Capítulo 24: Nacer y morir
Varias semanas pasaron, cuando el Equipo 7 tuvo la oportunidad de salir de la aldea por una nueva misión. Gracias al consentimiento de Minato, Naruto, Sasuke y Sakura buscarían información o rastros del ya conocido Zetsu. Los tres se encontraban en el apartamento del equipo preparando la mochila para al menos algunas semanas.
Sasuke llevaba tanto la prenda que le había regalado Sakura como la capa de Mikoto y Fugaku. Aquellos dos regalos habían sido sin duda los más útiles de todos los que obtuvo, y no dejaría de utilizarlos. Sakura había dejado todos los archivos pendientes ya terminados para que, al volver no tuviera tanto trabajo pendiente, ademas de que había dejado a Tsunade sus trabajos y teorías por si se diera el caso de que tuvieran que utilizarlos en alguna ocasión mientras estuviera fuera. Y, por último y no menos importante, Naruto también había dejado a Kushina y a Rin una serie de pergaminos donde les explicaba cómo seguir entrenando con el chakra de los bijuu y que tuvieran cuidado con Danzo.
Los chicos y Kushina eran los únicos que se despedían de ellos, ya que era muy temprano y el Equipo Minato también tenía una misión. Cada grupo se fue por su lado, el Equipo 7 de nuevo a la guarida de Madara, donde habían visto por última vez a la masa de odio de la Diosa Conejo. Desde allí, intentarían rastrearlo e intentar encontrar información acerca de él, esperando encontrar algo.
Les duró una semana de viaje hasta llegar al norte del continente, en la que habían tenido algunos problemas con ninjas de Takigakure principalmente. Llegados a la guarida de Madara, Sasuke sintió un escalofrío al recordar su lucha con Madara. No le gustaba aquel lugar y esperaba no entrar allí muchas veces más. Naruto y Sakura admiraban el rastro de lucha que los Uchiha habían mantenido allí, y no pudieron evitar observar a su compañero con angustia.
—Naruto—habló Sasuke llamando su atención—. Tu modo bijuu podía rastrear el odio, ¿verdad?
—¡Oh! Es cierto, 'ttebayo—dijo mientras una capa amarilla y naranja de tonalidades brillantes lo rodeaba mostrando su transformación. Kurama por fin se ponía en accion, después de una temporada completa de aburrimiento.
El rubio miró en todas direcciones, pero sentía aquella maldad incrustada por todo el lugar. Aquella mala sensación lo hizo deshacer la técnica rápidamente, extrañando a sus compañeros. El rubio hizo una mueca y los miró molesto.
—Este lugar es todo odio. Tanto tiempo que llevan aquí ya tiene su energía pegada a las paredes, dattebayo... Salgamos fuera.
Sasuke y Sakura asintieron de acuerdo y salieron de la guarida, saltando hasta la superficie del barranco que daba paso a la cueva. Naruto volvió a activar el modo bijuu y encontró un pequeño camino que se adentraba en el suelo. Chasqueó la lengua, frustrado y volvió a deshacerlo.
—Nada. Hay un pequeño camino que llega hasta... aquí—habló caminando hasta el lugar donde desaparecía—. Si no recuerdo mal, era capaz de transportarse por la tierra, 'ttebayo.
Los tres mostraron una mueca de decepción, sin saber qué hacer. Entonces, cada uno se puso a pensar qué podía hacer ese mal bicho para seguir adelante con su plan. Hasta que Naruto abrió los ojos de par en par, sintiéndose idiota por no haberlo recordado antes. Les explicó a los chicos que Nagato tenía un par de Rinnegan y que con ellos podía revivir a Madara si se diera la oportunidad de que Zetsu lo manipulara. Como en la otra dimensión, Nagato había cedido por la muerte de Yahiko.
Los tres recogieron sus cosas y comenzaron a correr en dirección a la Aldea de la Lluvia lo más rápido posible. Naruto activó su modo sennin nada más traspasar los límites de Amegakure. Lo que más le sorprendió fue encontrar a Danzo Shimura entre un pequeño ejército de ninjas de Ame, y con el chakra de Konan. La historia de Nagato comenzó a producirse.
—¡Daos prisa, 'ttebayo!—gritó—. ¡Danzo está aquí!
La sola mención del líder de Raíz sorprendió a los otros dos, impulsándolos a seguir. Finalmente, llegaron a una zona rocosa con acantilados, donde Yahiko y Nagato se encontraban abajo, mientras Hanzo Salamandra, Danzo Shimura, Konan y el ejército de Ame en la parte superior del acantilado. Cuando Naruto vio que Hanzo lanzó un kunai en dirección a los chicos, se teletransportó con gran velocidad hasta ellos, parando el kunai con una de las colas de Kurama. Yahiko y Nagato estaban sorprendidos. ¿Qué hacía él allí?
—¿¡Makoto!?—gritó Yahiko—¿Q-Qué haces aquí?
—Vengo a salvaros. ¿Qué os dije de confiar en Hanzo Salamandra, 'ttebayo?—preguntó molesto mirándolos de reojo.
Los dos suspiraron desesperados y Naruto volvió a mirar a los otros ninjas. Sasuke y Sakura también llegaron, defendiendo a los dos. Entonces, Sasuke activó su Rinnegan y cambió las posiciones del kunai lanzado por Hanzo y Konan. Yahiko y Nagato socorrieron a la peliazul con preocupación, mientras el Equipo 7 se encargaba del resto.
Danzo los observó desde su sitio, con notable enfado. Susurró algo al oído del actual líder de Ame y éste mandó matarlos a todos. Sasuke se encargaría de Danzo. Afortunadamente, no tenía en su poder los sharingans con los que utilizó el Izanagi, así que sería aún más fácil acabar con él. Mientras tanto, los otros cinco, se pusieron a la defensiva para comenzar a luchar con sus respectivos jutsus. Fue prácticamente fácil acabar con el ejército de Hanzo para ellos. Ahora tenían que acabar con el líder, sin embargo, no estaba por ninguna parte.
—Maldición...—se quejó Yahiko.
Los otros cuatro miraron hacia atrás, observando cómo Hanzo hundía uno de sus kunai en la espalda de Yahiko. Nagato se quedó paralizado, al igual que Konan. Naruto fue a por Hanzo y Sakura se encargó de curar a Yahiko lo antes posible. El rubio peleó lo mejor que pudo con Hanzo, utilizando tanto el modo bijuu como el modo sennin, siempre buscando acabar con él. Finalmente, consiguió llegar hasta un lado de su abdomen. No pensó que sería un lugar mortal, así que se preparó para un siguiente movimiento. Sin embargo, un humo violáceo salío de la herida, llegando a las fosas nasales del rubio, que no se había movido aún.
Al romper la bolsa de veneno, Hanzo murió, pero Naruto tosía con fuerza intentando respirar. Sakura se preocupó por su compañero. Dejó a Konan a cargo de Yahiko, ya fuera de peligro, y corrió hasta Naruto. Había inhalado el veneno de Hanzo y tenía poco tiempo de vida. El modo bijuu se había desactivado, su cuerpo sudaba a mares e intentaba llenar de aire sus pulmones, pero no lo conseguía.
—¡Naruto! ¡Cálmate!—le pidió Sakura.
La pelirrosa sacó un frasquito con el mejor antídoto que había creado y se lo dio a tomar a Naruto, que lo tragó con dificultad. A los pocos segundos, las convulsiones pararon por el desmayo del Uzumaki. Sakura lo levantó como pudo y lo cargó a su espalda, mientras miraba hacia el borde del barranco viendo a Sasuke con el cadáver de Danzo bajo el brazo. Nagato hacía lo mismo con Yahiko, y Konan lo ayudaba.
—Nagato, Konan. ¿Tenéis algún lugar donde descansar o que podáis dejarnos?
—¡Por supuesto! En nuestra guarida de Akatsuki, allí hay espacio de sobra... Podéis estar allí el tiempo que necesitéis, por agradecimiento al habernos ayudado—contestó Konan algo angustiada y desesperada por que Yahiko despertara.
Los seis llegaron a la guarida de Akatsuki y Konan les preparó una habitación. A Yahiko lo dejaron en su habitación, descansando después de un rápido chequeo de Sakura, confirmando que estaba bien. Después, la pelirrosa se centró en Naruto, que aún no despertaba. Analizando su cuerpo en busca del veneno, recordó como lo había hecho cuando sacó el veneno de Kankuro y sacó de su bolsa los ingredientes necesarios. Rápidamente, preparó la mezcla y fue sacando el veneno del cuerpo mientras algunos miembros de Akatsuki lo sujetaban para que no pataleara o diera manotazos, ya que era un proceso doloroso.
Después de una hora, Naruto estaba libre de veneno y descansaba en la cama que les habían proporcionado. Sasuke se había encargado de atar, sellar y meter en un pergamino el cadáver de Danzo Shimura, así lo tendría completamente vigilado y confirmado que estaba muerto y ya no sería ninguna carga para nadie.
Acabado todo, el Equipo 7 se dispuso a descansar, teniendo en cuenta que en los próximos días se marcharían de vuelta a Konoha.
Mientras tanto, en los límites del País del Fuego, se desarrollaba una guerra entre tres de las grandes naciones ninja. Iwagakure, Kumogakure y Konohagakure. Varios escuadrones habían tenido que marchar para luchar en la guerra. El clan Uchiha era uno de ellos y el pequeño Itachi se vio envuelto en ella por medios de su padre Fugaku.
Itachi corría observando los cadáveres de los ninjas a su paso. Se asomó por un acantilado, viendo cómo batallaban. No quería ver aquello, no quería la guerra. Esperó a que terminara para poder bajar. Observó el paisaje sangriento cuando uno de los shinobi heridos pidió ayuda. Itachi corrió a socorrerlo. Era de Iwa, pero a él no le importaba, sólo le cedió un poco de agua fresca. Sin embargo, aquel ninja, nada mas ver su condición de shinobi, se dispuso a atacarlo.
El Uchiha actuó automáticamente, matándolo. A su lado, se encontraba Fugaku, observándolo e Itachi miró el cuerpo con desconcierto.
—¿Por qué este shinobi quería matarme, padre? No le había hecho nada...
—Porque es la guerra.
—La guerra...
—No es una lucha entre personas, sino entre países—habló el mayor—. Es por eso que personas que ni se conocen intentan matarse entre ellas.
—¿Tiene que ser así?—preguntó triste.
—Así es el mundo shinobi. ¿Entiendes, Itachi? No olvides nunca esta escena.
El pequeño Uchiha asintió, volviendo de nuevo a la Aldea con su padre. El funeral de los caídos se llevó a cabo sin la presencia del Equipo 7 ni Danzo, en el que Itachi tuvo la oportunidad de escuchar a Orochimaru. Él le había asegurado que la vida no tenía sentido, por lo que intentó suicidarse. Un cuervo lo alertó con su graznido y, gracias al entrenamiento que Takeshi-san le había impuesto, había conseguido sobrevivir después de dejarse caer por el acantilado. Ya en tierra firme, Itachi miró al cuervo con curiosidad.
—Supongo que nadie quiere morir.
Así, el pequeño Itachi se quedó con ese nudo en su interior. Nacer y morir.
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21-03-2018
Editado: 17-09-2018
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