Capítulo 33: Entrenamiento

Buenas, gracias a las palabras que he ido reuniendo poco a poco durante todos estos días en mis cortos momentos libres, he conseguido escribir este capítulo. Yey! Así que... ¡A leer!

*****

El día había comenzado con un cielo soleado, todo lo contrario a cómo se sentían los dos miembros restantes del equipo 7. Sasuke había pasado la noche en la cama de Sakura, que aún mantenía su aroma después de tanto tiempo. No podía dejar de pensar en ella, en lo que había pasado y en lo que iba a pasar en un futuro con él y con Naruto; por lo que aquella mañana se sentía completamente cansado, sin ganas de levantarse y ni siquiera con hambre, aunque Naruto le insistiera a comer algo.

Ambos se habían arreglado para asistir al funeral, pero Sasuke se había negado a ir una y otra vez. No quería aceptar que Sakura había muerto, quería creer que había salido de misión. Al menos hasta que él muriera. Pero Naruto lo convenció, recordándole que Sakura quería que él lo superara y siguiera adelante. 

Naruto sabía y entendía que él probablemente era el pilar que sostenía mentalmente a Sasuke, por ello se sentía en la obligación de hacerse el fuerte, al menos por él. Lo veía tan destrozado que no podía evitar tenderle la mano para ayudarlo, de hacerle ver que no estaba solo. De camino al cementerio, notaba que Sasuke se tensaba de vez en cuando y sus ojos se aguaban. Era la primera vez en toda su vida que lo veía así y no se acostumbraba aún a ello.

Al llegar, sólo había unas pocas personas. Entre ellas, la familia Namikaze-Uzumaki, la familia Uchiha y el Equipo Minato, junto a varios compañeros del hospital que habían conseguido entablar una buena relación de amistad con la pelirrosa, como Tsunade y Kenta. Eran pocos, pero sabían que todos ellos habían acudido al funeral con el verdadero propósito de ir a despedirse de ella y no por postureo.

El funeral no fue muy largo, pero sí intenso. La gente se fue marchando poco a poco hasta que solo quedaron Naruto, Sasuke, Mikoto, Itachi, Kushina y Minato. La pelirroja abrazaba con fuerza a Naruto, que lloraba en su hombro; mientras que Mikoto e Itachi lo hacían con Sasuke. Minato observó la tumba de la pelirrosa con miedo.

Tsunade le había informado de todo y tenía miedo. Tenía miedo porque no entendía por qué tenían que morir y por el terror de tener que ver a su hijo morir frente a él. No quería llegar a eso. Cuando vio que Naruto se separa de Kushina para secar sus lágrimas, colocó la mano en su hombro haciéndole ver que estaba con él y que podía contarle todo lo que quisiera.

Naruto le mandó una mirada agradecida y desvió su mirada hasta Sasuke, que caminaba hasta la entrada del cementerio para irse. Iba a ir tras él cuando vio que el pequeño Itachi corría hasta quedar a su lado. Supo entonces, que Sasuke estaría en buenas manos, por lo que se despidió de los demás y caminó lentamente a casa, sin dejar de pensar en las teorías de Sakura.

Mientras, no muy lejos de allí, dos Uchihas se encontraban en silencio. El mayor secaba sus lágrimas aun sabiendo que el dolor de su corazón no se desvanecía, y el menor no sabía qué decirle para consolarlo.

—Takeshi-san...—lo llamó. Al ver que el mayor le ponía atención—. Usted quería mucho a Satsuki-san, ¿verdad?

Sasuke asintió intentando calmarse. Sabía que ponerse así habría sido completamente humillante si hubiera pasado años atrás. Dándose cuenta de lo mucho que había cambiado, estaba seguro que tiempo antes su orgullo le habría impedido llorar así frente a los demás.

—Ella era muy simpática... y muy guapa. ¿Por qué crees que haya enfermado? Parecía muy fuerte y con mucha vitalidad...

—No parecía, lo era... Más de lo que podrías llegar a imaginar. Se esforzó mucho para llegar hasta nosotros, porque cuando era pequeña era la más débil del equipo. Yo me fui de la aldea por mucho tiempo y al verla de nuevo, me sorprendió todo lo que había avanzado...—le contó e Itachi lo escuchó con atención y curiosidad—. Aún no puedo aceptar todo lo que está pasando, Itachi. Sé que está muerta, pero... no lo asimilo, no asimilo que no la volveré a ver...—dijo antes de esconder la cabeza entre sus brazos.

Ambos se quedaron en silencio durante un rato, hasta que Sasuke levantó la cabeza. Miró a Itachi, sabiendo que el pequeño estaba pensando cómo consolarlo, aunque no sabía cómo. Quería que alguien lo escuchara que no fuera Naruto, porque él también estaba muy afectado y se estaba haciendo el fuerte por él, así que sabía que su pequeño hermano era el mejor en aquel momento al que contarle lo que estaba sintiendo.

—Itachi...

—¿Hmm?

—Creo que eres la mejor persona ahora mismo a la que puedo confiar mis sentimientos, pero no sé si a ti te parece bien escuchar mis penas.

—¡No! ¡Sí! Es decir... No me importa escucharle. Si eso le hace sentir mejor, puede contarme lo que quiera. A veces es bueno soltarlo todo.

—¿Y si te cuento un secreto que no podrás contarle absolutamente a nadie por muy impactante que sea? Es posible que no me creas, pero... tiene mucho que ver con cómo me siento.

Itachi se sintió entonces mucho más intrigado por lo que tenía que decirle. Quizás no entendía mucho ciertas cosas, a pesar de considerarse una persona inteligente. Además de que tenía 5 años, la mayoría de los niños de su edad vivían completamente en su infancia. Sin pensarlo mucho más, él asintió seguro dejando que Sasuke le contara sobre aquello.

Pocos días después, ya comenzando nuevo mes, Sasuke decidió dejar de lamentarse. Estando de acuerdo con las teorías de Sakura, sabía que tenía que seguir adelante y aprovechar el tiempo que le quedaba. Quería terminar con el entrenamiento de su pequeño hermano cuanto antes para cercionarse que podía irse sin preocupaciones.

Cuando llegó a la mansión Uchiha y llamó a la puerta, Mikoto salió a recibirlo. Ya se notaba perfectamente un pequeño bulto en su vientre que la hacía cada vez más hermosa y radiante. Ella, al verlo, se sorprendió un poco, pero lo dejó pasar. Sasuke asintió agradecido y caminó hasta el salón.

—Puedes sentarte. Si vienes a por Itachi, él se fue con Shisui-kun a entrenar al bosque. Mi marido se fue a la Torre Hokage con Minato-san.

—Oh... Entiendo—comentó entendiendo que el pequeño no sabría sobre el entrenamiento—. Aun así, ¿cómo se encuentra?

—Muy bien. ¿Quieres algo para beber? ¿Has desayunado?—preguntó Mikoto al mismo tiempo que se dirigía a la cocina.

—Ya he desayunado, pero gracias—contestó dejando que ella trajera una taza de té para los dos. Cuando volvió, ambos se sentaron en la mesa y dieron un pequeño trago al té.

—¿Y tú? ¿Cómo estás? Llevo días sin saber de ti... Estaba preocupada.

Sasuke se mantuvo en silencio, pensando en qué decirle. Podría mentirle, pero siendo su madre, le era imposible. La quería demasiado para eso y le parecía una falta de educación.

—Yo... No estoy bien. Pero le prometí que seguiría adelante, así que lo haré. O al menos, lo intentaré...

—Hacíais una pareja preciosa, Takeshi-san. Me afectó mucho saber de su muerte y pensé en cómo te afectaría a ti. Me alegra saber que no te hundirás. Los Uchiha somos muy dados a caer en la oscuridad cuando perdemos a la persona que más amamos.

—Sí, lo sé por experiencia—habló tomando un trago más, recordando su pasado.

Mikoto lo miró preocupada y sintió cómo el joven luchaba por no caer en la oscuridad. Suspiró y miró a Sasuke beber rápidamente el té, antes de mirarla.

—Sólo quiero decirle una cosa...—empezó a hablar Sasuke, llamando la atención de Mikoto—. Si algo me pasara, quiero que le diga algo a Itachi.

—¿Qué cosa? Ni se te ocurra hacer ninguna locura...—se escandalizó por la seriedad del joven.

—No, no voy a hacer nada de eso—la tranquilizó—. Dígale que tenía que pasar y que... volverá a verme temprano. Que cuide de su pequeño hermano con amor y que no deje que el pequeño se enfade por no jugar con él.

—¿Tú también? Tanto tú como Itachi dicen que es un varón, yo creo que es una niña. Pero lo decís con tanta seguridad que me ponéis en duda.

Sasuke sonrió levemente y se dispuso a levantarse. Mikoto iba a imitarlo cuando Sasuke se lo impidió, poniendo la mano en su hombro.

—No hace falta que te levantes—le avisó con una sonrisa—. Y bueno, quiero darte las gracias por hacerme sentir todo este tiempo como si estuviera de nuevo en familia. Me recuerdas mucho a mi madre... y seguro que serás igual de fantástica que ella.

—Takeshi...—murmuró con inmensas ganas de llorar.

Sin esperar ni un segundo más, ambos se fundieron en un abrazo agradecidos. Sasuke se sintió completamente aliviado al darle aquel abrazo a su madre y posiblemente, lo había ayudado a salir un poco más de su pozo de oscuridad. Hecho esto, se separaron y Sasuke se marchó en busca de Itachi y Shisui para comentarle el próximo entrenamiento, aunque primero le haría un pequeño examen para ver su progreso.

Así, Abril fue progresando al igual que Konoha. La relación que mantenían Sasuke y la familia Uchiha se hacía cada vez más estrecha. El entrenamiento con Itachi había vuelto a comenzar, intentando olvidarse de todos sus problemas, pero esta vez se había sumado Shisui. Takeshi no mostró negación en cuanto a la propuesta, por lo que los entrenó a los dos. Vio que Shisui era un genio. Ya lo sabía, pero una cosa era saberlo y otra verlo en persona.

—Concentraros—dijo con paciencia al ver que no conseguían cambiar su chakra al elemental.

—Esto es muy difícil, Takeshi-san—habló Itachi con sudor en su frente y las manos doloridas.

—Lo sé. A mí me costó mucho hacerlo y eso que tenía ya los 12 años. Aun así, sé que vosotros tenéis más control de chakra que yo cuando era pequeño. Por eso os estoy dando este entrenamiento. No me importa cuánto tiempo esteis con ello, sé que lo legraréis.

Ambos pequeños se miraron sonriendo y empezaron de nuevo. Sasuke sonrió satisfecho y suspiró, pero segundos después un fuerte pinchazo en sus ojos lo hizo quejarse. Había sido lo suficientemente bajo como para que Itachi y Shisui no se enteraran, y lo prefirió así. Se dirigió a un árbol cercano y se sentó apoyándose en el tronco. Respiró hondo, intentando calmar el dolor que tenía y observó al dúo.

Shisui ya había conseguido crear una pequeña llama en sus dedos e Itachi había sacado a relucir su vena competitiva, intentando que también le saliera. Minutos después, pudo verse cómo las cinco llamas de sus dedos aparecían, haciéndolo sonreír. Pero comenzaron a crecer aún más, asustándolos, por lo que Sasuke se levantó rápidamente para ayudarlo.

—¡Concéntrate! ¡Controla tu chakra, Itachi!

—¡No puedo! ¡Está creciendo demasiado!

—¡Páralo!—gritó entonces el mayor acercándose a él y ordenando a Shisui que se alejara.

Itachi dejó de usar su chakra y notó cómo Sasuke cogía su brazo y lo rodeaba con el suyo propio. Una pequeña explosión se formó al momento dañando al mayor y el humo no dejaba ver nada. Itachi tosió por éste y notó cómo Sasuke se separaba de él aunque no lo veía. Un golpe seco se escuchó a su lado, preocupándolo. Nada más el humo se desvaneció, Itachi pudo ver a su maestro inconsciente en el suelo.

Shisui se acercó rápidamente, tomando las pulsaciones del mayor, y al ver que Itachi se había quedado en shock, lo sacudió preocupado.

—¡Itachi, reacciona! Takeshi-san sigue vivo... Voy a buscar ayuda, quédate aquí. ¿Entendido?—dijo Shisui con seguridad e Itachi asintió.

En cuanto se quedaron solos, Itachi se dejó caer de rodillas sin dejar de mirar al mayor y sus ojos comenzaron a aguarse.

—¡Takeshi-san...! ¡L-Lo siento!

*****

22-05-2018

Editado: 18-09-2018

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top