Escape
Después de este largo debate, Diana por fin aceptó la propuesta de su hermana y se levantó de su cama para realizar el plan de escape.
Las mellizas se tomaron de la mano y caminaron silenciosamente hasta la puerta de la habitación, con cuidado de no despertar a las otras chicas con las que compartían el dormitorio.
Después de un buen rato tratando de abrir la puerta sin hacer ruido, por fin lograron salir al pasillo principal, en donde se encontraban todos los feos dormitorios (salvo el de la dueña, Anetta Gassbek, que era el mejor y estaba en la planta alta). Pero ahora, llegaba la parte más difícil: escapar de la malvada dueña del orfanato. Ella estaba charlando con un extraño caballero que quería adoptar a las hermanas, Diana y Beatriz. ¡Qué suerte que iban a escaparse!
Justo unos minutos después de que las chicas salieron, Gassbek salió de la recepción para buscar unos papeles. A Diana se le congeló la sangre. Beatriz la abrazó para calmarla e inmediatamente se escondieron detrás de una silla. Al ver el movimiento, Gassbek se acomodó las gafas para ver mejor. No vio nada, así que no le prestó más atención. La oscuridad hacía casi invisibles a nuestras protagonistas.
Gassbek se quedó un buen rato buscando los papeles, pero los encontró y se fue, naturalmente. Tardó mucho pero tampoco podía tardarse un año.
Fue un momento sofocante y estremecedor, pero como casi todos para un soñador en un mundo sin sueños.
Al ver que Gassbek se fue, Di y Bea corrieron silenciosamente hasta la puerta de la entrada, pero, si había sido difícil que Gassbek no descubra que estaban fuera de su dormitorio ¡más difícil será que no las descubran sacando la llave y usándola para escapar! ¿Podrán lograrlo?
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