IV

❈𝑃𝑎𝑟𝑎 𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑡ú𝑝𝑖𝑑𝑎 𝑚𝑜𝑐𝑜𝑠𝑎 𝑑𝑒 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑐𝑎𝑚𝑏𝑖𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠. 𝐻𝑎𝑛𝑗𝑖 𝑒𝑠 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑜𝑙𝑒𝑠𝑡𝑖𝑎. 𝑇𝑒 𝑎𝑚𝑜❈

- ¿Esto? Esto es de chiste. Así te lo digo. Justo cuando estoy en paz conmigo misma viene el apocalipsis o lo que quiera que eso que vaya a venir sea. Lo mejor sería que cayese un meteorito. ¿No habrá ninguno en trayectoria hacia aquí? Y que caiga justo aquí encima, sería lo ideal.

Levi la llevó a un sitio en el que solía encontrarse con ella antaño, para pasar tiempo para ellos. No pudo evitar una sonrisa viendo cómo daba vueltas diciendo cosas sin sentido, como solía hacer ella.

- ¿Y ese señor? ¿Pero de qué va? No sabe ni él mismo quién es y viene con acertijos en medio de esto.

- Relájate un poco.

Ella optó por hacerle caso. Se sentó en la hierba y miró al horizonte.

- ¿Recuerdas la batalla en la que os habéis enfrentado por primera vez a los titanes organizados? El vástago que dirigía aquello, ¿recuerdas lo que dijo?

Levi se quedó un momento pensativo, pero finalmente cayó en la cuenta.

- Que vendría el reino de los condenados.

Ella asintió.

- ¿Tu madre nunca te contó anda? ¿Ni aquel Ackerman?.- Astar miró a Levi con los ojos muy abiertos tras la pregunta que él le hizo.

-¡CLARO LEVI, LOS ACKERMAN!

Levi puso cara de estreñido por el grito al mismo tiempo que ella se volvió a poner de pie y a hablar sin parar.

- El viejo Ackerman en mis recuerdos me introdujo cosas sobre guerreros, Némesis es una guerrera, yo lo soy porque soy un antideluviano. Él me avisó infinitas veces en sueños. Es ley de vida y así está escrito en los libros sagrados que ambos linajes obtengan el sello de los guerreros que salvaron al mundo, por eso los Ackerman siempre me van a proteger.

- ¿Qué parrafada estás diciendo?

- Los religiosos se han ido, no porque tengan en su poder el manuscrito, Levi. Creo que el manuscrito está perdido y ellos han salido en su búsqueda. Tus antepasados saben dónde está. Tenemos que buscar archivos sobre ti.

Astar se encaminó hacia el cuartel pero notó una mano tirando de su brazo.

- Astar espera.- Levi se levantó y la miró en silencio. Estudio sus facciones. Aquella cicatriz en el pómulo que él le había hecho. Su tez pálida y sus pecas. Ella giró levemente la cabeza estudiándole a él. 

"Te he necesitado mucho ahí fuera, volví a sentir frío"

Sus respiraciones se aceleraron. Levi estaba receloso pero realmente no podía, no podía evitar a esa mujer.

"Y yo te necesito conmigo, da igual el lugar, pero conmigo"


El graznido de una bandada de cuervos desvió la atención de ella que se apartó ligeramente cuando estaban a punto de rozar sus labios. Era una bandada perfectamente sincronizada que empezó a dar vueltas por ahí.

- Van a atacar, tienes que organizar a las tropas Levi.

-¿Desde cuando sabes esas mierdas?

- Poderes milenarios...- dijo ella moviendo las manos como una bruja.

- ¡Todos! Uniformaos y coged las armas. Estad atentos para formar en el patio de armas. Nos atacan.

El Comandante Pixis y los demás oficiales se sintieron un poco derrotados. Mandó llamar a Astar. Ella entró haciendo una reverencia a modo de saludo y de respeto.

- Seguramente sean seres sin inteligencia. Para entendernos, serán como titanes pero con forma humana. Que no se confíen los reclutas, porque son más ágiles y nos localizan por el olor.

- ¿Cómo estás tan segura de todo?.- preguntó un Capitán algo contrariado.- quiero decir, vino una bandada de cuervos y habéis organizado a las tropas. ¿Cómo sabemos que no eres tú la que está detrás de todo?

Pixis puso los ojos en blanco y miró a Astar, que simplemente sonrió.

- Volví porque estuve un tiempo a una distancia conteniendo a estos seres, pero cada vez eran más y yo...- cogió aire. - yo ya no tengo el poder que tenía. Y por favor...- le miró fijamente y el hombre dejó de respirar por la impresión.- no sea impertinente Capitán, si quisiera haber acabado con este lugar ya lo hubiera hecho y me hubiera relamido con la sangre de los Oficiales, desde luego.

El hombre carraspeó y aclaró su gargante poniendo la vista en Pixis.

- Continuemos.- dijo Pixis sonriendo.


Muralla Rose.

Los soldados estaban dispuestos por toda la ciudad en grupos muy reducidos. Astar se encontraba con Eren, Mikasa  y Armin. Miraba al cielo esperando que los cuervos se dispersaran. No pasaron siquiera 5 minutos cuando desaparecieron en el horizonte. El silencio era sepulcral. Por la cima de los muros empezaron a asomar numerosos cuerpos deformes algunos, ensangrentados y sin patrón fijo de movimiento. Se quedaron quietos. "Parece que funciona". Se escurrieron hacia el suelo y empezaron a aumentar su velocidad. Se escucharon los primeros gritos y el vapor humeante saliendo de alguna parte.

- Nos mantenemos. De momento son pocos. - dijo Astar con la cuchilla lista.

Cerró los ojos para concentrarse. Una respiración muy agitada. "No, no, no".

- Mierda, nos van a descubrir por su culpa.

Mikasa y Eren la miraron confundida, pero un enorme grito de terror les hizo entender esas palabras.

Levi escuchó el grito desde su posición.

- Malditos reclutas inútiles. - iba a soltar gas, pero Hanji se lo impidió.

- No seas impulsivo porque ella esté aquí. Se sabe cuidar sola. Mantén la posición enano.

Chasqueó la boca y asintió.

Astar y su equipo fueron hasta el lugar de los gritos. Una cadete estaba arrodillada en el suelo. Eren intentó incorporarla, pero no había manera. Sin mediar palabra Astar saltó del tejado hacia abajo, soltó sus cables y los enganchó para coger impulso hacia arriba.

Levi vio como varios de esos seres saltaron a una altura muy elevada y caían en dirección a un tejado.

- Probablemente fueron hacia los gritos.- dijo Hanji suspirando.

Ante lo inminente, una capa negra emergió desde abajo y con las cuchillas dispuestas, rebanó las 3 cabezas de aquellas cosas. Él sonrió.

- ¿Ves lo que has provocado? ¿Para qué te unes a nuestras filas?.- Mikasa estaba enormemente cabreada.

- Déjala Mikasa. Que se refugie en alguna habitación. Lanza la bengala, que esto se va a poner interesante.

4 horas antes...

- Todos los que vayamos a estar fuera, nos rociaremos con la misma sustancia, así no podrán distinguir el olor ni ir hacia un punto fijo. Estarán desorientados. Debemos aguantar toda la noche.- Astar tomó asiento finalmente. Realmente estaba preocupada por la inexperiencia de la mayoría de reclutas.

- Si el sol les mata, ¿porque no el fuego? Podríamos atraerlos a un único lugar rociado con aceite y lanzar flechas incendiarias.

- ¿Capitán desde cuando tiene ideas tan ocurrentes?.- le retó Astar.

- Haremos eso.- sentenció Pixis.- si algo se tuerce lanzaremos las bengalas


Muro Rose.

Astar se vio rodeada de monstruos de un momento a otro. "No me jodas". Era complicado pelear de noche y más con esas criaturas insaciables. Salían de todas partes.

- Astar, debemos lanzar una bengala.- Dijo Mikasa jadeante. Astar asintió.

- Lanzamos la bengala y nos vamos de este lugar.

Soltaron los cables a un punto lejano y Mikasa se encargó de lanzar la bengala negra. Eren, Mikasa, Armin y Astar alzaron vuelo hacia la zona rociada de aceite, para que les siguiesen, pero algo no iba bien.

- ¡Astar!.- Eren gritó con fuerza al ver que ella no les había seguido.

En el momento de elevarse sintió un tirón muy fuerte en la pierna que le hizo perder el equilibrio.

En la zona norte, hordas de esos seres luchaban contra los nuevos reclutas. Eran hábiles y los reclutas estaban bastante asustados.

En el centro de la ciudad, todos fueron hacia el lugar donde estaba Astar, ignorando que otros reclutas fueron tras Eren y Mikasa.

En el sur, los escuadrones de Levi y Hanji habían entrado en acción. Los estaban rodeando y parecía que el plan no tenía mucho futuro.

Levi desgarró la nuca de uno que le había atacado...¿con el uniforme?

- Hanji! ¡Nos están rodeando porque están transformando reclutas antes que matarlos!

- ¡¡Necesito capturar un bicho de estos para mis experimentos!!

Lanzaron una bengala también y abandonaron el lugar. La bengala negra no era buen presagio. Era para replegarse y trazar nuevas directrices.

Pixis observaba con cautela.

- A ella se le ocurrirá algo, Comandante.

- Eso espero Abigor, eso espero.

Se le habían estropeado los cables del equipo. "Cuando crees que no te puede pasar nada peor, te va a pasar. ¿Es una regla del universo que nadie tiene en cuenta o qué?"

Peleaba con sus cuchillas cuerpo a cuerpo con ellos mientras intentaba salir de ese aprieto.

- Menos mal que sois más tontos...- no vio venir cómo uno se le abalanzó encima y la tiró al suelo haciendo que sus cuchillas volaran unos metros.

"Genial"

Sintió algún arañazo bastante profundo en distintas zonas de su cuerpo. No podía ni quitárselos de encima. Puso sus brazos en cruz para protegerse. "Nunca debí renunciar a mí misma".

Vapor. Vio cómo caían de encima de ella y se evaporaban. "Han venido a por la princesa Astar, genial"

- Siento...siento mucho lo de antes...¡no era mi intención armar todo este escándalo!.- la cadete estaba de rodillas delante de Astar, toda llena de sangre. Había ido a ayudarla. Astar le ofreció su mano para salir de ahí.

- Gracias. Has sido muy valiente, de verdad. ¿Cómo es tu nombre?

- Hel...me llamo Hel.

Muy bien Hel, debemos irnos. Han lanzado la bengalanegra.



-Puta madre Garurumon, ¿porqué no le devuelves el poder a MI mocosa y nos dejamos de mierdas?

-¿Tú mocosa? Te recuerdo que es producto de mi mente.

-Oye que estoy aquí y NO SOY DE NADIE señor limpieza.

Hanji apareció con palomitas.

- ¡¡Empieza el espectáculo!!

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