Últimos minutos de vida

Sintieron un ruido fuerte.

— Ya vienen. — susurró Ryan, jadeando.

— Tengo miedo...

— Y tienes motivos.

— No quiero morir sin otro beso.

— Está bien.

Se abrazaron y se besaron, con mucha pasión, pues era literalmente la última vez que lo harían.

Escucharon que destruían una puerta. Se separaron, pero siguieron de la mano.

— Me alegro de haberte conocido, Ryan.

— Yo también, Diana.

Se abrazaron, esperando a que llegue la policía y abra la cortina.

Finalmente, llegó.

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