15: James Dean & Audrey Hepburn.

¡Cuando quieras nos casamos!

¿Volver al pasado? Si le preguntan a Kenma no cuesta más que unas horas durmiendo al lado de tu alfa y terminar con una ducha antes de viajar a un casamiento en el campo.

Lo confirmó cuando ya con solo 15 minutos para salir y nada más que los pantalones de vestir puestos se sentó a terminar el almuerzo, Bokuto y Akaashi ya se encontraban con sus respectivos trajes y terminando de cargar a los niños junto a sus cosas en el auto, saldrían antes ya que no tomarían el camino por autopista, Keiji estaba en modo "padre asustado" y se había negado.

Y Kuroo, el se encontraba frente a Kenma comiendo la misma sopa de miso frente a él, pero con la vista clavada en el plato del menor.

- ¿Te comerás esas verduras? - sus palillos atacaron el plato contrario.

Negó y Kuroo rapidamente tomó las dos piezas restantes engullendolas, para luego pararse dejando los platos en el fregadero.

- Termina de vestirte, iré por nuestros sacos y saldremos.

Obedeció, no pensaba lavar los platos, podrían esperar un día más, tomó la camisa y la abotono hasta el cuello, pero dejó en la percha la corbata y el chaleco, no pensaba viajar una hora en auto ahogado en ropa elegante, se colocó los zapatos y se quedó en el sofá a la espera del mayor con la consola en mano.

De un momento al otro su vista se tapó y sintió un peso sobre su cabeza, que comenzó a sacudirse.

- No importa que haga calor, debes secarte bien el cabello. - La voz de Kuroo a sus espaldas lo dejó tenso. - ¿Te recojo el cabello? O lo llevas suelto.

- Uhm, cualquier forma. - miró cuando la toalla salió de si y vió como Kuroo traía un cepillo.

- Te queda bonito en coleta, - comenzó a cepillar el cabello. - extrañaba esto.

No contestó, entre pensamientos nocturnos habia prometido no mentir, pero no habia manera que aceptara a voces que el también extrañaba a desmanera el gesto de que Kuroo secase su cabello, y al parecer ahora también le encantaba que se lo atara, porque al verse al espejo sintió que por primera vez realmente le quedaba bien, no como las coletas perezosas y enredadas que realizaba el mientras trabajaba o jugaba para opacar el calor, esta hasta tenía acomodado el prendedor del colin de una manera que se notará en lo alto de su cabeza, y su flequillo a los costados perfectamente acomodado.

La primer pareja se despidió, acordando encontrarse en el campo donde se daría la ceremonia, y los segundos no tardaron en partir en el auto de Kenma, aunque conducido por Kuroo, no era fanático de usarlo y si se podía minorizar la ansiedad que le generaba la carretera yendo en el asiento del copiloto lo haría.

El camino fue casi silencioso, ninguno puso su teléfono a disposición del estereo y se la pasaron con una radio ochentosa en los parlantes mientras ninguno de los dos entonaba palabra alguna, Kenma no tenía que decir, su cabeza seguía preparándose para presentarse frente a una multitud de su pasado de mano de otra sombra del mismo.

Cuando llegaron por suerte no había muchos autos, habían llegado lo más temprano posible, y estaban agradecidos por eso.

- Kuro. - llamó Kenma mientras este bajaba el equipaje de ambos. - ¿A quienes deberíamos decirles? Shōyo no para de enviarme mensajes y llegará en cualquier momento con preguntas.

- Pues... - rasco su barbilla, no sentía la necesidad de explicar a tanta gente la situación, Bokuto era la única persona a la que no aceptaría mentirle. - A quien tu quieras Ken, pero deben poder ocultarlo.

Se quedó en silencio, el tampoco sabía a quienes se lo podía confiar a ciegas, no importa cuanto apreciara a sus amigos sabía que con una o dos copas de más sería una osadía no estar pegados a ellos vigilando que no se fueran de lenguas entre chismerios que hoy no faltarían. Le tomó todo el camino a la recepción de la posada tomar una decisión.

- Al parecer Tora se la ha creído y nos ha puesto en el mismo cuarto... ¿Quieres que pida otro?

- No tengo problema de dormir juntos, será solo un día.

Kuroo asintió, volviendo a tomar el equipaje y guiando el camino que le había indicado la recepcionista, no veía un alma dando vueltas, tal vez todos los llegados descansaban, o ya estaban ojeando el lugar donde se daría la ceremonia, estaba seguro de que al menos Bokuto y Akaashi lo harían, amaban toda la chuchería que conllevaba los casamientos.

Apenas en el cuarto Kuroo se arrojó a la cama y prendió el aire, odiaba tener que usar traje con este calor, mientras que Kenma escribió a Akaashi.

"Hemos llegado, ¿Están en el salón?"

"Si, y Shōyo acaba de llegar a grito de tu nombre, no para de preguntarme donde estás."

"Dile que se calme, en cinco vamos."

- Vamos Kuroo, los chicos nos esperan.

- Cinco minutos más, es un infierno fuera.

- Shōyo me espera, iré sin ti. - dijo tomando camino a la puerta, con las piezas restantes del traje en mano.

- No, espera, - se paró casi corriendo al lado de Kenma. - ¿Puedo? - extendió sus brazos al rededor y apenas Kenma asintió lo presionó contra su pecho.

No era incómodo como esperaba, las pocas veces que se habían tocado en la última semana había sido en medio de charlas demasiado emocionales o momentos de sentimientos demasiado álgidos, pero ahora, sin ningún drama de por medio, era igual de agradable.

Todo eso impidió que Kenma controlará su cuerpo, los pensamientos eran demasiado profundos y no notó el instante en que liberó a desmanera su aroma, marcando a Kuroo con el mismo. La risa juguetona de este lo hizo denotarlo, trayendolo a la realidad.

- ¿Yo puedo hacer lo mismo? Así todo será más creible.

- Idiota.

- ¿Si soy un idiota por qué no me sueltas?

- Tarado. Hazlo de una vez, llegaremos tarde.

Y en lo que cerró los ojos, sus fosas nasales fueron ahogadas por ese innecesario perfume de olivo, valeriana y manzano abrazándolo, sintió como si pudiese dormirse en ese instante si se permitía relajar del todo, se sentía tan familiar, como volver a casa después de un largo viaje.

- Ahora si podemos irnos.

No les tomó mas de un minuto en acomodarse las camisas y corbatas, repitiéndo viejas costumbres donde Kuroo ató la de Kenma como se debía y acomodó su chaleco de manera que no aplastase la camisa arrugandola.

Tomaron su mano en la puerta del salón y con una mirada complice hicieron aparición, al parecer en su parada de veinte minutos a todos les había pintado la gana de hacer aparición en un colectivo, ya que no faltaba un alma en el lugar, aún con 30 minutos para la ceremonia.

Intentaron visualizar entre los pasillos de bancos a sus amigos, lo que por suerte no tomó mucho tiempo, la cabellera de Bokuto, Hinata y Miya no eran difíciles de ubicar, y por inercia, la cabellera oscura al lado de la gris claramente sería Akaashi, dieron paso entre las múltiples miradas que caían sobre ellos, muchos conocidos sabían que había ocurrido entre ambos y que de la noche a la mañana aparecieran juntos sería el chisme de la noche.

Apenas sentado Hinata hizo su gran aparición, empujando a Kuroo casi fuera del banco para sentarse junto a su amigo y comenzar a soltar todas las palabras que se imaginara sin medir volumen, para suerte de Kenma no había un alma que no estuviese entablando una conversación por lo tanto la suya no destacaría tanto.

- ¡¿Que hace baka-Kuro contigo?! ¿Y que mierda trasmitiste anoche? ¿Te drogaron? ¿Necesitas venir a Osaka unos días?

- Respira Shōyo. - dijo tapando la boca de su amigo con la palma antes de que preguntará alguna otra locura. Era momento de tomar una decisión. - Lo estamos intentando de nuevo.

- ¿Acaso esta semana que te cuido has entrado en celo y te preñ...?

- ¡SHŌYO CALLATE! - Elevó la voz, ganándose la mirada de sus alrededores, pudiendo notar que Lev estaba justo frente a él, observandolos. - Y tú también, nada de preguntas extrañas.

- ¿Yo? Kenma-san me insulta, sabe muy bien que soy partidario de las reconciliaciones. - Rió acercando más a Yakü a su lado, quien le pegó un soplamoco en la nuca. - Perdón bebé.

- Malditos inútiles que sus vidas son color de rosa y yo aquí cuestionandome a donde irá mi relación. - Masculló Hinata mientras volvía a pararse.

- ¿Qué dices? Si has traído al idiota de Miya aquí.

- Eso no significa que todo sea perfecto, en la cena te cuento, ahora te dejaré ser feliz con el pelosmierda ese, - dijo pateando ligeramente a Kuroo. - te estaré vigilando.

- Adiós Chibi-chan.

El tiempo pasó y Kenma no pudo dejar de sentir las miradas encima, aunque con su mejor esfuerzo se dedicó a charlar con las personas de su al rededor, agradecido de que tuviese ex compañeros de equipo y que Akaashi le permitiera cargar de vez en vez a Yuki, distrayendolo de la mejor manera posible, tironeando su flequillo.

Para cuando la ceremonia dió apertura todos callaron, Tora hizo aparición acompañado por sus padres y a su espalda Fukunaga, quien era el padrino, entró saludando a todos, y Kenma no se libró de la sonrisa socarrona del mismo al verlo al lado de Kuroo, "Luego me explicas" soltó antes de ser abrazado por Yakü y Kai, siguiendo sus familiares hasta el altar.

Poco más de un minuto despues hizo aparición la novia, Kaori se veía demasiado perfecta, iba acompañada de su madre y a la cola del vestido una joven que Kenma no reconoció, pero gracias a Akaashi la identificó como su hermana menor.

Cuando llegó al altar Tora ya estaba hecho lagrimas, "¡¿Dónde quedaron esas agallas?!" Le gritó Kuroo, ganándose la risa de todo el salón, y mágicamente dando apertura al pastor para comenzar su discurso.

Kenma no era fanático de este tipo de ceremonias, no era religioso ni mucho menos entraba en sus posibilidades ni deseos unirse ante los ojos de alguna deidad divina, pero no podía negar que no estaba algo emocionado de ver como el compañero con el que pasó dos importantes años entre peleas y amistades siendo tan feliz no le llenará el alma de una simple felicidad.

Todos aplaudieron cuando por fin intercambiaron anillos y luego un casto beso, dando apertura al cierre final de todo lo políticamente correcto de la noche.

- Y ahora arrojaré el ramo. - soltó Kaori, consiguiendo que un grupo de personas se acercarán a las primeras dos filas, por suerte ni el ni ninguno de sus amigos se movió.

Escucho la cuenta regresiva intercambiando una que otra palabra con Keiji mientras todos aclamaban, pero de la nada sintió algo suave caer entre sus manos, y al sentir demasiadas miradas curiosas sobre él bajo la vista.

- ¡¿Qué mierda?! - gritó mientras tomaba el ramo de rosas blancas arrojandolo al regazo de Akaashi, por suerte no tenía ningún bebé en brazos, porque no lo había observado previamente.

Bokuto como siempre, perdido en sus más profundos pensamientos, al girar y sin notar como Akaashi observaba asesinamente a Kenma, se paró de un salto levantando a su pareja en un abrazo.

- ¡Cuando quieras nos casamos Agaaashe! - gritó ganándose los aplausos de la mayoría que no había visto quien lo había recibido en primera instancia.

De relaciones abiertas y más.

La fiesta se hizo camino luego de la cena, ya con los estómagos llenos y la mayoría con tragos encima la música de hizo lugar a qué las personas tomarán a sus amados y bailarán por lo que quedaba la noche.

Los primeros en desertar fueron los recientes padres, era imposible aguantar a más de media noche con dos pequeños bebés, y uno grande, sin terminar totalmente agotado, por eso cuando Akaashi notó que Kenma no asesinaría a Kuroo luego de invitarlo a bailar un bals, dió por concluida su noche.

Claro esta que primero tuvo que escuchar los mil y un lamentos de Hinata, quien su novio le había dicho dos días atrás, que no quería una relación monogama, si no más bien una abierta y con otras libertades.

- Así que le dije que si, ¿Quien se cree él? - soltó a Kenma con una copa de vino en la mano. - Claro está que no me quedaré como si nada, ha pasado toda la noche junto a Sakusa.

- Shōyo, ya te he dicho mil veces que es un idiota, no que Kageyama me parezca más potable pero... No te ha quitado la vista de encima durante toda la noche. - Kenma realmente quería que su ebrio amigo cortará el rollo y le dejara disfrutar la noche.

- ¿En serio? - dijo buscando entre la gente a su armador de la adolescencia, encontrandolo en la barra de tragos. - Ya vuelvo.

Kuroo lo miró de reojo aguantando la risa, ¿Cuando Kenma se había convertido en un cupido part-time? Ya era la tercer relación que arreglaba está noche.

La primera fueron a los extraños ex jugadores del Shiratorizawa, Kuroo tuvo que pedir explicaciones de porqué Tendo Satori apareció entre lágrimas pidiendo resguardo, cuando no recordaba haberlos visto hablar jamás.

" El año pasado viaje a Francia por una competencia y el se encontraba allí trabajando, me reconocía por Hinata más que nada y pasamos el fin de semana paseando."

Este apenas comenzada la cena había peleado con su pareja ya que Ushijima, el mounstruoso rematador se los Adlers, había reiterado que aún no quería hijos, y Tendō montó toda una escena catastrófica ya que al parecer ya se encontraba en cinta y tanteaba las aguas para saber como dar la noticia.

Kenma tan solo lo confortó unos segundos y le dijo que hablara directamente con él, tal vez lo decía para no meterle presión. Lo confirmaron cuando los vieron minutos más tarde besándose a los abrazos y felicitaciones de sus amigos al rededor.

La segunda fue la más extraña de todas, ya que cuando Lev apareció cabizbajo y murmuró algo al oído de Kenma este se paró de un segundo al otro desapareciendo en la multitud, y volviendo con un Yakü algo alterado.

Se sentó sobre las piernas de Kuroo y soltando su aroma lo rebajo con la mirada al anterior libero.

- Y ahora le pides disculpas Morisuke. Antes que yo pateé tu trasero. - Kuroo juraba que moriría de la ternura al ver a Kenma tan celoso, pero no pensaba decir palabra alguna porque ya imaginaba su cabeza rodando por el suelo.

Al parecer habían peleado ya que Lev no paraba de insistir con que debían volver a vivir a Tokio, ya que extrañaba a sus amigos y al parecer Yakü meses atrás también lo había dicho, pero ahora se negaba ya que estaba celoso de haberlo visto charlando tan alegre con alguien durante la cena.

La tercera fue la de Hinata, quien para la altura de la noche al parecer iba demasiado bien encaminada, porque ellos ya no eran el chisme de la noche si no como en el centro de la pista de baile, en pleno lento, el colorado de los Black Jackals había tomado por el cuello de la camisa al armador de los Adlers y lo había besado, frente a su novio, el armador de su propio equipo.

Esta temporada de partidos si que sería una batalla campal, en todos los sentidos posibles.

- Creo que falta que resuelvas un problema amoroso más. - habló Kuroo por sobre la música, ganándose una mirada filosa del menor. - Suga no te quita la mirada.

- Ya me han hartado. No pienso ayudar a ninguno, no me importa cuántos meses de embarazo lleve no accedere.

Lo hizo, porque cuando un Sugawara Koichi de siete meses de embarazo con lagrimas en los ojos se paró frente a él pidiéndole un hombro para llorar, salió a los saltos en dirección a Daichi que se escondía detrás de una botella de cerveza.

- Y si tu pareja te pide que no tomes alcohol y la acompañes a dormir porque le duelen los tobillos, ¡Lo haces idiota! - grito mientras veía como los dos se alejaban felices de la mano. - Los últimos de la noche.

Kenma se desplomó en uno de los sillones del fondo del lugar con un martini verde en mano, siendo seguido de Kuroo con una copa de vino, la segunda de toda la noche.

- Kuroo.

- ¿Si Kenma? - pregunto observandolo, este miraba al frente como si la gente bailando y besuqueandose fuese interesante. - Ken...

- No quiero volver a perderte. - Descolocar quedaba cortó, Kuroo acababa de sentir como su cerebro entero se comprimía y volvía a su forma natural.

- No me iré Kenma, tal vez no todo sea perfecto pero... Nunca he dejado de amarte.

- Yo... Yo tampoco me iré, no puedo volver a atravesar todo solo.

- Si las cosas de rompen, las arreglaremos juntos, hablando. - soltó el mayor mientras tomaba su mano.

Pasaron en silencio con sus manos estrechadas unos largos minutos, ninguno estaba incómodo, si no más bien reacomodando ideas, acababan de aceptar un reto y debían saber bien como jugarían de ahí en adelante si no querían perder todas sus vidas restantes.

Terminaron siendo arrastrados a la pista de baile por Tora endemoniado por el alcohol, y tampoco podían negarse, era su noche de bodas y un amigo invaluable para ambos, pero cuando el rubio ya demostraba incomodidad de seguir de pie y con cuerpos chocandolo Kuroo lo captó al instante.

- ¿Quieres que vayamos al cuarto?

- Puedes quedarte si quieres, me adelantaré. - dijo intentando alejarse de la gente.

- Nada de eso, no puedo dejar que mi chico se vaya solo a la cama.

- Idiota. - Masculló, mientras tiraba de su mano al exterior del lugar.

Se tomaron el camino de subida a los cuartos en una corta charla de todo lo que habían presenciado ese día, amigos que habían crecido, parejas reconciliadas, separadas y uno que otro drama de borrachos en la pista de baile, ambos siguieron riendo e intercambiando comentarios hasta caer en la cama con sus respectivos pijamas.

- No puedo imaginarme en otro lugar que no sea este, ahora mismo. -murmuró Kuroo, estirandose a lo largo de las mantas.

- Creo que podría vivir así.

- ¿De vacaciones en una posada de campo?

- Contigo, a mi lado.

Realmente quería contestar lo más pronto posible, pero fue tan espontáneo e irreal el comentario de Kenma que le fue imposible hilar palabra alguna, lo máximo que pudo fue tumbarse sobre su costado para observarlo, estaba a medio tapar el rostro con las mantas y con los ojos fijos en el pecho de Kuroo, sin mueca alguna en el rostro.

- No te imaginas lo que te extrañe Kenma.

- Yo a tí Kuro. - dijo acomodándose en el brazo que se extendía hacía él.

No le contestó, no había palabras para seguir la conversación, bastó con el lo encadenara a su propio cuerpo con el brazo bajo su cabeza y la mano fuese a parar a su costado, acariciándolo como había soñado poder hacer durante muchos años en sueños, era como si de pronto todo encajará a la perfección y el pasado fuese una muy mala pesadilla que quedaría enterrada en la historia.

Kenma se permitió, por lo menos la noche, desterrar de su mente todas las dudas, no podría nunca confirmar si era por el familiar aroma a valeriana que nublaba sus sentidos pero podía decir que se sentía en casa, acariciando su mejilla contra el pecho desnudo de Kuroo y sintiendo como el corazón latía contra su propio rostro, mostrando un ritmo tan armonioso que podría llevarte a los más profundos sueños.

Estuvieron así demasiado rato, ninguno quería dormir, y mucho menos parar las caricias silenciosas que decían mucho más de lo pensado, pero de un momento al otro la mano de Kuro frenó, y la mirada de Kenma se clavó en la suya, como pidiendo una explicación hacía el cese.

- ¿Me darás una oportunidad? - preguntó serio, rompiendo el ambiente.

Kenma lo miró durante unos segundos extrañado, lo había considerado durante toda la noche pero no esperaba que la pregunta surgiera tan rápido, más bien esperaba que nunca surgiera y que las cosas siguieran su ritmo natural, pero debía dar una respuesta, ya que en su pecho un sentimiento ajeno de miedo de estaba haciendo presente, la espera por la contestación estaba alterando a Kuroo.

Separó sus labios con la intención de dar una respuesta, pero ninguna palabra sonaba correcta, como si no pudiese abarcar el peso e importancia que cargaba la respuesta en si.

El vacilo de Kenma inquietó cada vez más a Kuroo, quien en el afán de pedir una explicación intentó reincorporarse en el lugar pero unas finas manos le ganaron, ganando toda su atención.

Las manos rápidamente pasaron de su brazo a su rostro, acunando sus mejillas, ¿Acaso quería romperle el corazón con tacto? Pensó durante un segundo, siendo negado cuando sintió un calor demasiado familiar y abrazador sobre sus labios, no pudo reaccionar s tiempo porqué cuando entendió que estaba ocurriendo Kenma ya había roto la pequeña unión.

Si Kuroo fuera un perro ahora mismo su cola se movería a cien kilometros por hora y estaría jadeando de la felicidad, pero por su condición humana lo único que pudo hacer fue casi rasgar sus mejillas con una sonrisa, aguantando la tormenta de sentimientos positivos que salían de su pecho, quería hacer el movimiento mas bruto del mundo y abrazar a Kenma llenandolo de besos por todo el rostro, pero aún tenía el recuerdo de lo negativo que eso podría ser.

Con toda la delicadeza que podía mover su cuerpo volvió a inclinarse, observando con detalle cada rasgo del rostro de Kenma, sus ojos algo adormilados que miraban las sabanas, su nariz que se encontraba algo repingada como si estuviera reprochandose su accionar y sus labios que estaban siendo presionada por su incisivo, medio rememorando el contacto y medio conteniendose de decir algo innecesario. Si no fuera que su rostro tenía un aspecto más adulto y el pelo menos rubio, podría prometer que era la misma imagen que había admirado en sus mejores años de adolescencia, no había cambiado en casi nada, los mismos gestos y acciones, todo.

- ¿Puedo? - preguntó Kuroo, como si estuvieran aún en los baños del colegio.

Kenma no le tomó mucho entender la referencia y asintió, siendo su rostro apresado por las manos de Kuro, y sus labios por lo contrario en un beso más prolongado pero igual de suave, nublando todo sentido común y razonable, dejándolos solos en ese momento, juntos.

Los minutos pasaban y los besos no pasaban, entre caricias y roces se recostaron para seguir de esa manera, permitiendo que el único sonido que se escuchará en el cuarto fuera el de sus respiraciones hasta que lentamente fueron frenando, cada vez cayendo más y más por la corriente calma que los empujaban a los sueños.

- Te amo gatito. - murmuró Kuroo al notar que Kenma ya respiraba uniforme con los ojos cerrados y relajados.

Tal vez tomaría tiempo pero está vez no se rendiría tan rápido en el juego.

Las apuestas de Kaori.

Y como dicta la naturaleza, el día siguiente llegó, y con ello la última actividad luego de un almuerzo de resaca para todos.

El campo donde se encontraban, claramente a drede, tenía un gimnasio bastante amplio dónde había una cancha de voley, los familiares mayores ya habían encontrado su camino de regreso a la capital mientras que los jovenes perduraron, algunos en las tribunas decidiendo deleitarse con los partidos que se darían, entre la multitud de gente que asistió, lograron conformar 4 equipos, que llevarían acabo un corto campeonato por la victoria.

Al parecer el destino se divirtió eligiendo el orden del sorteo ya que los equipos eran algo que admirar para las peleas de pareja y recuerdos de la adolescencia que todos recordaban.

Kaori tomó lugar en medio del gimnasio con los 28 jovenes que se habían dispuesto a jugar lista para leer los equipos, mientras que unos cien esperaban expectantes el orden.

- Primero leeré los integrantes de los cuatro equipos, tendrán media hora para definir posiciones que me informarán y estrategia de juego, cada partido será al mejor de tres y los dos ganadores irán a la final, Konoha recibirá las apuestas.

> Primer equipo y al que yo pondré mis apuestas, casi como un plantel de la V. league tenemos a... Hinata Shōyo, Kageyama Tobio, Ushijima Wakatoshi, Tsukishima Kei, Sarukui Yamato, Morisuke Yakü y... Miya Atsumu.

- ¡¿No apostaras por mi?! - gritó Tora entre los que aún no habían sido seleccionados, pero la mayoría no prestó atención, ya que la tensión entre dos de los elegidos era demasiado obvia.

- Perdón bebé, sabes muy bien que soy fanática de los Adlers. - lo cortó. - En el segundo equipo tenemos a... Tsukishima Tadashi, Kiyoomi Sakusa, Washio Tatsuki, Motoya Komori, Teshiro Tamahiko, Noboyoki Kai y Fukunaga Shōhei.

Todos comenzaron a apartarse a un lado, y cuando Tadashi cruzó a su esposo le regaló una leve sonrisa.

- Cuidate, ¿Si? - le murmuró el rubio. - No me gusta la idea de que juegues.

- Es un amistoso, estaré bien Tsukki.

- El tercer equipo, y mi otro favorito... Ya que si no me pedirán el divorcio... Yamamoto Taketora, Komi Haruki, Suna Osamu, Haiba Lev, Tanaka Ryuunosuke, Inuoka Sō y... Kozume Kenma.

- Perdón Rin, pero hoy perderás.- Le sonrió Osamu al pasar a su lado, dejando una caricia en la parte trasera de su cabeza.

- Y por cuarto pero no peor, Suna Rintarō, Shibayama Yüki, Semi Eita, Kuroo Tersurō, Kinoshita Hisashi, Bokuto Kōtarou y Sawamura Daichi.

Todos ya divididos en la cancha comenzaron a saludar a sus compañeros, y si era necesario presentarse.

- Comienzan los treinta minutos, recuerden, Konoha aquí recibe sus apuestas y yo las listas de posiciones.

Todos los ahora jugadores nuevamente asintieron, tomando camino afuera, no era buena idea comenzar una discusión de táctica con tus contrincantes a un costado y todos eran concientes de eso.

El equipo uno se ubicó en la parte trasera del gimnasio, tomando asiento sobre el pasto, Hinata con un pequeño cuaderno en mano y los nervios por los cielos, mientras que Kei se reía a sus espaldas.

- ¡Callate Tsukishima! Tú no entiendes...

- Lo entiendo muy bien, el rey esta a punto de asesinar a tú colocador.

No podía negarlo, porque todos los presentes ya lo tenían al corriente, nadie que conociera a Hinata Shoyo no sabía quien era su actual pareja, y mucho menos la anterior, fue el chisme jugoso que se habló durante toda la noche.

- Que te quedé en claro Tobio-kun que tú jugaras de punta, si al final de cuentas no lo haces mal. - aclamó Miya a su lado.

- Tu has demostrado más de una vez que perfectamente puedes ocupar ese puesto. Además soy el único que tiene experiencia colocando para al menos tres de los rematadores.

- ¡Un buen colocador lo hace para cualquiera!

- ¡Pero la experiencia suma facilidad al juego!

Los cinco restantes compartían miradas a la espera que alguien los frene, realmente no podían perder sus treinta minutos en cual de los dos mejores colocadores del país tomaría el puesto en un partido recreativo luego de un casamiento, pero en su mayoría tenían pavor de meter bocado en la discusión que iba mucho más allá del voley.

- ¿Y si lo dejan a la suerte? Igual ganaremos si yo juego. - Habló Wakatoshi, perdido aún en sus pensamientos, el no prestaba tanta atención al chisme ni a la vida romántica que no fuese propia.

Los dos colocadores se miraron desafiantes, y como si fuese pre coordinado, comenzaron una cuenta regresiva del tres al uno para descubrir sus manos desde la espalda ante los cinco pares de ojos espectantes, Hinata estaba a punto de infartarse, no estaba mentalmente preparado para esto.

- ¡Has sacado la mano un segundo antes! - gritó Atsumu deshaciendo el puño.

- He sacado papel al mismo tiempo que tú Miya, deja de perder el tiempo.

- Tú no puedes hacer los rápidos con Hinata como juega ahora.

- ¿Me estas retando? Además tu no podrás colocar con la estabilidad que Ushijima prefiere.

Pero la discusión no pudo seguir, primero Tobio cayó de rodillas al suelo y seguido fue Atsumu, que al girar las cabezas en dolor pudieron notar a un metro setenta enfurecido.

- ¡¿Pueden dejar sus mierdas de lado y comenzar una estrategia? Me da lo mismo que sean jugadores profesionales de primera si no pueden coordinar un estúpido partido. - gruñó Yakü, y por arte de magia todos volvieron al circulo sentados en el pasto, comenzando a discutir estrategia y cubrir posiciones.

El segundo equipo fue más pacífico, caminaron hacía el interior de la posada tomando asiento en los sofás de la recepción y algunos manteniéndose de pie, en específico, el que ni muerto apoyaría su cuerpo en una superficie donde vaya a saber cuantas personas han apoyado su roñosa ropa, niños babosos y manos luego de tocarse los rostros contaminados en bacterias.

Pero dejó de pensar esto al ver al joven sentado justo en el sofá a su lado que comenzaba a sanitizar delicadamente sus manos con alcohol en gel, como también así con un paño con alcohol los apoyabrazos donde luego acomodó las manos.

- Kiyoomi Sakusa. - dijo estirando la mano hacía él. - Un gusto.

- Ya se quien eres, juegas con Shōyo, soy Tsukishima Tadashi. - estrechó su mano, para luego voltear a ver a sus demás compañeros.

No se tomaron mucho tiempo en decidir posiciones y los que tenían conocimiento de como jugaban los contrarios explicarlas y armar una pequeña estratégia para poder hacer frente al partido que venía.

- Entonces, - comenzó a recapitular Kai, quien tomaba notas. - Teshiro colocará, Fukunaga ira de opuesto, Kiyoomi y yo de laterales, Washio ira de central y Motoya hará el primer intercambio con Tsukishima, también central y tendrá el primer saque.

Todos asintieron, excepto Tadashi que se preparó para hablar.

- Si me van a llamar en la cancha haganlo por mi nombre, en el otro equipo esta mi esposo y... Podría generar confusión cuando lo llamen a él.

En ese instante, Kiyoomi vió su única oportunidad con alguien que por fin le llamaba la atención de manera sincera alejarse, pero se prometió que no torcería el brazo, no sentía en su aroma a un alfa y no notaba marca alguna, ¿Que tipo de matrimonio no estaba enlazado?

El tercer equipo permaneció dentro del gimnasio, ya que fueron los últimos en pensar de tomar el camino afuera y ya para ese entonces todos los equipos habían desaparecido, mejor, menos movimiento consideró Kenma.

- ¿Por qué me observas tanto? - gruño Osamu a Kenma.

- Juro que no es intencional, pero me desagrada que al ver tu rostro veo al idiota de tu hermano.

- Ni lo digas, espero que lleguemos a la final así remato justo en su nariz, no me basta con solo cambiarme el apellido.

- Haré mi mejor esfuerzo, en el primero jugaremos contra tu pareja, ¿No?

Osamu asintió, y así todos comenzaron a generar una estrategia de como poder romper la por seguro gran barrera de bloqueos que recibirían entre Kuroo, algo oxidado, Suna y Bokuto, en sus mejores estados.

Y el cuarto equipo deliberó todo demasiado rápido, delegaron la estrategia a Yüki, Bokuto y Suna, quienes hoy en día seguían en las canchas, y la mayoría se quedó con sus posiciones de la adolescencia.

- Deben tener cuidado con Lev, aunque no haya seguido jugando Yakü me ha dicho que entrena todos los días con un equipo en el barrio, y los fines de semana que él no juega lo acompaña a sus entrenamientos privados y participa en la mayoría. - comentó Yüki para cerrar.

Todos asintieron y se tomaron el tiempo restante en practicar algunas jugadas, más que nada para que Semi, Hisashi y Daichi, quienes más alejados de una cancha se encontraban, pudieran tomar el corriente en el juego.

El tiempo terminó y el equipo uno, con pecheras amarillo flúor se ganaron el saque, ya para esa altura todo el mundo estaba en silencio viendo como Atsumu se preparaba para realizarlo, siendo recibido con mucha facilidad por Motoya, ya que Sakusa le explicó a detalle como esté los realizaba, cuando se enfrentarán en un campeonato se arrepentiría de haberlo hecho pero no pensaba quedar como egoísta frente a su próxima conquista, de ninguna manera.

El primer set fue acalorado, entre Kiyoomi, Washio, Motoya, que aún jugaban y Teshiro que aunque no como profesionsl no había abandonado las prácticas, pudieron llevar adelante el partido contra la mounstruosa formación de seis de siete jugadores profesionales, aunque finalmente lo perdieron 20 a 25.

El segundo fue diferente, todos habían notado la discusión entre Kageyama y Miya en la banca, que había nacido en base a una mala colocación del pelinegro hacía el rubio, y en la cancha la tensión se sentía a desmanera. Como también lo desconcentrado que se encontraba Tsukishima al ver como Sakusa no paraba de felicitar, chocando sus manos, con su esposo.

Se encontraban iguales a quince puntos, con pelota libre para el equipo uno, y Tobio no tuvo mejor idea de por fin poder probar un pase rápido con Hinata, cual falló en la colocación por menos de un centímetro, desviandolo y regalando la delantera al segundo equipo.

- ¡Ves! No estas al nivel de Shōyo, en ningún sentido. - le escupió Atsumu a su lado en la red.

- ¿Y crees que tú si?

Tendō, el "capitán" que habían elegido, ya que antes de comenzar cada equipo llamo a alguien para que pidiera los tiempos cuando fuera necesario, tuvo que hacerlo en ese instante, ya que la discusión siguió su ritmo luego del segundo intercambio de palabras.

Pero a Tsukki no podía importarle menos, ya de por si no podía despegar la vista de Tadashi ya que esté hace poco había perdido un embarazo que complicó su relación, menos podía ahora al notar como cuando este se sentó en la banca Kiyoomi cayó a su lado, sacándole charla con una sonrisa.

Nadie se espero lo que seguiría, porque de la nada las casi cien personas quedaron perplejas al escuchar una sonora cachetada, que había nacido de la mano de Hinata Shōyo, aterrizando en la mejilla de Miya Atsumu.

- ¡Deja de hablar de mi como si fuese tuyo! - gritó eufórico.

Desde que el día había comenzado al parecer Atsumu al parecer había olvidado que la noche anterior la había pasado besando a otra persona, ya que cuando se enteró que Hinata había hecho lo mismo con su ex colocador, se puso en modo alfa celoso, llevándolo a la cancha, lo que más odiaba Shōyo, mezclar su vida romántica con el voley.

- Te la has pasado de sanguijuela a Sakusa y no te he dicho nada... - esa fue la gota que rebalso el vaso del otro bloqueador central, ya que al parecer el alfa que andaba rondando a su omega era alguien rápido con la lengua.

El foco de atención se desprendió de la pelea que se daba en el banquillo número uno pasando a la del dos, ya que ver a jugador profesional de más de uno noventa, golpear a otro de su misma altura entre gruñidos, recibiendo uno que otro golpe para luego levantar a uno de los jugadores del banquillo y desapareciendo del lugar parecía mucho mas interesante que chismes de la noche anterior.

Sakusa debería limpiarse la cara y los puños con litros de alcohol si no quería atravesar un ataque de ansiedad ahí mismo, asi que el también desapareció por una de las salidas, seguidos de un Shōyo ahogado en llanto y un muy preocupado, y también victorioso, Tobio a sus espaldas.

Kanoi luego de reunirse con los "árbitros" y discutir unos segundos con los arbitros se paró, comenzando a hablar.

- Y ahí se fue mi apuesta, daremos el partido como perdido para ambas partes por conducta anti deportiva y... Continuaremos luego de un receso para rellenar copas y aperitivos con la ahora final. Konoha recibirá sus nuevas apuestas.

- ¿Ahora si apostaras por mi? - preguntó Tora tomándola por la cintura.

- Sabes que el PMR es mi segundo equipo favorito de la liga, ¡Y el primero tuyo! y tengo toda mi fe en Bokuto...

- ¿Sabes que yo también juego en un equipo de la liga no? Al que siempre vas a ver... Tienes la camiseta... Paga nuestra luna de miel y... - Kaori seguía fijando su mirada en su shora esposo en modo de chiste. - Tienes razón, yo también apostaría por el equipo donde juegue Suna.

El receso pasó y el segundo, y cual se esperaba no fuera tan conflictivo, partido comenzó, el saque de Suna Rintarō otorgó un punto directo al equipo cuatro, el que no tardó en ser igualado por un remate furioso de Tanaka.

Los primeros puntos fueron difíciles, la notoria diferencia de poseer mas jugadores de nivel del segundo equipo estaba dando luz positiva para ellos, el marcador estaba 3 a 7.

El saque de Tora salió disparado, siendo rapidamente recibido por Yüki, dejándole una perfecta posición de colocación a un acomplejsdo Semi, realmente debía practicar más seguido se repetía, y ante el pedido a gritos de Bokuto apuntó a donde se imaginaba llegaría su mano y así ocurrió, pero no como las veces anteriores donde media un tanto su fuerza, oh no, la remato como si frente a el la mejor cortina de hierro lo bloqueará, aterrizando el veloz balón en el centro de la cara de Komi.

- ¡Bokuto-san te he dicho que te controles! - gritó Keiji desde la banca, había sido el entrenador elegido por el equipo.

Pero Bokuto no lo escuchó, ya había cruzado la red a auxiliar a su amigo, por seguro le había quebrado la nariz, de otra forma era imposible la cantidad de sangre que emanaba.

El pequeño libero fue retirado de la cancha al hombro de Washio, directo a la residencia dónde alguien tan amable del público que se identificó como médico lo atendería, bebdito sea Shirabu Kenjirō.

- Yakü, - gritó Tora a la tribuna donde se encontraba su sempai. - Baja a jugar tú, al menos así nos igualaremos.

Nadie estuvo en desacuerdo, y dandole unos minutos para volver a entrar en calor, el partido fue retomado, haciendo un poco más facil poder frenar los mounstruosos remates que eran disparados a la cancha.

El primer set fue para el cuarto equipo, a diferencia del segundo, que gracias a la velocidad de análisis de Kenma facilitó el desarrollo de jugadas y luego de un deuce interminable quedó a favor del equipo tres, pero ya para la altura casi final, 20 a 22 con el equipo 4 a la cabeza, los que ya no acostumbraban ejercitarse estaban rindiendo por la mitad.

Kenma con letargo vió el balón demasiado cerca, haciendo una no muy exacta colocación a Lev, era el más cercano a él y sus energías no le permitirían arrojar el balón tan lejos. La remató algo inseguro, y al volver a tocar el suelo los pies le fallaron, y a la vista de todos lo que acababa de ocurrir era bizarro, no había otra palabra que describiera la situación.

La torre de casi dos metros pisó en falso, cayendo sobre su lado izquierdo, y por consecuencia sobre un fatigado Kenma, que se encontró sorprendido pero sus piernas no reaccionaron a esquivarlo, siendo derribado por su amigo, y de caída al suelo en un acto reflejo Lev intento abrazarlo, pero todo terminó viéndose a muy mala manera cuando por el rebote de la caída sus rostros chocaron y un Kuroo contra la red ya que acababa de bloquear y un Yakü a dos metros de distancia vieron algo así como un beso.

Kenma notó en un instante cuando una furia atravesó su pecho que el choque de narices que habían tenido se había visto de otra forma, y como sintió eso empujó a Lev con todas sus fuerzas lejos suyo y recomponiendose sobre sus pies.

- ¡Maldito Haiba! - gritó Yakü dispensandole una patada en el suelo.

Nadie en todo el maldito lugar entendía que acababa de ocurrir, tanto por la torpe caída en cadena como la reacción del volátil libero de primera.

Kenma no pudo reaccionar a defender a su amigo que a través de la res unos brazos lo rodearon, cambiandolo de lado en la cancha, y comenzó a sentir leves gruñidos en su oído.

- Calmate idiota. - murmuró, y como por arte de magia Kuroo volvió a conciencia y repitiendo la escena en su mente identificó que fue un simple accidente. Soltando al instante a Kenma antes de hacer una mayor escena.

No que no estuviera ocurriendo ya, porque ver a Lev de rodillas implorando perdón y que lo escucharán un segundo era digno de grabar y subir a todas las redes sociales.

- No pienso escuchar tus estúpidas explicaciones, ¡Por esto no quiero volver a Tokio!

- ¡Pero Yaya, sabes que no siento nada por Kenma! Te lo he dicho mil veces.

¿Qué acababa de decir?, fue lo que se cuestionaron todos lo que pudieron oír esa frase, y más que nada Kenma, tenía un vago recuerdo de Lev contándole por videollamada como Yakü estaba celoso de algún omega cercano a él y que por eso no quería volver a vivir juntos a su país natal pero, ¿Celoso de Kenma?

- ¿Qué mierda? - dijo en voz alta sin quererlo, ganándose la mirada de muchos.

- Yaya por favor escúchame, ya sabes que fue solo una vez y que tú me habías dejado mucho antes.

Ese instante, ese ínfimo instante donde la poca intimidad que le quedaba a Kenma fue expuesta frente a demasisdos oidos chismosos, fue el instante donde perdió su último hilo de paciencia y coordura, porque tanta perfección en los últimos días le habían hecho olvidar el pasado pero esto se lo había traído todo de nuevo a la cara, y entre ls mezcla del cansancio por jugar, su omega alborotado por la existencia tan cercana de Kuroo y su psiquis al borde, comenzó a escupir lo que traía enterrado, ¿Qué tan mal podría ser sumar cinco minutos más de drama?

- Morisuke no jodas. - soltó y los llantos de Lev sedieron como tambien los insultos de Yakü. - Te cojes a mi novio a la primera de cambio, abandonas a Lev durante vaya a saber cuanto tiempo, lo tienes de calesita en el refrigerador del mundo y ahora vienes a señalarme con él dedo, ¿Tú? - Kuroo quería desaparecer, Yakü quería desaparecer y Hinata realmente quería grabar este momento. - Ya me han hartado, muy lindo todo Tora, los mejores deseos pero me borro.

Dijo abrazando a su amigo, quien estaba aún impactado de ese repentino discurso, y se quedó viendo como Kenma se dirigía hacía las puertas del gimnasio, frenandose en las mismas antes de salir.

- Tersurō, nos vamos.

Y por cereza de postre, algo que Akaashi y Bokuto, y seguramente todos los amigos de ambos usarían como chiste por lo largo de los tiempos, Kuroo sin parpadear se recompuso tomando camino a la puerta detrás de Kenma, saludando solo a Tora y Kaori, pidiendo disculpas por la escena.

- Esos dos nunca cambiarán. - suspiró Akaashi mientras reconfortaba a un deprimido Bokuto por haber lastimado a un preciado amigo.

El campeonato del casamiento de Taketora no tuvo ningún campeón, y por aval de todos los presentes el dinero puesto en juego fue de regalo de bodas para los novios, a quienes les sería imposible olvidar el drama que habian presenciado.

James Dean & Audrey Hepburn - Sleeping With Sirens

Primero, perdón, soy mala escribiendo algo estilo comedía dramática, en mi cabeza las ideas sonaban bien pero me harte de reescribir los partidos y quedó esto.

Segundo, llegamos a los 400 votos y 4k de lecturas, gracias mil gracias amar eternOOOO

Tercero, publiqué el primer capítulo de un bokuaka medio que va a ser sad y les agradezco si se pasan, vengo laburando la idea hace bastante y por fin pude ponerla en palabras.

Ya se que dije que iba a subir yte pero realmente tengo todo armado para terminar esta y quiero meterle De lleno

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