9: Sweet dreams
Sorpresa.
Los meses seguían pasando y con ellos la relación de los jóvenes seguía su curso, ya se encontraban en octubre y como de costumbre el fin de semana luego de los entrenamientos de ambos era dedicado a hundirse en una burbuja personal dónde compartían todas las actividades que tanto anhelaban hacer durante las largas semanas.
Ahora mismo se encontraban ambos tapados hasta las narices viendo la televisión que reproducía una serie animada de las muchas que veían para esta altura, pero ninguno entendía mucho que ocurría, habían aprovechado la neta hora que de tomó Bokuto en ir s buscar a Akaashi para demostrarse el tipo de cariño que los había dejado totalmente sudados y a Kenma cubriendo su cuerpo con una de las remeras de Kuroo, mientras esté se negaba a usar ropa hasta tener que salir del cuarto.
- ¿Entonces tendrás concentración para las vacaciones de otoño?
- Para tu sufrimiento, si, pero ya hemos coordinado permitirnos la de primavera como último respiro antes de las nacionales, si es que quedamos.
- Claro que lo harán, he ido a ver mucho de sus entrenamientos y están en el punto justo, además estaré ahí apoyándolos.
- Lo se, hemos entrenado hasta el hartasgo, pero no puedo evitar sentir una gran responsabilidad, Lev esta en la mira para el campamento de la selección juvenil y Tora quiere conseguir una buena recomendación universitaria, si no damos nuestro doscientos por ciento ellos pueden perder esas oportunidades.
- Lo sé, yo sentía lo mismo el año pasado por todos, y es difícil y se que no dejarás de sentirlo, pero tranquilo que todos ustedes brillan por mérito propio, los cazadores serían idiotas al no reclutar a cualquiera, también a tí.
- ¿A mi? Que idioteces dices Kuroo.
- Kenma debes empezar a aceptar como has cambiado este último año, tu nivel de rendimiento ha aumentado y ya no solo juegas por completar, ¡No por nada mi novio es el 4to mejor colocador del país!
- Sabes que no me interesa seguir jugando luego de la secundaria. -dijo Kenma mientras se levantaba de la cama, tomando unos shorts deportivos propios del cajón. - No quiero que sigamos discutiendo eso.
- Pero Ken, realmente disfrutas jugar, y sabes bien que muchas universidades tienen el ojo sobre ti.
- ¿Y qué? Lo único que quiero hacer es que por fin me llegue mi nueva cámara así puedo retomar con el canal, me estaba yendo muy bien hasta que alguien llevo a Kuro de visita al dormitorio y no notó cuando se comía mis cables.
- Ya pedí disculpas y doné a tu twitch, no puedes seguir tirandolo en cara para cortar está conversación.
- No me convencerás y lo sabes bien, agradece que nuestras universidades estarán cerca, porque no tendrás mi trasero en tus entrenamientos, no es mi problema que Bokuto te haya abandonado.
- ¡Bokuto no me abandonó! Yo decidí que no quería jugar más que en la universidad... ¿Y vivirás conmigo?
- Ya para.
- Está bien... ¿Me acompañaras al centro por tu regalo? Me has cancelado toda la semana.
- Ya te he dicho que no es necesario, y sigo sin entender porque debo acompañarte, ¿Acaso no sabes elegir un regalo por ti mismo?
- Me gusta tu cara cuando revisas durante horas las estanterías en la librería, además pagar por ti me hace sentir todo un sugar daddy.
- Realmente eres un grano en el culo.
- Pero solo en el tuyo.
- Ya vístete, no tengo ganas de que se haga tarde para la cena.
Ambos chicos salieron de su cueva de fin de semana en dirección al centro, con la radio lo bastante fuerte para que Kuroo no se quejará pero no tanto para que Kenma disminuyera la potencia mientras el otro debía concentrarse en la calle, cantando cada uno a su modo la playlist que les había tomado casi cinco meses hacer sin eliminar canciones del otro que desataban peleas infantiles fundidas en silencio pulcro del rubio y comentarios filosos y con la intención de provocar del pelinegro.
Ya en la tienda Kuroo se digno a saludar al personal que ya se habia amistado con el, ya que comunmente concurría al lugar por sus libros de estudio, como semana de por medio con Kenma quien estaba con la intención de comprar tomos en específico pero terminaba revisando las bibliotecas de cualquier género, no solo manga.
Para cuando Kuroo se volteó a buscar con la mirada a Kenma, este ya estaba casi al fondo del lugar, paseando su vista por su nuevo interés, la literatura clásica.
Luego de recorrer casi 2 horas el lugar, Kenma se debatía entre cual de los 3 libros y 4 tomos de manga que habia preseleccionado debía elegir, al pedido insistente de Kuroo que se apurará ya que la cena cuál Kenma pensaba que sería entre solo los cuatro que habitaban el departamento asistirían, no podía terminar de tomar uno como elegido.
- Realmente quiero llevarme el 28 y 29 de one piece, pero está nueva edición de Tokio Ghoul esta impecable, tampoco puedo negarme que hace meses vengo deseando encontrar Adiós a las Armas en tapa dura...
- Dame eso. - dijo Kuroo tomando la pila de libros de sus manos y caminando a la caja. - No volverás a cumplir dieciocho años, así que prefiero que tengas una pila de libros por leer entre entrenamientos. -soltó ante las quejas del otro mientras tendía los libros a cobrar a la chica. - Y no quiero ningún reclamo, te regalaré lo que yo quiera. -cerró la charla mientras extendía la tarjeta de crédito y sonreía como niño al saber bien que esto había sido en primer lugar solo para distraer a Kenma fuera de la casa, ya que él verdadero regalo esperaba en el armario se Bokuto para que el rubio no lo encontrará.
-Eres imposible. - dijo tomando las bolsas que traían becas adquisiciones, mientras marchaba al auto.
Ya en la puerta del mismo, cual Kuroo abrió como se costumbre, relajó su rostro bajando el de su novio a su altura para poder besar su mejilla.
- Gracias Tersurō, te amo.
- ¿Puedes decirlo ahora en inglés?
- Ugh. Asshole.
- Con eso me basta. -le robó un fugaz beso antes de correr al largo contrario y subir para arrancar al departamento a toda velocidad, Bokuto ya había dejado unos veinte mensajes diciendo que todos ya estaban allí, que volvieran.
Ya estacionados fuera y en camino a la puerta Kuroo quiso asegurarse que el menor no escaparía.
- Amor... Debo pedirte un favor.
- Dime.
- No puedes enojarte.
- ¿Qué hiciste ahora?
- Nada malo, pero te conozco, así que prométeme no enojarte.
- No lo haré Kuroo, ahora dime de una buena vez.
Kuroo no respondió inmediatamente, si no que primero tomó el pomo de la puerta para abrir lentamente, mostrando al grupo de personas que sostenía globos y regalos dentro del condominio, gritando frente a él sorpresa, mientras encendían las luces y Kuroo lo empujaba adentro mientras susurraba en su cuello un "Sorpresa."
Dentro del departamento estaban jugadores del Nekoma, Tora, Yüki y Lev, quien se encontraba rodeando a Yaku con sus brazos, a un largo Bokuto y Akaashi, quien miraba como pidiendo perdón por no contarle de la sorpresa y por último, que fue lo que más le emocionó, Hinata junto a Kageyama, Yamaguchi y Tsukishima, con quién habían llegado a algo parecido a una amistad luego de tener que acostumbrarse lo mucho que visitaba a los dos universitarios siempre que se encontrará en Tokio, comúnmente con Tadashi, con quien si había desarrollado una amistad mas decente junto a Keiji, mientras que consideraba a Hinata su mejor amigo y por consecuente Kageyama se había sumado a la ecuación en la mayoría de sus encuentros ya que era casi imposible separarlo del colorado.
Kenma no sabía si era momento de tener un ataque de ansiedad o sonreír, así que optó por respirar profundo e intentar la segunda, ganándose todas las miradas de miedo sobre él.
- Bokuto-san, te he dicho que odiaría eso, no debiste insistir.
- No fui yo, fue Shouyo quien no paró de insistir que hagamos una fiesta sorpresa.
- ¡Yo solo dije que vendría a Tokio de sorpresa! Kuroo fue quien quiso invitar a todo El Nekoma y hacer una gran fiesta.
Mientras todos comenzaban a discutir quien cargaba la culpa, Kenma soltó una pequeña risa mientras dejaba las bolsas en el desayunador, saludando uno a uno a cada cual, quienes lo felicitaban sin invadir su espacio, para su buena suerte, cuando ya se habia hartado de escuchar como el vaivén de palabras entre Hinata, Kuroo y Bokuto no paraba, los miró seriamente.
- Lo estoy disfrutando, ya paren.
Y eso ocurrió, en seco lo vieron con la boca entreabierta y saltaron a abrazarlo, aunque fuerte esquivé los tres cayeron con los rostros al frío suelo.
Pasaron toda la tarde noche comiendo, jugando videojuegos y charlando, eran bastantes para estar divididos en pequeños grupos que se iban pasando de entretenimiento en entretenimiento. Ya cuando el reloj dió las doce, y sin importar la negativa de Kenma, le cantaron el feliz cumpleaños frente a una tarta de manzana con 18 velas encendidas, y le dijeron que pida un deseo, cual negó haber hecho pero en su cabeza había recitado " Que todo siga igual." A la espera que sus estúpidos miedos de que su vida se volviese a descarrilar fueran totalmente erroneos.
Ya para las 3 de la mañana Tora y Yüki fueron dejados en los dormitorios por Kuroo, como también dejó a Lev y Yaku en los dormitorios del mayor a la vuelta, para volver a su casa.
Al entrar esquivó el desastre que había en todo el departamento y apagó las luces sin no antes despedirse de los otro cuatro chicos que ocupaban su sillón y futones en la sala, dirigiéndose al cuarto donde Kenma ya se encontraba atrincherado en la cama.
Apenas se acostó en la cama Kenma posicionó su cuerpo en sus brazos y continúo jugando, ahora con la consola sobre el pecho de Kuroo como mesa.
- Muchas gracias.
- ¿Por la pequeña fiesta? No he sido solo yo.
- Por todo Kuroo, me has ayudado mucho... Ya sabes... Con todo, y lo agradezco.
- No tienes nada que agradecer, lo mereces todo y más pequeño, siempre.
Kenma decidió dejar la consola a un lado y pegarse más a su pareja, dandole uno que otro beso a la altura del pecho donde se encontraba, hasta poder caer dormido sin más a los pocos minutos.
Feliz año nuevo.
Kenma se encontraba en un rincón de la gran casa desconocida en la que se encontraba, maldiciendo a sus interiores a Tersurō por dejarlo unos pocos minutos al aviso de que iría en busca de la pareja amiga, odiaba estar ahí, pero una vez más había aceptado ante los caprichos de su pareja.
Como sus padres habían visitado la isla para navidad, y Kuroo los había acompañado en la celebración que no acostumbraba tanto a festejar, en año nuevo Kenma se dispuso a cumplir los caprichos de su novio, cenando la noche del 31 en casa de la familia Kuroo para luego ir a una estúpida fiesta universitaria junto a sus amigos de la misma, Bokuto, Akaashi, Lev y Yakü, aunque estos últimos dos aún no habian avisado haber llegado a la misma.
Para cuando el pelinegro volvió con su mejor amigo y Keiji a rastras con una botella de tequila, Kenma intento poner su mejor actitud y aceptar el shot que le ofrecían, cuando en su vida había tocado una gota de alcohol.
Ya cerca de la medianoche los cuatro se encontraban bailando en uno de los cuartos donde pasaban música más cercana al rock, mientras Kenma en intervalos revisaba su telefono, rezando que el tiempo pasará para desaparecer de ahí.
"Ya estamos aquí, luego nos unimos." Sentenciaba el mensaje del ex libero del Nekoma, Kenma de lo mostró a un algo mareado Kuroo, ya que no había parado de beber desde que pisaron el lugar.
Esto le era un tanto indiferente a Kenma, sabía que desde que estaba en la universidad Kuroo se habia acostumbrado a que los fines de semana que Kenma no podía visitarlo ir a fiestas junto a Bokuto, y Akaashi si este se encontraba con los mismos, y bien sabía que bebía en las mismas, ya que comúnmente terminaba llamándolo ebrio o apareciendo en su puerta del dormitorio para dormir con él o verlo estudiar hasta caer rendido por los efectos del alcohol, aunque no era una conducta adictiva, para suerte y paz mental de Kenma.
- ¡Kenma debes beber más! -dijo Bokuto colgandosele del cuello.
- No gracias, no veo nada de interesante en estar mareado y sin mis cinco sentidos.
- Pero... Todos estamos bebiendo excepto tú.
- Bokuto-san, deja a Ken-chan en paz, si no quiere beber no lo hará.
- Él no debe hacerlo, así que no quiero ver como lo tientas. - Gruñó Kuroo sacando a Kenma de brazos de su amigo, mientras comenzaba a moverlo para que baile con él, sin conseguir muchos movimientos.
Claro, fuera de que no fuese de su interés, Kenma no debía realmente beber en grandes ni intermedias medidas, ya que desde su viaje a Australia y lo ocurrido los días anteriores, se había tomado con mayor recaudo de tomar sus medicamentos más en regla, tanto así los necesarios para controlar sus feromonas y fertilidad como que lo ayudaban a controlar su sueño y emociones, ya que los tratamientos hormonales empeoraban su ya inestable situación.
Pero no era algo que lo molestará, si no que realmente estaba con el pasar de los meses comenzando a surtir un efecto positivo en su día a día, así que la idea de mezclar mucho alcohol con los mismos y terminar haciendo el ridículo o peor aún, sin control, no le parecía muy tentador a primera no segunda vista.
- ¡Amor! Feliz año nuevo. - dijo el pelinegro mientras tomaba en un abrazo al rubio con muchos gritos de fondo y comenzaba a besarlo. - Por un año más a tu lado.
Kenma solo sonrió entre sus labios y volvió a besarlo, intentando obviar el fuerte sabor a una mezcla de bebidas que soltaba la boca contraria.
La fiesta siguió su curso y Kenma había encontrado un buen sillón donde reclinarse, para rápidamente terminar con Akaashi dormido entre sus brazos mientras Bokuto corría a "la pista de baile" con Kuroo y ahora una botella de vodka entre las manos.
"Lev... ¿Están vivos? " Envío el mensaje al notar que sus amigos aún no habían hecho presencia, aunque ya estaban en el lugar hace tres horas.
Al no recibir una rápida respuesta, y ver cómo igualmente su compañero se encontraba en línea, guardo el teléfono en su bolsillo trasero y levanto ligeramente a Akaashi, quien comenzó a caminar a su lado sin dar mucha pelea, estaba ebrio hasta el moño pero por suerte recordaba como mantenerse de pie.
- ¿Te parece si vamos al departamento?
- Bokuto-san.
- Soy Kenma, idiota.
- Dormir. - dijo mientras se recargaba en el hombro del rubio para seguir su paso.
- Está bien, iremos a decirle a los chicos e iremos a dormir Keiji... - Kenma en este mismo momento se estaba cuestionando como acepto venir a una fiesta para terminar siendo niñero de borrachos, pero ya no había vuelta atrás.
Cuando encontró a Bokuto y Kuroo estos se encontraban bailando animados entre compañeros del equipo de voley, algunos que podía recordar de los partidos que había ido a ver. Tocó levemente el hombro de su novio en espera que lo viera.
-Kuroo, dame las llaves de tu auto. - dijo cuando por fin consiguió que este lo notará, estaba totalmente arruinado. - Llevaré a Akaashi al departamento y te dejaré dinero para un taxi, no puedes conducir así.
- Qu...e buen~novio eres... ¿Sabes? -hipó mezclando y arrastrando palabras. - Está bien, pero quiero que me esperes...
- ¿Eh?
- En el cuarto, mañana.
- Dame las llaves pervertido o dejaré la puerta con traba.
Kuroo se quejó mientras luchaba con sus bolsillos para encontrar las mismas, y cuando lo hizo beso a su novio, quien no permitió que ingresará su lengua por el aroma insoportable, y lo vio irse, para despedirse de ambos jóvenes vagamente con la mano y perderse en lo que le esperaba de noche.
Por otro lado Kenma lucho a contra corriente para poder salir del lugar, como también encontrar la cuadra exacta donde habían dejado el auto, recordaba que era frente al parque, pero realmente no el lugar exacto y estar recorriendo todo esto con Keiji a medio paso de dormirse era complicado.
- ¿Kenma? - una voz algo quebrada hablo desde la oscuridad den parque, haciéndolo ponerse alerta, pero rápidamente un olor familiar llegó a su nariz. - ¡Eres tu! - grito la figura corriendo fuera de la oscuridad, mostrando a los casi dos metros de masa muscular medio rusa que era Lev.
- ¿Lev que haces aquí solo? - pregunto rápidamente inspeccionandolo de abajo hacia arriba, frenando en su rostro, cual mostraba que había estado llorando. - ¿Dónde está Yakü?
Pero el peligris no contestó, dirigió su mirada al suelo y se escuchaba como había vuelto a derramar lágrimas y sobar si nariz, mientras intentaba mencionar algo.
- ¿Está bien? - pregunto Kenma, sin saber si era un problema de pareja, cuales tenían muchos, o Yakü realmente había sufrido algún tipo de accidente que requiriera llamar a los otros dos. Lev asintió con la cabeza mientras soltaba un llanto más sonoro.
- Él me dejó Kenma... Yo... No sé que hacer.
Kenma abrió sus ojos como plato, soltando unos momentos a Akaashi, para apoyar sus manos al costado de la brazos de su amigo.
- Si quieres puedes venir al departamento de Kuroo, estaba llevando a Keiji, y charlamos mejor, ¿Dale?
-Está bien, déjame ayudarte. - dijo mientras se cargaba a Keiji en la espalda sin importar sus quejas. - ¿Para donde?
-Creo que el auto se encuentra por aquí.
L
uego de algunas cuadras en falso, el incesante llanto silencioso de Lev y los balbuceos toscos de amor de Akaashi, Kenma dió con el auto, haciendo subir a todos al mismo y comenzando a conducir al condominio. Ya ahí dejo al borracho en su casi cuarto con un balde, agua, una pastilla para la resaca y la orden de dormirse para volver a la sala, dónde Lev seguía en su estado catatonico.
- ¿Que ocurrió está vez Lev? - el último año se le había hecho normal situaciones como está, fuera de su en primera instancia desagrado por el joven, terminó siendo un gran compañero y amigo, sabiendo así por ambos lados de la relación, gracias a Kuroo y su bocota, que ambos peleaban muy seguido, pero nunca por algo que pudiese llevar a separarlos.
- Él se irá Kenma, y no quería decírmelo, me he enterado por su madre. Cuando le dije explotó. -dijo secándose las lágrimas e intentando no volver a soltarlas. - Hemos peleado y le he dicho que no era necesario separarnos, que podíamos viajar y mantenerlo a la distancia, pero el no dejaba de insistir en que quería que se terminará y que rompiera nuestro vínculo, ¡Ni siquiera se cómo se hace eso!
- ¿A dónde se va, Lev?
- Se irá a Rusia, tiene una oferta de un equipo, para marzo ya no estará aquí... ¿No es gracioso? Ni siquiera me pareció extraño cuando hace unos meses comenzó a visitar más y más a mi madre, ella le estaba enseñando el idioma, pensé que lo hacía por alguna estupidez romántica como aprenderlo conmigo.
-¿Hace cuan...
- La oferta se la dieron en Julio para la próxima temporada, me había dicho que la rechazó, pero parece ser que la pospuso hasta terminar su primer año en la universidad. Yo pensé que siempre estaría... -No siguió hablando porque su voz se cortó, ahogandose en sus propias lagrimas y encogiéndose sobre sus piernas.
- Esta bien Lev, ven. - Lo tomó como pudo entre sus brazos y comenzó a acariciar su cabeza, si mal no recordaba de sus clases, el olor de un omega marcado servía como las feromonas maternas, relajando a los alfas. - ¿Quieres que hablé con Tora o Sō para volver a los dormitorios?
- Los dos han ido a casa de su familia, eran los únicos que quedarían ahí, pero no hay problema, puedo quedarme solo Kenma.
- No, es año nuevo, dejame controlar que Akaashi no haya inhalado su propio vomito y tomaremos un taxi, Kuroo entenderá la situación.
Kenma se paró rapidamente de su lugar, y para su buena suerte Akaashi se encontraba enroscado en una de las camisetas de Bokuto mientras dormía placidamente, volvió a la sala tomando sus cosas personales y dejando un mensaje a Kuroo explicando a rápidas lo sucedido, que mañana lo buscará por el colegio para ir al templo, si es que se despertaba, y que se cuidará.
Ya afuera Lev seguía sin decir mucho, ya que aunque modulara algo totalmente platonico, las lagrimas volvían a aparecer en sus ojos, impidiendo que continuará, subieron al taxi en un silencio complice en dirección a los dormitorios.
- ¿Irás a dormir? -preguntó Kenma desde la puerta de su cuarto, mientras veía a Lev vacilar con la llave entre sus manos.N
- Ni aunque pudiera. -le dió una sonrisa totalmente falsa, para sacarla rápidamente y volver su vista a la madera.
- Tengo algunos chocolates y un nuevo videojuego, por si no quieres estar solo.
La cara del contrario se iluminó rapidamente, y en menos de un segundo ya estaba a su lado cual cachorro recién adoptado, Kenma no podía evitar sentir una gran pena, aunque fuese una molestia constante el peligris era su compañero, con el que algunas veces podía conversar sin querer golpearlo, tan bien así como uno de los chicos que vio crecer de cero y convertirse en un gran jugador en sus manos, debía acelerarlo, lo consideraba su amigo.
Lev apenas entró se acomodó en la cama, aún algo perdido en la nada, mientras Kenma le aventaba la comida y comenzaba a prender la consola para luego sentarse a su lado y jugar en silencio.
- Yakü se lo pierde Lev, bien sabe que tu el próximo año estarás a su altura y pueden elegir algún país en conjunto para crecer.
- Yo no seguiré jugando Kenma-san, lo hablamos hace unos meses y Yakü se ha disgustado mucho... Creo que por eso siguió su vida en un rumbo diferente a la mia.
- ¿Acaso eso es una razón para abandonar a tu pareja? - dijo Kenma enojado con el ex libero, sin querer aceptar el miedo que le había generado el imaginarse ese escenario. - ¿Y que quieres hacer?
- Aún no lo sé, pero me gustaría poder ir a Rusia, conocer a mi familia y demás, por eso comencé clases el año pasado, trabajar de algo relacionado con la indumentaria, siempre me agradó esa idea y mi familia está en el ámbito.
- ¿Yakü sabe?
- Luego de como reaccionó al que no jugaría más no quise seguir hablando del futuro, el se enojaba cuando siquiera romdabamos el tema.
- Idiota, los dos, son unos completos idiotas.
- ¿Y tú que harás?
- Nada, seguiré con mi vida como es ahora.
- ¿Se puede vivir de vivos sobre juegos?
- Puedo vivir de mis padres hasta que su fortuna sea mía, con eso me sobra y me basta.
- ¡Genial! ¿Puedo yo tambien Kenma-san? - dijo en un tono chistoso, relajando a Kenma.
- Idiota. - dijo desacomodando su cabello y dandole el golpe fatal en el juego, desencadenando una discusión de que era trampa, ya que lo había desconcentrado.
Así estuvieron hasta casi las seis de la madrugada, cuando Lev ya pudo comenzar a hablar sin llorar y decidió que lo mejor sería dormir, ya que con él equipo habían decidido asistir al templo al mediodía para pedir buena suerte para las nacionales.
Kenma ya acostado recibió la ultima llamada del día de un Kuroo un tanto, muy, ebrio.
" Kuroo."
"¡Gatito y que me contestas! " Balbuceo las palabras con gritos de Bokuto de fondo.
"No me has puesto ni un mensaje en toda la noche... Deberias controlar si no ha sido nuevamente a tu madre."
"Mierda!" Insulto al aire recordando el importunó de hace unos meses. "En fin, mañana a las 12 estaré ahi, cuida de Lev."
"Mañana no traigas a Yakü."
"PerO amor, lo he visto en la fiesta y estaba destrozado."
"Lev no se merece pasar toda la tarde mal por culpa de Yakü, deja que disfrute junto a su equipo."
" Pero no puedo dejarlo fuera, es mi amigo y esta dolido."
"Y Lev es el mío y no puedo hacer que uno de mis jugadores este mal en año nuevo."
"¿Acaso te importa más Lev que yo? Te estoy diciendo que no puedo dejar a mi amigo de lado."
"¿Kuroo te estas escuchando?" Dijo enojado, Kuroo no era alguien conflictivo, comúnmente las pocas discusiones se desencadenaban por el normal mal humor de Kenma, pero ebrio era toda una víctima. "Los he invitado a Kai, Yakü y tú porque son nuestros senpais, pero esto es algo que haremos los jugadores del Nekoma."
" ¿Acaso soy menos que tu equipo?" Kenma gruño a través del parlante, estaba maldiciendo a Kuroo Tersurō y sus estupidas inseguridades reforzadas con alcohol. "Ve con tu equipo y Lev mañana, yo iré con los chicos solos." Remarcó la última palabra y cortando la linea, dejando a Kenma cargado de frustración y ganas de tomar otro taxi para ir a golpear a su novio hasta que dejara de ser tan idiota, pero lo único que pudo hacer fue cubrir su cara con la almohada y maldecir, deseando que cuando el pelinegro despertará le escribiera las necesarias disculpas.
Año nuevo para olvidar.
No pudo reunir más de media hora de sueño cuando su reloj ya marcaban las 10.30, aviso de que debía tomar una ducha e ingerir algo antes de tener que tomar el tren hacía el templo, donde se reunirían todo el plantel desde sus hogares.
Ya en el comedor y reacio a que Kuroo no le había contestado, aunque nunca hubiese dejado de estar en línea, se digno a desplomarse al lado de Lev, quien no estaba mucho mejor, ya que sus ojeras eran mayores a las de Kenma, y comenzó a dudar de lo dicho la noche anterior por este.
- ¿Tu crees que lo que elija para mi futuro puede afectar a Kuroo? Por más que siga a su lado. -preguntó asustado, Lev lo miro extrañado frente a que Kenma estuviera exteriorizando sentimientos tan fácilmente.
- Yo no lo creo, por algo me molesta la decisión de Yakü, pero hay gente que puede agobiarse, imaginate estar todo el día a mil revoluciones y llegar a tu hogar, con tu pareja y que esta no este interesada por lo que haces, más con un jugador profesional, sabes como son los chicos con el deporte y la estima que le dan.
- Kuroo no continuará jugando, pero es muy insistente en que yo si... Siento que lo decepcionaré si no lo hago.
- ¿Tu quieres seguir jugando Kenma-san?
- No de forma profesional, tal vez cuando nos reunamos y así.
- Entonces no debes cambiar quien eres por quien amas, hasta yo lo sé. -dijo ingiriendo la última sacada de arroz sonriendo inocente como siempre. - Deberíamos ir saliendo, Kuroo-senpai ya debe de llegar.
Kenma negó e indicó que tomarían el tren, evitando de toda forma posible el mencionar el porqué Kuroo no vendría a por ellos con el temor de que Lev se sintiera culpable, más aún cuando estaba actuando mucho más calmo que la noche anterior.
Ya en el tren, y agradecido de que no hubiese mucha gente en el mismo aunque fuese un día ajetreado, se digno a contestar uno que otro mensaje que recibió entre la agonizante mañana que sentía nunca terminaría, su madre desesndole un buen comienzo, los chicos del Nekoma organizando para encontrarse y por último Akaashi.
"Gracias por lo de anoche Ken :)."
"Uhm... ¿No estás aquí?"
"No quiero preocuparte, pero Kuroo y Bokuto siguen bebiendo en la sala con sus amigos mientras hablan de la vida y esas cosas profundas para ellos."
"No pude frenarlos, disculpa :(."
El último mensaje acababa de llegar y Kenma no podía terminar de entender la situación, pidió una explicación pero Keiji no recibía los mensajes.
Ya cuando llegaron a la parada comenzaron a caminar y en la entrada del parque donde el templo se encontraban los faltantes del plantel esperándolos. Todos se saludaron y desearon un feliz año mientras discutían que hacer primero, optando que lo mejor era comer antes que nada, ya que la mitad del equipo estaba recién levantado, suertudos.
Kenma se excuso diciendo que se les adelantaría en ls compra de amuletos, teniendo a Lev a sus espaldas, quien también se habia negado a comer y no hablaba como de normalidad, algo que estaba alarmando a todos.
- ¿Quieres un pincho de dangos? Ire por uno y algunos amuletos. - soltó Kenma ladeando su cabeza hacía los puestos cercanos.
- Te acompaño, no quiero estar solo.
Kenma asintió rapidamente, Lev comenzó a caminar por sus espaldas hasta el puesto de comida donde pidieron 3 pinchos de dango, claramente dos para el medio ruso.
- Yo pago, me has aguantado como nunca antes, seguro ya quieres patearme. - dijo Lev frenando la billetera de Kenma.
- Eres mi amigo estúpido, tu harías lo mismo por mi.
-¡¿Soy tu a... Yakü.
-No soy Yakü... - quejó Kenma, pero en el instante que levantó la vista y vió el rostro de Lev entendió que ya no estaba hablándole a él.
Giro su cabeza casi a 180 y pudo divisar lo mismo que el peligris estaba viendo, y con certeza el también comenzó a sentir un inquietante dolor en el pecho.
Lo primero que vio fue a Akaashi empujando a Bokuto de la mano, quien se balanceaba al caminar, Kai, Ushijima y Oikawa, los últimos dos compañeros del pelinegro en el equipo de voley universitario, y al final de todos un Kuroo que desde la distancia se notaba ebrio con Yaku colgando de sus espaldas, medio dormido.
Kenma sin pensarlo tomó a Lev de la muñeca y empezó a cruzar toda la gente, y por error cruzando al frente del grupo de universitarios, en dirección al equipo, con la mente en ir directo al templo y marcharse lo antes posible de ahí.
Al llegar todos estaban a mitad de sus almuerzos, lo que hizo que Kenma se inquietara cada vez más, sin contar que su teléfono hace ya cinco minutos no paraba de sonar, él sabía bien que era Akaashi o Kuroo, y no quería hablar con ninguno de los dos en este momento.
Cuando todos terminaron y al notar la inquietud de su capitán, comenzaron el camino al templo al este del parque, y al llegar esperaron a que se liberara un poco para arrodillarse los 11 juntos, unos minutos en silencio y permitiendo, o mas bien obligando, a Kenma de tocar la campana.
Todos comenzaron a abrazarse y palmearse las espaldas, repitiéndose como este año si ganarían las nacionales, repetirían la batalla del basurero y por fin se enfrentarían al Fukurodani.
- Ken... Ya todos estan yendo a la parada del colegio. - dijo Lev luego de felicitarle.
-Deja, quiero ir por los recuerdos que compraría, esperenme en la estación.
Rápidamente se mezclo entre la gente a la primer tienda de puesto, tomando un popurrí de amuletos que ya tenía en mente comprar, no era una persona creyente, pero se repetía que esto es lo que hacían las personas normales con sus cercanos y le terminó agradando la idea de hacerlo.
Cuando comenzó a cruzar el mar de gente intentando ubicarse de a donde estaba la gente pudo ver en como en un pequeño claro entre los árboles estaba Lev con Yakü frente a él y ya desde la distancia se pudo ver como un rápido cachetazo fue dado en el rostro del medio ruso, en ese instante Kenma comenzó a correr en dirección a ellos, dejando de verlos por algunos segundos.
Cuando ya tuvo mejor panorama y pudo reubicarlos con su vista, pudo notar como Kai estaba sujetando en el aire a Yakü, quien no paraba de gritarle a Lev que se fuera mientras Bokuto y Akaashi intentaban calmar a Kuroo, mientras este era sostenido por Ushijima. ¿Que estaba pasando aquí?
- ¡Juro que no hice nada! Solo no me he duchado. - lloraba Lev hacía Yakü. - Por favor, tienes que creerme.
- ¿Qué mierda esta pasando? -dijo Kenma al pararse frente a Lev, mirando con su peor cara a Kuroo, quien con poca razón no paraba de liberar feromonas y mirar de mal recio al más joven.
- No paran de decir que Lev huele a ti Kenma... - soltó Akaashi acercándose a él. - Apareció para hablar con Morisuke y Kuroo al instante lo dijo, armando un revuelo entre todos.
- ¿Lev te duchaste? - preguntó Kenma ya harto, este negó mirando al suelo. - Te dije que jugamos videojuegos en mi cuarto idiota, -comenzó a caminar en dirección a su pareja. - Y tu sabes bien lo rápido que se impregna mi dolor. - Le dió un rápido golpe en el brazo, pero este se abalanzó y Ushijima tuvo que volverlo a retener. - ¿Es que sigues ebrio? Vete a tu casa Kuroo, a ver si te calmas. Y tu Morisuke, no me lo esperaba de tí.
Antes de que alguien pudiera decir algo más, tomó a Lev con un brazo y a Keiji con el otro, empujando todos los cuerpos en dirección a la salida.
-Me lo llevo un rato Bokuto, encárgate del idiota.
Comenzó a casi correr y explicar a gritos a Akaashi que irían a su escuela, que no pensaba dejarlo con un grupo de universitarios ebrios y medio violentos, recibiendo un gracias de respuesta.
En la estación de tren donde aún esperaban todos sus compañeros encargo a Tora que calmara a Lev que aún no paraba de llorar y sobarse la mejilla mientras balbuceaba disculpas hacía Kenma, quien apenas llegó el tren se metió hasta el fondo del mismo tomando asiento junto a un sorprendido Akaashi.
-Creo que es la primera vez que te veo tan consternado... Y al mismo tiempo hiperactivo. - señaló los pies de Kenma que no paraban de golpetear el suelo. - Cuando estas mal te conviertes en una momia.
- No me siento mal, me siento furioso y frustrado. ¿Qué mierda le ocurré al idiota de Kuroo?
- No lo sé, pero Bokuto ayer también estaba como loco, apenas llegamos de la fiesta no paró de cuestionarme si alguna vez fuese capaz de engañarlo... Parece ser que a su amigo, el de como dos metros, la pareja lo ha engañado.
- Alfas frustrados, que asco.
- Y peor, ebrios, no han parado de beber hasta salir hacía aquí, tuve que conducir yo.
- ¿Acaso salimos con una panda de idiotas o la vida nos odia? Porque no puede ser que así comience mi año. - gruñó Kenma mientras silenciaba el teléfono, cual seguía insistiendo con llamadas del pelinegro continúas.
- Deberías contestarle o se pondrá peor.
- Seguirá gritándome, que se vaya a dar por culo.
Akaashi le regaló una mirada un tanto inquisitiva y no mencionó nada más hasta que terminaron el recorrido, en el camino a pie hasta el colegio comenzó a sacarle conversación sobre cualquier otra cosa, sabiendo que con un Kenma molesto no se podría negociar, y dedicándose a contestar los mensajes de Bokuto, quien insistía en decirle donde se encontraba para que Kuroo buscará a Kenma, negándose a dar ubicación alguna y retando a su novio por intervenir en problemas ajenos.
Ya una vez dentro del cuarto Kenma le extendió una bolsa de cartón a Akaashi, quien abrió rapidamente descubriendo un omamori para la buena suerte color azul oscuro.
- ¿Gracias? -dijo medio extrañado.
- No te será facil ganarnos en el nacional...
- Tranquilo que lo sé, debería darte uno a tí, aunque no ayudará de nada... Porque el Fukurodani será campeón este año.
-Ugh... -se quejó mientras prendía la consola, pero el golpe de la puerta interrumpió.
Al abrir estaba Lev con casi diez barras de chocolate entre las manos y una sonrisa demasiado culposa.
- Perdóname por todos los problemas que te generé en tan pocas horas Kenma-san, -dijo agachando la cabeza y extendiendo las barras. - de verás lo siento y si quieres que vaya a hablar con Kuroo puedo ir ahora mismo y explicarle, lo quiero que tengan proble...
-Callate Lev. -dijo Kenma al escuchar la puerta del pasillo abrirse, el peligris intento seguir hablando. - Que te calles, y vete a tu cuarto ahora mismo. - tomó rapidamente los chocolates y empujó al chico fuera del marco de la puerta, pero ya era tarde, el aroma estaba demasiado cerca.
- ¿Qué estabas haciendo ahí Haiba? - la voz un tanto extraña de Kuroo sonó por todo el pasillo, y rapidamente Lev se escurrió dentro de su cuarto, cerrando de un portazo. - Kenma.
Intentó saludar al entrar, pero Kenma le cerró la puerta en la cara.
- Vete de aquí antes que llamé a la dirección.
- ¿Crees que me echarán? Ya sabes que me aman. - rió desde el otro lado de la puerta, donde se escuchaban murmullos de Bokuto. - Akaashi te buscan.
Kenma giró y vio a su amigo, quien se estaba parando de la cama con la vista caída.
- Si no salgo tendremos que lidiar con dos idiotas intentando entrar.
Cambió de lugar con Kenma y abriendo lo poco y necesario la puerta salió, pero al intentar frenar la mano de Kuroo frenó la misma dándose paso.
Sweet Dreams - Eurythmics
Hola genteeee, como hoy salió capítulo me re dispuse a actualizar porQUE DIOS QUE HERMOSAS LAS NUEVAS ANIMACIONES ESTOY MUERTA
Y en mi twitter estoy subiendo Writetober (pequeños escritos durante todo oct) y mis primeros dos fueron un tsukiyama y un iwaoi, por si quieren leer ( @sugawarakid ) besitos a todxs
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