Capítulo 13: En busca de Obito

Dos días después, con el permiso del Tercer Hokage para salir de la aldea, el Equipo 7 se reunía en la puerta de la aldea con Minato, Kushina, Mikoto e Itachi. El pequeño, al saber que se iban de misión, le había pedido a su madre que fueran a saludarlos cuando se fueran. Minato también había ido a despedirlos y Kushina, al enterarse por medio del rubio que se irían, les quería pedir que tuvieran muchísimo cuidado. 

Perder a Obito había sido lo suficiente duro como para perder a alguien más. Rin llegaba corriendo, esperando llegar antes de que se fueran. La castaña y Sakura se habían hecho muy amigas, ya que Sakura la ayudaba con el ninjutsu médico en sus pruebas en el hospital. Las dos se fundieron en un fuerte abrazo, ya que no se verían al menos en dos semanas.

—Si todo va bien, estaremos aquí en dos semanas—habló la pelirrosa, aunque luego se puso seria—. Poned de fecha límite 3 semanas, por si acaso.

—¡No seas negativa, Satsuki-chan!—le regañó Naruto.

—Bueno, es para avisar. La misión es complicada...—se excusó Sakura con voz tímida.

—Si tenéis problemas, no dudéis en avisarnos como la última vez—pidió el Namikaze bastante serio—. Cualquier cosa, ¿de acuerdo?

—Bien—dijeron los tres con seriedad, despidiéndose de todos antes de marchar.

—¡Os quiero vivos a los tres, 'ttebane!—les gritó Kushina—. ¡Si no, os reviviré y os mataré yo luego!

La advertencia de Kushina había hecho reír a los tres integrantes del grupo, que ya se alejaban de la aldea. Sin esperar más, el Equipo 7 tomó rumbo a la Montaña Cementerio con rapidez y seriedad. Como había dicho Sakura, aquella misión era complicada y no sabrían con certeza cómo iba a transcurrir.

El viaje fue bastante pesado. Considerando que atravesaban una guerra y territorios en conflictos, se vieron envueltos en bastantes embrollos para poder cruzar las fronteras. No sólo habían luchado con los enemigos, sino que habían utilizado henge para pasar desapercibidos e incluso fingir que sólo eran comerciantes, tomando prestado un carromato, dos caballos y varias frutas de los árboles por los que habían pasado en el bosque.

Todo... para llegar a la Montaña Cementerio. Un lugar prácticamente solitario, rodeado de bosques por doquier y, sorprendentemente, por esqueletos animales de gran tamaño. Desde aquel momento, tenían que comenzar a actuar con astucia. Era un peligro enorme tener que enfrentarse a Madara solos, aunque tampoco sabían cómo lo iban a encontrar. Según sus recuerdos, era tan viejo que podría llegar a morir en cualquier momento.

—Naruto, Sakura, yo os guiaré. Mantened constante silencio, entraremos a mi señal.

—Hai—susurraron los dos al unísono.

Sasuke había activado su Mangekyo y el Rinnegan, mientras que Naruto hizo lo mismo con el modo sennin. Le había pedido a Kurama que bajara su chakra al mínimo, por si se diera el caso de que quisieran controlarlo. Sakura y Sasuke también habían disminuido su chakra al mínimo y los tres se disponían a entrar en aquella cueva. Naruto asentía cuando veía camino libre para entrar. Según su radio sensorial, había sólo dos personas en aquella cueva, lo que provocó que el rubio frunciera el ceño. Conocía perfectamente el chakra de los tres y sabía que, el que faltaba, era Zetsu.

¿Qué tenía planeado hacer ese asqueroso ser? Sasuke observó a su compañero, interrogante por saber qué es lo que lo tenía tan enfurecido. Volvió entonces a revisar el perímetro, buscando salidas de escape. Si existía alguna posibilidad de que saliera mal, toda salida posible sería una bendición en el caso de que tuvieran que huir.

Entonces, Sakura sintió un escalofrío. Al mirar hacia atrás, pudo ver a Zetsu con una sonrisa macabra. Sin dudarlo ni un segundo, activó su Byakugo, lo suficientemente rápido como para evitar una desgracia. Zetsu ya había travesado a la pelirrosa, que se quejaba por el dolor. Naruto y Sasuke gritaron su nombre preocupados, pero al ver que tenía su jutsu activado, pudieron aliviarse un poco, aunque la tensión no desaparecía.

Naruto atacó a Zetsu mientras Sakura se reponía y Sasuke llegaba por fin a la habitación donde un anciano Madara y un joven Obito descansaban. Mientras el mayor fruncía el ceño, observando con rabia los dojutsu de su contrincante, Obito parecía completamente sorprendido. ¿Qué hacían allí? ¿Qué estaba pasando? Quería levantarse, pero su parte zetsu aún no se había completado.

—Quédate quieto, Obito. Y mantente lo más alejado posible de la pelea.

—¿Pero por qué vais a pelear? El viejo me ha salvado la vida—le reprochó.

—El viejo, como tú le llamas, sólo quiere utilizarte como su peón del juego. Manipularte... Así que no confíes en...

Interrumpiéndolo, Naruto traspasó toda la sala hasta chocar contra la pared a un lado. Zetsu había conseguido darle un buen golpe en el torso, mándandolo lejos mientras él se dedicaba de nuevo a la pelirrosa, que aún estaba algo afectada por el anterior ataque.

—¡Makoto-niichan!—lo llamó preocupado pero Sasuke le ordenó que se quedara quieto con la palma de su mano hacia arriba.

Finalmente, Sakura y Sasuke se juntaron, viendo a Zetsu y Madara que los miraban con saña. El rubio intentaba incorporarse después del golpe.

—Vaya, vaya, vaya—repitió el Uchiha mayor—. Quién diría que alguien lograría encontrar mi guarida... Por lo que veo habéis venido a por el chico. ¿Cómo sabíais que estaba conmigo aquí? ¿No se supone que ya lo dan por muerto?

—Obito prometió que volvería a casa y así lo hará, 'ttebayo—dictaminó Naruto mientras se levantaba y caminaba hasta sus compañeros, protegiendo a Obito.

—Eso es lo que vosotros queréis, que vuelva. Pero no lo hará. Supongo que si estáis aquí es porque sabéis mis intenciones, ¿cierto? Entonces sabréis que, desde el mismo momento en el que salvé a Obito, lo convertí en mi... peón.

—¿De qué estáis hablando?—preguntó el menor, asustado.

—Cuando traje al niño Uchiha, le coloqué un sello de control. Él hará lo que yo quiera—sonrió ladinamente sobresaltando a Obito.

—No te saldrás con la tuya, Madara—habló Sasuke—. Si quieres un peón, tómame a mí, pero deja a Obito tranquilo.

Las palabras de Sasuke sorprendieron a Naruto y a Sakura. ¿Pero qué tonterías estaba diciendo? Naruto se colocó delante de su amigo y lo miró con el ceño fruncido.

—¿Qué estás haciendo, Sasuke? Este no era el plan, 'ttebayo. ¡El plan era llegar a la aldea todos juntos!

Mientras los dos chicos discutían, Madara y Zetsu se miraron divertidos. No sabían qué estaba pasando. Lo más sorprendente fue cuando Sasuke metió en un genjutsu a Naruto, dejándolo paralizado. Dentro de la mente del rubio, los dos compañeros seguían discutiendo.

—¿Pero qué haces?—le reprochó Naruto molesto.

—Sígueme la corriente, Naruto. Si al final me quedo, os daré pie para marcharos. Yo ya buscaré la manera de salir de aquí.

—Pero son muy peligrosos, 'ttebayo. No solo te quedas con Madara, también con Zetsu.

—¿Te crees que no lo sé, dobe? Sólo no sé el tiempo que me quedaré aquí, pero si Itachi te pregunta, dile que no se preocupe.

Naruto suspiró derrotado y asintió, intentando por todos los medios, buscarle una solución a esto. Asintió sin estar muy de acuerdo y Sasuke le dejó en el genjutsu, haciendo que se desvaneciera, hasta caer al suelo. Sakura fue a revisarlo y lo sacó del genjutsu rápidamente, mirando a Sasuke con sorpresa. El Uchiha caminó hacia delante y miró a los dos enemigos.

—¿Qué decís?—preguntó.

—¿Por qué quieres venir con nosotros, Uchiha?—preguntó Zetsu con el ceño fruncido.

—Leí la piedra del templo Uchiha. Me contaron lo que hiciste luego de leerla. Quiero saber el motivo y, si me convence, unirme a la causa. Quiero más poder, para vengarme. Vengarme de aquellas personas que mataron a mi familia.

—Venganza...—susurró Madara con una sonrisa.

—¡Sasuke, no lo hagas!—le gritó Sakura preocupada.

—¡Cállate! ¡Eres una molestia!

—¡No le hables así, 'ttebayo!

—He de decir... que la actuación es maravillosa—rió Madara falsamente—. Hubiera caído en tu plan si no fuera porque los proteges mucho...—susurró con notable enfado.

—¿Algún problema?—preguntó irritado—. Ellos son completamente independientes de mi deseo de venganza.

—¿Y a quién quieres matar para cobrar esa venganza tuya?—preguntó el mayor, intentando pillarlo por sorpresa, pero Sasuke se veía muy decidido.

—A Danzo Shimura, Homura Mitokado y Koharu Utatane—respondió.

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11-01-2018

Editado: 16-09-2018

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