V


✠ 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝑒𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑙𝑎𝑚𝑎𝑛 𝑒𝑙 𝑠𝑜𝑙𝑑𝑎𝑑𝑜 𝑚á𝑠 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑎 ℎ𝑢𝑚𝑎𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑. 𝑆𝑒 𝑠𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑓𝑟í𝑜 𝑎𝑞𝑢í. 𝑅𝑒𝑔𝑟𝑒𝑠𝑎𝑟é✠

- Oye Eren, ¿dejarás de ser un niñato llorón en algún momento? Astar no necesita que nadie vaya a salvarla, ella se sabe cuidar sola.

Eren apretó los puños ante la indiferencia de su Capitán, pero tenía razón. Levi la conocía mejor que nadie y sabía perfectamente que siempre encontraba la manera de salir de los problemas. Además, no podía dejar que ese tsunami de emociones interviniese en la misión.

Por su parte, Astar y Hel iban de tejado en tejado. Hel se cansaba porque tenía que cargar con ella y estaba poco acostumbrada a eso. Era su primera misión y la adrenalina junto al impulso de querer ayudar a Astar empezó a disiparse.

- Lo siento Astar...necesito volver a parar.

- Mmm me parece que cuando todo esto pase, le diré al Capitán Levi que os entrene más físico.

Le sonrió para intentar calmar los nervios y echó la vista hacia atrás. Las seguían. Eran cientos y cientos. Una masa caminando al unísono de forma tortuosa.

- ¿Cuánto queda para que salga el sol?

- Eh... quizás una hora y media.- respondió Hel algo agitada.

- Escucha, vas a ir a la zona de repliegue y vas a dar este reporte.

Astar habló y la chica asintió. Vio que se alejaba y se arrodilló cerrando los ojos. Intentó concentrarse lo máximo. Nada.

- ¡Maldita sea!

Volvió a intentarlo. Se acercaban a ella.

- Necesitas un empujón, ¿no es así?

Vio a Abigor a su lado.

- Si puedes hacer algo por ayudarme hazlo y cierra esa estúpida boca.

- Yo no soy el que puede ayudarte. Pero resiste. Todo irá bien.

El hombre desapareció y de ella solo pudo salir un grito de pura rabia, muy pero que muy potente. Una corriente eléctrica atravesó su espina dorsal y sintió el poder fluir por todo su ser. Giró un poco los ojos y vio la mano posada sobre su hombro, y una figura arrodillada a su lado.

- Levi.- dijo ella en un susurro.

- Hazlo.

- No puedo.

- Mierda Astar, ¿desde cuándo dudas tanto? ¿Quieres hacer aquello que se suponga que ibas a hacer?

- ¿Los soldados están listos?

"Hel, dile al Capitán Levi que prepare la guarnición de arqueros detrás y a ambos flancos de la horda. Voy a detenerlos aquí para poder acabar con esto. Tengo hambre y quiero desayunar"

"Cómo...cómo vas a hacer eso?"

"Dudas del poder de un monstruo?" le guiñó un ojo y la chica abandonó el lugar.

- Muy bien.- Astar cerró los ojos nuevamente pero se sentía distinto. Sentía que todo era como antes y entonces sonrió y Levi notó aquel movimiento en su mano.- Levi, no van a hacer falta los arqueros.

Todo se paralizó por un instante. Astar sangraba por la nariz y sus ojos estaban inyectados en sangre, pero no bajó el brazo en ningún momento mientras daba comandos de actuación a través de la mente a aquellos seres.


El corazón de Levi latía con fuerza y le empezaba a doler la cabeza.

- Aguanta, no queda nada. - le susurró ella.

Haciendo uso de la poca fuerza que le quedaba, fue Levi esta vez quién posando su otra mano en ella, gritó con furia. La energía fluyó hacía ella como un torrente insaciable y fue en ese instante cuando todos, pero todos aquellos seres se arrodillaron.

- Ha sido una maniobra extraordinaria, Astar. Usar la dominación que os hace resaltar a los de tu clan...

- El bicho que desacate alguna orden acabará en una agonía eterna Abigor. No es extraordinario, es horrible.- dijo ella.- se retirarán y los usaremos cuando nos sean necesarios. Esto se acabó por ahora.

Miró a Levi, que respiraba con cierta dificultad, tendido en el suelo y manchado de sangre.

- Lo siento Levi.- con algo de temor, apartó unos mechones de pelo de su cara y él respondió agarrándole la muñeca.

- No te vuelvas...no te vuelvas a ir.

Todo se volvió oscuro para él.

El entrenamiento se había endurecido para los cadetes, física y psicológicamente.

- ¡Venga, más abajo esas cuchillas y no descuidéis los cables!

Pixis observaba cómo Astar enseñaba a algunos cadetes a superar los ataques de pánico en el campo de batalla y a tener medidas eficaces en casos de extrema urgencia.

- Ella es buena. - comentó caminando.

- Sí Comandante, realmente tiene habilidades extraordinarias. - confirmó Levi.

- ¿Se ha avanzado algo con los manuscritos?.- volvió a preguntar.

- Los bibliotecarios están trabajando en los archivos de aquí y del subterráneo. Hemos mandado dos escuadrones divididos para que busquen en los archivos de la Iglesia y otros en el viejo castillo.

- ¿Todavía tiene la inyección que le dio su tío, Capitán?

El viejo Abigor apareció de la nada.

- Oye, no puedes aparecer cuando a ti te dé la gana y menos escuchar conversaciones ajenas.

Este tosió disculpándose, a lo que Pixis le invitó a unirse.

- Está en mi poder, pero no veo que eso tenga relevancia aquí.- dijo con cierta frialdad.

- Escuchémosle Capitán. Abigor siempre nos ha ayudado desde que esto está pasando.- Pixis le alentó a hablar.

- Sólo pensaba que quizás al ser algo que los Ackerman han protegido, podría tener algo, no sé, una inscripción, un mensaje...algo.

Levi se quedó pensativo. "Realmente estoy rodeado de viejos locos y adolescentes hormonados".

Pero la curiosidad mató al gato y Levi, aquella noche inspeccionó la caja. Contenía un doble fondo y en él, un pergamino perfectamente enrollado. Lo abrió con sumo cuidado y vio un mensaje que le dejó atónito.

- ¿Qué puta mierda es esto?


- Oye...¿no crees que esto es rizar el rizo? Ya sabes...la escritura cuneiforme...ellos no saben nada de estas cosas...

- ¿Nos estás llamando imbéciles Astar? Porque de ser así me encargaré de tu castigo personalmente

- Cállate pervertido. Deja a Astar en paz, a ver si te la elimino de la historia.

La cara de Levi acaba de ser...

-Yaaajuuuuu NECESITO ESA TABLA PARA INSPECCIONARLA GARURUMONAAAAAAA

Que panda...señor dame paciencia...


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