19
Hace unos meses, cuando Jeon Jungkook no se había presentado, él tenía la potestad completa de todo su cuerpo y de su mente, podía dormir por muchas horas y mantenerse distraído de lo que estuviese pasando a su alrededor. Ahora, le era muy difícil no estar alerta, le era muy difícil ignorar el montonal de aromas que percibía a su alrededor y, más importante, no podía controlar la cantidad de veces que Taehyung y su 'yo' aparecían en sus pensamientos.
Todo era un tormento para él y para sus instintos demasiado desarrollados.
—Oye —habló Yeri al verlo distraído—, muévela para acá —señaló el lugar, haciendo entender a Jeon que quería posicionar una de las mesas que cargaba.
—Es la quinta… es la jodida quinta vez que me haces moverla —dijo con fastidio mientras la movía—. ¿Feliz? —Preguntó irritado.
—No, no, mejor allá —ordenó con petulancia.
Jungkook simplemente se cansó, dejó la mesa en el lugar e iba a salir, pero la chica fue más rápida al tomarlo del brazo e intentar detenerlo. El azabache en un instante eliminó el contacto con brusquedad, la miró por unos cuantos segundos —siendo eternos para la omega— y soltó un pequeño suspiro.
—Pide a otro que te ayude. Ya he hecho suficiente —mencionó.
—Vamos, Jungkook, eres el menos irritante de todos-
—Me tiene sin cuidado lo que llegues a pensar de mí y de los demás —aclaró al momento de interrumpirle—. No soy tu maldita sirvienta y mucho menos estoy obligado a acatar tus ordenes. Le diré a Minjun que te ayude —terminó por decir y dejó a la chica en completo silencio.
A Yeri le sorprendió en sobremanera lo tosco que se mostró. Y es que sí había notado en el transcurso de esos días que el chico se encontraba muy disgustado.
Afuera, el azabache prefirió caminar hasta uno de los patios y sentarse debajo de un árbol que proporcionaba una gran sombra. El lugar era muy fresco. Después de ello, respiró profundamente y cerró sus ojos en un intento de calmarse.
Nadie tiene la culpa de tu estado de ánimo. Y por ello, no merecen el trato amargo que pretendes darles. Aclara tu mente o te arrepentirás de tus acciones cuando tu cabeza se enfríe.
“Quiero verlo”.
—Eres un egoísta —musitó para él y mordió de forma leve su labio inferior—. Ya no sé… ya no sé qué hacer contigo.
—Jungkook —habló una chica de voz conocida, el nombrado abrió sus ojos y ante él se mostrada la rubia de ojos claros que en algún momento le ayudó—, ¿estás ocupado?
—No —respondió con simpleza.
Milly se percató de la mirada que el chico estaba manteniendo; lejana, seria, cansada y un poco… ¿triste? Eso la preocupó.
—¿Puedo sentarme a tu lado? —Preguntó.
—No hay ninguna señal que dicte lo contrario —le permitió hacerlo expresando una pequeña broma.
La chica acomodó su falda y se sentó junto a él.
—¿Cómo has estado?
—Estresado —respondió con inmediatez y sonrió levemente—, pero lo estoy sobrellevando.
Milly se mantuvo en silencio, bajó su mirada hasta la grama y empezó a tirar de ella con una de sus manos. La rubia no había pensado cómo tocar ese tema con Jungkook, mucho menos explicarle una teoría que lograría que éste se burlase de ella. Porque siempre había sido así: las personas la tachaban de rara al exponer sus intereses y eso logró, de algún modo, cohibirla e intentar ser invisible para los demás. Mas cuando Yugyeom y él llegaron a preguntar sobre esos temas, se emocionó, no pudo dejar de pensar en el asunto y profundizó, según su criterio, más de lo que debería.
Quizá se estaba metiendo demasiado.
—¿Ya terminaron de organizar? —Volvió a hablar la chica—. El evento es dentro de tres días.
El azabache asintió. —Aunque Yeri acabó con mi paciencia —agregó, respiró de forma profunda y después de pensarlo, preguntó—: ¿Cómo… está Taehyung?
Con inmediatez, algo en el cerebro de Milly se activó, tiró nuevamente de la grama y esta vez la arrancó. Fue de forma inconsciente, puesto que el recuerdo de esa noche apareció; ella había llegado hasta la casa del castaño y no pudo siquiera tocar. No quería escuchar, mucho menos ser consciente de lo que en realidad estaba pasando, pero le fue imposible, ya que su mente siempre está estructurando cosas.
—¿Milly? —Instó Jungkook, al ver cómo la chica se perdía en sus pensamientos.
Ésta pestañeó varias veces, lo miró casi que sorprendida y relamió sus labios. No era su asunto, mucho menos era la persona indicada para exponer un tema como ese.
—Él… está bien —respondió y volvió a bajar la mirada—. ¿Por qué?, ¿no lo has visto?
Su respuesta estuvo relacionada con el miedo a lo que leyó en su momento. ¿Qué iba a pasar si Jungkook se enteraba? Quizá ella estaba equivocada… o quizá no.
—He intentando… mantenerme al margen —contestó con honestidad el menor y respiró profundamente—. Aunque eso sólo me ha vuelto más impaciente y, admito, muy grosero.
—Entonces no lo hagas. —En sus entrañas fue algo más que un ruego.
—Pero cuando estoy con él, lo juro… no sé qué me pasa. Simplemente… no puedo relajarme —bufó. —Wow, estoy siendo completamente honesto contigo. Tienes un don para la escucha, chica —bromeó.
Milly sonrió levemente.
—Jungkook…
—¿Sí? —Habló con interés el azabache.
—¿‘Él’… te ha dejado en paz desde esa vez? —Preguntó Milly, mencionando la primera vez que hablaron sobre ello.
El azabache se mantuvo en silencio, mirándola por unos segundos y entendiendo que la rubia estaba tratando de comprobar algo además de esperar una respuesta. No le molestó, en lo absoluto, pero sí surgió en su cuerpo la necesidad de saber por qué ella no lo hablaba directamente con él.
—Nunca se ha ido —contestó y frotó su nuca con una de sus manos como una forma de exponer su ser tan cansado—. Creo que cada vez es más insistente. No lo sé, a veces siento que… algo no está bien.
—¿No tienes… ni siquiera una idea?
El menor sonrió y prefirió ser directo al leerla por completo—: ¿Está sucediendo algo que deba saber?
Milly se removió en ese momento, abrió su boca al intentar decir algo y la volvió a cerrar al arrepentirse. Joder, no era su asunto, pero tampoco podía ser indiferente cuando muchas cosas y probabilidades merodeaban por su cabeza y por la cabeza de ese alfa. Tal vez… sólo tal vez ella no hablaría, pero sí buscaría las formas para hacer ver a Jungkook —preferiblemente no a su alfa aunque eso es imposible—, que algo no estaba bien.
—¿Es sobre Taehyung? —Volvió a preguntar.
—¿Tienes… tiempo para venir conmigo después de clases? —No negó o afirmó las preguntas, por esa razón el azabache se quedó en completo silencio y asintió.
[…]
—Estoy en casa —avisó el castaño, mientras sacaba su abrigo y avisaba de su llegada—. Siento llegar un poco tarde.
El día había sido completamente agotador; todos los estudiantes sentían la tensión de ese evento cerca y eso sólo los alteraba. Ni siquiera sus clases las consideraban tan importantes como lo primero mencionado.
—¿Mamá? —Le llamó al no sentir su presencia en la primera planta y decidió subir con tranquilidad a la segunda.
Taehyung iba ir por el primer pasillo, pero se detuvo al ver a Krista sentada con su espalda recostada en la pared y con su cabeza escondida entre sus piernas. Él se asustó, se sintió mal de inmediato y acudió a ella con suma preocupación.
—¿Ma-mamá? —Volvió a hablar al colocarse de cuclillas frente a ella y esperar alguna señal por su parte. Lo único que recibió fue una mirada completamente seria que no fue capaz de comprender.
¿Rabia, preocupación, ira, tristeza?
No lo sabía.
—Oh, cariño… —Sonrió, respiró de forma profunda y acarició con delicadeza una de las mejillas de su hijo—. Olvidé… por completo preparar algo de comer para ti —admitió.
—No importa. —Negó con su cabeza, la tomó por sus manos y la ayudó a colocarse de pie. —¿Qué hace aquí?, ¿tiene dolor de cabeza? —Preguntó y Krista simplemente negó, aún manteniendo esa pequeña sonrisa.
—Ve a comer algo afuera —cambió el tema—. Has de venir cansado y con hambre.
—Vamos juntos —ofreció el castaño.
—No, cariño —rechazó la propuesta—, no tengo hambre. Sólo iré a dormir un rato, con eso, creo, el malestar podrá irse.
—¿Le… traigo algo?
—Sólo intenta no demorarte, ¿sí? —Pidió.
El castaño la miró aún muy preocupado y asintió, creyendo que con eso ayudaría a Krista a sentirse mejor. No pensando, siquiera un poco, que tal comportamiento era el indicio de algo mucho más peligroso.
///
¡Nos leemos
muy pronto! ^^
-Gaby
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