2.

Se despertó en la cama aturdido.

Su cabeza dolía muchísimo y se sentía un poco débil.

¿Se había acostado sin cenar?

¿Se bebió la medicina?

¿Todo había sido una pesadilla?

Se levantó lentamente de la cama inspeccionando su habitación.

No estaba él.

Suspiró tranquilamente y salió de la habitación después de agarrar las pastillas de su mesita de noche.

Al llegar a la cocina abrió el refrigerador en busca de la manzana que sabía que tenía, pero encontró que ya estaba picada.

Entonces se comenzó a sentir extraño.

¿Entonces de verdad había picado la manzana?

Si eso era cierto significaba que también había empezado a hacer los macarrones con queso.

Se fue directo al horno y se encontró los macarrones perfectamente listos para comer, pero él horno estaba apagado.

De repente comenzó a sentirse muy raro, volvió a la habitación y buscó el cuchillo que recordaba haber tirado en contra de aquel delgado hombre pero no estaba allí.

Estaba colocado en su respectivo lugar.

Wonho se quedó pensativo unos minutos, pero al final se decidió a comer los macarrones, pues la noche ya pasaba de las 2 AM.

Se sirvió una buena porción de macarrones y un vaso de jugo y caminó en silencio hacia la sala.

Se sentó en el sofá y encendió la televisión para ver alguna película mientras terminaba su tardía cena.

Encontró un programa muy interesante, un documental sobre animales en peligro de extinción y se dispuso a dar el primer bocado de comida, pero estaba frío porque ya habían pasado horas desde que se suponía que los hizo y el clima exterior no ayudaba.

Hizo una mueca de mal gusto pero siguió viendo el documental, no tenía ánimos para levantarse a calentar la comida.

- Si sigues comiendolo así va a provocarte indigestión.

Wonho saltó del sofá en cuestión de segundos mirando muy asustado.

No podía ser cierto... ¿Qué hacía él allí?

Wonho se agarró la cabeza por el dolor que le provocaba la situación.

- No, no está aquí, yo estoy solo y esto es una mala jugada de mi imaginación.

Wonho comenzó a caminar en círculos con los ojos cerrados mientras repetía una y otra vez esa frase, hasta que sintió que le tocaron el hombro.

- Soy tan real como tú.

En ese momento Wonho ya estaba muy asustado y lo único que pudo hacer fue volverse a sentar.

- ¡¿Qué quieres de mi?! ¡¿Qué fue lo que te hice para que estes atormentandome?! ¡Jamás te conocí!

Él se sentó al lado de Wonho.

- En realidad... es muy difícil de explicar... Te sonará muy loco, pero hemos coincidido antes en la cafetería, justo te vi está mañana.

Wonho lo miró aterrado por la tranquilidad con la que hablaba aquel ser extraño.

- Yo... No se quien eres, lo siento.

- Lo sé, pero ya nos hemos visto Wonho.

Un escalofrío horrible le recorrió la espina dorsal en el momento que escuchó esa frase.

Ahora Wonho estaba literalmentìe temblando al escuchar su nombre.

- ¿C-co-como... sabes como me llamo?

- Pues tu nombre está en varios sitios del apartamento, estuviste mucho tiempo inconsciente, así que revisé un par de cosas por allí.

- ¿Y... tú... quien eres?

Él se quedó pensativo unos minutos.

- Yo... No sé, no puedo recordar nada aparte de ti.

Wonho lo vió aterrado.

- ¿No sabes... tu nombre?

Él volvió a quedarse pensativo.

- Soy... Hyungwon... creo.

Wonho suspiró intentando mantener la poca calma que le quedaba.

- Bien... Hyungwon... ¿recuerdas por qué estás en mi casa?

- Yo... No lo sé, lo único que recuerdo es estar parado en medio de la calle adolorido, entonces me giré y vi venir la camioneta que viste en las noticias hace unas horas, estaba asustado al igual que ellos, no supe como o porqué, pero él accidente ocurrió y salí corriendo de allí, hasta llegar a este lugar, no sabía que aquí vivías tú, pero eres la única persona que me ve.

Wonho tragó con fuerza.

- ¿Q-que te... ve?

Hyungwon asintió.

- ¿No eres... real? ¿Qué eres? ¡Dios estoy volviéndome loco!

- Soy real Wonho, sé que tengo un trabajo y probablemente también una casa, te vi está mañana en la cafetería y no recuerdo nada más... no se porque estaba en esa calle, no se porque estoy aquí, pero nadie más me ve y necesito de tu ayuda para que me digas quien soy y por qué me está pasando esto...

Wonho se quedó estupefacto, no sabía que hacer o que decir.

Entonces Hyungwon puso una mano sobre su hombro y él se estremeció ante el tacto y por instinto intentó apartarlo, pero nuevamente su mano atravesó la mano de Hyungwon sin tocarlo.

- ¡Maldita sea!

Hyungwon lo miró.

- Calmate Wonho.

- ¡¿Que me calme?! ¡¿Qué me calme?! ¡¿Viste eso?! ¡Ah no, espera es que yo estoy quedando loco! Llamaré a un exorcista o algo y mañana iré al psiquiatra... creo que necesito beberme las pastillas, seguro tengo fiebre y estoy delirando...

Hyungwon lo miró triste.

- Yo también quisiera que esto solo fuera una pesadilla, pero mirame, estoy aquí sin recordar quien soy en realidad.

Wonho lo miró de nuevo, seguía sin creer que de verdad estaba allí.

- ¿Por qué tu... si puedes y yo no?

- ¿El que? ¿Tocar?

Wonho asintió.

- No lo sé, quizá yo lo controlo pero aún no se como manejarlo correctamente, con mucha dificultad terminé de partir la manzana, también de preparar los macarrones y la parte más difícil fue levantarte del suelo, sobre todo porque tengo muy poca fuerza en comparación contigo.

Wonho asintió.

- Así que si tu decides que no puedo tocarte... No podré hacerlo...

Hyungwon asintió.

- Eso es lo que creo.

- ¿Y cómo sabré que eres real si no me dejas saberlo?

Hyungwon se quedó pensativo unos minutos.

Entonces levantó sus manos y acunó la cara de Wonho entre sus manos a pesar de que él seguía teniendo miedo.

Entonces al conectar sus miradas Wonho se sumió en un profundo deja vi y reconoció al instante ese color grisáceo-verdoso de una cálida mirada que se le ofrecía casi todos los días en aquella cafetería.

Siempre había pensando en que con quien compartía su café no era nada más que un extraño, pero no se había dado cuenta que todos los días se sentaba en la misma mesa, enfrente del mismo "extraño" de ojos claros.

Era él.

El tipo de trajes bonitos y muy elegantes.

El de amable sonrisa y que siempre saludaba al llegar y al despedirse.

Y estaba sintiendo su tacto en esos momentos.

Hyungwon se separó lentamente de él buscando una respuesta en su mirada.

- ¿Sabes quién soy? ¿Nos conocemos?

Wonho negó con la cabeza, muy triste.

- Lo... lo siento Hyungwon... hemos compartido muchos momentos en la cafetería, no sólo hoy... pero... jamás pregunté ni tu nombre.

Hyungwon agachó la cabeza triste.

- Pensé que sabrías quien era.

Wonho lo miró triste.

- Lo siento... es... mi culpa, cuando iba a la cafetería siempre estaba adelantando trabajo y apenas respondía a tus saludos... de verdad lo siento, quizá hubiera podido ayudarte...

Hyungwon asintió triste y Wonho se sintió abrumado.

- Debo irme... yo... no se que hacer ahora... perdon.

- ¿A dónde irás? Esta es tu casa.

Wonho asintió.

- Si, lo sé, pero no quiero estar aquí, perdón... voy a estar en otro apartamento por esta noche... puedes quedarte y ... si comes y duermes puedes tomar lo que desees...

Hyungwon lo miró muy triste.

- Y por favor, no me sigas.

Wonho tomó su abrigo y sus llaves y salió del apartamento hacia el apartamento de uno de sus amigos que residía en el mismo edificio, con la esperanza de que todo siguiera siendo una pesadilla y que al volver por la mañana todo estuviera en orden.

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