Capítulo 29: Puertas al Infierno

El mes pasó muy lentamente para el Equipo 7, sobre todo cuando Naruto supo por Sasuke que Sakura se encontraba mal y no quería decir el por qué. Además, Itachi le había pedido a Sasuke entrenar de nuevo y él no había podido negarse, así que había encargado a su rubio amigo que vigilara a la pelirrosa mientras tanto. Así, Naruto había vigilado constantemente a su amiga a no ser que estuviera trabajando en el hospital. El Uzumaki se había encargado de que Tsunade o Rin estuvieran con ella en todo momento.

Tsunade estaba muy preocupada por la pelirrosa, la cual estaba prácticamente agotada y sin fuerzas. Había revisado una y otra vez las teorías de su alumna y no sabía qué hacer. ¿Debía o no hacerle un tratamiento por si acaso? Era tan complicada aquella situación que ella misma se estresaba, pasándose de alcohol en algunas ocasiones.

Rin y Sakura trabajaban mientras tanto en la oficina. Tsunade le había pedido a la Nohara que la vigilara por si la pelirrosa se encontraba peor, así que había dejado a un lado las prácticas de enfermería para ayudar a su sensei con los papeles de su oficina. Ambas estaban muy ocupadas firmando y ordenando papeles que no les había dado tiempo siquiera de hablar. 

Rin notaba que Sakura suspiraba de vez en cuando y tiritaba por el frío que hacía en la habitación. Allí ni siquiera había un calentador para evitarlo así que las dos llevaban un par de abrigos polares para mantenerlas calentitas. Sakura se levantó en busca de más papeles y cogió una de las cajas de la estantería. Segundos después, perdió el conocimiento, dejando caer la caja y produciendo un doble golpe seco que alertó a Rin.

La pequeña se asustó al ver a su sensei desmayada y la sacudió un poco para ver si se recuperaba, pero no mostraba signos de hacerlo. Corrió fuera de la oficina, llamando a un par de médicos con urgencia y se llevaron a Sakura hasta quirófano. Mientras, Rin iba a avisar a Tsunade lo más deprisa que podía.

Terminado el entrenamiento, Sasuke caminó hasta el hospital quedando con Naruto en que él la iría a recoger. Pero además, sentía que había pasado algo malo y quería comprobarlo por sí mismo. Nada más llegar, se chocó con una preocupada Rin que salía del hospital a toda prisa. Al verlo, ella lo cogió del brazo preocupando a Sasuke y lo llevó hasta la oficina de Tsunade. La rubia rellenaba unos papeles con velocidad antes de levantar la mirada.

—Bien... ve a buscar a Makoto, Rin.

Ella asintió y volvió a salir mientras que Sasuke se acercaba golpeando la mesa furioso.

—¿¡Qué ha pasado!? ¿Satsuki está bien?—preguntó.

—Sakura... está bien—habló sorprendiendo a Sasuke—. Sí, sé todo eso del futuro y de que no os llamáis como decís. Pero eso no es lo que importa ahora. Hace una hora, Sakura colapsó. Me ha resultado muy difícil establecerla y me he dado cuenta de que su marca del Byakugou ha desaparecido por completo. Creo que eso tiene que ver con su empeoramiento.

—Ha desaparecido... ¿su Byakugou?—preguntó preocupado, sentándose al fin.

—Sí. Además, quiero avisarte del dolor de tus ojos. A pesar de que me sorprendió bastante que tuvieras el Rinnegan, me centré sobre todo en la molestia. Me dijiste que te dolía más el ojo izquierdo del Rinnegan que el derecho con el Mangekyou, ¿cierto?—Sasuke asintió sin saber a qué venía aquello—. ¿A qué edad lo obtuviste?

—A los 17 años, ¿por qué?

—Sólo quiero informarme. Sakura está haciendo una investigación conmigo, tanto de ella como de vosotros dos. Quiero ayudarla lo máximo que pueda y creo que entiendo a lo que ella quiere llegar. Sin embargo, no hablaré de esto con ninguno. Se lo prometí a ella.

—Si no puede decirlo, no esté informándome sobre ello y dándome más curiosidad. Me preocupa más saber si Sakura puede empeorar más de lo que está, si...

La puerta se abrió de golpe interrumpiendo a Sasuke. Un preocupado Naruto llegaba hasta ellos y miraba a Tsunade alterado.

—¿Cómo está Sakura-chan? ¿Está bien, 'ttebayo?—preguntó.

—Está bien. Ahora mismo sólo necesita un poco de reposo. Mañana os dejaré verla porque ahora está en observación. Y estamos en un hospital, Makoto-san, le pido que no haga mucho escándalo.

—L-Lo siento...—habló sentándose en la otra silla.

—Makoto, me gustaría que si en algún momento sientes algún dolor por mínimo que sea, avísame. Si puede ser, que no haya sido provocado en una misión—Naruto asintió repetidas veces y Tsunade suspiró—. Bien. Me da igual si se quedan aquí o en sus apartamentos. Si decidís quedaros aquí, hay un par de habitaciones con literas para los médicos que tienen turno de noche. Les diré que dejen una para vosotros.

Los dos agradecieron por ello y fueron a la sala de espera, algo decaídos. Ninguno habló durante un tiempo hasta que escucharon a un chico algo magullado hablando con una chica y asegurando que no podría ir a la fiesta de fin de año. Naruto observó a su amigo, que tenía una mirada de preocupación en su rostro.

—Sasuke—lo llamó y el Uchiha levantó su mirada hacia él—. Sakura está mal... ¿verdad?

—Hmp... Sé que ella es fuerte, pero... Tsunade me ha dicho que ha perdido su Byakugou, así que ya no sé qué pensar...

—¿Qué? ¿Cómo es eso?—preguntó impresionado.

—No lo sé...

Al día siguiente, Tsunade dejó pasar a los chicos al enterarse de que Sakura había despertado. La pelirrosa estaba muy pálida y casi no podía hablar, pero haría un esfuerzo para recuperarse. O al menos, parecer que estaba mejor. Los chicos la apoyaron, que era lo que ella necesitaba y eso Tsunade lo sabía.

Además, tanto Minato, como Kushina, la familia Uchiha y el equipo Minato fueron a visitarla, dándole ánimos para superarlo. Aquello hizo que Sakura se sintiera mejor al ver toda la gente que la quería. Esas eran las cosas que una persona quería tener para desear seguir adelante y vivir.

Pasó una semana, dando por finalizado el año. Aquel día era el festival y Sakura quería ir por cualquier medio. Tanto Tsunade como sus amigos le habían insistido en descansar, pero ella reprochaba que, por una vez que les pedía algo no se lo daban. Ella tenía la sensación de que no tendría fiesta por mucho tiempo, así que quería aprovechar ahora que se sentía mejor. 

Finalmente, Tsunade le pidió a Sasuke que la llevara del brazo y la cuidara en todo momento. Que no hiciera mucho esfuerzo ni tampoco estuviera muy cerca de los instrumentos, por si su dolor de cabeza volvía. Sasuke lo prometió aunque él seguía pensando que debería descansar. 

—¡Ven, vamos a ese juego!—dijo con una sonrisa—. ¡No! ¡Aquella de allí!

—Está bien, iremos a todos, pero con calma. Tsunade me ha dicho que no hagas mucho esfuerzo. No quiero que te pase nada, así que tienes que tranquilizarte.

Sakura lo miró ruborizada y asintió de acuerdo, rodeando su brazo. Los dos fueron pasando por cada atracción y carpa para ver los juegos y ver si podían conseguir algún premio. Sasuke pudo conseguir un oso de peluche rosa que Sakura había mirado con ternura. Al tenderlo hacia ella, los dos se sonrojaron y Sakura rió antes de besarlo agradecida.

—Es el mejor festival de mi vida. Te amo, Sasuke-kun.

—Hmp... Yo también te a-amo, Sakura—dijo ruborizado, cogiendo su mano y sacándola de toda aquella multitud.

Caminaban tranquilamente de vuelta al hospital, para que pudiera descansar. No se habían encontrado con nadie y eso fue porque Naruto se había encargado de que pasearan juntos ellos solos para tener una velada romántica.

Sasuke se dedicaba a cuidarla diariamente luego de tener una pequeña sesión de entrenamiento mañanero con Itachi, aunque siempre llegaba antes de que Sakura se despertara. Desde que se dio cuenta del dolor de sus ojos, notó que cada vez era mayor y eso le preocupó, más que nada, porque no le había ocurrido nada similar en aquellos dos años y medio que ya llevaban en aquel tiempo pasado.

Supo por Itachi que Mikoto ya estaba embarazada de él y eso, en cierto sentido, lo asustaba. ¿Verse a sí mismo? Sería demasiado raro. Aunque quería ver a su hermano Itachi cuidándolo. Agitó levemente su cabeza para olvidarse de aquello y se centró en su caminata hacia el hospital. 

Al llegar a la habitación de Sakura, vio cómo varios médicos entraban y salían de ella apurados. Parecía haberse quedado en shock al darse cuenta de que Sakura estaba peor de lo que creía. Intentaba por todos los medios saber qué había ocurrido, pero los médicos le insistían en que los dejaran trabajar. Asustado, se apoyó en la pared y cayó deslizándose por ella hasta quedar sentado en el suelo, sin saber qué hacer.

Tsunade llegó corriendo y entró en la habitación sin pararse a mirarlo. Los gritos de la rubia se oían desde fuera, manteniendo a Sasuke informado de lo que ocurría. ¿Perdería a Sakura? ¿Perdería a la única persona que le había dado amor sin prejuicios ni reproches? ¿Perdería a la mujer que amaba? Lo único que pensaba era que no quería perderla, no quería perder a nadie más. Si no, sentiría que moría.

Tiempo después, los médicos salieron, dejando a Tsunade dentro de la habitación con rostro serio. Llamó a Sasuke y este entró descubriendo los nuevos tubos que adornaban el brazo de su compañera y el respirador que habían colocado en su rostro demacrado. Sus ojos comenzaron a aguarse mientras se encontraba paralizado.

—Lo siento, pero...  Sakura ha caído en coma.

Aquellas palabras habían sido las puertas de entrada a un futuro infierno y Sasuke ya sospechaba muchas cosas. Ahora la pregunta era: ¿Por qué Sakura?

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25-04-2018

Editado: 17-09-2018

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