Capítulo 19: Operaciones
Tiempo después, Kushina reunió al equipo 7 y al Equipo Minato en su casa, dispuesta a dar una gran noticia. La pelirroja estaba esperando a que todos llegaran para darla pero, faltaba alguien que, a pesar de todo, no había aprendido la lección. Cuando el Uchiha llegó a la casa de su sensei, con la respiración entre cortada y las piernas doloridas de tanto correr, llamó al timbre dispuesto a entrar, pero no esperó un golpe en su cabeza por parte de Kakashi, que lo esperaba a un lado de la puerta para darle su merecido.
—¿Pero qué haces, Bakakashi?—habló el azabache molesto, mientras sobaba su cabeza con dolor.
—Por llegar tarde—respondió volviendo con Kushina, que estaba sentada en la mesa de la cocina acompañada de los demás.
Ambos compañeros entraron en la casa por fin y se acercaron a los allí reunidos. Kushina se alegró de que ya estuvieran todos y sonrió de oreja a oreja. La curiosidad ya tenía a todos expectantes, esperando con ansias lo que la Uzumaki tuviera que decir.
—Tengo una muy buena noticia—sonrió—. ¡Sarutobi-sama ha elegido a Minato como Cuarto Hokage, dattebane!
Los tres menores se sorprendieron por ello, pero los tres mayores sonrieron alegres de que pudieran ver la celebración del Yondaime Hokage, aunque Sasuke solo formaba una sonrisa ladeada. Naruto desvió la mirada, orgulloso de su padre, pero sintió un poco de envidia, ya que él ya no podría ser Hokage nunca. Aquel viaje al futuro había estropeado sus planes de futuro, pero se había dado cuenta de que cambiar su historia a mejor era ahora su nuevo futuro.
Entonces, el tan esperado nuevo Hokage llegó a su casa, con la sorpresa de encontrarse a todos allí. Todos lo felicitaron haciéndolo ruborizar, ya que aquello no se lo esperaba, aunque al mirar a Naruto con la expresión un poco nostálgica, se preocupó. Decidió que luego hablaría con él. Para celebrarlo, Kushina preparó una comida especial en la que ayudaron todos. Mientras algunos cocinaban y ayudaban, Minato separó a Naruto a un lado, dispuesto a hablar.
—¿Qué ocurre, 'ttebayo?—preguntó Naruto extrañado.
—Te he visto un poco decaído antes... ¿Qué tienes?
—Oh, no era nada, de veras...—rió tímido rascando su nuca.
—A mí no me engañas, Naruto. Tienes la misma expresión que Kushina cuando te preocupa algo, así que desembucha.
Naruto bufó nervioso, sintiéndose pillado y asintió de acuerdo pensando en qué decirle.
—Bueno... Cuando era pequeño, mi Hokage favorito era el Yondaime... Es decir, tú. Pero no sabía que eras mi padre, 'ttebayo. Mi sueño era ser Hokage para que todos me reconocieran, pero como estoy en el pasado y no sé si volveré alguna vez, no veo posible serlo—murmuró el rubio.
—Si te quedas aquí, puedo elegirte como el Godaime...
—¡No!—saltó Naruto alterado. Le hacía feliz la propuesta, pero no podía aceptarla—. El Godaime Hokage será Obito, 'ttebayo. Se está esforzando mucho para ello y de una forma u otra me recuerda a mí. Si él lo consigue, podría decirse que yo cumpliré mi sueño, así que estoy conforme—sonrió sorprendiendo a Minato.
El mayor estaba orgulloso de su hijo. Recordando lo que un día le dijo Kushina, supo que su deseo de que su hijo fuera igual que Obito se había cumplido. Minato abrazó a Naruto sin que este se lo esperara y el menor rió al corresponderle con fuerza, alegre de conocer a sus padres y que se llevaran tan bien. Los dos volvieron con los demás, que ya estaban reprochándoles que no estaban haciendo nada.
—¿Y cuándo será la ceremonia?—preguntó Sakura curiosa.
—Dentro de unas semanas, cuando podáis ir todos. Me he enterado de que Naruto y Obito se someterán a pruebas para el brazo y el ojo mañana, así que esperaremos a que estén recuperados para que puedan asistir.
—Pero no te preocupes por nosotros, Minato-sensei—habló Obito en negación—. Cuanto antes seas Hokage, mejor.
—Pero entonces no tendrás ninguna referencia para cuando te toque a ti, Obito-kun—comentó Kushina haciéndo sonrojar al Uchiha. Todos rieron por la reacción del menor y la pelirroja sonrió—. Venga, poned la mesa, que la comida ya está lista.
La comida fue entretenida, las conversaciones no se hicieron esperar y las risas inundaban la casa del que dentro de unas semanas sería el Yondaime Hokage.
A la mañana siguiente, Obito y Naruto se presentaron en el hospital, nerviosos por la intervención. Sakura los mandó llamar y dos enfermeras recepcionistas les dijeron la habitación a la que tenían que ir, puesto que la pelirrosa estaba ocupada con los preparativos de las operaciones. Los dos tragaron con fuerza y se dirigieron hacia allí con nervios y asustados por lo que les vendría. El primero en entrar sería Obito, que era el más complicado. Había conseguido un ojo normal al que había implantado células de Hashirama. Afortunadamente, el ojo había aceptado las células y estaba a modo de prueba para saber si el cuerpo de Obito conseguía asimilarlo.
Cuando llegaron a la habitación, Sakura les mandó que se tumbaran en las camillas. Comenzó entonces con el Uchiha. Le colocó las agujas en el antebrazo con los respectivos tubos e inyectó la anestesia para que comenzara a dormirse. Antes de terminar de quedarse dormido, escuchó a Naruto desearle suerte. Entonces, se llevó a Obito a la sala de operaciones que se encontraba justo al lado y comenzó con la intervención.
Mientras tanto, Naruto tarareaba algo aburrido en aquella camilla mientras observaba el brazo sintético que había delante suyo. ¿Aquel era su nuevo miembro? Se acercó a visualizarlo mejor y supo que su compañera era una completa genia. Sonrió por ello y volvió a tumbarse, entrando en su mente para hablar con su amigo Kurama.
El zorro le reprochaba que solo hablaba con él cuando estaba aburrido y Naruto intentaba por todos los medios que el bijuu lo perdonara. Sabía que lo hacía para molestarlo, pero se tomaba muy enserio que su compañero no lo odiara por aquello. Él era la persona/bijuu que escuchaba todos sus problemas y Kurama no podía hacer otra cosa que darle consejos y decirle lo que él haría, que, prácticamente, era matarlos a todos. Luego reía diciendo que era broma y pensaba en la decisión correcta.
En la sala de operaciones, la Haruno estaba inmersa completamente en insertar el ojo dentro y comprobar que no lo rechazara. Tenía que unir varios nervios y eso era complicado. A veces, le daba por pensar que Rin había actuado como toda una profesional cuando tuvo que insertar el Sharingan de Obito en el ojo de Kakashi. Terminada la media hora, se dio por concluida la operación, que había salido victoriosa. Sacaron a Obito y lo llevaron a la habitación, donde dos enfermeras ya le habían puesto la anestesia al Uzumaki, que ya estaba dormido. Lo llevaron a la sala y comenzaron de nuevo.
Con dos auxiliares que ayudaban a Sakura, la operación salió bien antes de la hora esperada. Dejaron a Naruto en la habitación para que descansara y el brazo se fuera uniendo poco a poco a la piel del rubio. Mientras tanto, ella iba a descansar un poco a la cafetería, donde un impaciente Sasuke tomaba un té algo apurado. Al ver a su compañera delante suya, se sobresaltó un poco, pero se repuso.
—¿Cómo ha ido?
—Con éxito ambas operaciones. Ahora solo queda esperar a que despierten. Obito tiene que estar un día de reposo hasta que le quitemos la venda y a Naruto le dejaremos una semana, aunque conociéndolo a él y a Kurama, seguramente será antes. En esa semana, probaremos su brazo para ver si funciona.
—¿Segura que no le quitará chakra como la anterior?—preguntó Sasuke preocupado.
—No. La diferencia, a parte de que una es de metal y la otra no, es que este brazo sintético no tiene porqué recibir chakra para funcionar. Si el cuerpo de Naruto lo asimila, será como si tuviera su propio brazo.
Sasuke asintió terminando de beber su té y vio que Sakura reía mirándolo.
—¿Qué ocurre?
—Nada. Solo me resulta gracioso ver cómo demuestras tus verdaderos sentimientos—comentó haciendo sonrojar y molestar al Uchiha, que se levantó yendo a pagar el té que había tomado.
Sakura lo esperó en la mesa y sintió cómo el Uchiha ponía su mano en la cabeza antes de seguir adelante. La pelirrosa se sonrojó por ello y salió detrás de él, viendo que se dirigía a la sala de espera. Allí estaban Kakashi y Rin, esperando por noticias. Al ver a Sakura, corrieron hacia ella, interrogante.
—¿Cómo está Obito-kun?—preguntó Rin preocupada.
—Reposando. La operación ha salido muy bien, ahora tenemos que esperar e investigar si puede ver o no.
—¿Podemos verlo?—habló Kakashi.
—No, aún no. Seguramente mañana los trasladaremos a una habitación normal. Ahora están en observación, ¿de acuerdo? Sed pacientes... Todos—habló mirando esta vez a Sasuke, que alzaba una ceja, molesto.
—Espero que todo vaya bien—sonrió Rin bajo la atenta mirada de los cuatro.
*****
21 de Febrero
Editado: 17-Septiembre-2018
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top