🌈 Caída del tercer arcoíris: Charity 🌈

Nobody gets it

I guess I'll always be an old soul

Zola Simone - Old Soul

Miro las estrellas sentada en la reposera del patio y recuerdo que cuando era pequeña mi padre solía animarme a pedirles deseos. Una vez argumenté que solo podía pedir uno si veía una estrella fugaz porque eso era lo que decían todos. Él negó con la cabeza.

«Pedirle un deseo a una estrella fugaz es igual que sentarse a esperar que aparezca una oportunidad; puede que se te pase la vida entera esperando. No debes hacer eso, sino desear de forma constante y crear tú misma las oportunidades todos los días. ¿Por qué te aferrarías a una chance cuando el cielo te muestra miles de millones de ellas?».

Lo obedecí hasta que conocí a Hugo y, cuando me convertí en madre, mis anhelos y necesidades se redujeron a esperar estrellas fugaces: ya no podía ser egoísta y pedir cosas para mí. Algunas veces ni siquiera podía pedir, solo dar incluso lo que no quería.

Aprieto el chal sobre mis hombros al oír el crujido de una puerta. Me giro esperando encontrar a Angus saliendo de la casa debido a una pesadilla, pero no hay nadie ahí.

—Lo siento —dice una voz.

La hija de los vecinos está de pie junto a la cerca con las manos escondidas en una sudadera que le queda demasiado grande. No creo que se disculpe por interrumpir mi tiempo a solas, sino por lo que pasó.

—También lo siento.

No veo la necesidad de explicar por qué. Ella tampoco.

Me pongo de pie y camino sin rumbo ni prisa por el patio, observando los puntos brillantes en el manto oscuro. ¿Qué les pediría si fuera niña otra vez?

—No tengo nada contra tu familia, Maxine. —Suspiro—. No son las personas, es este lugar y lo que me hace recordar.

Problemas económicos que desencadenaban en peleas. Infidelidades. Las sucias manos de Pips. Divorcio.

—¿Solías vivir en esta ciudad? —pregunta sorprendida.

—Fue hace mucho tiempo —digo con nostalgia y sacudo la cabeza para no pensar en la peor decisión que tomé en mi vida—. Nos mudamos cuando Raven era bebé.

No pregunta por qué regresamos, pero veo los signos de interrogación en la forma en que ladea la cabeza, así que le concedo una respuesta:

—Conseguí un puesto como secretaria donde pagan mejor que en mi antiguo trabajo, así que tuve que tomarlo. Mudarnos también ayudó porque la universidad en la que estudio a larga distancia queda más cerca para ir a rendir los exámenes presenciales. —Mencionarlo me recuerda que estoy atrasada con las unidades porque luego de la confrontación con Isabelle no pude hacer más que encerrarme a llorar como si tuviera quince años otra vez—. Y aunque tienen un padre, parece que crío a los niños sola. Mi ex es un... —Intento dar con un adjetivo mientras me apoyo en la cerca—. Hombre. Un hombre, pero de los... —Suspiro otra vez, sin saber qué decir.

—Un hombre. —Rueda los ojos—. Lo entiendo.

—No debería generalizar, sobre todo cuando tienes dos padres y yo tengo tres hijos varones. —Hago un ademán con la cabeza al cantero con flores—. Cuatro si contamos al topo.

Se echa a reír y reprimo una sonrisa. No recuerdo cuándo fue la última vez que me percibí graciosa. Debería sentirme mal por hacer humor a costa del género masculino, pero sé que Maxine entendió a lo que me refería: un hombre que no merece ser llamado hombre.

Su risa se desvanece cuando sopla la brisa, pero el brillo en sus ojos —iguales a los de Spike— se queda ahí.

—Eres divertida —susurra.

El comentario me enternece.

—Y tú eres una buena chica.

Resopla y se acomoda el cabello detrás de las orejas.

—Una buena chica no le daría tantos problemas a sus papás. Ellos sacrifican todo por mí y suelo pagárselos con segundos puestos en las competiciones de golf y novios problemáticos.

Frunzo el ceño.

—Suena que pones demasiada presión sobre ti acerca de cosas que no puedes controlar.

—Pero se supone que yo elijo cuánto me esfuerzo por ganar y con qué personas me relaciono, ¿verdad?

Es tan triste que una persona se sienta insuficiente cuando todos a su alrededor ven que tiene brillantez de sobra.

—El esfuerzo da resultados, pero no siempre son los que queremos. Eso no significa que sean malos. —Me encojo de hombros—. Y respecto a lo otro, ¿crees que habría elegido tener hijos con un hombre que ni siquiera se preocupa por verlos? No puedes atormentarte por no haber visto el mal que te causaría una persona solo porque estabas enfocada en todo el bien que te haría, Max.

Creo que tenemos muchas cosas en común: su miedo por decepcionar a sus padres con su futuro es el mismo que siento por decepcionar a mis hijos con lo que pueda darles, su temor por volver a equivocarse en el amor es el mismo que me retiene hace años de tener siquiera una cita.... Incluso nos parecemos un poco en el hecho de que tenemos insomnio y optamos por salir al jardín a pensar en lugar de hablar nuestros problemas con alguien más.

No sé si se cierra y se aísla tanto como yo, pero un poco debe hacerlo como para terminar aquí conmigo.

Inhalo hondo para tomar coraje y hacer una pregunta que no debería ponerme tan nerviosa como lo hace. Quiero demostrarle a ella y a su familia que no soy lo que Isabelle cree.

—Hace frío, ¿te gustaría entrar por una copa de...? —Me cubro la cara con una mano, qué tonta—. Un té. Lo siento, por un momento olvidé que eres menor de edad.

Ríe y asiente. Trepa la cerca y le tiendo una mano para ayudarla a bajar. Cuando sus pies vuelven a tierra firme no me suelta de inmediato.

Desde que llegamos nunca la vi con otra chica de su edad, ¿tendrá amigas? Yo sé que no las tengo.

Dios... ¿Qué estoy pensando? Mi potencial amiga tiene la edad de mi hijo, ¿es patético?

Cierro las puerta tras ella cuando entramos a la calidez de la cocina. Sus ojos se arrastran por el caos de libros, apuntes y resaltadores en la mesada, donde hay una botella abierta y una copa semivacía que ella llena por mí mientras pongo la pava al fuego. Esperamos en un silencio cómodo. Me alcanza el vino y se apoya contra la nevera, donde hay una foto de los niños y Hugo.

A veces no tengo idea de lo que estoy haciendo o de cómo seguir. Se supone que cuando te conviertes en adulto resolver problemas se hace más sencillo, pero creo que es al revés.

—Tengo dos padres increíbles, pero si la vida hubiera decidido darme una madre habría deseado que fuera una como tú —susurra ante lo que sea que ve en mis ojos—. Y no debes preocuparte por tus chicos. Ellos serán hombres de los buenos.

Doy un trago mientras analizo cómo observa la imagen de mi primogénito.

—Raven es especial —digo.

—Lo sé.

—Y guapo, pero no lo digo solo porque sea mi hijo. —Dejo la copa a un lado y preparo el té cuando la pava silba—. Aunque eso es lo que dicen todas las madres —reflexiono antes de echarle una mirada sobre mi hombro—. Y creo que le gustas. Se pone nervioso cada vez que los veo juntos o cuando Angus menciona tu nombre frente a mí.

Se cruza de brazos y observa sus zapatos. Sus mejillas se convierten en un par de manzanas.

—Puede que a mí también me guste —confiesa.

Le paso la taza y recojo el vino para brindar por eso.

—Entonces debería advertirte un par de cosas, como que usa sostén.

Sus cejas se disparan con sorpresa y sigo animada:

—Todos los años se compra uno. —Sonrío al recordar la primera vez que me pidió uno cuando tenía ocho años. Fue para ir a ver Los Minions—. Ya sabes que es un cinéfilo de primera. Pues le gusta ver las películas mientras come dulces, así que suele ponerse el sostén y meter las golosinas ahí para entrar comida de contrabando al cine.

Se tapa la boca para ocultar su sonrisa.

—Esta información vale oro, Charity.

Vamos al sofá y hablamos de tonterías entre risas por horas. La noche, de pronto, no se ve tan oscura y solitaria como imaginaba. 

🌈 ¡Hola, querido vecindario multicolor! 🌈 Acá les habla su mamá, CreativeToTheCore, ¿qué comieron de rico hoy? ¿Saben cocinar?

1. ¿Qué progreso ven en Charity y Maxine (individualmente) en comparación a los primeros capítulos? ¿Crees que Charity la quiera como nuera a la niña rica?

2. ¿Duermen en pijama, como su madre los trajo al mundo, mitad y mitad o con un saco de papas puesto?

¡Dejen sus buenos deseos que mañana don padre Santiago tiene una charla en la Feria del Libro de Buenos Aires!

Con todo el amor y la maldad del mundo, Sereniago les envía un abrazo. 🖤

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