Capítulo ocho.

08.15 AM. Era tan temprano y no podía pegar un ojo, no lo había hecho desde que había escapado de Hucck, sentía un temor inmenso cuando escuchaba pasos acelerados y frenadas abruptas, en mi cabeza siempre él estaba presente hasta en el más mínimo detalle.

— Imposible dormir, ¿huh? —Apareció Joe con una taza de café y alguna que otra medialuna en una bandeja. —Imaginaba que no ibas a descansar como ha pasado en estas dos semanas. Necesitas relajarte.

Dejó el desayuno a un costado de la cama y se sentó a mi lado, le regalé una sonrisa y me lo quedé mirando por unos segundos, no podía creer que él fuera un policía con apariencia de tipo duro cuando era un ser sensible y bueno, aunque no quisiera admitirlo.
Me sentía segura y en paz a su lado, no por ser un policía sino por su personalidad, transmitía una energía diferente, positiva y especial, quizá sabía tratar a personas con amnesia. Solté una sonrisa relajada y tomé entre mis manos el café que estaba en la bandeja, en tan poco tiempo Joe ya había aprendido cuáles eran mis gustos.

Los días se volvieron cotidianos pero divertidos cerca de aquel hombre, siempre tenía algo diferente para contar sobre él o su profesión, día a día intentaba asegurarme que Hucck no tendría la forma de encontrarme y poco a poco comenzaba a creérmelo. Hoy había llegado el día en el que iba a poder salir, esto no quiere decir que estaba encerrada pero era el primer día que me había animado a salir a la calle sin pánico ni temblores. Joe me había ofrecido acompañarlo a su trabajo y esa era una gran aventura, me daba emoción poder respirar un poco de aire.

Salimos de la casa y fuimos directamente a la estación de policía, allí fui tratada con mayor paciencia y comprensión, al parecer Joe se había tomado la molestia de hablar de mí y contar mi historia, eso me habla sorprendido bastante ya que teníamos una relación distante pero linda a la vez.
Luego de que Joe se despidiera y me dejara con sus compañeros, pude escuchar unos fuertes gritos que provenían de la sala de interrogación, caminé con disimulo para que nadie notara que iba a observar y me asomé sigilosamente. Dentro de aquella habitación había una pizarra con fotos en blanco y negro junto con notas pequeñas escritas unidas por un hilo rojo, un hombre de unos sesenta años apuntaba una de las fotos y gritaba enloquecido... La de la foto era yo. Una mujer de cabello canoso y ondulado que me sostenía del brazo con dureza, al fijar mi vista en el rostro de la mujer sentí una fuerte presión en el pecho como si estuviesen clavandome una puñalada y retorciendo aquel cuchillo. Caí al suelo. Un recuerdo vino a mi mente. Gritos, llanto, dinero, manipulación, dolor, escapatoria. Todo resumido en esas palabras, comencé a temblar y mi vista se volvió nublosa en cuestión de segundos, había perdido el conocimiento.

—¿Daphne? Despierta, vamos linda.. — Escuché una suave y dulce voz que hacía eco.

—¿¡Daphne!? ¿¡Qué carajos pasó!? — Una voz brusca y ronca apareció de repente, logrando que despertara por completo. Joe, con el ceño fruncido y sus ojos llenos de preocupación estaban mirándome fijamente, sosteniendo mi cabeza con suavidad.

—No lo sé, estaba asomada a la puerta del comisario y se desvaneció. No lo entiendo.

—¿¡Y por qué no la sacaste de ahí!? Emily, esto es grave. Cualquier imagen puede dañar su cerebro, ¿acaso no entiendes? —Gruñó.

—Gritas como si fuera tu esposa, Joe. Baja tu puta voz que estoy trabajando. —Una voz más grave apareció en la conversación y pude visualizar una figura de estatura media y musculoso.

—No vengas a decirme que hacer, si hicieras bien tu maldito trabajo ella no hubiera visto la investigación. Encárgate de ser un buen comisario.

—Respeta, imb..

—Joe... —Logré decir con vos quebrada al ver semejante espectáculo por mi desmayo.

Las miradas estaban posadas en mí al escuchar mi voz, Patrick, el comisario, quien tenía a Joe sujeto de la camisa con fuerza lo soltó y aquel castaño de ojos miel se acercó a mí tomándome de la cabeza.

—Lo lamento, Daphne. No era mi intención que ocurriera esto.

Negué con la cabeza para que Joe no se preocupara de más pero aquella foto había causado cosas importantes en mí, poco a poco iba recordando y cada vez más quería saber que ocurría en mi vida anterior, quién era yo, como eran mis padres, si tenía hermanos o tíos, sobrinos. Sabía que estaba cada vez más cerca de mi pasado y si era bueno o malo no me importaba, tan solo quería saber cual era mi historia.

¡Muchas gracias! Acá les dejo el capítulo ocho que fue hecho con mucho amor. Me gustaría que voten y me diga qué tal les pareció, poco a poco voy haciendo la trama y quisiera que me digan que es lo que más les gustaría ver, si acción, intensidad, tranquilidad, amor o lo que sea. Pueden recomendarla también que me ayudaría muchísimo más. ¡Disfruten!

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