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      Taehyung no dejaba de mirar el lienzo en blanco que se encontraba frente a él. Siempre le había gustado la idea de pintar cuando se encontraba estresado, pero en esos momentos no tenía nada en su cabeza, más que un incesante bloqueo que se presentaba en colores que él catalogada como tristes.
No esperó para tomar un pincel y dejarse llevar; hacía círculos de todos los tamaños y utilizaba tonalidades distintas de el mismo color. A casi llenar por completo el espacio, optó por dejar el pincel y embarrarse las manos de otro color, para empezar a plasmarlas en cada círculo, como sellos encima y sólo dejando apreciar por ciertos espacios la primera tonalidad.

Observó por un rato y no se sintió para nada orgulloso de su trabajo, pero había algo que lo hacía sentir satisfecho. Porque al final estaba expresando lo que quería; pequeñas burbujas moradas que eran agobiadas y reventadas por manos negras que sólo las envolvían.

—Cariño, ¿qué estás haciendo? —Preguntó su madre, mientras entraba a su habitación y mirada el cuadro que estaba terminando el castaño—. ¿Y tu amigo?

—Tuvo que irse —respondió, miró sus manos y tomó un limpión para medio sacar el color—. Él tiene clases de danza por las tardes.

—Oh, claro. ¿Éste también lo colgaremos en la sala, hm? —Continuó, haciendo referencia al cuadro recién creado.

—¿Es lo suficientemente bueno para colgarlo? —Evadió la otra pregunta y miró a la mujer para después colocarse de pie.

—Es diferente —contestó—. ¿A ti te gusta?

—Lo odio —dijo con simpleza, se acercó hasta su baño y empezó a lavar sus manos.

Krista al escucharlo se quedó en silencio, miró nuevamente el cuadro y no supo qué más decir; el cuadro era desastroso, pero algún sentido debía tener para el castaño, ya que las percepciones que podían habitar en esa cabeza, eran totalmente diferentes a las del promedio. Por ejemplo: en donde cada uno de nosotros ve un puñado de arena, él tiene la capacidad de notar el pequeño brillo que sueltan las diminutas piedras cristalinas que ésta contiene.

Su hijo era sumamente especial.

Krista prefirió simplemente avisarle al castaño que pronto la cena estaría lista, para después salir y cerrar la puerta, así dejando nuevamente sólo al castaño. O mejor dicho, en medio de un silencio que poco a poco empezaba a agobiarlo.

Taehyung había llegado al punto en que se irritaba demasiado fácil y se le complicaba evadir temas que, antes y sin problemas, dejaba a un lado.

Después de secar sus manos, se acercó hasta su celular y se sorprendió al ver un mensaje de Jungkook. En él preguntaba si en el día de mañana asistiría a sus clases y si podría llegar por él, como siempre lo había hecho. El castaño enarcó una de sus cejas al leerlo y le dio una respuesta positiva. Muy en su interior le molestó tal pregunta, puesto que eso era algo que ellos hacían de manera rutinaria.

—Mañana… ¿eh? —Murmuró, volteó hacia su ventana y se acercó para mirar.

Ah, antes jugaba mucho con Jungkook en la acera y amaba molestarle, ya que sus mejillas y orejas se tornaban muy rojas por la vergüenza.

El castaño volvió a mirar su celular y de forma fugaz, el recuerdo de aquella conversación apareció en su cabeza.

“—Permíteme… cortejarte. Permíteme hacerlo”.

No, no, la pregunta de Jungkook era muy obvia y el castaño no quería admitirlo. Ya no era lo mismo, esas rutinas quizá en algún momento iban a desaparecer y eso era lo que más le asustaba. No quería, no quería dejar de verle, no quería perder la comodidad de estar junto a él sin preocupaciones tan estúpidas y complicadas como su género.

El maldito segundo género: ese capaz de corromper y reprimir el raciocinio de las personas más cercanas a él.

[…]


—¿Cómo te ha ido en estos días? —Preguntó Gongyoo, más concentrado en su cena que en la propia pregunta.

—Muy bien —respondió con simpleza Jungkook.

El ambiente en la casa Jeon siempre se encontraba repleto de tensión y un silencio que muchas personas catalogaban como abrasador. Tanto hasta el punto de incomodar y querer salir se allí cuanto antes.

—¿Y las clases? —Volvió a hablar el mayor y optó por mirar a su hijo, el cual denotaba un ligero sentimiento de incomodidad.

—Van muy bien —repitió.

—¿Sabes qué… en este momento podría agarrarte del cuello y hacerte caer? —Comentó, aún observando al menor, el cual sintió la incomodidad recorrer por su cuerpo.

—Si su intención es lograr que intente pasar por sobre usted, no lo logrará —aseguró el chico y decidió mirarlo—. Es mi padre.

—Nunca… he llegado a entender de dónde eres tan suave —volvió a hablar el hombre, volviendo a pasar su atención hacia su plato.

Jungkook mantuvo sus ojos en él por unos segundos, soltó un suspiro al creer que no tenía caso e hizo lo mismo que el mayor. Pero, al tomar todo con mayor cuidado, de pronto éste sí podría ayudarle de alguna u otra forma.

—Padre —llamó la atención del alfa mayor y éste volvió a mirarlo—, ¿puedo… pedirle un consejo?

—Depende —contestó.

—No entiendo —admitió.

—Conoces mi carácter, conoces el tipo de conclusiones a las que puedo llegar y… si sabes eso y consideras que te sirve, adelante. De no, teniendo en cuenta el tipo de personalidad que tienes, simplemente llegaré a molestarte —aclaro, sonrió levemente al ver la confusión en el rostro de su hijo y terminó por decir—: ¿Qué es lo que te ha estado molestando hasta el punto de que quieras pedir un consejo de mi parte?

Gongyoo admitía no conocer todas las facetas de su hijo, pero algo si tenía muy claro, y era el hecho de que éste prefería no incluirlo en su vida personal. Sí, aunque fuesen padre e hijo era algo muy extraño.

—Si un omega… rechaza mi petición de ser cortejado… ¿debo simplemente rendirme? Digo, se supone… que debo respetar su posición —planteó su problema y miró sus manos debido a la vergüenza que el asunto le provocaba.

—¿Sientes que debes dejarlo? —Preguntó.

—No —respondió de forma rápida.

—Entonces no lo hagas —expuso su solución y de inmediato los ojos de su hijo se posaron en él—. Aunque no lo creas, o simplemente no puedas entenderlo, tu condición no sólo se limita a ser egoísta y exigir porque sí —aclaró—. Cuando un alfa se fija en un omega, pueden pasar dos cosas: una, te vuelves un pequeño niño cariñoso, o dos, te vuelves sobreprotector ante la persona, incluso supera los celos. Debes tener cuidado si es lo segundo. 

—¿Por qué? —Cuestionó, mostrándose muy interesado.

Gongyoo lo pensó, sonrió levemente y respondió—: quizá 'él' está tratando de decirte algo.

///

En este momento quiero pedir total discreción y cuidado con el tema abordado en este fanfic.

⚠️ Aclaro: no está
bien y no apoyo
esa clase de
comportamiento. ⚠️

Pasen excelente
mañana/tarde. ♡

Stream 'Black Swan' ^^

-Gaby

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