III


✠ 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝑒𝑙 𝑠𝑒𝑟 𝑚á𝑠 𝑎𝑟𝑟𝑜𝑔𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑙 𝑢𝑛𝑖𝑣𝑒𝑟𝑠𝑜. 𝑁𝑜 𝑠𝑒𝑎𝑠 𝑡𝑎𝑛 𝑑𝑢𝑟𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝐻𝑎𝑛𝑗𝑖✠

- Definitivamente no irás a ninguna parte sin permiso o autorización. Bastantes problemas tenemos ya como para ponernos en guerra con esos maniáticos controladores.

- No necesito permiso de nadie, yo no sirvo en tus filas, Capitán.- la palabra Capitán había sonado con doble sentido para él y eso le cabreó.

La indiferencia dolía quemaba incluso más que el fuego, pero él se lo había buscado.

- ¿Porque se te metió entre ceja y ceja que tienes que ir ahí?

- Me lo dijo un viejo loco.

- ¿Me estás diciendo que tiene más autoridad un viejo loco que yo, Astar?

- Pero si tú nunca has tenido autoridad, venga ya. Apártate.- lo apartó con el hombro y pasando de largo.

- Llamaré al Comandante Pixis, Astar.

Ella suspiró y cesó en su actitud. Le desafió con la mirada y optó por entrar en los camarotes. Se desvistió despacio, mirándose en el espejo. Estaba llena de cicatrices. "Torres más altas han caído dicen..."

Levi entró de mala gana en el comedor. O no, en realidad era su estado habitual. Hanji le hizo aspavientos con los brazos para que se sentase con ella y los demás oficiales allí presentes.

- Todos los presentes...-

Abigor emergió de la nada y se situó en medio del comedor. Astar se puso de pie y señalándole, balbuceaba palabras inentendibles. Tenía la boca llena de magdalena.

- Tú! Rey Melchor

- ¿Alguna vez te han dicho que eres un poco impertinente?

Notó la mirada asesina de Levi justo en ese instante. "No quiere que diga una ocurrencia, qué pesadilla". Optó por permanecer en silencio.

- Bien. Señores, los religiosos, han abandonado por completo sus muros.

El bullicio se incrementó notablemente.

- ¡Vamos a morir! ¡Los no muertos vienen hacia aquí!

Los soldados estaban extremadamente nerviosos y aquel hombre no era un buen presagio para ellos.

Astar se acercó a él y le agarró por el bigote.

- Tú y yo vamos a tener una amable charla fuera.

Le soltó con cierto desprecio.

- Primero irrumpes en la sala de reuniones, luego me abordas a mí y ahora vienes a montar semejante circo. ¿Qué pretendes? Bastante nerviosos están todos ya.

- ¿Tú también lo notas? El nerviosismo está presente porque algo malo se acerca, y no hay nada que tú, en ese estado, puedas hacer. Sin poder y perdida, así es como estás. Una soldado más de aquí con un corazón que no es ni suyo. Alcanzaste aquello que anhelabas para desprenderte de las cadenas de la eternidad a cambio de la masacre que está por venir, Astarté. Recuerda quién eres.

Levi había salido tras ellos. Se ocultó para poder escuchar aquella conversación, pero cuanto más escuchaba menos entendía, como siempre. Nunca entendía nada respecto a ella. "Cómo que no tiene poder? Yo la siento"

- Yo... yo no sabía que esto iba a pasar.

- Lo sé. Tienes que seguirme. Yo no puedo daros respuestas, ni a ti, ni al Capitán.- el hombre echó la vista hacia donde se encontraba este oculto. Levi chasqueó con la boca y se incorporó a la conversación.- sólo os digo que es momento de dejar las diferencias y buscar el bien común. La respuesta a todo está en los manuscritos. Ellos abrirán la puerta a que los 13 antideluvianos os reunáis y así acabéis con esto.

- ¡Pero es imposible! Soy la única antideluviana que está vagando, y ahora ni siquiera soy yo. ¡No tengo nada! Además ni siquiera se de qué mierda hablas

- Tranquila. Antiguamente, 13 guerreros salvaron al mundo del demonio bestia de Ymir. En los manuscritos está escrito todo ese proceso.

- ¿Qué mierda es ese demonio?.- preguntó Levi, un poco cansado.- esto me está sonando a cuento de leyenda, señor, y no estamos en momentos de andar perdiendo el tiempo.

- Ese monstruo... es Lilith

Ella retrocedió confusa. La había derrotado la última puta vez. Estaba harta de esa existencia. Notaba cómo su sangre hervía desde dentro y un calor muy fuerte emanaba desde sus entrañas. En un giro muy brusco e imperceptible, derribó al hombre y se puso encima de él agarrándole la garganta con su mano.

- Veo que aún tienes resquicios en tu interior Astar.

El corazón le iba a mil y sentía unas ganas inmensas de partirle el cuello ahí mismo.

- Hay mil maneras de las que te puedo odiar Astar, pero ninguna como cuando te transformas en eso.

La voz de Levi hizo que soltase al hombre de inmediato. Sacó una cuchilla y se buscó en el reflejo. "Otra vez no".

Levi le agarró la muñeca para irse a otro lugar.

- Buscaremos eso que pides, pero necesitamos más información.- miró al  hombre e hizo una pequeña reverencia en señal de que se retiraban.- Rey Melchor.

Abigor negó con la cabeza ante la respuesta del Capitán Levi. "Realmente el destino los crea y ellos se juntan" Sonrió y desapareció.

- ¿Quién mierda es este viejo Garurumon?

- Oye Astar, desde que te junté con Levi te has vuelto una mal hablada eh

"Tsk"


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