Capítulo 4: Itachi

En cuanto el ninja médico dictó el alta de los convalecientes, los cinco salieron del hospital. Minato quería hablar con Naruto, pero no sabía cómo. Todavía no creía que fuera padre en unos años, pero estaba alegre. Además, Naruto parecía buena gente y eso lo enorgullecía. Pensaba que lo habían criado bien, al menos él porque no sabía si Kushina seguía viva en la época de Naruto. Cuando vio que Kushina y Sakura hablaban tranquilamente, se decidió a parar a Naruto. Con sólo colocar su mano en el rubio menor, él paró extrañado.

Sasuke los vio y, sabiendo que Minato quería hablar con Naruto, siguió adelante dejándolos solos. Minato le agradeció con la mirada y luego volvió a su hijo. El menor no sabía muy bien qué pasaba cuando lo había parado, pero al ver que Sasuke los dejaba solos, entendió que Minato ya sabía que él era su hijo.

—Naruto...—habló Minato, sorprendiéndolo.

—¿Ya... ya lo sabes?—preguntó Naruto conmocionado.

—Tus compañeros me lo dijeron... Quería saber qué había pasado con Kushina y contigo... Supongo que no tenían ninguna buena excusa para decirme. Yo... no sé qué decir. Soy muy joven para que me digan que tengo un hijo—rió con nervios, pero se sorprendió cuando escuchó la risa del pequeño.

—No pasa nada, 'ttebayo. Háblame como si fuera una persona normal, así será más fácil.

Minato asintió con una sonrisa y comenzaron a caminar para no quedarse muy atrás. Los dos rubios caminaban mientras Naruto le contaba algunas cosas, sin mencionar asuntos que tuvieran que ver con su infancia solitaria o con la ausencia de sus padres. Aunque Minato no quería incomodar el momento, se había dado cuenta de ello tiempo antes. No quería destrozar aquel cálido ambiente que se había formado entre ellos.

Había escuchado cuando Naruto había ido a buscar a Sasuke, a pesar de que el Uchiha no quería. Le había contado de todos los amigos que tenía, sin especificar mucho en los detalles, de todas las cosas que habían hecho e historietas graciosas. Hasta que le dijo que llegó la guerra por culpa de un grupo de criminales.

—¿Y fue allí donde perdiste el brazo?—preguntó el mayor, preocupado.

—Bueno, no exactamente... Es un poco complicado de explicar. Pero la guerra ya había acabado cuando pasó esto, a pesar de ser horas después... Ojalá Sakura pueda encontrar una solución. Es algo difícil comer ramen con una sola mano, 'ttebayo...—bufó Naruto notablemente molesto, a lo que Minato rió un poco.

—¿Sólo te preocupa el ramen?—preguntó, pero antes de poder reaccionar, tanto Naruto como Kushina miraban a Minato con una ceja alzada.

La pelirroja, al ver que los rubios estaban demasiado atrasados, los esperó junto a Sakura y Sasuke. Pero al oír aquella horripilante pregunta, se acercó a Minato con molestia y se colocó al lado de Naruto, alzando una ceja.

—¡El ramen es sagrado, dattebane/dattebayo!—gritaron los dos a la vez, acercándose demasiado a la cara de un asustado Minato.

Minato vio entonces la gran similitud que tenían Kushina y Naruto, y sintió un profundo nudo en el estómago sólo de pensar en la posibilidad de que ella no estuviera viva en la época de Naruto. Intentó olvidar aquellos pensamientos y volvió a la situación, en la que él estaba con ambas palmas arriba, pidiendo perdón con timidez. Al ver a un lado, Sakura reía pero Sasuke había desviado la mirada, dirigiéndola al final de la calle. Minato enfocó un poco la vista y pudo ver a Mikoto e Itachi haciendo los recados.

Entonces supo que él los miraba con nostalgia. ¿Tenía alguna relación con ellos? Si Naruto y Sasuke tenían la misma edad... el rubio era su hijo, perfectamente el pelinegro era hijo de la pareja Uchiha. Decidió presentarlos, aunque fuera con sus nombres falsos.

—Mira, Kushina. Allí están Mikoto y Fugaku—le dijo a su novia con una sonrisa.

Al ver la reacción de Sasuke, supo que había dado en el clavo. Los cinco se acercaron a la familia Uchiha, a pesar de que el pelinegro se mostraba reacio a comunicarse. La pelirroja corrió hasta su amiga y la abrazó con fuerza, alertándola por la sorpresa.

—¡Kushina! ¡Aire, aire! ¡Que me ahogas!—gritó ella a pesar de que estaba riendo.

Fugaku y Minato reían con nervios, pero entonces el rubio interrumpió el saludo de las mujeres para presentar a los chicos. Nada más presentarlos, a pesar de la notable incomodidad del pequeño Uchiha, tanto Naruto como Sakura los saludaron con amabilidad, pero Sasuke desvió la mirada.

—Chicos, él es nuestro hijo Itachi—habló Mikoto con una sonrisa. Miró al niño, que llevaba un palito con dangos en la mano y lo incitó a saludarlos—. Vamos, Itachi. Di hola.

El pequeño Itachi dijo un hola rápido y se escondió tras las faldas de su madre. Naruto y Sakura sonrieron por la timidez de Itachi, aunque al recordar al poderoso y peligroso akatsuki que ellos habían conocido, supieron que mucho había tenido que pasar para que cambiara tanto.

Sasuke decidió alejarse un poco y se apoyó en la pared de enfrente a los puestos para dejar a los demás hablar. Había pasado tanto tiempo desde que los había visto que notaba un nudo en el estómago y los ojos aguados. No quería sentirse así, pero con solo mirarlos... Tan felices... Eran tan jóvenes, con tanta vida por delante, que maldijo de nuevo a Danzo por obligar a Itachi a acabar con su clan.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que el pequeño Itachi se había acercado a él. El niño se había dado cuenta de que el chico estaba muy triste y creía que se debía a que había perdido un brazo, igual que el chico rubio. Tiró de la camiseta del mayor preocupado y vio que el chico lo miró con sorpresa.

Sasuke, cuando vio a Itachi, se sorprendió. El niño llevaba aquella misma mochila a un lado y lo miraba con preocupación.

—Takeshi-san... ¿Está triste porque perdió el brazo?—le preguntó.

Sasuke miró a Itachi con una ceja alzada, pero al notar que se estaba preocupando por él, formó una sonrisa sincera y se agachó a la altura del niño.

—No, tranquilo... Es solo que perdí a mi familia hace mucho tiempo y me pongo nostálgico cuando veo a otras familias felices.

Itachi bajó la mirada triste por el chico, pero al ver sus dangos en la mano, sonrió. Miró a Sasuke y le ofreció los dangos. El mayor lo miró sorprendido, sabiendo que los dangos eran la comida favorita de su hermano.

—Te los regalo. Seguro que de lo buenos que están se te quita toda la tristeza, Takeshi-san—dijo con alegría.

Mientras tanto, los seis adultos que habían quedado en la otra parte del mercado miraban a los dos con una sonrisa. Itachi estaba haciendo sonreír a Sasuke. Cuando vieron que el pequeño le ofreció los dangos al mayor, Naruto y Sakura no pudieron creer que verían a Sasuke reír de aquella manera. Parecía tan feliz... Ambos chicos se miraron sorprendidos. Nunca lo habían visto reírse.

—Itachi-kun hace milagros—susurró Sakura.

—Ya ves, dattebayo...

Aun así, se alegraron por su amigo.

Sasuke reía por la inocencia de su hermano, pero aun así le agradecía la preocupación. Cogió el palillo de dangos con una sonrisa y miró al pequeño que tenía una tierna sonrisa en la cara.

—¿Estás seguro? Se ve que te gustan mucho...

—Sí, seguro.

—Está bien, gracias—los aceptó, a pesar de que no le gustara el dulce—. La próxima vez que nos veamos, te invitaré a una ración completa de dangos, ¿hecho?—dijo extendiendo su mano con un poco de dificultad para hacer el trato.

—¡Hecho!—dijo Itachi con brillo en sus ojos, correspondiendo la mano de Sasuke.

Sasuke sonrió de nuevo y se levantó dirigiéndose a los demás. Se sorprendió cuando Itachi lo cogió con cuidado de la camiseta, para no alejarse mucho, pero luego sonrió. Tomó uno de los dangos bajo la atenta mirada de sus compañeros y llegó junto a ellos. Itachi se separó de Sasuke para ir con Mikoto y sonrió mientras abrazaba la pierna de esta.

—Al parecer, Itachi-kun te ha alegrado un poco, dattebane—dijo Kushina.

—Sí...—admitió con una sonrisa, sorprendiendo a sus dos compañeros.

—Bueno, creo que tenemos que irnos—dijo Sakura llamando la atención de todos—. Makoto y Takeshi tienen que seguir entrenando hasta que consiga una solución para ellos. Yo también tengo que ir a trabajar...

Todos estuvieron de acuerdo y se despidieron unos de otros antes de marcharse cada uno por su lado. Finalmente, Sakura y los chicos se separaron para ir cada uno a su lugar de entrenamiento. Tanto Naruto como Sasuke con buena sensación, sobre todo este último, que estaba inmerso en sus pensamientos, pensando en cómo evitar la masacre del clan Uchiha. Ya estaba decidido, haría todo lo posible para que su hermano no se viera envuelto en aquella tragedia.

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Aquí el 4º capítulo de Viaje al Pasado. Me encanta el pequeño Itachi, por Yato-sama. ¡Es más tiernoo <3!

Para que lo sepáis, he dividido los capítulos para que sean de 1500 palabras aproximadamente cada uno. Así que, si veis que ya lo habéis leído, no os pille por sorpresa.



Editado: 16 de Septiembre

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