10: love will tear us apart

Omamori para olvidar.

La presencia de Kuroo en el cuarto, seguido de su portazo asustó a Kenma, haciendo que retrocediera todo lo posible lejos de este.

El pelinegro seguía parado contra la puerta viendo todo el cuarto como si intentará ver algo fuera de lugar para poder dar respaldo a su capricho y enojo sin sentido.

- ¿Y esos chocolates?

- Que mierda te importa, vete. -dijo Kenma terminando de tirarlos a la cama. - Vete de aquí, estas ebrio.

- ¿Y eso qué? Tú eres el que anda paseando con otro alfa, merezco explicaciones.

- ¿Otro alfa? Es mi compañero Kuroo, como también los otros 10 que nos acompañaban.

- Pues yo los he visto solos, como también anoche que lo trajiste a tu cuarto.

- Si no hubieses estado borracho mas de 10 horas seguidas recordarías que fui con todo el equipo al templo, y que en el mensaje te dije que Yakü dejó a Lev, ¿Que querías? ¿Que dejé a mi amigo sólo?

-¿Ya no es más compañero y es amigo? No te veía tan fácil Kozume.

-¿Eres idiota o no escuchas? Quiero que te vayas Kuroo, vuelve cuando puedas pensar un poco.


-No quiero.

- ¿Y eso debería importarme? Vete de una vez. -soltó y comenzó a caminar de espaldas, ya que Kuroo empezó a acercarse. - ¡Aléjate Kuroo no qui...

-¡Callate! -gritó a toda voz, usando su tono dominante, Kenma se encogió en si mismo y frunció todo su rostro.

Kuroo a la primera lágrima que vio caer sabía muy bien el error que acababa de cometer, pero cuando dos manos lo intentaron tumbar, le fue imposible no agarrar unas de las muñecas con demasiada fuerza.

- ¡Sueltame idiota! - chilló Kenma arrebatándose. - Dejame ir. ¡Inuoka! ¡Tora! ¡Ayuda!

-Para Kenma, debes perdonarme.

-¡Suéltame! -dijo y Kuroo lo hizo al instante, no había notado aún la presión que estaba ejerciendo. - Quiero que te vayas y no vuelvas.

-¡¿Qué estas diciendo?!

Kenma no contestó, corrió a su armario y comenzó a tirar camisetas que le pertenecían al mayor en su dirección volviendo a gritar que se fuera en loop, Kuroo no paraba de analizar todo intentando comprender como todo había llegado a ese punto. Y sabía que era su culpa.

De un segundo al otro Inuoka, Lev, Tora y Bokuto estaban dentro tomándolo de los brazos y empujándolo fuera.

-¡Esperen! Gatito lo siento, no estaba pensando yo...

-¡Que te calles idiota! Akaashi, toma toda su mierda y sácalo de aquí, -dijo pateando una camiseta que quedó cerca de él. - Esto también, lo va a necesitar. -tiró una de las bolsas de papel madera de amuletos que había comprado en la feria, mostrando uno rojo para el amor.

Cuando el revoloteo de gente por fin estuvo fuera de su cuarto cerró la puerta, dejándose caer en la misma y comenzando a llorar con más libertad, su mirada paseó por su brazo izquierdo, demostrando los cinco dedos que tenía marcados, dolía demasiado, como la marca de su cuello, sentía que está hervía.

Cuando algunos de los chicos golpearon para saber cómo estaba los echaba a los gritos de que no le molestarán, pero a última última hora la voz provenía de su amigo, se movió a un lado dándole paso a él y una caja.

- ¿Y eso?

- He juntado tus cosas de lo de Kuroo mientras se duchaba, me fui antes que lo notará para que no piense que venía para aquí.

- Gracias.

- Él ya estaba más calmado cuando llegamos, no paraba de...

- No me interesa.

- ¿Realmente no hablarás con él?

- Mira como me ha dejado el brazo, no puedo perdonarlo Keiji, sinceramente no puedo ni verle la cara.

- Esta bien... ¿Has hablado con alguien más?

- Le he escrito a Hinata, insiste en venir, y aunque le dije que no estoy más que seguro que aparecerá en la puerta en cualquier momento, no contesta hace una hora.

- Mejor que venga, mañana tenemos reunión de equipo y no quiero que te quedes solo.

- Puedo cuidarme sólo.

- Romper un lazo no es tan fácil Kenma.

- Él nuestro no puede romperse. Somos ambos de primer clase.

-¿En serio Ken? Eso es peligroso, deberían hablar.

- No me interesa, mañana iré a el doctor y veré como resolverlo, haya estado ebrio o no, no puedo salir con alguien que reaccione así.

- Esta bien... ¿Quieres que pida algo para comer?

Akaashi sabía bien el riesgo que su amigo corría, no era que simplemente la marca desaparecería de la noche a la mañana, pero conocía el pasado de Kenma y lo que él impulso violento de Kuroo le había recordado, no podía negarlo, tenía toda la razón de querer separarse sin más.

Pasaron una hora decidiendo que comer y ordenando para cuando Hinata hecho un revoltijo de emociones llego, Akaashi tuvo que explicar toda la situación ya que Kenma seguía viendo un punto fijo desde que el colorado cruzó la puerta.

-¡¿Kuroo-san hizo qué?! Ahora mismo iré a asesinarlo.

-Dejalo Shōyo, no vale la pena. - soltó Kenma desganado, mientras le estiraba una recipiente de soba. - Come y elige una pelicula.

Hinata, contra toda su naturaleza, utilizó mas de tres neuronas y comprendió que no debía seguir indagando en el tema, los ojos rojos y la marca hinchada en su cuello indicaba que no era momento de preguntar nada que abriera más la herida.

Comieron en casi silencio, para luego ver casi 3 películas, cuando Hinata se hartó de estas y Akaashi decidió que era hora de volver a su casa en algún taxi. Ambos chicos lo acompañaron hasta la entrada y se despidieron.

-Kenma, no quiero molestar pero... ¿De verdad no verás mas a Kuroo-san?

-Nunca Shōyo, esta vez no puedo perdonarlo.

- Esta bien... Deberíamos dormir, has dicho que mañana irás al doctor.

Kenma asintió, dejándose caer en el costado de siempre en la cama, sin parar de ver al techo, esperando que de algún momento al otro la ansiedad que sentía explotará o desapareciera de una vez por todas, pero nada, su pareja había sido la mayor mierda del mundo y su cabeza aún no colapsaba, sentía que era poco al lado de muchas cosas que vivió.

- ¿Puedes alcanzarme mis medicamentos del baño? La caja azul y el bote naranja más grande.

- ¿Qué son? -preguntó Hinata mientras los traía.

- Mis antidepresivos y ansiolíticos.

- Oh... No sabía que tomaras.

- Pues si, con algo debo controlar toda esta mierda. - dijo tragando una de la primera y dos de la segunda, sabia que no era su dosis pero sin eso hoy no podría dormir. - Si quieres puedes dormir conmigo... Si quieres.

- Claro que si. - dijo acomodándose en el ahora ex lugar de Kuroo. - Buenas noches Kenma, puedes despertarme si necesitas hablar.

- Gracias Shōyo, descansa.

En pocos minutos el pelinaranja cayó rendido, casi seguido de Kenma aún no podía conciliarlo aunque sus párpados y mente estuvieras cansados, los pensamientos sobre su pareja eran imposible de evitar, ¿Realmente podría vivir sin él?

Se paró con cuidado saliendo por los pies de la cama en dirección al baño, viéndose al espejo, asco, sus ojeras y ojos estaban más cansados y dilatados que nunca, su piel se veía demasiado gris y su pelo estaba hecho un desastre, había estado toda la tarde enredando con fuerza sus dedos ahí, removió un poco su remera y vio como la marca estaba de un rojo casi violáceo, al hacerlo con la mano izquierda notó los moretones que tenía bajo la misma, giró rápidamente saliendo, pero entre todo el desorden de ropa que pateó el olor del alfa se alzó, había dejado uno de sus abrigos.

Sin pensarlo la levantó, lo odiaba en estos momentos, pero sabía bien que su aroma lo relajaría naturalmente al punto de poder dormir, abrazándola a si mismo sintió algo en los bolsillos.

Una pequeña bolsa como la que él había tirado a los pies contrarios se encontraba en la misma, y al abrirla un omamori rojo de amor junto a una nota.

"Tal vez con esto la suerte sea mía y reconsideres vivir conmigo, por la suerte en el amor gatito."

La arrugó en su mano y tiró el amuleto en el tacho, no quería ver eso nuevamente, enseguida soltó la chaqueta.

- Espero que sirva para olvidar. - susurro mientras volvía a acomodarse junto a Shōyo, conteniendo las lagrimas y tomándose del brazo de su amigo, soñando que fuese la espalda de Kuroo.

Cóctel.

La pesadilla iba de mal en peor, no entendía donde estaba, todo estaba demasiado oscuro y el dolor aumentaba, pero no en su psiquis, cuando se levantó de un alarido entendió que el dolor era real, no sólo un mal sueño o un ataque de ansiedad, que igualmente no faltaban, su respiración era casi inexistente y el miedo a morir estaban presentes, su corazón casa vez latía mas fuerte, sentía la vibración en sus costillas, las lagrimas no paraban de caer y no se inmutó cuando las luces se prendieron y frente a el se encontraban Lev y Shōyo aterrados, sentía que en cualquier momento el punzante dolor llegaría en totalidad a su cuerpo, sus brazos temblaban al igual que sus piernas, sentía que le tiraban agua hirviendo por la espalda y lo estaban golpeando constantemente en la cabeza.

Todo a su alrededor se volvía oscuridad, pero no al punto de desmayarse, ninguna sensación cesaba, eran casa vez más fuertes y no daban suspiro alguno, Kenma se aseguró en su cabeza que si pasaba un minuto más así moriría, lo único que pudo modular en voz alta fue "Akaashi", el sabría que hacer.

No supo realmente cuanto tiempo pasó, para él fueron horas de agonía, pero sintió como Lev con un brazo lo inmovilizaba y le metía una pastilla a la garganta, seguida de un trago de agua que ingirió como si fuese la vida misma.

En ese mismo momento odiaba que lo estuviesen tocando, no entendía que el que lo sostenía lo hacía porque desde que lo vieron, las uñas de sus manos no paraban de surcar sus brazos haciéndolos sangrar.

Habrán estado diez minutos hasta que Kenma dejó de sentir el dolor, pero no creía que fuese por la pastilla, porque al instante que la molestia desgarradora desapareció, apareció igual o más fuerte tristeza, a demasía, dejó de ser uno físico para pasar a uno emocional, y lagrimas más gruesas y saladas, lo podía jurar, empezaron a brotar tal cual canilla, quería dormirse, quería que Kuroo lo abrazara hasta dormirse y que todo estuviese bien, en realidad no lo quería, lo necesitaba, su cuerpo decía eso, debía ir donde Kuroo.

- Quiero irme, -dijo revolviéndose en los brazos de Lev. - ¡Necesito irme, sueltame Lev! -lo empujó soltándose, pero mientras se ponía una chaqueta y uwabakis ya que no visualizaba un par de zapatillas, tomó su mochila de un tirón y metió su teléfono.

- No puedes irte así Ken. - intentó frenarlo Hinata. - Son las cinco de la mañana.

- No me importa, debo ir a ver a Kuroo ya mismo.

No escuchó a nadie, y entre todos los brazos que intento frenar se dictó a arrebatarlo a empujones y manotazos, no importaba que los segundos de cordura que recuperara de vez en vez le dijeran que frenara, no podía parar sus pasos acelerados, ya fuera de la academia al no encontrar un taxi comenzó a correr, de la forma que no había corrido ni en los entrenamientos pre-nacional el año pasado, no entendía de donde sacaba tanta voluntad, pero en menos de quince minutos había logrado recorrer las veinticinco cuadras que separaban un lugar del otro, subiendo las escaleras de entrada y golpeando euforicamente la puerta, no podía decir su nombre en voz alta, si habría Bokuto diría que lo buscaba a el o a Keiji.

Pero los minutos pasaron y nadie abrió, se escuchaba como dentro las cosas se removían, ¿Acaso lo estaban evitando? O tal vez pensarían que era un ladrón, sus golpes en la puerta habían sido realizados sin medir fuerza alguna.

Pensó que hacer durante un instante, tomó el teléfono y comenzó a llamar, los tonos pasaban y erraticamente el movimiento en el interior cesó, al igual que la llamada. Enojado rebuscó hasta el fondo de la mochila sacando su llavero, podía entrar por cuenta propia, debía hacerlo, Kuroo no abría la puerta, no contestaba el celular y los dolores que sintió eran ajenos, poco a poco las ideas lo preocuparon y decidió ingresar la llave que sabía pertenecía al condominio, abriendo la puerta y entrando sin más, prendiendo la luz ya a sus espaldas.

-Yo... Quería ver a Keiji... Adios.

Kenma dio vuelta sobre sus talones conteniendo todo en su interior, sabía que si bajaba la guardia un segundo vomitaría el poco contenido que tenía su estomago como así también la ansiedad lo inmovilizaría, debía correr de ahí, irse lo más lejos posible, quería borrar de su memoria el extraño olor en el ambiente como también el camino de ropas conocidas y empaques de alcohol, quería eliminar completamente saber que el dolor que había sentido esta noche sería el mismo siempre que Kuroo durmiera con alguien más.

No quiso escuchar los gritos a su espalda, pensaba que sería buena idea hacer correr al pelinegro por la calle, tal vez algún vecino lo vería y denunciaría como pervertido, intentó reirse ante su egoísta pensamiento, pero apenas el aire quiso salir de su garganta todo se frenó en seco.

Las lagrimas no salieron, tampoco la risa o un grito, de repente no sentía nada a su al rededor, como si se encontrase flotando, intento hacer memoria, ¿Esto era como un nuevo nivel en ataques de ansiedad? ¿Perder la conciencia tan delicadamente?

¿O era la pastilla que Lev había metido en su garganta hace exactamente media hora haciendo efecto?

Creyó auto contestarse que si, pero todo se puso negro y dudo un segundo, ya no estaba consciente ni con la posibilidad de moverse, es como si soñara despierto y Kuroo lo salvara de un mal sueño.


Sintió como caía en el tan conocido sofá, sus sentidos aun no le permitían hablar, y no pensaba abrir los ojos ya que la luz a través de sus parpados ya era demasiado molesta, pero si se relajaba lo suficiente podía concentrarse en la conversación que se liberaba a su alrededor.

- ¡Vete de aquí Yakü, ya mismo!

No hubo respuesta, solo un portazo, mientras por otro lado Kuroo agradecía haber vomitado hacía ya casi media hora todo el alcohol de su estomago, esto lo había permitido conectar más con la realidad, o mejor explicado, entender lo que estaba haciendo, y luego de media hora de luchar con calmarse, al ver a Kenma desplomándose en el suelo, se podía considerar 100% sobrio.

Corrió hacía su teléfono, llamando una ambulancia y comenzó a esperar impaciente, cuando escuchó las sirenas acercarse se vistió rápidamente con lo primero que encontró y levanto a Kenma entre sus brazos, pero apenas lo apoyo en su cuello este se quejó medio inconsciente, frunciendo la nariz. Mierda, mi aroma. Voluntaria mente liberó todo el aroma que pudiera, debía tapar el que no pertenecía a ninguno de los dos si no sería imposible llevar al menor hasta la ambulancia y ya no aguantaba perder un minuto más, aun no sabía porque Kenma había aparecido de esa manera.

Al recibir la ventisca fría Kenma se acomodo a duras penas en el lugar, y Kuroo se dicho a correr escaleras abajo a la ambulancia que estaba estacionando, gritándole que eran ellos y rápidamente metiendo al menor en la misma y sentándose a su lado, el paramedico comenzó a hacerle preguntas.

- ¿Eres su alfa?

- Si, si.

- ¿Qué ocurrió?

- Hemos peleado por la mañana... Yo... Mierda.

- Dale chico, respuestas.

- Somos destinados de primer clase, estuve con alguien más, apareció en mi casa, el vive a unas cuantas cuadras de aquí, creo que corrió y de la nada se desplomo.

- Mierda, -dijo girándose de su lugar y tomando una jeringa ya preparada. - Suéltalo ahora mismo. - se la inyectó y volvió su vista a Kuroo. - ¿Consume algún medicamento?

- Alplax de 2 miligramos por la noche, media en la mañana, y y medio Zoxx de 100 por la mañana y otro también a la noche, se que tiene guardados unos OxyContin de 20 que en realidad guarda para cuando tiene ataques muy fuertes... Pero no quiero que tenga problemas, realmente no ha tomado nunca desde que estamos juntos.

- Esta bien, necesito que sueltes tu aroma todo lo posible, en cualquier momento luego de la próxima inyección de levantará asustado y necesito que contesté mis preguntas.

Kuroo asintió y se quedó en silencio en el pequeño asiento que disponía, el paramedico inyectó a Kenma directamente por el cuello, para luego insistir por casi un minuto en hacer que sus pupilas reaccionen con una pequeña linterna fina.

De un momento al otro la mano de Kenma se tenso al agarré y el medico le dio la orden de liberar sus feronomas, lo hizo sin más, pero los gritos de Kenma sin sentido alguno lo estaban debilitando, instintivamente quería empujar al medico lejos de él, por suerte luego de un minuto de sufrimiento mutuo Kenma comenzó a entender toda la situación.

- ¿Qué hago aquí? ¿Kuroo?

- Esta bien gatito, te desmayaste fuera de mi casa... ¿Como te sientes?

- Mareado, Kuroo quiero irme a mi cuarto.

- Hola Kenma, necesito que contestes algunas preguntas. - Kenma se encogió sobre el brazo de su pareja, aún no recordaba bien si todo había sido una pesadilla o realidad, pero en ese momento no le interesaba, la persona desconocida frente a él era un alfa.

- Contesta sus preguntas Ken... Así podrás irte más rápido.

- Exacto, si es algo minoritario te daremos primeros auxilios aquí y podemos devolverte a tu casa si tienes alguien que te supervise, algo así como un aviso.

- Es...ta bien.

- ¿Has tomado tus medicamentos esta noche Kenma?

- Si... ¿Por qué esa pregunta?

- Pues, has perdido el conocimiento por una reacción hormonal, y es común que algunos medicamentos como los que tu pareja nos indicó puedan reaccionar mal a los mismos.

- Tomé el doble de la dosis nocturna, pero había comido en todo el día y realmente fue un terrible día... -Poco a poco los recuerdos volvieron, y comenzó a querer soltar su mano de la ajena, pero el rostro de Kuroo estaba demasiado asustado. - Y cuando me desperté con un ataque de ansiedad que no podía parar... Me han dado un Oxy... Creo que por eso me he desmayado, me dormí realmente.

- ¿Y como conseguiste la oxicodona Kenma? Sabes que es ilegal poseer medicamentos recetados cuando estos no son los que necesitas.

- ¡Hey! Te he dicho que el no abusa de los mismos.

- Esta bien Kuroo, debe preguntar... Me lo ha recetado mi traumatismo luego de una lesión este año, debo tomar medio pero mis amigos al verme como estaba no habrán medido, puede ver mi historial, mi identificación medica esta en mi mochila. - dijo aletargado, pero sabiendo que si no fundamentaba sus respuestas podía terminar en una guardia medica o peor, psiquiátrica. - Realmente ya me siento mejor, y mañana tengo que ir a ver tanto a mi psiquiatra como a mi medica general.

- Esta bien... ¿Donde los dejamos?

- Donde fue...

- En la academia Nekoma. -miró de mal tercio a Kuroo. - Hinata y los chicos me esperan, ellos podrán cuidarme.

El paramedico se acercó a la ventanilla que conectaba con el conductor y le indicó las señales, mientras Kuroo tragaba sus palabras para no librar una discusión que podía empeorar la situación de Kenma.

-Necesito que ambos firmen las altas medicas, te dejaré en una nota los medicamentos que te inyecté como también un refuerzo estomacal y uno para el dolor de cabeza, mañana por la mañana saltea tu dosis diaria de todas tus medicaciones y asiste a tus médicos lo antes posible, ¿Si?

Kenma asintió como pudo y cuando la ambulancia frenó, ya que por suerte no estaban a muchas cuadras del Nekoma, se digno a pararse pero el paramedico lo frenó.

-Primero hablaré con él un segundo y el te llevará a tu cuarto, estarás mareado hasta luego de dormir, mañana come bien si vas a moverte.

El rubio volvió a echarse en la camilla maldiciendo todo lo que había ocurrido, si hubiese tomado la medicación indicada tal vez nada hubiese ocurrido, si no hubiese ido donde Kuroo se hubiese desmayado en su cama sin ningún recuerdo grotesco, y si la noche anterior no hubiese odiado la fiesta, todo sería normal y estaría donde Kuroo viendo el nuevo capitulo de algún estúpido anime.

Cuando las puertas de la ambulancia volvieron a abrirse sintió entre paz e incomodidad al ver como Lev, acompañado de Hinata saludaban, a sus espaldas Kuroo resignado miraba toda la situación de mala gana.

- Yo te llevaré adentro Kenma-san, si no te molesta.

- Mejor así. -murmuró, colocándose en los largos brazos que se extendían frente a él. - Dile a Akaashi que los chicos me cuidaran y mañana lo llamaré. No te cojas a nadie hasta que vaya a mis médicos idiota. - Miró a Kuroo cuando pasaron a su lado, noto que quería decir algo, pero no lo permitiría, había cosas que no tenían perdón.

Luego de dar una explicación muy por arriba ambos amigos, quienes se tomaron el tiempo en repetirlas en un tono más elevado para todo el equipo que lo esperaba en el dormitorio, por fin pudo caer en su cama y sentir como dormiría por largas, largas horas.

- Kenma, con Lev nos quedaremos aquí por si necesitas algo, el tiene algunos parches para no molestar, ¿Si? No dudes en despertarnos. - habló Hinata luego que el ultimo visitante cerrara la puerta, mientras acomodaba el futón en el suelo.

- Perdoname Kenma-san, no entendí cuanto me había dicho Akaashi-san por telefono y estaba muy asustado, tenía miedo que le ocurriera algo y simplemente...

Lev, quien no paraba de llorar sus palabras arrodillado al costado de la cama se quedó mudo al sentir como Kenma lo abrazaba de un brazo, mientras con el otro tomaba a Hinata uniéndolo a la muestra de cariño, permaneciendo casi todo un minuto así.

- Perdonenme a mi chicos, soy un desastre. - volvió a acomodarse en el centro de la cama, esta vez abrazándose a sus piernas y comenzando a llorar. - No tuve que haber hecho todo eso... Yo los preocupe, pude haberlos lastimado a ustedes.

De un momento al otro cada compañero se acomodo a su lado, abrazándolo ahora a él entre ambos mientras lo tumbaban en la cama y le daban palabras de confort, sin querer indagar mucho luego del comentario que escucharon al pasar frente al ex capitán, logrando así que de una vez por todas Kenma durmiera.

Al día siguiente cuando despertó ambos chicos seguían dormidos a su lado, así que se dignó a ver el techo a su falta de movilidad, Lev lo estaba tomando por la cintura con su mentón apoyado entre los cabellos alborotados de Kenma mientras que Hinata estaba recostado en su hombro abrazando su brazo mientras babeaba toda su camiseta mientras murmuraba 'Tobio', no sabía si reír o llorar, ambas dos al mismo tiempo no eran mala opción, pero la descartó al sentir que el más alto de todos se removía.

- Buenos días Kenma-san.

- Buenas Lev, ya te he dicho que dejes de usar el honorifico.

- Disculpa. -dijo soltándolo y volteándose por algún teléfono que indicara la hora. - Ya es tarde... Deberías comer algo para poder llevarte al hospital.

Lev se levantó lo mas sigiloso posible, llevándose por delante todo a su frente, mientras Kenma luchaba con levantar a Hinata, lo que le costó casi diez minutos, en los que Lev volvió con dos bandejas con 3 tazas de té y rebozando de comida.

Los tres se dignaron a comer y salir rápido a por el primer taxi, por suerte en el hospital no tuvieron mucha espera y su consulta con el psiquiatra no fue más que regaños y preguntas condescendientes por lo ocurrido la noche anterior, como también un aumento de las citas tanto con el psicólogo como con él por la ruptura de la pareja, ya con su medica fue otra historia.

Kenma tuvo que escuchar una charla de casi dos horas de lo peligroso que era lo que él estaba haciendo, pero que tenía suerte de venir de una familia un tanto acomodada porque los benditos avances médicos habían creado hace algunos años unas hormonas especiales similares a los supresores que le ayudarían a sobrellevar la separación, la marca no desaparecería, excepto que algún día optara pasar por una cirugía reconstructiva, pero si otro alfa lo marcaba, no cambiaría nada en él, no había vuelta atrás de su relación con Kuroo.

También tuvo que oír con todo el dolor en su pecho de que cuando el alfa estuviera con otra persona lo sabría, cada una de las malditas veces, gracias al cóctel de medicamentos los dolores no volverían a rozar lo agónico, pero estarían ahí, como los de un celo casi, como también seguiría sintiendo sus emociones si lo tenía cerca, y por mala suerte Kuroo con el tiempo se liberaría de toda esta carga, la de compartir emociones, ya que también aprendió, ya que las clases de sexualidad no eran su fuerte, que los Alfas no sentían el desgarró de que su omega este con alguien más.

Luego de toda las charlas y nuevas recetas medicas, entre ajustes de antidepresivos, ansioliticos, hormonas y uno que otro para pasar las lastimaduras que se había infligido la noche anterior, fue liberado, teniendo que despedir a Hinata en la estación de trenes mientras Lev lo volvía a llevar al dormitorio, donde debía guardar reposo dos días más hasta acostumbrarse a sus nuevas pastillas, y empezar a prepararse para las nacionales sin freno alguno.

Lo último que pudo hacer antes de dormirse, ya que su primera dosis nueva había sido ingerida y solo quería dormir fue escribirle a Kuroo.

''Ya fui al médico, estoy bien y he hablado con Keiji. Has tu vida, aquí no puedes volver, en abril buscare a KuroNeko, adiós KurooHumano, que tengas una buena vida lejos mio.''

Y sin miramientos lo bloqueo hasta de sus mensajes de texto, despidiéndose de su gran primer y único amor.


KuroNeko.


Aunque en su momento lo odiara, no podía no hacerlo, todos en circulo esperaban las palabras del capitán para situarse en sus posiciones.

-Somos como la sangre en nuestras venas. -dijo sonriendole a todos. -Debemos fluir sin detenernos. -Miro a sus espaldas a la tribuna y en primera linea se encontraba él. -Debemos mantener el oxígeno moviéndose. -volvió su vista al sentir la mano de Lev apretarle la espalda. - Así, nuestras mentes pueden funcionar al máximo y de manera eficiente. -todos sus compañeros gritaron y salieron a la cancha corriendo, la final había comenzado.

Calor, fatiga, odio y exitación.

Esos eran los cuatro pensamientos que reinaban el cerebro de Kenma en ese mismo instante, era el último día, la tribuna aclamaba a favor y la contraria en contra, se encontraba en posición, acaban de cambiar a Lev por lesión e Inuoka estaba a su lado, al girar su cabeza para ver como caería el saque Akaashi le sonrió, lo habían logrado, la final nacional era entre los casi mejores amigos.

- ¡Buena recibida Onaga! -gritó este, colocó a primera vista pero el bloqueo del Nekoma fue más rápido.

Todos aclamaron, Kenma sonrió a sus compañeros, ahora lo acostumbraba, los últimos habían sido su ancla a tierra firme, más con Kuroo y Yakü acompañados por Kai en la tribuna alentándolos, descarados.

- ¡Un último buen saque Tora! -gritó Kenma, matchpoint, la gloria sería suya.

Todo el esfuerzo que había puesto a lo largo del año daba frutos y de la mejor manera posible, el día anterior se había dado la batalla del basurero y por fin la habían ganado, Nekomata, quien ya por mala suerte no los entrenaba casi llora, pero prefirió saltar frente a Ukai, y estaban saboreando la final contra un rival formidable, quienes era su segundo año como finalistas.

El silbato sonó devolviéndolo a la realidad, la pelota pasó justo sobre él a una velocidad impresionante, pero el nuevo libero del Fukurodani pudo detenerla, devolviéndola libre. Gritó el típico aviso y sus compañeros se formaron, Fukanaga le dio el pase perfecto y su estrella recibió el servicio de manera perfecta, dando fin al largo partido de cinco sets.

Sintió una emoción única, saltó en su lugar aunque sus piernas no respondieran hace ya seis saques y corrió a su equipo, quienes estaban parados atónitos, casi preparándose para un nuevo saque.

- ¡Despierten! - dijo gritando en su dirección, viendo como todos en la tribuna aclamaban a cantos vivos y toda la banca saltaba y se abrazaba. - Somos campeones chicos. -dijo entre abrazos, liberando sus piernas gracias a la altura de sus compañeros. - Gracias chicos, gracias.


El saludo se hizo y al estrechar la mano de Akaashi no pudo guardarse el reclamo, 'Me debes una tarta de manzana.' mientras limpiaba las lagrimas de su amigo con la mano suelta, para luego estrecharlo en sus brazos. 'Fue un honor compartir cancha contigo Keiji.'

Al volver a la banca notó como los ex jugadores estaban felicitando a todos en la banca, e intento evitarlos, acercándose a Lev que se había hecho a un costado.

- ¿Era necesario que bajaran hasta aquí? -bufó Kenma, mientras palmaba la espalda de Lev.

- No me interesa, hemos ganado capitán, eres el mejor.

- Sin tus bloqueos no hubiésemos podido, nunca creí que pudiesen remplazar los remates de Bokuto-san.

Cruzaron unas palabras más y cuando todos se alejaron el entrenador los felicito, dándole también la palabra a Nekomata-sensei, quien por primera vez sonreía no tan engañosamente y contenía lagrimas, sin parar de repetir lo orgulloso que estaba de todos y su desempeño.

Todo lo demás fue un castigo oculto para Kenma, realmente solo quería entrar a la ducha y desplomarse en su cama, tenía exámenes en dos semanas y el estudio no paraba, pero al parecer era muy importante que el capitán recibiera el trofeo, hablara con un millón de canales y portales y se tomará todo tipo de fotos, mientras negaba una y otra vez charlas con caza-talentos y entrenadores universitarios.

Ya en los vestuarios, donde sus compañeros no paraban de cantar porras hacía el equipo y festejar, se digno a subir una foto a sus redes sociales, tanto personales como la que usaba para promocionar sus canales online con su equipo de fondo, y Lev abrazándolo a un lado.

No era para mal interpretar, el último mes el peligris se había hecho cada vez más su amigo, aparecía en casi todos sus vivos y sus fans habían casi comenzado a stanearlo a él solo, empujándolo a también hacerse viral en sus redes sociales, y fuera de cámaras podían lamentar todo lo que quisieran, aunque Kenma no lo hiciera en voz alta, sus separaciones, y cuando algunas noches el rubio tenía dolores o pesadillas, él le hacía compañía.

Cuando ya habían cesado sus cánticos y gritos, todos entraron a las duchas y salieron vestidos, y aunque quisieran ir directo a la cama, Naoi y Nekomata insistieron en invitarlos a cenar, ya que debían recuperar la energía gastada este día.

Su teléfono no paraba de sonar una y otra vez, miro de desgana él identificador, sospechando que sería Bokuto, aunque el teléfono seguramente estaba en manos de Kuroo, pero se sorprendió a ver el nombre de Shoyo en este, contestando y excusándose.

''No vi cuando te fuiste, ¿Donde estas? Quiero despedirme.'' -Grito el anaranjado por el parlante.

'' Ramen's House de Otafuku y Azabu, es cerca del gimnasio del Nekoma.''

'' Espérame afuera, Atsumu me dejará ahí.'' Y aunque Kenma quería reprochar a su amigo por su compañía, este fue más rápido cortando el teléfono, espero unos minutos a que su teléfono volviese a sonar y excusándose, explicando que vería a Hinata y volvería por su cuenta al colegio.

Al salir su amigo se estaba despidiendo del ya ex armador del Inarizaki con la mano mientras partía en el auto de vaya a saber quien, ese rubio le daba desconfianza a Kenma, y no porque copiara su estilo de tintura, era demasiado coqueto con su amigo, hasta descarado a veces.

- ¡Kenma! -dijo saltando a sus brazos. - Eres genial, ¿Quieres venir a Brasil conmigo?

- Ya te dije que no, agradece que te sponsoreo idiota, ¿Aun no vuelves a Miyagi?

- Pues... Tal vez tuve algo así como una reunión con una muy buena universidad... Que quieren que reconsidere mi situación de migración... Pero aún no es nada seguro. -dijo mientras comenzaban a caminar en dirección al Nekoma.

- Kageyama debe estar feliz.

- Terminamos anoche, pero todo esta bien, no te preocupes, el debe enfocarse en su carrera, y decida irme o quedarme aquí, sería casi imposible convivir más de dos horas al día.

- El voley ante todo eh... Si que son especiales. Ahora no puedo quejarme que el cabeza de pío te haya traído.

-¡No llames así a Atsumu-san! Es una buena persona si lo cono... -Hinata se quedó mudo al ver como la cara de Kenma pasaba a una de total odio, su ceño se había fruncido junto a sus labios y se estaba parando derecho. - ¡Kenma?

- Hinata ponte a mis espaldas. -dijo arrebatandolo del brazo en la dirección indicada. - ¡Llama a Lev!

- No tengo su número, ¿Kenma que esta sucediendo? -dijo intentando ver en la oscuridad frente a ellos, pero no notaba nada, no era muy agudo de vista en la oscuridad.

- ¡A Bokuto, no me interesa! -dijo mientras retrocedía empujándolo.

- Que lindo omega que estas paseando Ken-kun... Me recuerda a...

- ¡Callate enfermo, tu no puedes decir su nombre! Hinata vete, corre a lo de Bokuto y dile que Daisuke ha vuelto, diles donde estoy.

Hinata obedeció sin miramientos, podía sentir en la voz de Kenma que esto no era para nada un chiste, y al escuchar el nombre un tanto conocido para él, se asustó y corrió sin ver atrás, marcando el teléfono con miedo.

Apenas Hinata corrió Daisuke hizo el ademan de seguirlo, pero en instantes Kenma había saltado sobre el, estrellando su mochila en su cara.

-Ahora que estas marcado te atreves a acercarte.

Rió mientras lo tomaba del brazo para tumbarlo al suelo, pero el rubio en el aire le pateó el rostro, haciéndolo caer sobre el césped que se abría paso bajo sus pies, comenzaron a forcejear en el suelo, y por primera vez Kenma agradecía los años de entrenamientos que reforzaban su agilidad y le enseñaron a defenderse de situaciones así, por primera vez el olor de un alfa no era impedimento.


Los sentidos de Kuroo se afianzaron de un momento al otro mientras Bokuto seguía hablando por teléfono aún fuera del departamento al que recién llegaban, Akaashi lo miraba extrañado, más cuando Kuroo sintió una presión extraña en su pecho, no era miedo, pero tampoco alegría, una extraña mezcla de paz y ansiedad se presentaba, pero no era suyo, sabía muy bien que eran sentimientos de Kenma, había vuelto a sentirlas viéndolo en la cancha al poder tenerlo cerca y había notado la diferencia luego de apartarse de él.

Cuando Bokuto entro a los gritos innentendibles de que debía irse arrastrando a Akaashi junto a él y cerrando con llave, la de Kuroo, entendió que algo le ocurría a Kenma, más aún cuando Hinata apareció y lo hizo entrar por la ventana, quien le explicó en llanto todo lo que ocurría, tiraría la puerta abajo si Bokuto no le contestaba el teléfono en los próximos diez minutos, entendía porque no debía ir ahí, pero su alfa lo estaba matando.

Los minutos lo consumían, Hinata había conseguido que este se quedará en el sofá, diciéndole que Bokuto se encargaría.

Apenas los diez minutos corrieron tomó el teléfono y marco a Bokuto, quien no atendió, seguido de Akaashi quien por suerte si lo hizo.

''Kuroo, te paso con Bokuto-san.''

"Kuroo, lo encontramos."

Las simples palabras de Bokuto al otro lado del teléfono lo dejaron sin aire, pero en un segundo se paró de su lugar, no llegó a contestarle que este soltó una vez más palabras.

''Lo estoy llevando para el departamento, tranquilo.''

Su pecho quedo totalmente vacío, ¿No podía ser mas explicito al hablar? Decirme que estaba bien, pasarme con el, permitirme escuchar su voz aunque sea un segundo.

''No pienso entrar ahí.'' Se escuchó la voz de Kenma al otro lado de la linea quejándose, estaba bien, estaba vivo.

''Debes ir, no puedes llegar así a la academia Kenma,'' susurró Akaashi, pero se llegó a escuchar por el altavoz. ''Kuroo-san, necesito que te encierres en tu cuarto, si no llevaré a Kenma a mi casa.''

La voz sería de Akaashi era imposible de negarse, sabía bien que si obedecía podría al menor saber que Kenma estaba del otro lado, moviéndose, respirando, que estaba totalmente ileso. Aceptó y la llamada termino.


~ Media hora antes ~

Apenas supo que Hinata ya no estaba cerca lo hizo sin miramientos, y al sentir como Daisuke dejaba de moverse bajo él sintió libertad, de esa que te otorgaba la vida luego de soltar un gran peso muerto, sin pensarlo llamó a su padre ansioso, no podía hacer como si nada e irse caminando, era demasiado obvio, le explicó lo que ocurrió lo más rápido posible y el padre le dijo que se fuera lo antes posible de Kuroo, se maldijo por aún no haberle dicho, que nunca más mencionara lo ocurrido y que no pasaría nada, le pidió su dirección exacta y se despidió de su hijo con orgullo, asqueando a Kenma, pero no se arrepentía.

Al cortar la llamada vio que Keiji lo llamaba, contestó rápido y le dijo donde estaba, no podía moverse, había recibido uno que otro golpe y a final de cuentas debería explicar lo ocurrido, Kuroo no se quedaría en su lugar sabiendo que Daisuke tal vez seguía por las calles.

Cuando el auto estacionó frente a el Bokuto se quedó atonito parado junto a la puerta, mientras que Keiji corría en su dirección, levantándolo del suelo sin pensarlo y alejándolo del cuerpo inerte, para subirlo a la parte trasera del auto.

Comenzaron a bombardearlo de preguntas, y el con algo de letargo les explicó todo lo ocurrido, luego de la llamada de Kuroo tuvo que agradecerles por hacer que se mantuviera en otro cuarto, y pidiéndoles que les explicaran a él lo ocurrido luego de que Kenma se fuera, y ante cualquier cosa, el había estado con Hinata en el departamento desde tiempo atrás.

Al entrar al departamento un sentimiento entre cálido y extraño lo invadió, no pisaba ese lugar hace tres semanas, rápidamente KuroNeko se pasó entre sus piernas y lo elevó hasta su pecho, abrazándolo, le sonrió a Hinata, diciéndole que nada malo ocurría, aunque su camiseta y su rostro tuvieran sangre, y se dirigió al baño, haciendo como si no escuchara las preguntas que salían del cuarto que alguna vez fue casi suyo.

Se pegó la ducha mas rápida que pudo, evitando los golpes que tenía tanto de los largos partidos como el inquietante encuentro, y salió usando ropa que Keiji le había metido al cuarto de baño hacia minutos. Hinata seguía en el sillón hecho un desastre.

-Shoyo, todo esta bien, ¿Si? No me pasó nada. -dijo sobandole la espalda. - Vamos, debes llegar al último tren.

- Dejen que Bokuto-san los lleve, por favor. -dijo Akaashi a sus espaldas. -Esta hablando con Kuroo-san, ya sale.

Ambos asintieron y se quedaron los tres en el sofá, reconfortando al inquieto anaranjado, a los pocos minutos Bokuto salió con la cara hecha un signo de pregunta y cerrando con llave el cuarto. ''Es por tu propio bien Bro.'' dijo a la puerta.

- ¿Los llevó chicos? -sonrió medio forzado a los dos. Estos aceptaron rápidamente y tomaron sus cosas, Kenma hundió su ropa sucia hasta el fondo de su mochila y antes de cruzar la puerta se frenó.

- Debo despedirme de KuroNeko, espérenme en el auto.

Todos asintieron, sabían que no se despediría del gato, pero nadie quería intervenir en la extraña situación que estaban viviendo esta noche. Mientras que a pasos nerviosos Kenma volvía a ingresar al condominio, tomando al gato entre sus manos, y al topar con la trabada puerta, se sentó apoyando su espalda en la misma.

-Sabes KuroNeko, esto duele demasiado, cada día, es soportable, pero duele. Así que solo quería decirte adiós a solas. -dijo aguantando las lagrimas, el dolor en su pecho era tanto ajeno como propio. - Te amo idiota, más vale que te cuides y te conviertas en un gran gato, yo me convertiré en una persona de quien estés orgulloso desde lejos. -soltó al gato en el suelo sin no antes besar su cabeza para luego pararse. - Vendre por Kuro en abril, no te olvides KuroNeko, este es el ultimo adiós.

Sintió como la puerta a su espalda era forzada, y aunque no quisiera, la llave seguía puesta y fue demasiado tentador abrirla rápidamente, viendo como el tan conocido cuerpo caía de boca al piso, haciendo que se riera para después en segundos sentirse envuelto entre dos brazos que no parecían querer soltarlo.

- Te amo Kenma, yo...

- No pidas perdón y disfruta lo que queda. - gruño aún evitando llorar, no importa que tanta paz le estuviera trayendo el abrazo, hay cosas que no podía perdonar.

- Yo solo, te amo, ¿Si? - Kuroo lo separó dándole una ultima mirada a su cara, no quería despedirse, pero sabía que era el fin.

- Adiós Tetsuro. Tal vez nos crucemos en el casamiento de Akaashi y Bokuto.

Fue lo ultimo que dijo antes de desaparecer por la puerta, sabiendo que sería la ultima vez que pisara ese departamento.


Love will tear us apart - Joy Division


Y así es como termina la primer parte gente, perdonen pero soy hincha del Nekoma y tenía que poder cumplir mi sueño de ellos ganando un nacional, una batalla y un partido contra el Fukurodani, me era imposible no hacerlo.

Y si, actualice dos días seguidos, pero los drafts estaban ya casi y ando con mucha energía hoy, ademas quiero tomarme una semana de escribir Lose It para meterle a Yo te espero (mi shinkami) y no quería frenarme antes del intermedio, ya que a partir del 11 la historia toma otro tiempo.

n.a Use nombres de medicamentos argentinos porque mas allá que viva googleando para usar las cosas mas exactas con Japón, medio rebuscado ponerme a buscar nombres de venta de medicamentos cuando es mas entendible así, espero que no les moleste.

Les agradezco todos los comentarios les quiero contestar hasta los ''AAAA'' pero bueno alta densa me siento.

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