VIII

La alerta de catástrofes comenzó a sonar, despertando a ambos.

Asustados voltearon a ver a todas direcciones y notaron que no había pasado nada, pero la alarma seguía sonando.

Una fuerte sensación de incomodidad los invadió, el corazón se les estrujó un poco en señal de que tenían un mal presentimiento.

No sabían que, pero algo iba a pasar.

....

Una fuerte tormenta estaba azotando todo Japón, el cielo oscuro y el diluvio cayendo no hacían más que imposibilitan la vista, había mucha niebla y apenas se podía ver a unos cuantos metros. La alarma comenzó a sonar otra vez, dando a la pareja un mal presentimiento.

Conforme los rayos caían más y más nightcrawlers se escondían en los edificios y casas, Izuku y Ochako estaban refugiándose en la terraza con techo de un hotel.

Les pareció incluso gracioso ver esa reacción de unas criaturas tan terroríficas, pero lo que no sabían era que....

NO LE TENÍAN MIEDO A LA TORMENTA.

....

La situación era cada vez más preocupante, las calles estaban vacías y la tormenta parecía no parar. Ellos ya debían regresar al pueblo y no podían, de hecho es como si se hiciera más fuerte con cada minuto que pasa.

Un mensaje les llegó al teléfono:

"Claman por ayuda, gritan desesperadamente tu nombre, pero no les hagas caso, ¡Cierra los ojos y no hagas caso! ¡NO LOS MIRES Y NO HUYAS! Quédate lo más quieto que puedas, no importa si te están persiguiendo.... TODOS LES TIENEN MIEDO."

No sabían quien les mandó eso, pero al acabar de leerlo sintieron como sus almas abandonaban su cuerpo, si incluso los nightcrawlers le temían era por algo.

Inmediatamente un grito desgarrador se escuchó en todo el lugar, gritaba lleno de desesperación por ayuda, una voz de ultratumba.

Cerraron los ojos al instante y se quedaron lo más quietos que pudieron, sus respiraciones se comenzaron a agitar, se sintieron llenos de terror.

Otro grito se escuchó, esta vez más fuerte.

Incluso escuchaban los bufidos aterrados de los nightcrawlers.

Luego de unos segundos los gritos pararon y las criaturas se tranquilizaron, supieron que estaban a salvo por ahora.

Otro mensaje llegó:

"Si una tormenta azota con fuerza, SON ELLOS, si quieren seguir vivos manténgase dentro de algún edificio y no salgan por nada en el mundo. Sólo salen durante las tormentas fuertes. Suerte enfrentándose a ellos."

Eso de alguna forma los tranquilizó un poco, a partir de ahora tendrían más cuidado.

La tormenta poco a poco bajo su intensidad hasta quedar como una ligera lluvia, agarraron sus cosas y partieron al pueblo.

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