XVI


✠𝐷𝑖𝑙𝑒 𝑎 𝑡𝑢 𝑚𝑜𝑐𝑜𝑠𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑖 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑣𝑒 𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑖𝑛𝑓𝑒𝑐𝑡𝑎𝑟 𝑙𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑙𝑜𝑠 𝑙𝑒 𝑣𝑜𝑦 𝑎 𝑚𝑎𝑛𝑑𝑎𝑟 𝑎 𝑝𝑎𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑎𝑏𝑎𝑙𝑙𝑜𝑠. 𝑇𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝐿𝑒𝑣𝑖 𝐴𝑐𝑘𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛✠

Hanji sostenía a Levi. Le costaba respirar y sentía que se iba a desmayar en cualquier momento. Intentó conectar con ella pero era en vano, Astar se había esfumado por completo.

Ver correr a Hel le hizo ver que él no era más que un maldito cobarde, pero las indicaciones fueron claras, él no debía acercarse a ella para no agitarla. Cuando dio la orden de atacar, palideció más si cabe. "A la mierda"

Con mucho esfuerzo, cogió su cuchilla y la lanzó directa a su cuello, sabiendo perfectamente que ella la esquivaría, y vaya si lo hizo.

"No me jodas Astar, no me hagas esto"

Pero para sorpresa de todos, la orden era dirigida contra Lilith. El viento seguía soplando fuerte y ahí nadie había movido ni un solo dedo. La tensión se cortaba incluso con el aliento y era una escena de lo más escambrosa.

Aquellos seres estaban impregnados de sangre por sus caras, manos y ropas. Por su parte, tanto Caín como el viejo Ackerman observaban sin interferir, siendo increpados en alguna ocasión por los soldados.

- Tranquilos. Observad su rostro muchachos.- dijo Caín con calma.

Levi sintió una punzada, esta vez, demasiado fuerte y volvió a caer sin perder el contacto visual con Astar. Sus ojos empezaban a tener destellos de otro color. Era la maldita primera vez que eso pasaba. El cielo se empezó a cubrir y amenazaba con llover. Las venas negras empezaron a ocupar la mayor parte de su cuerpo.

-Hanji...- dijo Levi con cierta dificultad.- los soldados deben retroceder.

-¿Y tú enano?

- Yo tengo que traer a Astar de vuelta

Hanji suspiró con una sonrisa.

- Dile que la necesito viva para mis investigaciones.- sacó una pistola y lanzó una bengala. Rápidamente los soldados se empezaron a replegar

"Perdóname por todo, perdóname por todo el daño que he hecho"

Respiraba y jadeaba. No sabía si eso había sido una mala jugada de su mente o realmente había sido ella. Notó la sangre caer por su frente. No entendía una mierda.

"Gracias por ser tú, estoy feliz por haberme encontrado en tu camino. Fue lo único bueno que he tenido en esta existencia. De niño, esperabas y contemplabas desde la lejanía.

Pero siempre supiste que tú serías el que trabajaría mientras los demás jugaban.

Y tú, tú permaneciste despierto por las noches, pensando en las cosas que cambiarías.

Pero solo era un sueño para ti. Pero mira, aquí estamos Levi, ahora no te vayas.

Somos los guerreros que construyeron esta ciudad."

Caín se había acercado a Astar que estaba de rodillas intentando controlarse, con Hel al lado. Sintió el aura de Astar espesa y negra cuando la vio a los ojos.

- Te dieron orden de replegarte. Lárgate de aquí.

Hel iba a responder pero Caín se le adelantó.

- Volveré a vagar eternamente si hace falta, pequeña. Realmente has sufrido mucho.

- No. Me corresponde a mí el castigo. Tú ya has cumplido por mí en una ocasión.

- No te preocupes.- el viejo Ackerman se metió en la conversación.- le acompañaré.

- Estúpido viejo...si tan solo hubieras dicho quién eras desde el principio. Debo ir con vosotros.

- Astar, has elegido un buen camino, por eso tu madre y yo te elegimos a ti para vivir. Ahora tú llevas algo contigo que no te permite andar por el abismo. Tiempo al tiempo.

Notó que ambos posaron una mano a cada lado de su cuerpo recitando nuevos versos y algo era robado de su interior.

- Esta vez, no habrá manuscritos, no habrá resquicios. No habrá nada.

- No encuentro a Levi.- dijo ella con cierta ansiedad en su voz.- no me responde.

- Por suerte o por desgracia.- dijo Caín.- ese joven está condenado a ti.

- Y tan condenado...esta mujer es... agotadora.

En la mente de Levi las palabras de Astar fluían pero él era incapaz de responderle.

"Soñé muchas veces contigo y un niño. No me preguntes porqué, parecía un presagio...me hacía gracia porque le obligabas a limpiar siempre y yo le enseñaba a luchar...vive por favor, vive Levi"


Él sintió un rebrote de energía y sus ojos centellearon como de costumbre. Dio un fuerte salto para posicionarse detrás de Astar. 

Su cuchilla había sido clavada literalmente en la cabeza de uno de los descendientes.

- ¡Astar!.- le quedaba poca voz, pero ella lo escuchó. Rápidamente se levantó y caminó a paso rápido hacia él, que lamentablemente volvió a caer arrodillado, con la cara ensangrentada por el esfuerzo hecho sobre ella. 

Había empezado a llover para aquel momento. Ella se giró. El polvo de Lilith con un grito perdido en el bosque volaban por aquel páramo. El momento de intentar dar de su energía a Levi hizo perder el comando sobre los descendientes que habían entrado en frenesí.

- ¡Estúpidos animales sin modales!

Su rostro estaba pálido y marcado, sus orbes tornaban de color de forma continua pero Levi pudo notar que ella regresaba. 

Astar concentraba energía. Era chocante cómo un ser tan oscuro podía ser tan atractivo al mismo tiempo. Levi no podía apartar la vista, porque se sentía vivo mirándola.

Cierta energía se desprendió de su mano en pequeña forma de niebla del mismo color del que centelleaban sus ojos para posicionarse cerca del lugar de aquellos vampiros. Astar sonrió.

- Una pena, podíamos haber sido amigos, ¿no?

Aquella niebla empezó a agrandarse y a tornarse negra, negra como el máximo abismo y de ella salían gritos, vapores, sombras...que no dudaron un segundo en llevar con ellos a aquellos descendientes. Ella misma se encargó de cerrar esa puerta.

- Perdóname. Perdóname por no haberte dejado ser feliz con otra mujer.- Astar había vuelto hacia Levi que tenía los ojos casi cerrados y escuchaba lamentos lejanos, pero no distinguía palabras. Astar sentía un dolor inimaginable dentro de ella y sabía que por su culpa Levi estaba muriéndose. Sintió cómo él elevó su mano y la posó sobre su vientre, sonriendo y cerrando los ojos. 

- Gracias por volver


- Nunca las alas de la libertad tuvieron tantas ganas de volar, ¿no es así Caín?

- Tienes razón viejo amigo, tienes razón. Es hora de poner orden en todo esto.

Ambos hombres se miraron sonriendo para volver la vista en Astar.

- Has sido muy astuta embotando tu mente y supliendo los recuerdos para jugar en contra de Lilith, pero has visto que no siempre se ganan las batallas personales. Es cíclico, pequeña, los seres humanos ganan batallas a costa de sus propios intereses. ¿Levi Ackerman es un mero interesés para ti?

Aquellas palabras hicieron encender el interior de Astar y nuevamente sus ojos se tornaron negros.

- Él se dio cuenta tarde, pero pudo disfrutar de unos instantes de vuestro amor.- dijo Caín mirando a su vientre.

Astar no controlaba sus emociones. Se agarraba la cabeza y no paraba de llorar dándose cuenta de aquella situación. Había acabado con la vida del padre de su hijo pero había liberado nuevamente a los seres humanos de otra condena. Se puso de pie empuñando su cuchilla y desenvainándola con lentitud.

- Se acabó esta mierda

Estaba dispuesta a rebanarse su propio cuello ahí mismo ante aquellos hombres que simplemente sonreían. 

Otro jodido calambre. Los hombres sonrieron incluso más. Sintió un pálpito en su cuerpo y volteó su cabeza. 

- ¿Qué...qué mierda haces...?

Levi estaba respirando.

- Te aseguro que le agradecerás de infinitas formas a ese vástago que llevas en tu vientre el haberle salvado.

Ambos hombres rieron para ellos mismos mientras una luz devastadora y muy muy blanca ocupó todo el enorme lugar.


Lilith estaba ya débil de la otra batalla. No quise poner una batalla por el fin de los tiempos de la hostia porque me parecería complicado de entender, porque habría que meter infinitos clanes vampíricos y tendría que tomar todo otra forma.

Astar embotando su mente implicó una pérdida de toda sensiblidad por lo que seguiría ejecutando maquinalmente las tareas a las que se hayanhabituado con Lilith e incluso las iniciará si no tienen otra cosa que hacer .  No reaccionará más que a los estímulos simples e inmediatos porque no sienten nada por ello. No se enfadarán con alguien que les grite y no se asustarán si se les expone a un peligro, por eso se alteró al ser cazada. En cambio se agitaba con la presencia de Levi por el vínculo que les une.

Habéis deducido bien. Astar en este punto está embarazada y ella no lo sabía porque al tener la mente en ese estado no era consciente de nada.

Caín y el viejo Ackerman son personas sagradas que no pueden interferir más que en señalar y hallanar el camino siempre que no revelen tal cual debe hacerse,pues eso está prohibido.

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