Los días para alguien que recién se presentaba como un alfa no eran los mejores. Jungkook admitía a murmullos que hubiese sido mejor quedarse como un beta, mas mencionarlo seria un fuerte regaño proporcionado por su padre, quien siempre ha mostrado orgullo ante lo que es.

"Porque no hay nadie por encima de nosotros. Mantente firme y con tu mentón arriba".

El de cabello azabache recordó aquellas palabras y sólo pudo negar ante lo dicho. Después de ello, acomodó las correas de su mochila y optó por esperar a otra persona.

Sus días, antes de su 'tragedia', se basaban en ir a la preparatoria, jugar de vez en cuando en su computador e irse a dormir. Sí, es un adolescente mantenido. La única y gran diferencia, es que ahora sus intereses no sólo se reducen a eso.

La rejilla de la casa frente a él se abrió y dejó ver a la persona que se encontraba esperando, era su tan querido y admirado Hyung, ése que siempre lo protegía de los otros y lo hacía sentir seguro.

—¡Jungkook! —Habló emocionado el castaño y eso sorprendió al menor—. ¡Muéstrame! —Pidió y se acercó sin respetar el espacio personal—. ¡Abre la boca!

—¡¿De-de qué hablas?! —Preguntaba exaltado e intentaba alejar las curiosas manos del contrario de su boca.

—¡Tus colmillos! —Alegó—. ¡Déjame verlos!

—¡Hy-Hyung! —Empezó a caminar muy rápido, escuchando cómo se quejaba el mayor.

—¡Me parece injusto! —Decía con un puchero en sus labios.

—Debiste venir la semana pasada, pero no, al parecer habían cosas más importantes que hacer.

—Mamá no me dejó —admitió el castaño y empezó a caminar a su lado—. Fue un error decirle que mi bubu se había presentado como alfa. Digo… conoces mis condiciones también.

Jungkook prefirió quedarse en silencio y soltar un suspiro con algo de lamento. Hace un año, cuando Taehyung se presentó como omega, empezaron a restringirle muchas cosas, lo cuidaban más y lo regañaban cuando llegaba muy tarde a su casa; comprendía la teoría, pero en su interior mandaba tal teoría al carajo y pedía a las fuerzas místicas que todo fuese una mentira. Pero no, lamentablemente no lo era y ahora con su poca experiencia siendo lo que es, debe admitir que entiende el comportamiento tan estricto de sus padres, ya que cuando eran niños su mayor siempre llamaba la atención por su apariencia, pero ahora el ligero aroma que podía percibir; como pequeños hilos invisibles que se adentraban a sus fosas nasales, lo hacían sentir un poco diferente, como si algo en su interior fuese llamado ante el castaño.

—¿Jungkookie? —Habló confundido Taehyung.

—¿Sí? —Preguntó.

—¿Me estás escuchando?

—Clara… mente —mintió y dejó ver una sonrisa llena de inseguridad.

—¡Entonces es un trato! —Gritó emocionado y empezó a correr, dejando totalmente confundido a Jungkook.

El azabache frunció el ceño y lo que logró comprender es que se trataba de una carrera. No hizo más que intentar seguirle el paso al castaño y dejar salir risas que siempre eran provocadas por el mencionado.

Risas que, aunque no lo comprendiera, siempre estaban en esa persona. Porque quizá ese era su único método de protección.

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Porque quizá Jeon Jungkook sólo aprendió a conocer, lo poco que Kim Taehyung le permitió ver.

“—Hy-Hyung, ¿qué-qué es todo ésto?” 

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Okay, esta es una historia un poco más complicada que... admito, me tomará tiempo culminar. De igual forma, ya se encuentra adelantada.

Espero me acompañen
en todo este proceso. ^^

Nos leemos pronto. ♡

-Gaby