07

—Dijo que estaría aquí en unos minutos —mencionó Yugyeom, justo después de leer el mensaje desprendido de su celular.

—¿Por qué pidió un lugar privado? —Cuestionó el azabache, mientras salía de su habitación y cerraba la puerta tras él.

—¿Si te digo que lo sé, me creerías?

—No —admitió y dejó caer su cuerpo en el sofá—. Tenía tiempo sin recibir a nadie aquí.

—Con tu padre aterrador, ¿quién aceptaría venir aquí?

El azabache rió al escucharlo y negó con su cabeza. Su amigo tenía razón en gran parte.

Después de un rato, las tres personas se mantenían en la sala de estudio de la casa. Yugyeom y Jungkook observaban cómo la rubia Milly sacaba un repertorio extenso de libros raros.

—Bueno —empezó a hablar la chica, se sentó en una de las sillas y miró al azabache—, cuéntame un poco.

—¿Qué podría decir con exactitud? La mayor parte del tiempo estoy intranquilo.

—¿Intranquilidad por qué? —Enarcó una de sus cejas.

Jungkook frunció su ceño. —Ésto es complicado. Simplemente no me entiendo o no logro mantenerme bien con mi segundo género.

—Ah, estás en duelo —dijo con seguridad–. Dime, ¿qué es lo que te pide tu lobo, hm? —El azabache se mantuvo en silencio y bajó su cabeza. —Quizá sólo es algo normal y como es nuevo para ti, te sientes de esa forma —opinó la chica.

—No —negó con inmediatez—, es distinto. Constantemente me está pidiendo que vaya y acuda a esa persona, como si ésta me necesitara más que nada en esta vida y la otra. A veces pienso que soy egoísta y que quiero abarcar todo de él.

—No, es bastante normal en alfas promedio pero… chico —continuó y mostró un rostro muy emocionado—, ¿son simples sensaciones o… se expresan en palabras claras?

—¿Qué? —Habló Yugyeom sorprendido.

Jungkook se mantuvo incómodo al percibir la emoción de la chica.

—Contéstame —pidió.

—Me exige que vaya a verlo, que lo cuide, que esté pendiente de él y… ¡Agh! —alegó al final y talló su rostro.

La chica sonrió y asintió con su cabeza, después tomó uno de sus libros y empezó a explicar lo que, ella creía, estaba pasando. Hizo entender que la conexión de Jungkook con su segundo género era muy elevaba, casos que sólo se daban con alfas y omegas puros. Preguntó por su nacimiento y al enterarse de que su madre había muerto justo en ese momento, pudo estar segura de sus palabras.

El hecho de que su padre hiciese doblegar a su madre para tener un bebé con esa condición, era suficiente muestra de deseo de dominio y mayor poder.

También mencionó que, seguramente, su alfa estaba deseoso y quería cortejar a esa persona para tenerla junto a él y no permitir que alguien más se le acerque. En ese momento Milly planteó que debía tener cuidado, porque existían casos raros en donde un alfa con tanta conexión lograba suprimir al contenedor y apoderarse por completo de él, dejando salir sus deseos más reprimidos. En pocas palabras, marcar al omega y volverlo totalmente suyo.

Al final, los dos chicos quedaron casi haciendo cortocircuito por tanta información.

—Tengo… una ultima pregunta —dijo Jungkook.

—¿Dime?

El chico la miró por unos segundos, pensó dos veces antes de hacerla y simplemente negó. Era algo demasiado raro que no podía simplemente exponer.

—Es todo.

—Bien. Mira, Jungkookie, si tienes más dudas, acude a mí nuevamente. —Rió. —¡Tu caso me emociona mucho! Nada más quiero verte cuando empieces a madurar como alfa.

—¿Cómo?

—Chico… —Sonrió. —Llegarás a un punto en donde vas a querer que todos estén por debajo de ti. Y no, no será sólo culpa de tu segundo género. Aprende a controlarlo o los resultados serán caóticos.

Jungkook se mantuvo en silencio mientras la observaba, respiró de forma profunda y bajó su cabeza. Si antes estaba inquieto, ahora la preocupación era la que primaba en su cabeza. Lo peor del caso es que seguía con la intención de ir a ver a Taehyung.

[…]


     El tiempo pasó y la noche se hizo presente, el castaño se miraba al espejo y se preguntaba si hacerse una permanente de ese tipo había sido una buena decisión.

—Jimin mencionó que las ondas suaves se veían bien en mí —murmuró para él, soltó un suspiro calmado y miró en dirección a su canasto con ropa sucia. De inmediato apareció en su cabeza la imagen de Jungkook utilizando una de sus camisas y eso lo hizo sonrojarse en sobremanera.
—Estás enfermo. —Negó con su cabeza, iba a salir del baño pero se detuvo al momento de mirar nuevamente el canasto.

Al final terminó rendido, tomó la camisa y con algo de duda la acercó hasta su nariz, olfateó unas dos veces y fue suficiente para acercar tal prenda a su pecho y abrazarla como si se tratase de esa persona. Era una locura, era una locura porque no se sentía mal al hacerlo y deseaba, en lo posible, que esa persona estuviese junto a él; que lo abrazara, que lo cuidara… que le dijese… que todo estaba bien.

Taehyung sintió sus ojos cristalizados y empuñó sus manos al intentar contener sus lágrimas, después pasó una de sus manos por su cuello y la parte sensible de su nuca lo hizo incomodarse. Como reacción ante ello, rasguñó con mucha presión el lugar y después pasó a revolver su cabello en sentido de desesperación.

Todo era su culpa.

Todo por ser así.

Siempre será su culpa.

El ligero aroma ácido que desprendía su habitación lo hacía sentir mal, diferente… muy sucio.

El castaño optó por apoyar su espalda en la pared y arrastrarla hasta terminar sentado en el frío suelo. Después de eso, tomó nuevamente la prenda y la mantuvo entre sus brazos hasta cerrar sus ojos y conseguir algo de calma.

Todo aquél que entraba en ese lugar podía percatarse de esa sutil diferencia. Entonces, si su madre entraba todos los días, ¿por qué simplemente aún no pasaba nada?

¿Qué era lo que no le permitía saber que algo andaba mal en su hogar?

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Siento no haber publicado
ayer, fue un día muy
¿caótico? para mí.

Nos leemos
mañana. ^^

-Gaby

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