Capítulo 5: Contra Jounins

6 meses después

Las cosas habían cambiado un tanto. En aquellos dos meses, el equipo 7 había hecho muchos avances. No sólo habían encontrado la forma perfecta de hacer nuevos jutsus con un solo brazo, sino que Sakura había encontrado la forma de crear dos prótesis a base de chakra para los brazos de sus compañeros. Los tres habían decidido que ellos se pondrían las prótesis para hacer los jutsus con normalidad, pero si se diera el caso de que la perdieran en el combate, tendrían la opción de seguir utilizando jutsus sin la necesidad de utilizar las dos manos.

Mientras la pelirrosa se dedicaba a crear las prótesis, Minato ayudaba a Naruto y a Sasuke con algunos consejos de combate mientras él entrenaba a su equipo. Obito y Rin habían dado la bienvenida a su grupo con alegría, sin embargo Kakashi no se fiaba ni un pelo de aquellos dos. No sólo tenían casi la edad de su sensei, sino que aquellos dos eran genin y parecían tener más poder que un jounin. ¿Y si eran espías? ¿Podrían ser enemigos infiltrados en la aldea para atacarla y destruirla? Decidió no decir nada por el momento, primero tenía que obtener pruebas de que verdaderamente eran espías enemigos.

El equipo 7, no sólo había conocido a Minato, Kushina y los tres alumnos del primero, sino que habían hecho amigos en varias partes de la aldea. Sorprendentemente, Sakura había conocido a la Tsunade de aquel tiempo y se habían llevado bastante bien, además de que ambas se habían ayudado entre sí para comprender algunas cosas. Tsunade Senju se había ofrecido como ayudante de Sakura al enterarse del proyecto de crear prótesis para ninjas tullidos.

Naruto había conocido a Jiraiya y, a pesar de que quería abrazarlo con todas sus fuerzas y regañarlo por haber sido tan insensato para ponerse en aquel peligro, tenía que actuar como si no se conocieran. Después de una intensa charla con el albino, recordó a Nagato. Quería hacer algo por él, intentar que Hanzo no lo traicionara y matara a su amigo. Sabía que por aquel entonces, ellos tenían una organización llamada Akatsuki en la que buscaban la paz por medio de la palabra, intentando calmar a las victimas de la Segunda Guerra Mundial Shinobi.

Por último, Sasuke daba paseos diarios por la aldea. Había sido tal su rutina que, desde el momento en el que el pequeño Itachi lo vio pasear cerca de su casa (N.A: El complejo Uchiha no está en las afueras aún, eso pasa después del ataque del Kyubi), se encontraban los dos muy de vez en cuando. La primera vez que Mikoto supo que Itachi salía corriendo de casa para hablar con aquel chico, regañó al pequeño por salir sin permiso, pero tal fue el motivo del pequeño por ir con Takeshi-san, que Mikoto cedió a que diera un paseo con él si eso lo alegraba. El pequeño sólo quería alegrar al chico para que no se sintiera triste al pensar en su familia perdida.

Así, aquellos seis meses habían pasado volando. Esto hizo pensar a Hiruzen y decidió que era hora de integrar a los chicos en la fuerza ninja de la aldea. Sabían que eran un gran potencial. Por ello, uno de aquellos días, los mandó llamar con urgencia, preparando tres bandas en la mesa. En cuanto el equipo 7 hizo presencia en la oficina del Hokage, Hiruzen les explicó el motivo de su llamada.

—Los he llamado por algo importante. Dado el motivo de que no he conseguido descubrir cómo devolveros a vuestra época, he decidido probar vuestras habilidades para saber en qué nivel estáis. He llamado a 3 jounin para que evalúen vuestras capacidades ninja en cada uno de los ámbitos, ninjutsu, genjutsu y taijutsu. Respectivamente, los jounin serán Minato Namikaze, Fugaku Uchiha y Hizashi Hyuga.

Los tres se sorprendieron por ello y esos asintieron, de acuerdo con la prueba. Sin embargo, Sasuke se sentía incómodo al tener que luchar con su padre. ¿Cómo podía utilizar el Sharingan? Y mucho menos el Mangekyo Sharingan, ya ni qué decir el Eterno. Pero prefirió decir nada. Si tenía que arriesgarse, lo haría; no por nada, el Sharingan era su arma más preciada y, sin duda, lo usaría.

Así, a las cinco de la tarde, los seis se reunieron en un campo de entrenamiento. Kushina, Mikoto e Itachi se encontraban allí como espectadores, al igual que Hiruzen Sarutobi. Aunque poco después, llegaron Kakashi, Obito y Rin, para ver luchar a su sensei.

Sandaime Hokage ya les había dicho que ambas partes lucharían como un equipo en un primer momento. Dependiendo de cómo fuera el combate, pelearían individualmente. Los dos grupos asintieron y, nada más dar la señal, ambos comenzaron la pelea.

Ciertamente, la pelea estaba reñida. Naruto había ido directamente a luchar contra su padre, formando un clon a su lado y despertando el modo sannin para crear un Rasenshuriken. La sorpresa del rubio mayor fue tanta que le fue difícil, por segundos, esquivar el Rasengan con su Hiraishin. Sin embargo, como Naruto ya conocía la técnica de su padre, cogío el kunai especial de su padre y, al tenerlo en frente, atacó con un Rasengan normal, sin darle tiempo a reaccionar. 

El pobre Minato salió despedido hasta chocar con uno de los árboles. Todos estaban sorprendidos por aquello. Sin hacer caso a los demás, Naruto fue a ver si Minato estaba bien. Había intentado no usar mucho chakra para no matarlo. Se sintió aliviado cuando el rubio mayor se levantó por su propia mano, secando un hilo de sangre que salía de su boca.

Mientras tanto, Sasuke había intentado ir hasta Hizashi para no toparse con su padre, pero Fugaku iba directamente hacia él con su Sharingan activado, esperando el momento en el que el joven lo mirara a los ojos para meterlo en un genjutsu y hacer un jutsu de fuego para dañarlo. Sin embargo, Sasuke sacó su katana de la funda y activó su Mangekyo Sharingan deshaciendo el genjutsu de Fugaku y cortando el aire con su katana para formar un camino dentro del fuego para atacarlo con un Chidori Nagashi en el momento de llegar al suelo e hincar su espada en la tierra. 

Fugaku acabó electrocutado por su ataque, aunque no se rindió y comenzó con el kenjutsu. Shurikens y kunais salieron de cada uno de ellos para atacar al otro. Sasuke saltó desde su espada y en una vuelta en el aire, ya boca abajo, lanzó los kunai hacia Fugaku, que los esquivó con dificultad. El pequeño Itachi veía con un brillo en sus ojos la pelea que tenían su padre y el chico, pensando que éste último era asombroso. Esperando que ninguno se diera cuenta de su Rinnegan, lo activó un momento para cambiar su posición con uno de sus kunai que estaban tras Fugaku e hizo los sellos necesarios para una gran bola de fuego que dio de lleno en la espalda de Fugaku, quemándolo.

Sakura había quedado finalmente con Hizashi Hyuga. Sabía que si entraba en  su territorio, muy posiblemente sería derrotada por su taijutsu. Por lo tanto, pensó en mantenerlo alejado de ella, chocando su puño contra el suelo y formar un cráter que llegara hasta él. Hizashi se sorprendió y saltó a un lado para no caer entre los trozos de piedra. Así, aprovechando la sorpresa del Hyuga, se acercó a este. 

Sin embargo, Hizashi se puso en posición rápidamente y esquivó los golpes que intentaba darle Sakura mientras él cerraba sus puntos de chakra. Pero ella bajó su chakra al mínimo, para luego, subirlo a tope para abrirlos a la fuerza bajo la sorprendida mirada del portador del Byakugan. Un puñetazo en su mejilla lo mandó a otro de los árboles, cerca de donde se encontraban Naruto y Minato. Por poco, Hizashi no queda inconsciente.

El equipo 7, al ver que habían ganado, sonrieron y chocaron sus palmas. Los espectadores estaban con la boca abierta, posiblemente les llegaba al suelo. ¿De dónde habían salido aquellos tres? Pero dejaron de pensar en ello cuando Sakura se dirigió a cada uno de los jounin para curarlos. Minutos después, Minato, Fugaku y Hizashi descansaban apoyados en los troncos de los árboles, mientras que los demás se encontraban a un lado bastante sorprendidos.

—Vaya. Esto es... alucinante, dattebane... Ellos son de los mejores jounin de toda Konoha... ¿Cómo han sido capaces de derrotarlos? ¿Cómo es que no los conocíamos? Prodigios así no se olvidan.

—Porque seguro que son espías—declaró Kakashi enfadado, intentando disimular su sorpresa y asombro—. Ellos no pueden ser de Konoha, seguro que han venido a atacar la aldea.

—¡No digas eso, Bakakashi! ¡Ellos son muy buenas personas, no los insultes!—le regañó Obito.

—Os están engañando, ellos son el enemigo. Y ahora que nos han mostrado sus habilidades, podemos ver que pueden destruir la aldea perfectamente.

Sasuke miró con fastidio al joven Kakashi y se acercó a él con el Sharingan activado. El peliplateado intentó no demostrar miedo, pero retrocedió al tener su cara demasiado cerca de la suya con su mirada intimidante.

—¿Por qué íbamos a enseñaros nuestras habilidades entonces? ¿Para que ideéis un plan para derrotarnos? Eso es un poco idiota, Kakashi. ¿Qué pasa? ¿Es que no quieres admitir que tú no eres el más prodigio? ¿No quieres admitir que hay gente más poderosa que tú?

—¡Takeshi-san! ¡Para, me está dando miedo!—le gritó el pequeño Itachi, asustado.

En cuanto Sasuke escuchó aquello no pudo evitar recordar el momento en el que él mismo le pedía a su hermano mayor Itachi que parara y que no siguiera atacando a los policía Uchihas que habían ido a su casa para informar de la muerte de Shisui-san. Conocía aquel sentimiento, así que desactivó el sharingan y miró de Itachi a Kakashi una vez.

—Lo siento...—declaró un poco conmovido aún por el recuerdo—. No volverá a ocurrir.

Así, caminó de vuelta a casa. Nadie pronunciaba ninguna palabra, porque no sabían qué decir. Tanto la pelea como el comportamiento del pelinegro los había dejado mudos a todos. Fugaku carraspeó entonces y miró a Minato y a Hiruzen algo enfadado. Seguía pensando porqué aquel chico tenía el Mangekyo Sharingan.

—¿Se puede saber por qué ese chico tiene el Sharingan? Que yo sepa no es del Clan Uchiha...

—Sí es Uchiha—habló Naruto con tristeza, mirando al lugar por donde se había marchado—, pero lleva fuera de la aldea mucho tiempo. Desde que su familia murió.

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