió levemente, se colocó de cuclillas frente a Taehyung y miró sus manos, que ahora mismo se encontraban entre medio de sus piernas, demostrando inseguridad en cada uno de sus cautelosos movimientos.

—Ella no pudo… describirte mejor —continuó el hombre, tomó las manos de su hijo y notó cómo éstas no dejaban de temblar. Por ello, volvió a mirarlo a sus ojos y percibió el miedo combinado con desprecio que siempre aparecían cada que se mantenían así de cerca.

Era su culpa, claro que sí. Y dolía. Todo porque su alfa se sentía rechazado ante el omega que, lamentablemente, quería. Había sido de esa forma. Al principio el desprecio y el asco eran crecientes en cada uno de sus días, pero al final simplemente lo aceptó, porque nunca, ni en los mejores casos, se era capaz de ir en contra de las demandas de ese 'ello'.

—Taehyung —volvió a hablar el hombre y acarició con suavidad los nudillos de las manos que sostenía—, ¿nunca… me creerás cuando te digo que no sería capaz de hacerte daño?

Su respuesta fue negar sin pensarlo dos veces. Y eso hizo que algo en el cuerpo de Minwoo se removiera.

¿Nunca iba a aceptarlo?, ¿por qué?

Él era suficiente. Sus sentimientos eran fuertes.

Ahora podían… Sí, ahora él podría…

Era el momento.

—Taehyung, vamos a casa.

El castaño se sorprendió ante ello.

—¿Qué? —Soltó sus manos y se colocó de pie por instinto, mirando cómo aquél rostro era más serio y demandante que nunca—. Ma-mamá… ella…

Vamos a casa.

[…]


     En la casa Jeon, el menor de los dos alfas se encontraba sentado en su ventana, mirando su celular y esperando alguna señal de Taehyung. Todo estaba siendo demasiado bueno, tanto que lo preocupaba y lo dejaba con la necesidad de percatarse si eso era correcto o no. 

Soltó un suspiro al ver que no había contestado su llamada y se preguntó si debía volver a marcarle.

Al final negó y se colocó de pie, iba a lanzarse a su cama pero una clara intuición apareció en su cabeza. Taehyung no le había mandado tal mensaje... ¿Por qué?

Algo estaba pasando.

Frunció su ceño y de forma sorpresiva, todo empezó emerger en él de nuevo y sin previo aviso. No pudo reprimir nada. Esta vez no.  

“¡Me necesita!”

“¡Ahora!”

“¡Me necesita!”

Jadeó fuerte y posó sus manos en su cabeza, tales palabras retumbaban por todos lados, lo hacían sentirse pequeño, incluso con la sensación de no poder contra ellas. Estaba siendo más demandante y exigente, como si esta vez la urgencia tuviese un grado mayor. Todo se presentaba con esa voz, ya no había calma.

¿Que ya no había superado esa parte?

¿Qué estaba pasando? 

“¡Mi omega!”

Se colocó de cuclillas en medio de su habitación y apretó sus ojos. No dejaban de resonar, casi hasta se presentaban en sus oídos, como queriendo de alguna u otra forma, arrinconarlo y llevarlo a sólo pensar en eso.
Sin haberlo previsto, la imagen de aquella rubia también apareció en su cabeza, junto aquél acertijo tonto que en algún momento dejó de tener en cuenta: "Descubre qué le pasa a Twine".

La puerta de su habitación fue abierta de par en par, Gongyoo notó el cuerpo de su hijo y algo de preocupación empezó a sentir. Con la mayor calma que intentó mantener, se acercó y lo tomó de la mandíbula para verlo con claridad; no había más que miedo y desespero en esos ojos. Su muñeca fue tomada por Jungkook y sintió cómo ésta poco a poco iba a afianzando el agarre. De alguna forma, pudo comprender lo que estaba sucediendo. 

—Me-me… necesita.

“¡Ahora!”

Por mero instinto, el chico empujó el cuerpo de su padre, se colocó de pie y no dijo nada antes de salir, salir asustado y sin saber realmente la razón de sus acciones. Muchas emociones se encontraban mezcladas y no las entendía, puesto que las sentía con claridad, pero el temor hacia ellas era más grande; tristeza, rabia, enojo, desespero, ansiedad, preocupación. Todas eran suyas, obviamente, se mantenían en su cuerpo, pero tal nivel estaba siendo incontrolable para su persona.

Y es que tampoco sabía la razón de su origen. O por lo menos uno que entendiese.

Porque éste ingenuo e inocente Jungkook, no tenía idea de que aquél temido tiempo fuera, estaba a la vuelta de la esquina.

///

Tarde pero
seguro. .

Posiblemente ya estemos entrando climax de la historia, lo que quiere decir que también es posible que acabe pronto. No lo sé, depende de lo que ocurra en mi cabeza para ese entonces.

Por cierto, ¿tienen
alguna pregunta con
respecto a la trama?
Si es así, pueden
dejarla por aquí. ^^

¡Gracias por todo!

Nos leemos
pronto. ♡

-Gaby

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