Capítulo 1O.
La ventana estaba abierta y la brisa pegaba en mi rostro, alborotando mi pelo un poco, no mucho. Cerré mis ojos y me dediqué a sentir el viento que chocaba contra mi cara mientras que escuchaba la música lenta de la radio que iba al compás de mi respiración. Un momento de relajación y paz, podía sentir una armonía especial en mí, se me hacía difícil no sonreír ante aquella sensación ya que solía estar tensionada en este último tiempo pero por primera vez podía encontrarme conmigo misma.
Un murmullo apareció en esa noche silenciosa, abrí mis ojos y vi a Joe moviendo la cabeza de un lado hacia el otro mientras cantaba en voz baja la canción con entusiasmo, solté una pequeña risa y tapé mi boca al instante que aquel hombre de ojos tan bellos me miró de una manera desafiante con la ceja arqueada. — ¿Así que te atreves a reírte de mí, eh? — Soltó Joe para luego continuar concentrado en la carretera.
— Bueno, es que es gracioso verte relajado, siempre estás serio. — Dije inocentemente con los hombros encogidos y mis manos entrelazadas.
Él negó con la cabeza y simplemente sonrió, sabía que tenía razón en ese punto, nunca solía verlo sonreír o hacer alguna bobada pero yo mucho no podía decir porque era bastante parecida, al menos en este último mes. Quizá siempre había sido así, quién sabe.
Después de una hora de viaje, llegamos a un bello paisaje con unas montañas verdosas y un lago cristalino que podía llamar la atención de cualquier ser humano, era realmente impactante poder apreciar un lugar tan precioso luego de estar en plena obscuridad. Caminamos hacia donde iniciaba el lago y me arrodillé en la arena para luego tocar con mis dedos aquel agua transparente la cual estaba bastante fría pero eso no le quitaba lo hermoso que era.
Dirigí mi mirada hacia donde estaba Joe, él había encontrado un bote de madera que estaba decorado con flores violetas y verdes en los bordes de éste mismo. Acercó la canoa hacia el lago y la sostuvo con una de sus manos para luego dirigir su mirada hacia mí. Me dirigí hacia donde se encontraba y tomé su mano para después entrar a aquel pequeño bote y observar lo que había dentro de el, miré por un segundo a Joe y observé su entusiasmo en sus ojos. Podía sentir ese nerviosismo que no sentía muy seguido, él había preparado una cena admirable en aquel bote, era algo que no esperaba pero me parecía un gesto tan increíble. A veces la vida te pone en el lugar en donde tienes que estar.
— Bueno, puedo ver en esa sonrisa que te gustó mi lugar especial. — Dijo Joe para luego empujar el bote e introducirse dentro de él. — A este lugar solía venir con mi madre, me preparaba un almuerzo o una cena, nos quedábamos mirando las estrellas y escuchando el silencio. Siempre fui un fiel creyente de que el silencio es uno de los paisajes más hermosos si se acompaña de la persona indicada.
Entreabrí mi boca para luego cerrarla y apretar mis labios, había entendido lo que había querido decir pero no podía expresar nada en ese momento, todavía no creía que aquel muchacho por fin comenzaba a abrirse a mí y mucho menos que me haya traído a un lugar que le trajera recuerdos de su infancia.
— ¿Tu madre está viva? — Salió de mi boca. Oh por Dios. No podía creerlo. Tonta, tonta, tonta. — No, no es necesario que me respondas, soy una estúpida, ¿Cómo voy a preguntar algo así? Lo siento.
Joe rio en voz baja y pasó una de sus manos por su nuca. — Ella murió hace dos años, no lo lamentes, está bien que me preguntes.
— ¿De qué murió? De veras que lo lamento. — Dije mientras que apoyaba ambas manos en mi mentón.
— Ella murió de cáncer, fue un momento muy difícil, tanto para ella como para mí. — Respondió. La luz de sus ojos huyó de un segundo a otro y pude ver aquellos hermosos ojos apagados, podía notar lo que él había sufrido por su madre y la tristeza que manejaba en aquel momento. — Lo que debo confesarte es que... Han pasado dos años desde que no vengo aquí y... Aquí me tienes. ¿Está bien la comida?
Clavé mi mirada en la suya y tomé su mano como él solía hacerlo cuando yo me sentía apagada y perdida, era una caricia al alma cuando nos sentíamos así. Era nuestro pacto. — Todo está perfecto.
Tuvimos una velada increíble, llena de risas contagiosas, miradas cautivadoras y la Luna Llena de decoración junto a las estrellas. La comida estaba increíble, claramente era una receta de su madre de la cual hablamos un rato largo sin ninguna mirada apagada ni caras tristes, él recordaba momentos graciosos con ella y yo me dedicaba a escucharlo con una enorme sonrisa en los labios, realmente sabía que aunque tenía amnesia nunca me podría olvidar de esta noche tan inolvidable.
Nos acercamos hacia el carro de Joe y me apoyé contra la puerta de éste mismo mientras observaba las estrellas por una última vez, sabía que volveríamos a la rutina y quería recordar cada detalle de esta noche.
— Deberíamos ir volviendo, mañana tenemos un día largo investigando a Hucck y su gente. — Dijo Joe, soltando un pequeño suspiro y subiéndose al auto sin decir más.
Mi cabeza en el viaje de vuelta a casa solamente pensaba en lo emocionante y aterrador que iba a ser el día de mañana, pasaríamos muchas cosas e incluso podrían venir algunos recuerdos o eso era lo que yo esperaba con tantas ansias. Estacionamos el auto en el garage de la casa de Joe y me quedé por unos segundos en el asiento para luego ser interrumpida por una persona que estaba delante del auto con ambas manos en el pecho. Claramente eso me había confundido.
— Daphne... ¿Eres tú?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top