17: Lose It. Epílogo.

E P Í L O G O :

❝When I first saw you I made a mixtape
I didn't know you'd do the same damn thing❞

- ¡Haru ven aquí! - grito Tetsurō a través de la sala. -   Mamá debe trabajar, tu y yo debemos irnos a casa de los tíos.

Haru, con su pequeño jardinero observaba la escena como si supiera bien lo que estaba punto de suceder, riéndose aún en el suelo frente a la puerta del estudio de Kenma.

- Kuroo Tetsurō, ¿Cómo me acabas de llamar? - la puerta a espaldas del niño de dos años se abrió, y el alfa tembló. - Maldito alfa roñoso, madre tus pelotas.

- ¡Gatito el lenguaje!

- Si yo no he dicho nada malo, - dijo levantando al niño. - ¿o no Haruka mi amor? ¿O no que papá solo hablaba de los balones de voley que tú padre guarda en el cuarto?  Y que papá pateara tan fuerte que Kuro llorara si vuelve a llamarme madre. - hablo aniñando la voz.

El pequeño rió, tomando con sus manos las mechas de pelo que caían de la coleta de su papá, mientras Kuroo se encontraba debatiendo si caer rendido por los encantos de Kenma siendo todo un padre Omega, o enojarse frente a como su propio hijo hacía como si no existiera las veinticuatro horas del día.

- Se qué quieres que viaje con ustedes a Osaka Haru mi amor, pero papá apenas termine de trabajar tomará el primer tren... - dijo intentando despegarlo de su cuerpo.

- ¡Neko malo! - balbuceó, aferrándose a Kenma. - Suena feo.

- ¡Hey Haru! Yo pongo la mejor música de viajes.

Kuroo se ofendía seguido, no era fácil el tener un hijo de dos años que a leguas se notaba que sería un alfa e intentaba monopolizar la atención del único Omega de la casa  más ahora con cuestiones hormonales muy grandes en juego, por lo que el alfa de la casa quería poder pasar cada segundo abrazado a su pareja y que su hijo lo acompañará cuando esté trabajaba y se sentía solo.

- Está bien Kuro, deberías ir saliendo tu y nosotros iremos en el tren de las 3, terminaré la grabación y saldremos.

- Pero Ken, no puedo permitir que viajen solos así.

- Tampoco deberíamos llegar tarde al cumpleaños de los pequeños... Pero dejar todo programado si no me reprenderán, al menos uno de nosotros debe llegar a tiempo.

Gruñó en respuesta  tenía razón, Yuki y Hika no debían pasar su cuarto cumpleaños sin la compañía de sus padrinos, la llamada de hace una hora confirmaba cuánto los esperaban y se sentía culpable si no llegaba por lo menos para las cuatro de la tarde, dónde poco a poco sus amigos harían presencia.

- ¿Me prometes que te cuidaras? - dijo besando su frente. - Y tu campeón, debes cuidar a tu papá en el tren, nadie tiene permitido acercarsele a ninguno. - revolvió los cabellos negros del pequeño.

- ¡Si papá! - dijo feliz, cerrando los ojos. - Prometo que cuidare de papá y mi hermanito.

Kuroo le regalo un último beso al pequeño, para agacharse a la altura del vientre de Kenma y depositar un pequeño beso, recibiendo movimientos desde el interior del estómago.

Realmente le ponía los nervios de punta la idea de Kenma, Haruka y un embarazo de siete meses solos en un viaje en tren tan largo pero sabía muy bien que cualquier discusión que quisiera dar contra el omega, saldría perdiendo por hartazgo y tal vez una que otra lámpara siendo arrojada en su dirección.

El camino a Osaka fue más pacífico de lo esperado  el tránsito era poco y tan solo recibió dos llamadas de Bokuto entrando en crisis ya que Akaashi no paraba de decorar pastelitos con sus pocas artes culinarias y una sola de Kenma informando que estaba subiendo al tren para cuando el estacionó fuera de la casa de sus amigos.

- ¡Hey bro! - exclamó Bokuto al abrir la puerta. - ¿Y toda la manada?

- Kenma debía dejar un vídeo preparado para subir a la noche y Haru se rehusaba a viajar sin él.

- Te comprendo totalmente, ¡Hika el otro día me ha insultado por abrazar a Keiji! ¿Entiendes eso? - gruñó mientras la niña reía a sus espaldas. - Estos pequeños que serán alfa son tan descarados a veces, pero nada que un abrazo de mi pequeño Yuki no calme.

Bokuto realmente con los años se había convertido en todo un padre ejemplar, cualquiera de la distancia o que viera los medios podía notarlo, cada partido entrando con sus hijos en brazos, Hika molestándolo y Yuki rehusándose a soltar a su padre. También en el súper mercado, dónde decidía gastar hasta el último centavo en la comida que detalladamente Keiji exigía y en todo juguete interesante o libro que tal vez aún no usarían los pequeños pero que frenarán a ver.

Si el mundo era fanático de Bokuto Kōtarou, el lo era de su familia.

- ¡Pero mira! - dijo apuntando al patio. - Hemos alquilado un castillo inflable y me he puesto celoso de los críos, y al hablar con la empresa... ¡TADAN! Había uno en promoción para venta que sirve para adultos.

Ambos adultos, porque ya no podrían ser llamados jóvenes, corrieron arrojando sus zapatos por el césped y comenzando a saltar en las lonas infladas bajo sus pies.

- ¡Bokuto-san te he dicho que necesito que vacíes el cuarto! - gritó Keiji saliendo al exterior. - Podrás jugar en el castillo cuando todos lleguen.

Bokuto bufó bajándose y observando de reojo a Kuroo, a la espera de un momento de ayuda.

- Está bien  solo porque terminaremos antes y podremos volver a saltar.

Cómo pidieron, fueron al último cuarto de la casa donde habían estado usando de depósito el espacio, pero al parecer Keiji quería armar un cuarto para cada niño ya que habían comenzado a pelear por el espacio que ya disponían, y su tío Konoha no tuvo mejor idea que enviar una cama para cada uno como regalo de cumpleaños y los pequeños insistían en armarlas ya mismo.

Comenzaron a las apuradas a transportar cajas y cajas de libros y ropa vieja al ático, bajo la mirada controladora de Keiji que terminaba de decorar las últimas galletas con ayuda de los pequeños.

- ¡Hey mira! Está dice Kozume. - dijo Bokuto a medio camino de la cocina.

- Oh sí, deben ser cosas que se mezclaron cuando me fui de lo de Kenma, ¿Podrías guardarla Tetsurō? Siempre olvido de enviárselas.

- Claro, deja y la llevo al auto cuando vaya por ellos a la estación, deberían llegar en un rato. 

Siguieron con su trabajo, agradecidos que para cuando terminaron la gente empezó a aparecer y aunque ellos no fueran fanáticos del tipo de actitudes arcaicas, la mayoría de los omegas se desplegó al exterior acompañado de los niños mientras que los alfas y uno que otro omega y beta se quedaron en la sala de estar, agradecido Bokuto que no fue regañado por Keiji, si no besado en la frente y recibió unas cervezas de regalo.

- ¡Shōyo acaba de echarme del patio! - gruñó Tobio entrando a la sala. - Me ha dicho que estaban hablando cosas de omegas y que no me querían allí.

- Apuesto que se está poniendo al día con Tadashi y Tooru del dolor de trasero que pueden ser ustedes tres. - se rió Washio, agradecido de estar solo esa tarde.

- Cállense, si no fuera porque Kuroo no trajo temprano a Kenma, nadie estaría hablando mal de nosotros. - gruñó Iwaizumi. - Además toda ''charla de omegas'' es para insultarnos o... Un embarazo. Alabado sea mi beta allí afuera.

- Hablando de Kenma... ¿No deberías ir por él bro?

Kuroo se paró con la poca habilidad física que la paternidad y trabajo casi esclavo para la asociación de voley le habían dejado y cargando la caja desconocida corrió al auto, ganándose alientos y burlas de las demás personas en la sala.

- ¡Gatito! - dijo apenas verlo, cargando su bolso y a Haru.

- Tarde. - contestó sin más, entrando al auto. - ¿Y esto?

- No lo sé, estaba en entre las cosas de Keiji, pero dice que es tuyo... Deberíamos dar un vistazo, me come la duda.

- Como has llegado tarde, no te diré que contiene cuando lo vea.

- ¡Kenma!

- Cállate y conduce, quiero ver a Shōyo.

Sabía bien que no saldría tan ileso de su demora, Kenma era todo un demonio hormonal y no debía olvidarlo.

When I said goodbye to you it went quiet
'Cuz I didn't wanna feel any pain

Marzo 2017

- ¡¿Kenma qué ocurré?! - gritó Keiji entrando al cuarto.

No hacía un mes que habían comenzado a vivir juntos luego de la partida de Bokuto a Osaka, y aún no había visto de primera mano uno de los ataques de pánico que Kenma había mencionado cuando hablaron de sus terapias.

Una caja de zapatos cayó a su lado, desparramando todo el contenido que a continuación Keiji volvió a guardar con cuidado.

- No debes romper todo lo que sea de él Kenma  has guardado tan poco...

Era inútil hablarle, no tardó ni unos minutos en esconderse entre las sábanas y comenzar a llorar, junto a Keiji, que rápidamente se arrastro a su lado y lo abrazo.

- Si quieres puedo guardar todo en una caja y mantenerlo en mi cuarto, así no deberás verlo, pero tampoco desecharlo.

- Hm.

- ¿Te parece? Yo sé bien que es de él y que es tuyo.

Con otros sonidos ahogados dio una respuesta positiva, haciendo que Akaashi recogiera las pocas cosas que habían quedado desparramadas por el suelo, metiendolas en una de las cajas de mudanza que aún guardaba, y apenas terminó, escribió Kozume en su tapa y la metió al fondo del armario.

Febrero 2018

- Kenma, ¿La quieres? - dijo con la última caja aún a sus pies, y un camión de mudanzas repleto en la espalda.

- Aún no estoy listo Kei, algún día podré volver a abrirla.

- Está bien, voy yendo. - la cargó en sus brazos mientras salía. - Nos vemos Ken.

- ¡Akaashi! - grito antes que la puerta se cerrará. - Te extrañaré.

- Yo a ti.

Donde antes estaba la caja Kenma cayó directo, pensando en todo lo que debía haber ahí dentro.

Aún recordaba la playera gastada de Naruto que no se animó a devolver a Kuroo la vez que sacó todas sus cosas del cuarto del Nekoma, ya que el se la había regalado y sentía el derecho de guardarla para si mismo, o ese viejo omamori y una que otra pequeña nota que alguna vez recibió con una tarta de manzana o algo de comida luego de un entrenamiento o en la puerta de su cuarto cuando caía enfermo y Kuroo pasaba a visitarlo mientras dormía, pero algo que no podía salir de su mente era el contenido de la caja de zapatos que de por seguro estaba ahí, sin importar que se hubiesen roto al arrojarlos en su crisis.

Realmente veía imposible el día en que podría volver a abrirla, reviviendo toda una historia de amor que sentía que había llegado a un final definitivo.

Kuroo Tetsurō pertenecía a su pasado.

And tell me why'd you have to have such a damn good taste in music?

Kuroo Tetsurō era un llorón de primera, y su esposo lo sabía a ciencia cierta con evidencia grabada.

- Kuroo deja de llorar, harás que Sakura no pare. - dijo meciendo a la bebé entre sus brazos. - Pon algo de música, tu asqueroso gusto la calma.

La vida podía ser muy difícil algunos días, y cuando en el exterior había una gran tormenta eléctrica, tu hijo más grande está en la cama con fiebre, la más pequeña llorando sin cesar por los ruidos y tu esposo alfa de casi treinta años llorando por el cansancio del trabajo, la muerte de su personaje favorito y la imposibilidad de ayudar a sus hijos, Kenma recordaba el porque tenía unos auriculares capaces de sellar el sonido externo.

Pero agradeció no tener que usarlos ya que Sakura se negaría a parar de tirar del cable, y con ayuda de la música de Kuroo, la pequeña se relajó al punto de dormirse entre los brazos del alfa, mientras Kenma se encargaba de seguir controlando la fiebre del pequeño que se retorcía en su cama.

Cuando la situación volvió a control y el alfa y la pequeña dormían en el sofá abrazados, Kenma sintió que por fin tendría un respiro para volver a sus responsabilidades secundarias, terminar el juego que había comenzado por la mañana, pero algo se lo impedía.

Y maldita seas el y sus estúpidas hormonas de omega que le rogaban acostarse al lado de su hijo, mañana despertaría con gripe.

Pero le parecía imposible no hacerlo, no importa que tan apático quisiera parecer, esas hebras negras y los ojitos que parpadeaban de rato a rato mostrando unos ojos dorados le eran imposibles de no admirar, más aún cuando esté se apretaba contra su pecho y se rehusaba a soltarlo, era como un pequeño el y no podía negarle todas las extravagantes cantidades de amor que era capaz de requerir.

Ya cuando su corazón y hormonas estuvieron calmados, se dicho a levantarse, marchando a por fin su oficina, pero volvió a ser interceptado por un monstruo hormonal.

¡¿O quién se resistiría a su bebé de meses durmiendo sobre el pecho del alfa que amaba?!

Le rezó a su Dios particular que nadie de ninguna manera extraña lo observará hacer eso y con rapidez los fotografió, para luego acercarse a ellos y dejar un beso en casa uno, sintiéndose victorioso cuando su cuerpo cayó desplomado en el sillón de la computadora, permitiéndose continuar con su día.

Kozume Kenma muy en el fondo de su máscara y muros, amaba ser un omega rodeado de la familia que logró construir.

Lo recordó la mañana anterior para no asesinar a su alfa, se lo repitió tal cual mantra para no cometer un asesinato frente a sus propios hijos.

- Oh sí Hajime, muchas gracias, hablamos luego. - dijo Kuroo cortando el teléfono. - ¿Pasó algo gatito?

- ¿Pasó algo? - preguntó enojado. - Desde que te despertaste has estado al teléfono con Iwaizumi, tuve que vestir a Haru para el jardín con Sakura en brazos y estoy preparando el desayuno con ambos niños colgando de mis piernas, una en andador y el otro descalzo.

Kuroo viajó su vista al suelo tras la isla, confirmando todo lo que Kenma había dicho y perdiendo todo sentimiento de gloria que la llamada le había otorgado, sería apuñalado con un pela papas en cualquier instante si no levantaba a ambos niños, lo que hizo tan rápido como los rayos de la noche anterior.

- ¡¿Quien está emocionado por su último día de jardín del año?!

- Papá enojado, yo enojado. - dijo el pequeño girando su rostro sin bajarse de sus brazos.

Kenma comenzó a reír, últimamente su humor era más relajado, por suerte de Kuroo y de los niños, ya que esto facilitaba todas las situaciones familiares que acarreaban con ambos padres trabajando en horarios disparejos y extraños.

- ¡Kuroo's nos vamos! - dijo ya Tetsurō en la puerta. - Pasaré por ti y Sakura a las cuatro con Haru, les tengo una sorpresa.

Kenma amaba a su esposo, pero a veces dudaba si hacer la maniobra de Heimlich cuando esté se ahogaba con jamón crudo.

When we drove up the coast we had a soundtrack
We made it feel like a film on a reel

Existían esas veces dónde la familia Kuroo-Kozume hacía cosas extrañas, todos podían asegurarlo.

Su boda fue extraña, ya que la invitación traía dibujos de videojuegos, y el primer cumpleaños de Haru fue totalmente ambientado de voley y anime. O también así a los vivos que realizaba Kodzuken con apariciones sin querer de Kuroo en calzones y un bebé en brazos vomitandole, era una familia lo bastante particular.

Pero el día que sin dar mucho aviso sus teléfonos se desconectaron luego de un mensaje de "Volveremos para finales de marzo" ninguno imagino que la primer publicación que verían de alguno de los padres fuera literalmente en la otra punta del mundo.

- ¡Kuroo-chan, Kozume-kun por aquí! - escucharon una voz chillona a sus espaldas. - Los autos de renta son por aquel lado.

- Hola Oikawa, ¿Qué haces aquí? - Preguntó Kenma sorprendido.

Aún no entendía bien de que venía el viaje sorpresa que Kuroo anunció dos semanas atrás, y el ver a Oikawa Tooru en el aeropuerto de Buenos Aires, sumaba una duda a la ecuación.

- Iwaizumi me ha ayudado junto a Oikawa a organizar el viaje, - dijo Kuroo orgulloso. - Tooru tiene buenos contactos con algunas empresas.

- Oh sí chicos, y aquí está todo. - dijo entregando un carpetin a Kuroo. - Dirección de hoteles, mapas con rutas recomendadas y las entradas impresas a todo lo que me pediste.

Kenma seguía sin entender bien el punto en cuestión, comprendía que estaban en Argentina, comprendía que era porque Kuroo no había parado de repetir que ambos como también los niños necesitaban vacaciones, pero no entendía de donde salía tanta organización, ya que en sus viajes anteriores a Corea y Europa, había sido más bien tomar el equipaje, a Haru ya que aún Sakura no había viajado, y ver sobre la marcha a dónde los llevaría la "aventura", como amaba decir Tetsurō.

Pero no sé quejó, los paisajes verdes cambiando a amarillo de la estepa en sus dos días de viaje por rutas fue entretenido, Kuroo le permitió a Kenma elegir la música y como el otoño se acercaba en sur América los niños viajaban la mayor parte del tiempo tranquilos.

Pudieron pasar la noche de en un hotel al costado de la ruta donde gracias a que Kenma supiera español pudieron comer sin ser embaucados y dormir lo necesario para seguir camino, pero llegó un punto que los paisajes amarillos y repletos de guanacos, gracias Google, ya picaba la duda.

- ¿A dónde me llevas Kuro? - preguntó Kenma  ya iban 3 horas del último pueblo y pocos minutos atrás habían doblado en un ingreso de ciudad que no llegó a leer el cartel.

- Si esperas dos minutos más viendo al frente, lo verás. - dijo riéndose. - Oikawa trajo a Iwaizumi aquí para su último aniversario y me recordó muchas cosas... Sabía que debíamos venir lo antes posible.

Kenma siguió escuchando a Kuroo viendo atento, pero no había más que meseta y cielo, hasta que cayó en cuenta que los carteles que al principio tenían anuncios de hoteles, casinos y tiendas, habían cambiado a unos de la municipalidad del lugar.

-KuroNeko no puede ser que recuerdes esto.

- Sh, llegó el momento.

Y como por arte de magia, mientras el auto bajaba la colina ondulada, una ciudad pequeña se abría paso, pero más importante, la imponente imagen de un golfo tan azul que sorprendía apocaba toda imagen, observó perdido y emocionado, hasta que el cartel a su izquierda terminó de rezar.

"Bienvenido a Puerto Madryn." Y de fondo una imagen de unas ballenas y pingüinos.

-¡Pingüinos! ¡Me has traído a ver la jodida reserva más grande del mundo de pingüinos de Magallanes!

- Te amo gatito, felices doce años de conocernos. - sonrió Kuroo tomando su mano.

Ya if all my favorite songs make me think of you 

I'm gonna lose it

- ¡Kuro para! - gritó Kenma arrojandole atlmohadón. 

- Tu tambien Bokuto-san. - habló más tranquilo Keiji.

Pero era imposible pararlos, ambos dos estaban quebrándose de la risa mientras intentaban imitar frente a la televisión lo que mostraba casi cinco años atrás haciendo un show de streap tease con tan solo calzones y camisetas de la selección nacional de voley en el casamiento de Tetsurō y Kenma.

- Siempre te odiaré por eso Kuro, lo juro.

- ¡Si estabas todo sonrojado y viéndome de reojo! - dijo abrazandolo. - Me ha silbado todo el salón.

- Excepto mi padre, que se cuestionó la idea de asesinarte en ese instante.

- Mierda, esa vez si que sentí miedo, - habló Kōtarou. - si que son una familia de mafiosos.

- La verdad que si, ni en nuestro casamiento hubo tanta seguridad y eso que había un grupo de casi cincuenta jovencitas en la puerta aclamando por un Bokuto Kōtarou soltero. - se rió Keiji con una cerveza en mano.

- Bueno, pero esos mafiosos ahora nos están haciendo el favor de cuidar a los crios de todos mientras nosotros disfrutamos este lugar.

Kenma tenía razón, porque por fin y luego de demasiados años de amistad, los cuatro habían encontrado el hueco perfecto en sus ajustadas agendas donde pudieron abrir sus billeteras y tomar el primer avión que daba con sus vacaciones al continente vecino, y la última noche de su velada, los abuelos Kozume, con los cuales Kenma a finales de cuentas se amigo en total, se encargaron de los niños en la casa y les dispusieron unos cuartos en uno de los hoteles que poseían.

- Entonces en ese momento corre Bokuto hacía mi llorando y yo no lo podía creer, realmente pensé que tal vez lo habían suspendido del equipo por sus notas del año anterior pero... ¡No paraba de lloriquear porque Keiji había entrado al equipo y no se atrevía a hablarle!

- Bro, eso es secreto.

- Bokuto-san, Konoha te grabó cuando corrías fuera de la escuela ese mismo día que casi vomitas preguntándome si podía practicar colocaciones contigo.

- ¡Yo tengo ese video en mi nube! - rió Kenma. - Creo seriamente que es una joya única en su tipo, capaz de bajar al emperador de las encuestas del deportista más apuesto de Japón.

Las risas y las anécdotas siguieron, hace mucho tiempo no se encontraban los cuatro totalmente relajados y sin niños, ya que los últimos años se habían tornado un torbellino de uniformes escolares como también deportivos para todos, ya que la única que aún no había sido asediada por Bokuto, Kuroo y la mayoría de sus tíos había sido Sakura, la que de igual manera amaba jugar con su hermano y primos cuando ellos entrenaban para ser grandes jugadores como sus padres, y eso imposibilitaba la oportunidad de reunirse a hacer sociales. 

- Chicos, yo ya voy yendo a descansar. - dijo Keiji parándose en dirección al cuarto siguiente. - Bokuto.

- ¡Esa es mi señal! - saltó fuera del sofá. - Nos vemos mañana.

Kuroo y Kozume apenas cerraron la puerta a sus espaldas se recostaron en el sofá uno sobre el otro, mientras apagaban la televisión frente a ellos que hasta hace segundos reproducía los vídeos que Bokuto había rejuntado de múltiples ocasiones de todos juntos para ver y rememorar sus juventudes.

- ¿Quieres dormir gatito? - preguntó Kuroo acariciando su cabello. 

- Primero quiero darte algo... Pero juro que mis energías no dan para ir hasta mi maleta. - estiró el brazo en esa dirección. 

- ¿Qué es? Te llevaré a la cama y lo vemos ahí juntos, ¿Te parece? 

-Una caja de zapatos por favor,  recuerdame nunca más aceptar ir a correr canguros junto a Bokuto, creo que he perdido un pulmón.

Kuroo rió ante el recuerdo mientras cargaba a Kenma de camino a la cama, realmente habían sido días agotadores y sus cuerpos le estaban pasando factura, pero nada que una última sorpresa de Kenma no resolviera y cerrara el viaje con mucha emoción.

Luego de dejarlo volvió rápido a su lado con la caja ya gastada y un tanto abollada que rezaba su apellido en el frente mirándola extrañado, para sentarse junto a él y observarlo hasta recibir el permiso de abrirla.

- Tal vez sea algo estúpido pero bueno, lo he hecho un tiempo antes que nos separemos la primera vez y nunca la tiré. - dijo mientras la observaba. - Aunque ahora que recuerdo deberías botar los chocolates, ya deben estar rancios a esta altura de la vida.

Kuroo observó extrañado a Kenma, quien dilataba cada vez más el permiso, como si dentro de la caja hubiese algo prohibido y demasiado vergonzoso para aceptar, pero sabiendo como era su pareja con los gestos románticos, hizo como si no hubiese dicho nada y la abrió sin más, comenzando a sacar todas las pequeñas cosas.

Estaba repleta de bombones y barras de los chocolates que Kuroo más comía cuando era más joven, algunas fotos impresas de ellos en sus años del Nekoma, cuando él comenzó la universidad y de su primer viaje a Australia juntos, y por último, un cd con una nota en la tapa. 

''Me pareció gracioso la primera vez que me dijiste que tenías una playlist para nosotros, ya que yo también lo hacía, quise ganarte y quemé un cd con las canciones que más me recuerdan a ti.

Te amo Kuroo Tetsurō, perdóname por ser tan complicado a veces, realmente quiero dejarte ver dentro mio.

1. With Me - Sum 41

2. Silky Heart - Yui Horie

3. The One - Limp Bizkit

4. Everybody Talks - Neon Trees

5. All I Want - The Offspring

En fin, música de verdad para que tus oídos se eduquen KuroNeko.''

Kuroo se quedó sonriendo con todo en las manos, y sin más apenas las cosas cayeron en las mantas, se abalanzó sobre Kenma, atrapándolo entre sus brazos para besarle sin respiro alguno. 

- ¡Como podrías si quiera pensar en tirar esto! Es tan romántico Ken, te amo tanto. 

- Cállate idiota, me esforcé muchísimo en esto solo porque tu eras un demandante

- ¿Acaso no sientes todas esas cosas que dicen esas canciones totalmente románticas que has puesto?

- No.

- ¿Como qué no? -Hizo como si llorara ante el comentario. - ¿Ya no me amas como antes?

- Ahora te amo mucho más, que esas canciones quedan pequeñas, y puedo decírtelo sin necesidad de buscar que alguien más lo diga por mi. 


Lose It - SWMRS

Y he aquí el epilogo de Lose It, con como termino sus vidas y la canción dando un poco de sentido al porque el titulo xd xd 

Se que lo iba a subir con la historia corregida y fuera de edición, pero entre idas y vueltas estoy  gastando todo mi tiempo en mi nuevo long fic sakuatsu -hora de comerciales- que pueden ir a leer en mi perfil, y como hoy Lose It llegó a los mil votos en total, les quería regalar esto.

Feliz navidad tarde si es que festejan, y que tengan buen comienzo de año <3. 


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