Capítulo 30: Pareja

Naruto se despertó aquella mañana bastante cansado. No sabía muy bien por qué, pero decidió ir al hospital para visitar a Sakura y también comentarle a Tsunade obaa-chan lo fatigado que se sentía. Todo parecía ir normal. Caminaba por las calles con tranquilidad, cuando al girar una esquina, chocó con alguien. Nada mas levantar la mirada, sintió sus ojos abrirse de par en par por la impresión. 

—¿Hinata?—preguntó algo sorprendido.

—N-Naruto-kun...—susurró la pelinegra ruborizada, antes de saltar a abrazarlo—. ¡No sabes cuánto te he echado de menos, Naruto-kun!

El rubio no pudo evitar abrazarla, tanto por no caerse como por reencontrarse con su amiga. No entendía qué hacía Hinata en aquel tiempo pero sintió una leve calidez que lo hizo sonreír. Desde hacía días no dejaba de pensar en la preciosa pareja que hacían Sasuke y Sakura, pero no imaginaba que él pudiera salir con nadie. Todos allí tenían 20 años más que él y lo veía raro.

Se había dado cuenta de que probablemente nunca regresaría a su tiempo y se cuestionaba si al final se quedaría solo. Sólo con ver a Hinata, aquella mentalidad salió a flote aunque también se mosqueó un poco. 

—Hinata, ¿qué haces aquí? ¿Cómo has llegado a este tiempo, 'ttebayo?—le preguntó.

—Eso no importa, Naruto-kun. Todos estamos muy preocupados, desde que no estáis quedamos muy afectados. T-Tenemos que regresar... todos te necesitan. ¡Y-Yo te n-necesito!

Naruto se ruborizó al escucharla y recordó aquella confesión que Hinata le dedicó en su lucha con Pain. En aquel momento se dio cuenta de muchas cosas. La Hyuga había demostrado varias veces su amor por el Uzumaki, y la confesión de su amor cuando ella lo protegía del akatsuki fue el detonante de todo.

—Hinata, yo...—empezó a decir tímido, pero la linda sonrisa de Hinata lo cortó. Ella había tomado sus manos con timidez, esperando una respuesta—. Quiero ir... quiero ir contigo, pero hay muchas cosas que hacer aquí. Tengo que terminar lo que he empezado, acabar con Zetsu. Sino, me arriesgo a que nuestro futuro sea horrible, 'ttebayo.

—E-Entonces, yo me quedaré contigo... S-Si quieres, c-claro.

—¡Por supuesto, dattebayo!—exclamó sonrojado. 

A cada momento sentía que la sonrisa de Hinata era lo más bonito que había visto en su vida. Acarició su mano, viéndola sonrojarse y rió un poco antes de escuchar que alguien lo llamaba. De un momento a otro, todo se oscureció para dar paso a un preocupado y molesto Sasuke sacudiéndolo con fuerza.

—¡Naruto! ¡Despierta de una vez!

—¿Ah? ¿Qué ocurre, 'ttebayo?—preguntó dándose cuenta de que el reencuentro con Hinata sólo había sido un sueño, haciéndolo molestar.

—Es Sakura...—habló Sasuke preocupando a Naruto—. Está en coma...

Aquello lo hizo olvidar completamente el sueño, para centrarse en sus amigos. ¿Tan mal estaba Sakura? ¿La perderían? Notó entonces que Sasuke tenía los ojos aguados, pero que evitaba llorar por todos los medios.

—Sasuke...—susurró antes de abrazarlo.

El Uchiha tardó en corresponder, pero al hacerlo no pudo evitar agarrar con fuerza la camiseta de su amigo en un intento por no dejar que las lágrimas se escaparan. Sin embargo, en cuanto Naruto le aseguró que llorar no era de débiles, Sasuke no pudo aguantar más y comenzó a llorar. Recordaba lo duro que había sido aceptar que su clan ya no estaba, que sus padres no estarían más para él, que su hermano se había ido para siempre por protegerlo... ahora no quería perder a la chica que amaba.

Naruto entendió entonces cómo se sentía. Ambos habían perdido seres queridos, pero sabía que a Sasuke le afectaba demasiado ese tema. Perder a alguien más para él sería su caída a un pozo muy profundo y notaba que ya estaba cayendo.

—Sasuke...—lo llamó con tristeza, separándose—. Sakura-chan no es tonta y me da que ella ya sabía de esto... ¿Te ha dicho algo que pueda ser importante? A lo mejor podemos hacer algo por ella, 'ttebayo.

—No me dijo nada... Sólo que estaba investigando algo muy importante que ocupaba casi todo su tiempo y que nos incluía a los dos. Tsunade tampoco ha querido decirme nada. 

—Entiendo...—dijo Naruto con una mueca, antes de mirar a Sasuke de reojo—. ¿A ti ha empezado a dolerte algo? Yo últimamente me siento más cansado..., pero no me duele nada.

—Hmp... el Rinnegan. A veces me escuece, así que lo dejo cerrado. Tampoco es que lo haya utilizado mucho últimamente.

—Quizás esos dolores son parte de la investigación, ¿no? Es decir, Sakura-chan se quejaba de dolores de cabeza antes de empezar con esa investigación que le ocupaba tanto tiempo. ¿Crees que tenga algo que ver?

Sasuke notó entonces que Naruto no era tan tonto como parecía. Él había llegado a la misma suposición, aunque con el actual estado de Sakura todos sus pensamientos se habían enfocado en el bienestar de la pelirrosa. Sí, aquellos dolores tenían algo que ver, sino Sakura no se habría vuelto tan pesada porque la informaran de eso.

Para responder a la pregunta del Uzumaki, asintió pensando lo mismo y se quedaron en silencio. Ambos estaban preocupados por Sakura y no sabían cuan grave era lo que ocurría.

—No sabemos lo que le ocurre a Sakura-chan, ni lo que nos ocurre a nosotros... Pero no entendemos, al menos yo, nada sobre ninjutsu médico, 'ttebayo; así que lo único que podemos hacer ahora es esperar y acompañar a Sakura-chan hasta que pase algo. Esperemos que nada malo...

—Hmp...—murmuró molesto antes de levantarse y dirigirse a la puerta. Antes de cerrarla tras él, Sasuke observó a Naruto y suspiró—. Ve al hospital, ahora tengo que hablar con Itachi. Su entrenamiento se pospondrá hasta nuevo aviso.

—De acuerdo...

La noticia llegó a los demás, que se vieron entristecidos por lo sucedido con Sakura. Todos le había cogido cariño y que le sucediera aquello no era normal. No después de haberla visto pelear, después de saber lo fuerte que ella era. Aun así, fueron a visitarla, encontrando a sus dos compañeros a su lado, todos los días. 

Kushina y Rin eran las que más se pasaban por allí, preocupadas por el estado de la pelirrosa. Luego, Mikoto e Itachi, que estaban tristes por saber que Sakura estaba muy mal y que eso afectaba a Sasuke. Itentaban hablar con él de cualquier  cosa con tal de que no pensara mucho en la situación de su compañera. También vinieron un par de veces Kakashi y Obito, para saber cómo estaba.

Uno de esos días, Kushina aprovechó la visita de Sakura para hacerse un chequeo. Desde hacía algunas semanas, había tenido náuseas y mareos que la asustaban. Acudió a Tsunade, ya que la consideraba como una madre para ella. Al conocer su diagnóstico, tanto Tsunade como Kushina se sorprendieron por la noticia. Kushina no asimilaba aún que iba a ser madre, aunque en un principio lo sospechaba.

Mientras que Tsunade se sentía angustiada. Si Kushina estaba embarazada, eso le afectaría a Naruto, pero él no había comentado nada sobre algún dolor. Apuntó el la fecha y comenzó un expediente para Naruto. Al fin estaban los tres. Justo cuando terminó de rellenar el informe, una cansada Rin apareció en su despacho.

—Tsunade-sama—la llamó y la rubia alzó la mirada para que hablara—. Bueno, hoy es el cumpleaños de Obito... y bueno, me preguntaba si podría salir ya. He terminado mi trabajo pendiente.

—Está bien, puedes irte.

—¿Me informaría si pasara algo con Satsuki-sensei?—preguntó preocupada.

Tsunade asintió de acuerdo y dejó que la Nohara saliera a divertirse. Rin era una de las enfermeras que se encargaban del cuidado de Sakura. Tsunade se preguntaba si haría bien en contarle las teorías de la pelirrosa y que la ayudara. Ya tenía acumulado demasiado estrés como para denegar aquella idea.

Rin corrió hasta la casa de Obito después de una rápida ducha. Llevaba su regalo bajo el brazo y temía que se le cayera por el camino de lo rápido que iba. Habían quedado a las seis y media y ya eran las siete. No quería que Obito pensara que no quería ir a su cumpleaños. Tocó a la puerta de su casa nada más llegar y esperó hasta que Asuma abrió la puerta. Él la dejó pasar y caminaron hasta el salón, donde todo estaba preparado con comida y los regalos a un lado.

Cuando Obito vio a Rin, cambió su sonrisa falsa por una de oreja a oreja. Ya empezaba a pensar que Rin no vendría a su fiesta, por lo que sabía que sin ella la fiesta no sería igual de divertida. La vio ruborizarse al conectar sus miradas, lo que le hizo reír divertido. Se acercó a ella y la saludó.

—Pensaba que no vendrías, Rin-chan.

—Bueno, es que tengo mucho trabajo en el hospital... Feliz cumpleaños, Obito—sonrió tendiéndole el regalo.

Obito lo cogió agradecido y lo abrió enfrente de todos. Era una fotografía enmarcada. Los dos saliendo de la Torre Hokage con los chalecos Chunnin y Obito abrazándola por el cuello con cariño. El Uchiha sonrió recordando aquel momento y miró a Rin, que esperaba una respuesta.

—Me encanta esta foto—sonrió, pero entonces se puso nervioso—. B-Bueno, yo quería preguntarte algo importante, y bueno...

Rin y Obito notaron que los demás habían desaparecido dejándolos solos, lo que les hizo ponerse aún más nerviosos. Obito carraspeó intentando mantener la compostura cuando observó a la castaña.

—E-Esto... bueno, hay algo que llevo mucho tiempo queriendo decir... pero entre mi desaparición y la situación de Satsuki-san, no he visto la ocasión. En el festival quise decírtelo, pero no me atreví y...

—¡Pero dilo ya, Obito!—dijo nerviosa.

—¡Me gustas, Rin! ¡Desde hace años! No sabía como decirte, pero me estoy arriesgando a que... a que no sientas lo mismo por mí y te alejes.

Rin tenía sus ojos abiertos de par en par, notando la sangre subir a su cara. ¿A Obito le gustaba ella? ¿Y cómo no se había dado cuenta? ¿Estaba correspondiendo a sus sentimientos? Sin pensarlo mucho, se acercó a él uniendo sus labios. Al principio, Obito se quedó paralizado, pero de inmediato siguió el beso de Rin lo más cuidadoso que pudo, sabiendo lo torpe que era.

Sólo la falta de aire pudo separarlos. Los dos estaban completamente rojos de la vergüenza y no sabían qué decir. Hasta que Obito suspiró, saltando de alegría en su interior y cogió la mano de Rin con delicadeza para mirarla a los ojos.

—Rin Nohara, ¿Quieres... quieres ser mi novia?—preguntó.

—¡Sí!—contestó alegre antes de volver a unir sus labios con el Uchiha.

Los demás chicos celebraban en silencio la nueva pareja que se había formado. Lo habían escuchado todo desde el exterior, mirando por la ventana. Desde ahí, cada uno siguió con sus tareas, dejando a la pareja en intimidad. Kakashi se marchó al cuartel ANBU con una sonrisa satisfecha. Al fin los dos habían confesado sus sentimientos. Se alegraba por ellos.

*****

Dedico el pequeño momento Naruhina a:

@VPAV1811 , @Agoss-Uzumaki , y @Kamila2214 . Porque me da pena dejarlas sin Naruhina. Aun así, os digo desde ya, que habrá un apartado Naruhina al final del libro. Al principio ni siquiera había pensado en hacerlo. Pero me habéis hecho recapacitar, porque es cierto que Naruto el pobre no tiene ni una sola pareja en toda la historia. Está muy solito y sabemos que Hinata es la destinada jajajaja

Que lo disfrutéis, espero que no seáis muy impacientes hasta el próximo momento Naruhina.

2-05-2018

Editado: 17-09-2018

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top