Extra-Epílogo

Era un soleado día de Marzo. La aldea de Konoha se mantenía tranquila desde que finalizó la Cuarta Guerra Ninja. Sin embargo, 3 personas aún no despertaban de su letargo. Ellos eran Naruto Uzumaki, Sasuke Uchiha y Sakura Haruno, los tres principales integrantes del Equipo 7.

Todo el mundo parecía creer que ellos tres los habían salvado de aquel sueño en el que estaban sumergidos para cargar los tres con ello. Para todos, cabía decir que el Equipo 7 eran sus héroes, y nada les disgutaba más que saber que los tres se encontraban graves en una de las habitaciones más privadas del hospital.

Dos años y medio pasaron sin lograr que despertaran. En algún que otro momento, cada uno de ellos había tenido sus altibajos, como por ejemplo Naruto o Sasuke que habían estado al borde de la muerte en más de una ocasión.

Pero todo cambió cuando Sakura dio señales de mejoría. Era finales de Enero y Tsunade había descubierto una ligera mejoría en la pelirrosa. Parecía que cada día que pasaba, Sakura estaba a un paso más de despertar. Hasta que llegó aquel día. Era su cumpleaños nº 20. Ino, Hinata, Rock Lee y Tenten habían ido a visitar a los héroes y de paso dejarles unas flores a todos, pero sobretodo a la pelirrosa, ya que era su cumpleaños.

Mientras Hinata se quedaba sentada al lado de la camilla del rubio, y Tenten y Rock Lee hablaban, Ino se acercó a la camilla de la pelirrosa con una mueca. Echaba de menos a su amiga la frentona y verla en aquel estado no le gustaba nada. Comprobó que todas sus constantes estuvieran bien, cuando un quejido la hizo girar su rostro con brutalidad.

Sakura se estaba moviendo por voluntad propia y hacía un amago de abrir los ojos. Apurada, mandó a Tenten y a Rock Lee a por Tsunade-sama, mientras ella se quedaba allí a la espera de que Sakura despertara.

Minutos después, una cansada Tsunade llegaba a la habitación corriendo desde su despacho del hospital. Al acercarse a Sakura, utilizó su ninjutsu médico para saber qué ocurría y ver si podía hacer algo. Pero segundos después, la pelirrosa comenzó a abrir los ojos poco a poco para sorpresa de los presentes.

—T-Tsunade...-sama...—susurró con la boca seca.

—Sakura. Tranquila, ya estás bien—le habló con delicadeza—. Ino, trae un vaso de agua, rápido.

Para la pelirrosa, todo era confuso. ¿Qué hacía Ino allí? Lo último que recordaba era quedarse dormida en la cama, esperando un nuevo día. Pero aun así, ella sentía que no podía moverse, que estaba demasiado delgada.

Recordaba todo lo que había pasado en aquella otra dimensión. Pero al ver que todos sus amigos estaban allí, pensó que era un sueño, por lo que no dijo nada. Tsunade comenzó una rehabilitación para ella, para que pudiera volver a tener una vida normal como persona, aunque no todavía como shinobi. 

Sus padres estaban más que alegres porque su hija despertara al fin y no la dejaban sola en ningún momento. Su madre la ayudaba en la rehabilitación e iba todos los días a por los ingredientes necesarios para la comida que debía comer mientras estuviera en reposo.

Sin embargo, seguía pensando que aquel sueño de su coma había sido demasiado real. Y era mucha casualidad que hubiera despertado el mismo día de su cumpleaños.

En Mayo, Tsunade le comentó a Sakura que Sasuke estaba dando indicios de mejoría. Al igual que ella, dos meses antes de su nacimiento. Todo concordaba con las teorías que ella tenía en aquel sueño, salvo que en este era la fecha de sus muertes y no de sus despertares. Si todo iba como pensaba, tanto Sasuke como Naruto despertarían el día de su cumpleaños.

Y así fue con Sasuke. El 23 de Julio despertó de su coma, haciendo que Sakura se diese cuenta de que tenía razón. Tsunade la llamó en cuanto el Uchiha despertó. No hacía más que preguntar por la pelirrosa. Al llegar, se sorprendió al ver a Sasuke llorando.

—Sasuke-kun... No llores... Tranquilo.

—Perdóname... Por todo el tiempo en el que te hice sufrir... Sakura.

—Estás perdonado, Sasuke-kun.

Tsunade y Shizune, que también se encontraba allí, los dejaron solos. Fue cuando Sasuke aprovechó para besarla. Ella, aún asombrada, no pudo evitar corresponderlo, pensando en todas las veces que se habían besado en su sueño.

—Cuando moriste, fue el peor día de mi vida... Por favor, no vuelvas a hacerlo. Si alguien tiene que morir primero, quiero ser yo... protegiéndote de todo mal...

—Espera... ¿Cuando morí?—preguntó alterada.

—Sí... En la otra dimensión... Tus teorías eran ciertas. O al menos, en tu caso, así fue.

Entonces ella se dio cuenta de que todo aquello que había soñado había sido real. Su sonrojo aumentó cuando recordó todas aquellas noches con el Uchiha, pero se detuvo a pensar que si aquello era real... ¿Cómo demonios habían estado en la otra dimensión con sus cuerpos, si estaban también en su propia dimensión?

Eso era algo que no llegaba a comprender, por lo que se centraría en lo que había pasado hasta el momento en el que Sasuke cayó en coma en la otra dimensión. Él se sentía culpable de que Itachi se hubiera ido de aquella forma antes de quedarse dormido y no volver a despertar.

Había tantas cosas que querían saber, que esperaron pacientemente a que Naruto despertara. Ambos habían decidido mantener el secreto de la otra dimensión para no parecer unos locos, y hacer la rehabilitación juntos. Visitas de todas las aldeas llegaban a Konoha para felicitar a los dos bellos durmientes, aunque lo hacían más por ver a Sakura que al Uchiha.

Los novatos, los sensei y todos los que alguna vez los llegaron a conocer, sabían que habían cambiado su actitud demasiado. Sobre todo el Uchiha. Ahora era más expresivo, intentaba establecer una conversación decente sin monosílabos para que ninguno se sintiera aburrido u ofendido por ellos. Pareciera que aquel era un nuevo Sasuke.

Pero las cosas no parecían ir bien para Naruto. Antes de que Sasuke despertara, Naruto había tenido una recaída de las graves. Todos pensaban que perderían al rubio, pero logró establecerse en el último momento. Por ello, que en los dos meses anteriores a su nacimiento, no diera señales de mejorar, preocupaba a la pelirrosa y al Uchiha. También a todos los que se habían dado cuenta de que los dos habían despertado el día de su cumpleaños, como pasaba con Kakashi.

Otra recaída, pero más leve fue un mes y medio antes de su nacimiento. Naruto no daba pie a seguir adelante y eso tenía en vilo a cualquiera que le tuviera un mínimo de cariño. Hasta que llegó el 10 de octubre. A pesar de que no había mejorado en los dos últimos meses, tenían la leve esperanza de que despertara aquel día.

Sin embargo, por mucho que esperaron, no pasó nada. Kakashi informó que Naruto había nacido en la noche, por lo que nada más comenzar el atardecer, todos estaban pendientes de si el rubio despertaba o no del coma.

Lo que les sorprendió y asustó con fuerza, fue que tuviera otra recaída. Inmediatamente, lo llevaron a la sala de quirófano. El Uzumaki sufría de un paro cardíaco y no conseguían devolverle la vida. Tsunade estaba de los nervios, no podía perder a Naruto, no ahora. No después de aquellos 3 años de profunda angustia por aquel equipo de shinobis que había salvado al mundo.

Y gracias a Kami-sama, Naruto respondió con sus latidos que seguía vivo. Sus constantes mejoraban considerablemente hasta acabar en un punto donde posiblemente despertaría. Tsunade lo llevó de vuelta a la habitación, bajo la atenta mirada de todos los presentes, que tenían pavor a perder al Uzumaki.

Al día siguiente, a media mañana, Naruto despertó. La adrenalina recorría su cuerpo, dándole un margen de movimiento que se disipó en cuanto se calmó un poco. Él fue el que detonó la duda en Kakashi sobre lo que había pasado en aquellos tres años. Pero Sakura y Sasuke querían saber más.

—Cuando Sasuke cayó en coma, yo estaba en la misión de buscar a Zetsu. Estaba tan dolido que mis sentimientos se disparataron y llegué hasta las 8 colas, poniendo en riesgo la vida de los akatsuki, de Rin y de Obito.

—¿Qué pasa con las 8 colas?—preguntó Sasuke, ya que nunca lo había visto.

—Se forma el esqueleto y los músculos de Kurama a tamaño real. Cuando Pain nos atacó, llegó a esa fase cuando casi mata a Hinata.

Sasuke asintió de acuerdo y dejaron a Naruto hablar.

—Después de eso, quedé inconsciente. Cuando desperté, estaba en el hospital y me obligaron a quedarme allí. Hablaba con Sasuke de vez en cuando, aunque sabía que no me escucharía, ni tampoco me contestaría... Aunque a veces me lo imaginaba diciendo: "Cállate, dobe"...

Sasuke se sorprendió al escuchar eso, más con el rostro melancólico de Naruto. Desde luego, el rubio se había tenido que sentir horrible... Recordó el momento en el que le confesó a su hermano que era del futuro. Él mismo había confesado que no podría soportar estar allí sin contarle a nadie por lo que estaba pasando, si se quedara solo en el pasado. Así que podía entender a Naruto en aquel momento cuando decía aquellas cosas.

—Los días en el hospital eran aburridos... aunque seguramente, si hubiera estado libre, estaría todo el día encerrado en casa. Mi madre y Kakashi venían a visitarme todos los días, e intentaban animarme pero... yo no podía centrarme en otra cosa que en terminar mi misión...

—¿Estuviste buscando a Zetsu hasta el final?

—Lo hubiese hecho si me hubieran permitido salir del hospital... Pero no. Me quedé allí... Hasta que cuando me decidí salir de la habitación para comer algo, vi a Mikoto-san, a Fugaku-san y a Itachi entrar corriendo al ala de maternidad... y supe que era el momento. Así que fui a despedirme de Sasuke y él murió. Luego... los días seguían pasando y yo cada vez estaba más cansado, sin embargo, no caí en coma. Yahiko, Nagato y Konan me dieron el pésame y se me ocurrió algo. Escapé del hospital... y si no fuera por Kakashi, me habría desmayado a mitad de camino hacia Amegakure y habría muerto allí. Pero no fue así y les dejé a Akatsuki la misión de crear la paz en el mundo shinobi y, si tenían la oportunidad, acabar con Zetsu.

—Les pusiste una carga enorme, Naruto—le reprochó Sakura.

—Lo sé... y les pedí perdón por ello. Pero ellos aceptaron y me alivió mucho porque sabía que eran las únicas personas a quienes debía dejar a cargo de mi misión.

Sasuke iba a hablar cuando escucharon un quejido en una de las camillas. Al ver que Hinata se estaba despertando, dejaron de hablar sobre el pasado. La Hyuga había despertado por fin y, al ver a Naruto, se sonrojó y salió como alma que lleva el diablo fuera de la habitación.

Naruto bufó mirando cómo la chica que quería huía de él. ¿Y si ya no quería estar con él? Entonces, Sakura y Sasuke lo devolvieron a la realidad, dejando sus pensamientos de lado.

—¿Y cómo se tomó Itachi mi muerte? ¿Y mis padres?—preguntó Sasuke.

—Bueno... Itachi estuvo días exigiéndote que despertaras, que él no decía en serio lo de odiarte... pero un día ya no vino más. Mikoto-san era la única que iba a verte, a veces acompañada de Fugaku-san. En el entierro, lo invité a unos dangos para ver si se animaba, pero parecía estar en su mundo. Y a partir de ahí ya no volví a hablar más con él. Según Mikoto-san, que vino a visitarme un día para ver cómo me encontraba, dijo que Itachi se pasaba todo el día fuera de casa y que probablemente estuviera entrenando. Que a veces miraba a su hermano con una profunda tristeza y se iba segundos después sin dirigirle la mirada.

Sasuke bajó la mirada. Tenía la intuición de que su hermano se había dado cuenta de quién era y eso en parte no le gustaba. Que lo recordara cada vez que veía a su hermano sería traumático.

—Al final aguanté despierto hasta el día de mi nacimiento. Zetsu atacó Konoha solo y consiguió sacar a Kurama de mi madre. Yo peleé con Zetsu y lo derroté. Kurama... decidió ayudarnos y dividió su chakra entre mi madre y el bebé... Pude verme a mí mismo y era muy feo, dattebayo...—sonrió con nostalgia—. Y bueno... al final morí después de despedirme.

—Entiendo...—susurró Sakura antes de que la puerta se abriera.

Un sonriente Sai pasaba a la habitación con 5 recipientes de ramen para llevar de Ichiraku ramen. A Naruto se le iluminaron los ojos, por lo que no pudieron evitar reír ante su cara. Pero el desconcierto de Sai, extrañó a los tres.

—¿Kakashi se ha ido? Había comprado uno para él también...

—No te preocupes Sai, puedes dármelo a mí—aseguró Naruto relamiéndose.

—Naruto, ahora tienes que comer equilibrado para la rehabilitación. Si te comes los dos platos, estarás tres días comiendo fruta y verdura—le regañó la pelirrosa, asustando al Uzumaki.

—Pero Sakura-chan...

—¡Nada de peros, Naruto!

—Hmp—sonrió ladinamente Sasuke—. Haz caso de Sakura, dobe. Si no, no te recuperarás nunca y podré derrotarte una y otra vez sin que tengas oportunidad.

—¿Ah, sí? ¡Pues entonces comeré fruta y verdura todo el mes si hace falta. ¡Te ganaré como me llamo Naruto Uzumaki, dattebayo!

Todos rieron y Sai los vio con una sonrisa... Esta vez con una verdadera. Echaba de menos a su equipo y esperaba que todos los demás recuperaran el ánimo que habían perdido después de que los tres cayeran en coma por aquellos tres años. Con una sonrisa, comenzó a comer de los fideos esperando que aquello no acabara nunca. Porque empezaba a descubrir los sentimientos, y sabía que aquello era un verdadero sentimiento de amistad.

Ellos no cambiaban a pesar de estar tanto tiempo en cama... y esperaba que nunca cambiaran.

****

FIN... Otra vez xD

Y bueno, jajaja. He hecho este extra/epílogo porque esta era mi idea principal para el epílogo. Como perdí mi primer papel de esquema, no recordaba lo que había puesto para el epílogo y por eso puse lo primero que se me ocurrió acorde a lo que tenía pensado hacer como final, explicando lo que todos esperaban saber. El Epílogo que publiqué iría dentro de ésta, antes de que Naruto le explicara a Sasuke y a Sakura lo que ocurrió en la otra dimensión después de que Sasuke cayera en coma.

Y gracias a un lector o lectora, que ahora no recuerdo el nombre, pero te doy las gracias, recordé lo que quería hacer. Y era poner desde el punto de vista de la dimensión real del equipo 7 cómo había sido el despertar de Sakura y el de Sasuke antes de que Naruto lo hiciera.

Y lo dejo por aquí para que lo leáis.

Eso es todo. Aquí se despide Luthien, ciao!

23-07-2018

Editado: 18-09-2018

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