Oh Mujer de cristal, fuiste el cielo, fuiste la más hermosa de mis ilusiones, y la razón de mis malos chistes.
Oh mujer de cristal, como te explico que entre versos que no nacieron te dibuje mil sonrisas y te soñé tantas veces, te pensé durante muchas horas.
Como te explico creé mil planes para encontrarte, y tracé otras mil rutas para buscarte, cree la manera de sentí el sabor de tus labios sin tenerlos, caminé hacia ti y te abrigué entre mis brazos, te cultivé como a jardín en primavera.
fue para mí tu sonrisa el paraíso,
fue para mi tu aroma el amanecer,
fue para mi tu mirada rayos de sol en invierno,
fueron para mi todos los caminos una posibilidad de seguir tus pasos,
Cuanto quise jugar con tu pelo como lo suele hacer el viento,
Y cuanto quise descubrir tu piel como descubre el tiempo la verdad,
Nunca entendí la fuerza de la distancia,
Ni cómo se nutrían las ganas de verte,
Nunca entendí cómo se transformaba en agonía el no tenerte.
Pero estoy seguro que al descubrir que ni el tiempo, ni la distancia, ni las personas, fueron el problema, sino que el problema fui yo, que nunca tuve el valor de amarte.