18

     Los días pasaron de manera calmada, los estudiantes poco a poco empezaban a estresarse porque la fecha del evento se estaba acercando. Los de tercero eran los encargados de la organización general, los de primero y segundo de crear los stands para las propuestas hechas por cada uno de los cursos. Y de igual forma, todo se estaba llevando a cabo de manera correcta.
En el aula de Segundo A, Jimin, Milly y Taehyung estaban encargados de ver las audiciones de cada uno de los chicos para determinar quiénes serian los que participarían en la obra. Y es que cuando terminaron todo el guión, las personas se emocionaron y de inmediato quisieron tomar a los personajes principales.

—Tú deberías ser el rey sombra —dijo Taehyung en broma—. Eres toda una serpiente venenosa.

Jimin empezó a reír y negó con su cabeza.

—Sería el rey sombra más cool de tu vida —aseguró—. Pero lo siento, estoy encargado de crear los vestuarios. Ya me dijo Milly que tú serás la luz.

—¿Eh? —Enarcó una de sus cejas el castaño—. Dime que estás bromeando —pidió.

—¡No lo sé! —Rió. —En realidad no hemos visto a nadie lo suficientemente bueno que pueda tomar ese papel. Digo, es el personaje principal y debe ser perfecto; un rostro bonito, figura curvilinea, además de una sonrisa muy adorable. Oh, espera, justo te estaba describiendo.

—Puff. —Taehyung empezó a reír.

—Deberías pensarlo. Sería interesante —mencionó.

—Déjame en el backstage —rechazó la opción y volvió a mirar su lista—. ¿No falta más nadie?

—No. ¿Por qué crees que Milly salió a buscar los telones? Aunque no sé si pueda traerlos ella —dijo, mientras pensaba—, creo que son algo pesados. Ugh, crear un mini teatro en este lugar será muuuy agotador —comentó con un leve puchero.

En ese momento, Milly ingresaba al aula con una pequeña caja, detrás de ella lo hacía Yugyeom con otras más grandes en sus brazos y pensó que la siguiente persona que vería sería Jungkook, mas se equivocó por completo, ya que era alguien diferente del cual ni su nombre sabía. Él se decepcionó al instante.

Desde lo sucedido, el azabache se había alejado por completo y el castaño sabía que iba a pasar, pero no pensó que sería difícil sobrellevarlo. Taehyung cuando llegó a su casa ese día y tarde por la noche, creyó que enfrentaría otro tema más, pero le sorprendió el hecho de ver el lugar en silencio. Después optó por esperar al día siguiente y todo estuvo… como si nada. Él no sabía cómo tomar esa situación. Aunque algo dentro de sí lo aliviaba. Admitía abiertamente que enfrentar el tema de forma directa se le hacía sumamente aterrador.

—¿Tae? —Habló Jimin al verlo perdido en sus pensamientos y le tocó el hombro varias veces—. Milly te está hablando —avisó.

El castaño pestañó varias veces y posó su miraba en la rubia de ojos verdes.

—Te estaba preguntando que si ya diseñaste los fondos para las escenas —repitió.

—Ah, sí —asintió—. Mañana empezaré a pintar los tres primeros.

—Siento que sean seis. —Hizo un puchero.

—¡No! Está bien —se apresuró a hablar el castaño—. Me agradó el hecho de que me dieras libertad para hacerlos. Además, Jiminie me ayudará. También el profesor Park nos ayudó con los marcos y las ruedas para cada uno de ellos. ¡Serán como cuadros gigantes y todos los verán! —Alegó emocionado al proyectarse.

—Sólo pintaré las bases —aclaró el rubio—. Este tipo a mi lado no me dejará mover ni tocar nada. Ya verás.

La chica rió.

—Eh, Milly —habló el chico más alto—. ¿Y nuestra paga? —Preguntó.

Ella rió al ver lo serio que podía ser Yugyeom, se acercó a su mochila y sacó un empaque con unos sándwiches prometidos para los dos alfas que había traído consigo.

—Por cierto, no vi a Jungkook por ahí —dijo y le entregó el empaque al chico alto—. ¿No vino hoy?

Taehyung prestó atención a las palabras de Milly y frunció su ceño. Tampoco lo había visto mucho.

—No, no es eso —contestó—. Yeri lo tiene como su esclavo y no ha podido zafarse. Es una intensa.

—Bueno, cuando lo veas, ¿le puedes decir que lo estoy buscando? —Pidió—. Quiero hablar con él.

—Ah, claro —respondió—. Si necesitas más ayuda, cuenta con nosotros —mencionó y salió con el otro chico.

El castaño no pudo evitar sentir intriga sobre las palabras de Milly, él la observó por unos segundos y prefirió bajar su cabeza para disimular total desinterés sobre el tema.

Ah, quería ver a Jungkook.

—¿Sabes? No es la primera vez que escucho a Yugyeom y a Jungkook hablar sobre Yeri —comentó el rubio, mientras jugaba con su lapicero retráctil.

—Sí, yo tampoco —habló el castaño.

—Quizá es intensa porque quiere acaparar la atención de un buen alfa, bien lindo y amable —molestó y empezó a hacer garabatos.

Taehyung se tensó y una miraba de molestia apareció en sus ojos. —No intentes nada, Park. No funcionará.

—¿Qué? Yo no estoy haciendo nada. Sólo digo. —Sonrio levemente, muy concentrado en sus garabatos.

[…]


     En la casa Kim, Krista se mantenía en total silencio, subía las escaleras poco a poco y apreciaba cada uno de los preciosos cuadros que Taehyung creaba. Eran tan únicos que no podía creer que tuviese a un hijo tan talentoso. Ella siempre lo amó y lo trató con mucho cariño; eso la hizo sentir muy mal y su garganta empezó a pesar demasiado.

Soltó un pequeño suspiro para calmarse, se acercó hasta la habitación del castaño y abrió la puerta con sumo cuidado. Barrió el ordenado lugar con sus ojos y éstos se posaron en aquél cuadro que seguía colgado en su caballete. Recordó un poco la conversación que habían tenido sobre él y la forma tan segura que tenía su hijo para expresar su odio ante el mismo.

Esa pintura… era tan diferente. Casi rasgando a lo tétrico; las emociones que alcanzaba a percibir en ella no eran nada agradables, las pinceladas bruscas en color morado mostrando un leve indicio de desespero y las manchas en negro eran como… una forma de neutralizar la emoción anterior.

Ella creía conocer tan bien a su hijo, que terminó completamente ciega y encerrada en una realidad impuesta por la propia creatividad de Taehyung.

Tan bueno y talentoso; tan mentiroso y audaz; tan delicado y temeroso; tan desprotegido y tan… triste.

¿Quién era Taehyung?

Krista se sentó en el banquillo frente a la pintura, no podía despegar sus ojos de ella y es que apenas estaba asumiendo muchas cosas. Entre ellas, su propio miedo a asimilar todo. En un leve instinto, acercó una de sus manos hasta su nuca y acarició con cuidado la marca totalmente descuidada que poseía. Hacía mucho que Minwoo no la reforzaba y eso la dejaba totalmente inquieta.

¿Qué iba a pasar? No lo sabía, mucho menos podía asumir la forma en que su corazón palpitaba demasiado fuerte.

Su omega chillaba por un extraño dolor y la tristeza empezaba a albergar su cuerpo de forma desenfrenada. Era como un castigo, un gran castigo por no ser buena esposa y mucho menos, una buena madre.

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¡Nos leemos pronto!

Espero que hasta este
capítulo haya sido de
su agrado. ^^

-Gaby

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