1: disorder.
▵ Los alfas no se bañan. ▵
Kenma caminaba sin dar reparo, estaba nervioso, era su primer día en la academia nueva, y apenas sus padres lo dejaron para volver a su antiguo hogar, apenas dejó todo en su nuevo cuarto, se dio cuenta que no le quedaban mas de tres pastillas supresoras, y para su celo, cual solo faltaba menos a una semana, no tenía ninguna de las de alta carga, ahora viviendo en dormitorios si o si las necesitaba, por si algún alfa estaba en algún cuarto continuo, se maldijo por esto mismo, pero mientras ordenaba le apaciguó la idea de que así podría ir hasta la tienda de mangas que le había recomendado el buscador a pocas cuadras del colegio, en su camino al exterior, pudo ver como en el cuarto a la izquierda del suyo, en el cuadro de identificación decía 'Morisuke Yaku Ω'', por suerte de un lado ya se había despejado del miedo de tener un alfa, o en su defecto un beta, que tampoco lo tranquilizaba en totalidad.
Miro hacia los lados, su olfato estaba más sensible de lo normal, se sentía levemente intimidado, la zona estaba bastante vacía, antes de salir había revisado en las noticias de transportes y demás como se encontraba el tráfico, pero igual así, las pocas miradas de la calle que pertenecieran a alfas iban directo hacía el, en todo el camino se cruzó un solo omega, y este tenía hasta un olor más débil al propio.
Ya para la última cuadra sentía cada vez más presión en el pecho, lo suyo no era salir de su zona de confort, posicionó la capucha mejor en su cabeza y oculto más todavía su rostro en el pelo que caía sobre su frente y ojos, quería entrar, comprar el manga y a la vuelta por el camino más rápido a la academia sus supresores.
Antes de entrar a la tienda pego una ojeada, ''no hay nadie'', su cerebro le permitió entrar a la tienda con mayor tranquilidad, aunque su pulso y ansiedad aún no disminuían.
Sintió un fuerte escalofrío en la espalda, tensándolo y disparando nuevamente su presión, aunque cuando volvió a inspirar, una extraña y nada familiar calma inundo su cuerpo, durante unos segundos le costó abrir los ojos, como si tuviese que adaptarse al nuevo ambiente acogedor que sentía, inhalo una vez más y su cuerpo cayó en total tranquilidad, sentía un fuerte aroma a valeriana mezclado con olivo y manzanos, ahogando casi la tienda, por segundos dejó que su cerebro se dejase llevar, para rápidamente volver en sí, controlando su instinto. ''Estúpidos alfas que no se ponen un maldito parche para el olor.''
Empezó a pasear nervioso entre los estantes que albergaban múltiples tipos de mangas, distribuidos por género, se apuró a moverse hacía los de categoría shōnen mientras removía su nariz en molestia, quería agarrar lo antes posible el manga y que el estúpido empleado que andaba liberando feromonas se dignara a aparecer para cobrarle rápido y poder escapar.
Pasó rápidamente su muñeca izquierda a su nariz cuando sintió la puerta trasera abrirse, y el olor se intensificó, liberando un poco de su propio olor para calmarse, pero que no llegase a alterar al ahora alfa presente. Su mano derecha tomo en segundos el tomo número 26 de Boku no Hero y se fue molestó hacía el mostrador, por primera vez en todo el paseo de elevar su mirada hacia el frente.
Aunque Kenma Kozume fuese un omega, en todos los sentidos posibles, ya que ya naturalmente pequeño cuerpo, sumándole a las curvas que ganó frente a su primer celo, y su notorio olor podían marcar, sin descontar sus problemas de ansiedad, no era alguien que dejase que la mirada de un alfa lo intimidara, si es que ese día su ansiedad no jugase muy en contra, y cuando estos andaban a anchas como si fuesen dueños de todos lados, su ira le ganaba a la anterior nombrada.
Frente a él había un chico que fácilmente le sacaba cabeza y media, cabello negro totalmente desastroso en un extraño peinado hacia arriba, unos ojos rasgados color ámbar mezclado con un suave café y detalles grises, y una muy, muy macabra sonrisa dirigida hacia el pequeño omega frente a él.
-Y... -Se impacientó Kenma al sentir la mirada de este tan clavada en él, y poder notar como sus fosas nasales se movían suavemente, percibiendo el olor que este había soltado hace segundos.
-Yo... -el ahora identificado como Kuroo 'α', pasaba totalmente nervioso por la parte trasera de su cabeza su mano, desviando la mirada hacía otro lado mientras tomaba el tomo en su mano. -Ha sido de ostias este tomo, me lo he leído justo antes de dejarlo en estantería. -mencionó desligando la tensión del aire, mientras giraba en su lugar para envolver el mismo, al no recibir respuesta alguna se rindió. -Serian 420 yenes. -regalo una sonrisa nueva, un poco mas apaciguable, el rubio, aunque el olor del ambiente le trajera esa desconocida paz, sacó rápidamente el dinero, ya sabiendo cuanto seria y lo dejo sobre el mostrador tomando el manga y saliendo disparado del lugar, continuando su ya pautado camino.
Kuroo no pudo evitar inhalar fuerte ante la rápida salida de este, que fue dejando su olor en el lugar, capaz sin darse cuenta, dejándose llevar por el discreto y tan extrañamente familiar olor a flores de sakura y lluvia, combinando un dulce pero débil olor dulce con vetas de madera y humedad, pero no esa desagradable que se hacía en el verano, si no esa que te daba ganas de taparte hasta la cabeza y disfrutar el sonido de la lluvia caer a tu cabeza, que te arroparía por las noches.
Durante unos largos minutos se sintió un estúpido, primero que nada, estaba trabajando, no podía asechar a ningún cliente, segundo, asechó justamente al chico que sabría que a partir de mañana se integraría en el equipo que él lideraba, y tercero, y remate final, su olor le había cautivado en gran medida.
▵ ¿Se podría considera acoso? ▵
Kenma soltó un pequeño gemido de enojo al instante de abrir el empaquetado del manga, este mismo acababa de soltar el mismo aroma que inundaba esa tienda de mangas, 'nota mental, no volver', pero por muy dentro suyo, lo estaba disfrutando, se arrojó con el ceño fruncido en su cama y puso en sus oídos los auriculares con música, abriendo el manga ante sus ojos y comenzando a leer.
Unos minutos antes de que se comenzará a servir la cena sintió a través de Joy Division, unos golpes en su puerta, dejó las pocas paginas que le restaban marcadas y retiro solo un auricular de su oído para pararse, y dudando antes de abrir inhalo un poco, intentando percibir si fuese un alfa quien estaba al otro lado, pero no, percibió el olor que había sentido por la tarde en su cuarto continúo, como si fuese a un dulce olor a frambuesas, abriendo sin dudar.
-¿Si? -Levantó una ceja Kenma, al ver del otro lado del umbral el chico que emanaba ese dulce aroma, siendo un poco mas bajo que el mismo y con una sonrisa nerviosa en el rostro, y dos ojos grandes como platos.
-Soy Yaku, duermo aquí a tu derecha, y soy del tercer año del equipo de vóley... Por si no te dijeron, este piso es exclusivo del equipo, por eso estas aquí, y nada... Soy el único omega de tercero, me parecio correcto invitarte a cenar con nosotros. -Titubeó en algunas palabras, Kenma lo observaba de arriba abajo, su olfato no identificaba mentira, ni un sobreesfuerzo para decir eso, eran palabras sinceras, pero...
-Kozume, un gusto. -Hizo una pequeña reverencia, mientras elegía bien sus palabras, no le interesaba hacer amigos, pero tampoco estaba en sus planes ser mal educado con sus mayores, y mucho menos si es el único omega de tercero, el único que pudiese salvarlo en alguna mala situación. -Vale, pero... No soy de muchas palabras.
-Oí, ¡no hay problema! -el mayor le regalo una tranquila sonrisa. -No te obligaré a hablar, y si alguno de los chicos te hace sentir incomodos, solo dime, en el camino iremos por un chico de primero que también es omega y entró al equipo, no quiero que les pase nada.
- ¿N... no... no hay mas omegas en todo el equipo? -Dijo Kenma mientras tomaba una PSP portátil dejándola en si bolsillo, y tomando dinero para seguirlo, un tanto asustado.
-Pues no, nuestro capitán es alfa, pero es uno de los alfas mas respetuosos que he visto, muy pocas veces e visto siquiera que le gruñera a alguien, y comúnmente controla sus hormonas, somos grandes amigos, me ha cuidado cuando he tenido celos complicados, imagínate, luego nuestro vicecapitán es un beta, de segundo año, hay un alfa y un beta, y los chicos ingresantes de primero son dos alfas, y el omega que iremos en camino a verlos.
Kenma camino en silencio detrás de el algo palidecido, no era alguien que mas en una situación que le generase ansiedad, no fuese a sentirse un tanto inquieto teniendo que sudar, y sudar, y sudar rodeado de así cuatro a cinco alfas, pero bueno, debía aprender a manejarlo, solo le interesaba darle una ultima oportunidad a este estúpido deporte.
-No tengas miedo, a los de primero no los conozco, pero el Tetsuro ya se los llevo hace una hora hacia el gimnasio para darles una charla sobre como los alfas en la cancha no son superiores, si no compañeros, y todo ese rollo, mientras que Kai y Fukunaga veían de organizar a otro lado del gimnasio para que cenáramos todos juntos, y bueno, yo quitarle el miedo a mis dos nuevos pequeños. -miro sobre su hombro al pálido Kenma, intentando transmitirle paz, y aunque no lo logró tanto, no se rendiría. Golpeó en la puerta frente a el señalizada como de Yuki Shibayama, esperándolo. Apenas este abrió la puerta, Kenma hablo.
-Iré a mi cuarto unos segundos, ya voy luego hacia el gimnasio, cuando traje mis cosas vi donde estaba. -no dio tiempo a que Yaku pudiese decir reproche, dejándolos solos.
Corrió hacía su dormitorio con la respiración algo cortada, ya había sido mucho hoy durante la tarde suprimir su ansiedad y olor con tanta fuerza para poder ir hasta el comercio, apenas cerró la puerta se tiro contra esta unos segundos, intentando volver a su calma mínima. Respiro hondo tres veces y se levantó, tomó un supresor por si las dudas, faltaban para su celo, pero si podía esconder aún más su aroma mejor, luego busco sus ansiolíticos, los cual tenía recetados tomar solamente cuando sintiese que no podría manejar una situación, 'esta era una de ellas', confirmo que sus auriculares portátiles estuviesen en sus bolsillos, a igual que la PSP, y se dirigió al gimnasio, respirando por ultima vez como en terapia aprendió antes de hacerse paso adentro.
Y lo volvió a sentir, ese maldito olor, '¿esto debería considerarse acoso?' se preguntó su propia cabeza, no podía estar ese estúpido alfa aquí, y en el momento que vio como dos chicos alfas también, menores a el lo miraban con algo de miedo, entendió todo. 'Kuroo, de la casa de mangas, era Tetsuro, el capitán de su nuevo equipo de vóley', por unos segundos el mas bajo no pudo despegarle la mirada, hasta que escucho su nombre desde unas mesas mas al fondo.
-Kenma, por aquí. -Extendió su mano Yaku, quien se encontraba al que antes podía identificar como Yuki, y dos chicos más, betas. Kenma se dirigió rápidamente hacía allí, intentando evitar con todas sus fuerzas inhalar el característico olor de su ahora capitán, y bajando la mirada, para luego sentarse a unos de los rincones de la mesa y ponerse a jugar, mientras esperaban a los alfas para comer, intentado obviar lo que el pelinegro les decía a estos.
Por otro lado, Kuroo, hacia la gran entrada en solitario de Kenma le costó volver a concentrarse, pero apenas pudo volvió a ver fijamente a los dos niños de primero que eran alfa.
-Entonces, ¿Quedó en claro? Quiero controles mensuales de cómo están sus feromonas, que sigan los tratamientos psicológicos y médicos para no entrar en celo o reaccionar frente a omegas mientras estén jugando, luego de su vida, lo que quieran, pero en este equipo no se acepta a nadie superior, ni yo como su capitán, si alguna vez me equivoco, me iré de aquí sin chistar, por ser alfas no estamos por arriba de nadie, somos un equipo y sin ellos, -apuntó a la mesa donde se encontraban los betas y omegas esperándolos. -no somos nada, no ganaríamos ningún partido, no podríamos disfrutar el deporte que nos reúne como un sistema unitario funcional, como un cuerpo humano de muchos juntos. -Miro seriamente de nuevo, y un Tora detrás de el hizo una pequeña seña para que los primerizos le dieran respuesta alguna, ambos bajaron la cabeza en aceptación. -Y otra cosa muy importante, no prohibiremos parejas dentro del equipo, como tampoco que si las tienen por afuera puedan asistir a los juegos o entrenamientos en específico, pero no quiero ni una, -y enfatizó la cantidad- ni una, pelea de celos de alfas en este gimnasio, si les duele tanto el orgullo, se van hasta fuera de los portones y hacen lo que quieran, aunque yo recomendaría nunca pelearse entre alfas, ya que se puede descontrolar muy rápido.
Estos dos ahora asintieron sin necesidad de una seña de Tora, y Kuroo hizo una seña de liberarlos.
Las cuatro alfas se acercaron a la mesa y Kuroo les señalizó que se sienten estos junto sus compañeros.
-Bueno, para nuestros otros dos nuevos integrantes, yo soy Tetsuro Kuroo, soy el capitán y quiero que sepan que no importa que, siempre pueden pedirme una mano, y si no sienten tanta comodidad, tanto Kai, que es un beta, y Yaku, un omega, pueden acceder a ellos, son mucho mejor que yo con las palabras, aunque no esperen mucho de ninguno de los tres en cosas no relacionadas a la cancha. -Les regalo una sonrisa ladeada, achinando mas todavía sus ojos. -Preséntense uno a uno, así ya mañana podemos tratarnos mas normal. -este se desplomo sobre la silla bajo el y le indico al de su derecha.
Y así la ronda comenzó, presentando al equipo completo de este año del Nekoma, luego de esto comenzaron a comer las pizzas que se encontraban en la mesa, casi todos hablaban energéticamente de vóley, preguntándole a los nuevos sobre sus posiciones, si jugaban en el secundario y demás, pero uno de estos no dio muchas respuestas.
Yaku lo tocó por el hombro al concentrado Kenma, el cual con una mano metía una rebanada de pizza en su boca, y con la otra seguía jugando a como pudiese al Pokémon en su consola. -Si quieres, preséntate rápidamente Ken-kun.
-Va...vale. -dijo mirando a todos, rápidamente sintió como todo su cuerpo le pesaba, especialmente en la zona del pecho, como si hablar fuese casi imposible, inhalo fuerte. -Soy Kenma, de segundo año, soy armador, no vivía en el país. -Dijo casi en lo que tardo en exhalar el aire que había ingresado anteriormente a sus pulmones, y volvió a sentarse hacia el frente, donde no importaba como se pusiese, no podrían verle la cara directamente, sintió como la mirada de los alfas, al menos, lo miraban punzantemente, claramente podrían oler su ansiedad y miedo.
Se maldijo durante unos minutos, sus padres habían ofrecido hacer unas vacaciones de cinco días en Tokio hasta que comenzaran las clases reales, pero el no quería seguir en presencia de ellos y se armo a venir antes, pero en ningunos de sus planes pensaba que el equipo de vóley viviese casi como comunidad, ya que en la charla salió a flote que siempre comían juntos en determinado lugar del comedor común, y que estos seis días faltantes para el comienzo de clases, harían practicas amistosas, al escuchar que no serían obligatorias, Kenma sintió un poco de paz, hundiéndose mas en su lugar.
▵ ¿Cómo me dijiste? ▵
Al finalizar la cena los alfas se tomaron el trabajo de terminar de ordenar las cosas con las cuales habían podido hacer todo eso en el gimnasio, mientras que Yaku y Kai les mostraban las instalaciones, pasando por la sala del club, donde tendrían sus armarios para equipo deportivo, el comedor, donde el colegio servía las cuatro comidas, y también poseía varias maquinas expendedoras, los baños comunes, para terminar volviendo todos juntos al piso.
-Entonces, en este piso del dormitorio solo estamos los que nos conocimos hoy, alfas incluidos, es una de las virtudes de pertenecer a un equipo, por las noches el piso lo cerramos, evitando que alguien externo entre, en sus llaves tienen la de la puerta central, nadie los retiene, pero también es mas seguro ya que al final del pasillo hay un baño común más, pero quitando los riesgos del común que puede entrar toda la escuela, se los recomiendo. -Dijo por finalizado Kai, quien ya se encontraba abriendo la puerta de su cuarto. -Aquí duermo yo, a mi derecha duerme Yaku-san y a mi izquierda duerme Kuroo-san, si necesitan algo, nos golpean la puerta sin dudar chicos, buenas noches.
Y así cada uno se metió a su cuarto, terminando su primer día en la academia, Kenma, ya postrado en su cama, jugando un nivel más, esperando que la puerta marque la entrada de los alfas, ya hacia un rato quería ir a lavarse los dientes y demás, pero los alfas no llegaban aun, y se quería asegurar de no cruzarse a nadie en su salida al baño.
Durante unos diez minutos esto le molesto de sobremanera, hasta que lo dejo pasar, recordándose a si mismo que igual mañana no tendría clases ni entrenamiento, y que conociéndose a sí mismo, se dormiría a altas horas de la madrugada por estar jugando, o terminando el nuevo tomo.
Luego de un rato más, y haber escuchado como la puerta general se abría, luego cerraba y tres más hacían lo mismo, espero el correr los minutos para tomar sus objetos de aseo y se dirigió a los baños, aprovecharía para bañarse también, así mañana cuando todos estuviesen despiertos no se expondría a algo tan osado.
Se dirigió en puntas de pies al baño, y ya dentro de este se dirigió a las duchas, había una sección de estas que no tenia puerta, y mostraba unas 5 duchas seguidas una de otras, mientras que la que si tenia puerta, tenia un cartel que indicaba 'Prohibido alfas', y se adentro en esas, al ver la traba por el lado de adentro de la puerta la cerro, y pudo ducharse con muchísima mas seguridad de la que se imaginó que podría vivir.
Salió de la misma con solo un pantalón de piyama y una campera liviana encima, dirigiéndose a lavar los dientes, pero de un segundo al otro escucho la puerta abrirse, se quedo unos segundos congelado, pero se repitió a si mismo que no podía ser nadie desconocido.
-Hmh. -gruño apoyando su cepillo de dientes, mirando de mala cara a un sonriente Kuroo que hacia lo mismo.
-Buenas noches Kozume-kun... -dijo casi en un susurro. -Mira... Quería pedirte disculpas por lo de hoy en la tienda de mangas, de por si consumo muchos supresores y muchos parches aquí en la escuela que en el trabajo me cuesta un poco mas controlarlo.
-No importa. -dijo el menor escupiendo pasta dental.
-No quiero que sientas ninguna incomodidad conmigo, ni que pienses que haría algo no debido. -Regalo una última sonrisa, mientras veía que el mas bajo amagaba a salir. -No te retengo más, que descanses Kenma.
-Adios Kuro Neko. -musitó muy bajo Kenma, saliendo casi disparado, maldiciendo a el extraño instinto que dijo ese estúpido apodo sin filtrarlo por su lado razonable.
-¿Cómo me dijiste? -el desorbitado Kuroo no consiguió respuesta alguna, pero se resigno a esperar unos minutos suponiendo que el menor se alejaría hacia su dormitorio, para poder cambiar sus parches, pero justo cuando estaba por sacar el primero, el rubio volvió a entrar con la cabeza gacha.
Se dirigió a las duchas sin dar palabra alguna y cuando volvió, con lo que parecía una remera en la mano, dijo mas alto. -Kuro Neko. -plantándose serio, casi dejando que se le escape una risa, para luego pasar frente a Kuroo intentando salir, pero el brazo del mayor se interpuso.
-¿Neko? -se agacho un poco y puso su cara a centímetros del menor. -Y mi apellido es Kuroo, no Kuro.
-Hueles a gato, y también lo pareces. -empujo el brazo del mayor, Saliendo del lugar.
-Y tu a paz. -Susurró el pelinegro, en la idea de que el menor no lo había escuchado, por todo lo contrario, Kenma marcho hacia su cuarto con un extraño sentimiento en su pecho, regalándose la noche a pensamientos ansiosos y disparatados.
'¿Por qué había vuelto? Si igualmente podía buscar su remera por la mañana, ya había salido, y porque le había hablado, y peor todavía, cosa que se recrimino toda la noche, ¿por qué no podía dejar de pensar en su olor?'
▵ Primeros contactos ▵
Durante los días siguientes, Kenma optó por atrincherarse en su cuarto, comúnmente su celo oscilaba en que día del mes vendría, y no quería exponerse a entrenar innecesariamente con esta duda a flor de piel, aunque momentos Yaku aparecía para ofrecerles ir juntos a entrenar, este negaba diciendo que debía acomodarse aún, a veces por el cambio horario, otros por el idioma, metiendo cada vez excusas menos creíbles.
Durante esos días se tomó el trabajo de dejar perfectamente ordenada las cosas que ya había podido tener en el cuarto, aun a la espera de sus consolas y computador, lo cual lo traía molesto, ya que debían haber llegado a los días siguientes de su llegada.
Para el viernes en la tarde, se aburría a pleno, su mirada estaba fatigada por la consola portátil, y los mangas que le faltaban por leer ya los había devorado, entre añoro su mirada viajo al balón anaranjado y azul que se postraba sobre el mueble. 'Debería practicar un poco, para no hacer el ridículo el primer entrenamiento formal.' Se paró de su lugar y se calzó las zapatillas deportivas, tomando el susodicho en mano al mismo tiempo y saliendo a uno de los espacios abiertos del gran campus de la academia, procurando hacerlo lejos del gimnasio de Voley, sabiendo que si no lo invitarían a pasar.
Se tomo media tarde de tiran el balón al cielo, para luego acomodarlo para remates, seguido de practicas de saques, sus peores jugadas comúnmente, durante la cena había notado que no había otro armador, lo cual lo traía agobiado, a sabiendas que debería jugar el triple que en Sydney, donde jugaba de segundo armador, entrando comúnmente a terceros o cuartos tiempos en campeonatos nacionales, y partido de por medio en otros.
- ¿Así que entrenando solo? -la figura de uno ochenta hablo a sus espaldas, identificado su sombra, y su aroma.
Hizo una simple seña con los hombros, dando a entender que sí, para seguir tirando el balón al aire, para luego acomodarlo, en un instante sintió una brisa recorrer su espalda, y muy levemente el aroma rodearlo, haciendo que sus ojos se quedaran como plato, al ver a contra luz la gran masa de músculos saltando frente a él, y rematando el balón en perfecta sincronía con su armado, lo dejo atónito.
-¡Por Dios Kozume-Kun, uno más! -Exclamo Kuroo saltando en su lugar, con su gatuna sonrisa, casi como la de Chesire.
Kenma lo miro de mala gana, pero este ya había tirado el balón nuevamente en su dirección, y por inercia volvió a golpearlo, agilizando mas la puntería para darle un punto de golpe perfecto, el cual, volvió a regalarle esa figura casi como cuadro de exposición.
Kuroo se acercó a el en alegría, pero al ver como el menor se encogía en su lugar y su olor se convertía de dulce a uno parecido al miedo, se frenó en su lugar.
-Quiero que seas mi armador. -Remarcando el 'mi', y dándose la vuelta, para marcharse, sabiendo que no recibiría respuesta alguna.
-Vale. -susurró Kenma, regalándole a Kuroo un calor en el pecho, para poder volver con una sonrisa victoriosa al entrenamiento.
Desde lo lejos le extendió su mano al menor gritándole 'El lunes jugaremos en serio.' Y desapareciendo en la curva del edificio principal.
Kenma se sentó en el suelo con la pelota entre sus manos, renegando con su propia mente de porqué su ansiedad galopante y su meticulosa cabeza no lo frenaba ni para pensar que diría antes de contestarle al estúpido alfa que acababa de dejarlo con su corazón en la boca.
Disaster - Joy Division
n.a: La valeriana y el olivo son plantas normalmente de olores amargos, cuales en infusión a los humanos pueden atraer calma, también son conocidas como típicas hierbas para relajar a nuestros gatitos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top