Capítulo 21: Yondaime Hokage

Después de aquello, Naruto se centró más en el entrenamiento de Rin y Kushina que en su propio entrenamiento y la idea de seguir haciendo misiones para salir a por Zetsu. Por lo que Sakura y Sasuke se centraron también en sus asuntos, como seguir con sus investigaciones médicas y entrenar a Itachi, respectivamente. A pesar de todo, aún seguían en guerra y no había que emocionarse. Sin embargo, días después se celebró el cambio de Hokage. Todos los shinobi disponibles y los civiles acudieron a la celebración, incluso el Equipo 7. 

Naruto, Sasuke y Sakura se habían preparado para la ocasión y se dirigían entonces hacia la Torre Hokage. La gente abundaba en las calles con una sonrisa, esperando a saber quién sería el próximo Hokage. Entonces, vieron a un enorme grupo de gente con el logo del Clan Uchiha dirigiéndose a la Torre. Los tres quedaron sorprendidos. Naruto y Sakura al ver tanta gente con aquel logo sin estar acostumbrados, ya que los únicos que habían conocido desde pequeños eran Sasuke e Itachi. Mientras que Sasuke, se sentía nostálgico cuando recordaba aquellos años en los que el complejo de su clan seguía habitado, antes de la masacre. 

Sin perder más tiempo, siguieron su camino hasta la Torre Hokage. Ya allí, vieron que todos los shinobis estaban organizados por clanes, pero ellos se quedaron con los civiles. Minutos después de que todos se colocaran en sus puestos, Sandaime decidió comenzar con el nombramiento. Todos callaron, dando paso a las palabras de Hiruzen.

—Bienvenidos a todos. Hoy se celebra el cambio al próximo Hokage al que hoy cederé mi puesto. Yo, Hiruzen Sarutobi, Sandaime Hokage, dejo mi título para cederlo a una joven promesa. Quiero presentaros al Yondaime Hokage, ¡Minato Namikaze!

Todos aplaudieron mientras Minato se colocaba al lado de Hiruzen y el mayor le colocaba el símbolo del Hokage sobre su cabeza antes de que el rubio diera un paso al frente y saludara a la población sobre un gran aplauso y ovaciones de la aldea. Minato era el Hokage más joven de la historia y eso fue bien recibido por la mayor parte de los aldeanos, aunque había un pequeño grupo decidido a derrocar al Namikaze para quedarse con el puesto.

Naruto silbó, contento y orgulloso por su padre, imitando a algunos shinobi. Sin pensar que Minato era su padre, siempre había querido conocer al Cuarto Hokage, de quién había estado tan orgulloso desde que era un niño pequeño. Ver su celebración había sido lo mejor que le había pasado en la vida y en aquel momento estaba eufórico. Sakura y Sasuke lo miraban con una sonrisa, sabiendo que el rubio se lo estaba pasando de maravilla.

Momentos después, se encontraron con Kakashi y Rin, ya que Obito estaba con su clan. 

—Kakashi, Rin-chan—los saludó Naruto con una sonrisa, mientras los abrazaba.

—Kushina-san nos ha invitado a todos a la Barbacoa—informó Kakashi—, así que dentro de una hora, nos quiere allí sin falta.

Hora después, el Equipo Minato, el Equipo 7, la familia Uchiha y la familia Sarutobi acompañaban a Minato y a Kushina en la Barbacoa. Habían unido un par de mesas para caber todos, ya que Kushina había apurado en invitar a gente. Posiblemente también habría invitado a su amiga Hana, pero pensó que ya eran demasiados.

En la Barbacoa, las conversaciones se sucedían una tras otra. Hiruzen y Minato hablaban del puesto de Hokage, escuchados por Kushina, Biwako y Naruto. Éste último con la curiosidad de saber cualquier cosa sobre esto. Kakashi y Rin se dedicaban a poner nervioso a Asuma, insistiéndole al Sarutobi que pidiera salir a Kurenai Yuhi. Mientras que Fugaku hablaba con Sasuke, escuchado por el resto de los Uchiha presentes y Sakura.

—Es mucho trabajo, pero quiero acostumbrarme lo antes posible.

—Necesitas un consejero de confianza que te ayude a tomar decisiones, Minato. Piénsalo cuanto antes, así se te hará más fácil, créeme.

—Oh, y no descuides a tu mujer, Minato. Esa es una de las desventajas del Hokage. Dejas a tu familia de lado y no les prestáis atención.

—¿Ah? ¿Acaso yo hice eso, Biwako?

—Oh, y tanto. Noches sin llegar a casa, te perdiste muchas cosas de tus hijos por tener tu cargo.

Minato y Kushina reían nerviosos mientras escuchaban la divertida discusión que mantenían los mayores. Naruto rió al saber que Biwako lo decía más que nada para molestar. Aunque detrás de una broma, siempre hay un porcentaje de verdad.

—Seguro que Minato-san no hará eso, 'ttebayo. Quiere demasiado a Kushina-san como para arriesgarse a perderla.

El matrimonio Namikaze miró sorprendido a Naruto que levantaba su vaso con una sonrisa y se dispuso a beber. Minato y Kushina se sonrojaron por aquello, pero agradecieron a Naruto por aquello. Mientras tanto, Asuma se encontraba rojo como un tomate, escuchando a sus amigos.

—Venga, Asuma-kun. Se nota a leguas que te gusta, tienes que pedirle salir.

—P-Pero y si... a ella yo no...

—Asuma, de verdad pareces idiota. Hay que ser tonto para no darse cuenta de que Kurenai está pillada por ti. Hazlo y ya, no pienses en lo que pasará. No tienes nada que perder.

—Oh, sí lo tengo Kakashi. ¡Puedo perder su amistad y no quiero eso!

—Si así fuera, seguro que ella lo entendería y seguirían siendo amigos. Venga, Asuma-kun. Hacéis una hermosa pareja.

—¡No me presionéis!

Las risas de Kakashi y Rin no se hicieron esperar. En la otra punta de la mesa, Fugaku miraba fijamente a Sasuke mientras que el menor lo imitaba algo intimidado. No por nada era su padre. Mikoto e Itachi estaban un poco incómodos y comían con lentitud, al igual que Obito y Sakura que los miraban sin decir nada, a la espera de que dijeran algo. Finalmente, Fugaku decidió hablar.

—¿Qué te parece tener un apartamento en el Complejo Uchiha?—preguntó sorprendiendo a todos.

—¿Y-yo? P-Pero no soy...

—Eres Uchiha, ¿no? ¿Por qué no ibas a vivir con tu clan? Estás en tu pleno derecho. Es más, hay un pequeño apartamento individual cerca de mi casa. Así Itachi podrá ir con seguridad sin tener que estar acompañado de Mikoto.

Sasuke bajó la mirada y movió la carne de su plato pensativo. Itachi, a su lado, lo miraba expectante, queriendo que aceptara. Así podría ir cuantas veces quisiera y podrían entrenar hasta más tarde. Mikoto también miraba a Sasuke sabiendo que aquella decisión era muy difícil para el chico, o al menos eso parecía.

—Onegai, Takeshi-san...—pidió Itachi.

—Yo... lo haré con una condición—levantó la mirada con seguridad observando a Fugaku.

—¿Qué condición?

—Que pueda llevar a mis compañeros allí cuando quiera y que no tendré que casarme con alguien del clan obligatoriamente, si al final no puedo volver a mi hogar.

Fugaku entendió aquella referencia. Al saber que venían del futuro, él y Minato habían hablado varias veces sobre lo que pasaría con los chicos si se diera el caso de que volvieran a su tiempo. Pero ya habían pasado un año y medio y Sandaime no tenía ningún jutsu ni pista de cómo devolverlos.

—Entiendo. Bien, de acuerdo—habló Fugaku tendiéndole una mano. Sasuke la correspondió cerrando el trato.

Itachi se levantó abrazando a Sasuke del cuello y el Uchiha rió mientras intentaba que el pequeño no terminara ahogándolo por la fuerza que dedicaba. La comida se hizo una velada agradable para todos, sin excepción, pero se terminaba la fiesta y todos tenían que volver a sus quehaceres.

Naruto, Sakura y Sasuke volvieron a su apartamento en silencio. La nueva noticia sobre el traslado de Sasuke al Complejo Uchiha había dejado un poco descolocados a los tres. Sasuke estaba un poco sorprendido por la propuesta que le había hecho su padre, Sakura no sabía cómo iba a cambiar este cambio a la relación de ellos tres, puesto que, al estar separados, imaginaba que no estarían tan unidos como equipo, mientras que Naruto se intentaba asimilar que Sasuke viviría cerca de su familia y se alegraba por ello porque posiblemente eso le hiciera bien.

Al llegar, el Uchiha comenzó a preparar una pequeña mochila con sus pocas pertenencias mientras Naruto y Sakura lo miraban desde la puerta. Se les hacía raro verlo marchar, pero ambos pensaron que era un gran paso para Sasuke y querían que sirviera para que el Uchiha se sintiera más cómodo. Preparado el macuto, los tres salieron a dar un pequeño paseo.

—Bueno, Sasuke. ¿Qué te parece tu traslado, 'ttebayo?—preguntó Naruto curioso.

—Bien... supongo. Así Itachi y yo perderemos menos tiempo para ir al campo de entrenamiento. Es más un traslado estratégico y útil... no es por gusto. Además, la mayor parte del tiempo estaré revisando las notas de las misiones para encontrar a Zetsu...

—Oh... Sasuke—susurró Naruto más serio, parando delante del Uchiha—. En la guarida de Madara dijiste algo que no nos mencionaste, 'ttebayo... Sabes cuál te digo, ¿cierto?

—Hmp...—murmuró antes de seguir andando.

—No puedes hacerlo. Si no, nosotros somos los primeros sospechosos, ¿sabes?

—Me da igual. Ese hombre va a dar muchos problemas. Mejor quitárnoslo de encima antes de que empiece a empeorarlo todo.

—Pero Sasuke-kun...

—Me voy. Mañana tengo que levantarme temprano—dictaminó antes de darse media vuelta y volver por donde habían venido.

Naruto y Sakura lo observaron hasta que desapareció de su vista y luego intercambiaron miradas. Después de aquello estaban un poco preocupados por lo que pudiera hacer sin decirles nada. 

****

7-03-2018

Editado: 17-09-2018

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top