2 - El Mundo Real (4)
Mi mamá llegó del restaurante, acababa del terminar sus necesidades en el baño de aquel establecimiento y subió al mini bus. Al subir puso en marcha el mini bus. Por mi parte no le volví a hablar sobre el tema del Verano del amor ni de lo que le sucedió en el Concierto de Woodstock.
Cuando puso el mini bus en marcha, pasamos por el lado de un tractor y miré su escape de humo. Expulsaba aquel humo gris como las nubes cargadas de agua y me dije a mi mismo entre mis pensamientos:
"Si esto fuera un viaje ¿Qué estuviera sucediendo?"
En seguida, cerré mis ojos y me puse a imaginar. Luego sucedió la magia.
Imaginé que aquel tractor expulsaba humo de color verde fluorescente, que sus gomas eran unas gomas con vida propia ya que su conductor, una persona del campo muy alta, tan alta que parecía que estaba encima de zancos, aquel campesino tenía un sombrero peculiar muy pelicular tenía unos tentáculos que se reían y la vestimenta del aquel campesino cambiaba de colores con cada paso que el daba.
El tractor siguió su paso, el campesino alto, se fue corriendo en dirección hacia un bus que estaba repleto de almohadas moradas, tal bus tenía alas, unas alas tan grande como aquel bus. Esas alas se abrieron y emprendió vuelo aquel bus, un vuelo muy lejos, tan lejos como salir de la vía Láctea.
Ya faltaba poco para llegar al supermercado y me olvidé de todo lo imaginado.
Llegamos al supermercado, mi madre estacionó el minibús en un lugar cercano a la entrada. Para mí sorpresa, cuando entro al establecimiento y me paso al área de detergentes estaba nada más y nada menos que Jeff. Al verlo mi reacción fue como ver a un famoso como Brad Pitt, Emma Watson, Leonardo Di Caprio, Jennifer López o el mismo Kurt Cobain en el momento que Nirvana estaba en sus grandes momentos. Grité su nombre para que pudiera captar mi atención:
- ¡Jeff!, viejo estoy aquí.
Fallé en el primer intento no me iba a quedar ahí, voy por el segundo:
- ¡Jeff!, ¿Piensas dejarme en ridículo?
Este segundo intento fue un desastre, estaba a punto de hacer el tercer intento, si fallaba iba a tener una lucha digo una carrera para donde Jeff pero no me había percatado de algo, Jeff tenía unos audífonos puestos apostaba que estaba escuchando AC/DC u otra banda de fuerte sonido. Solo me quedó decirme a mí mismo en voz baja:
- Qué crédulo eres joven Prome.
Fui casi corriendo hasta donde se encontraba Jeff y lo logré alcanzar. Puse mi mano en su hombro y él asombrado giró su cabeza lo más rápido que pudo a mirar quien le había topado su hombro.
¡Hey Max! –dijo mientras se desmontaba los audífonos.
¿Qué haces aquí pobre diablo?
Yo le respondí mientras apuntaba con un dedo donde estaba mi madre:
- Estoy acompañando a mí madre a realizar las compras.
Él miró hasta donde mi dedo apuntaba y vio a mi madre. Mi madre lo saludó y él devolvió muy cortésmente el saludo.
Yo miré lo que él tenía en la canasta de compras y le pregunté:
- ¿Y tú qué haces aquí?
El me miró y dijo:
- Yo estoy comprándole unos jabones de lavar los platos a mi vecina la señora Lugo, su hija está buenísima viejo.
Yo lo miré seriamente y le dije:
- Pequeño pervertido...ella será mi prometida.
El se rió un poco y contesto:
- ¿Seguro?
Y ambos nos dejamos llevar de las emociones y explotamos en un ataque de risas, que tuvo que apagarse. Pues un señor que estaba al lado de nosotros no miraba como si fuéramos un par de idiotas o algo así.
Después de detenerse el momento de felicidad le pregunté:
- ¿Viste mi mensaje?
Y él contestó:
- Si, ¿Quieres hablar de eso?
Y le respondí:
- Sí, pero en este lugar. ¿Qué tal una cafetería? ¿A la de Starbucks está bien? Yo invito.
Y él me miro y dijo casi riéndose:
- Parece que a alguien su mami le dio dinero.
Yo solo le hice un gesto de que su chiste no era bueno y me fui hasta donde estaba mi madre y le avisé:
- Mamá, estaré en el Starbucks del tercer piso con Jeff. Me puedes pasar a buscar cuando te vayas a marchar ¿Si?
Y ella mientras miraba algunos productos, dijo:
- Okey, pero no te tardes.
Le asenté con la cabeza y me fui.
...
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