Capítulo 11
Elisa se apresuró a coger sus cosas del casillero evitando en todo momento encontrarse con Samantha y las otras. Cuando estaba acabando de cogerlas, la voz de Sophia la asustó y no pudo evitar pegar un grito.
- Te hemos estado buscando - dijo Sophia. Elisa cerró su casillero con malhumor y miró a su amiga – No iba en serio lo que ha dicho James. Suele ser así de impertinente
- ¿Y quién dice que lo que dicho no lo cumpla en algún momento? – dijo y se dio la vuelta para caminar hasta clase
- No digas eso – dijo Sophia colocándose a su lado – Sabes, el viernes iremos tu y yo al festival
- A ti no te gusta el festival
- Bueno, pero tú nunca has estado – dijo Sophia con una sonrisa – Podemos pasárnoslo bien
- No te molestes – le dijo Elisa – Ya tengo con quien ir – mintió
- Oh- las palabras de Elisa dejaron sin palabras a Sophia
Las dos amigas caminaron en silencio hasta clase mientras Elisa pensaba a quien podía proponerle que la acompañase al festival y solo se le venía a la cabeza una persona.
En la clase de Ciencias Sociales, Elisa decidió sentarse junto a Angelina y Karla, que se encontraban en la segunda fila. Sophia, por su parte, se sentó cuatro filas más atrás junto a Annya y los otros chicos que ya estaban todos colocados en la misma fila.
Elisa decidió no dirigirles la mirada y Angelina se acercó a ella.
- ¿Hiciste los deberes?
- Sí – dijo Elisa- ¿Quieres que los comparemos?
Mientras el profesor no llegaba, las dos chicas compararon los resultados y, para cuando llegó, ya habían corregido los fallos por lo que se presentaron voluntarias para corregirlos, llevándose una puntuación positiva por ello. El resto de la clase, estuvieron haciendo ejercicios del libro y Elisa aprovechó que había un bullicio general para hablarle a Angelina.
- Oye, ¿te gustaría venir conmigo al festival de otoño?
- Claro – dijo emocionada – Me encantaría. Podemos decirle a Karla que nos acompañe
- Vale
A Elisa no le importaba que Karla se uniera, le caía bien, aunque era un poco despistada y solía llegar tarde a clase continuamente. Karla asintió encantada y Elisa se sintió aliviada al tener con quien ir al festival.
Angelina y Elisa se despidieron de Karla y Angelina acompañó a Elisa hasta su coche mientras no comenzaba la última hora. Por el camino, le explicó que al comienzo del festival había un aburrido discurso que después daba paso a la apertura del recinto ferial y, un tiempo después, a los fuegos artificiales, los cuales no se quería perder.
Angelina le prometió que mañana, en clase de Ciencias Sociales, concretarían la hora y sitio de quedada.
Cuando llegó al rancho, se sorprendió al ver a su madre en los establos, cepillando a otro de los caballos. Su madre también se sorprendió al verla.
- ¿Qué haces aquí tan pronto? ¿Ya es la una?
- No mamá – dijo Elisa cogiendo las cosas de Gaso – Tengo una hora libre todos los miércoles a última hora
- ¿Y no deberías estar estudiando?
- Prefiero estar aquí – dijo con tono triste
Clara decidió no decirle nada a su hija y esta se lo agradeció en silencio porque sabía que si hablaba, aunque fuese solo una palabra, se pondría a llorar. Se concentró en cepillar a Gaso y cuando terminó, se dirigió a casa para comer.
El jueves en clase intentó evitar a Sophia y sus amigos y estuvo con Angelina y Karla. Incluso, se pasó el recreo en la Biblioteca y como era algo que no le gustaba especialmente, se pasó todo el tiempo pensando en cualquier cosa menos en los libros.
Varias horas después de entrenamiento con Gaso, Elisa vio a su madre acercarse hasta la pista exterior de saltos donde se encontraba preparando a Gaso para entrenar. Se bajó del caballo y se acercó a la verja llevándolo consigo.
- Elisa, ¿no será mejor que te pongas a estudiar algo?
- Aún no nos han puesto ningún examen, mamá – dijo Elisa colocando bien los estribos
- Estoy segura de que te pondrán uno pronto – la reprendió su madre.
Elisa rodó los ojos mientras metía el pie izquierdo en el estribo y se impulsaba sujetándose a la crin y al borren de la silla de montar.
- Te prometo que mañana me pondré. – Dijo subida al caballo – Hoy quiero practicar con Gaso los saltos
Su madre negó con la cabeza repetidas veces y se fue en dirección a las caballerizas.
El inicio del festival se veía reflejado en los estudiantes, que parecían más alegres que lo que acostumbraba a pasar los viernes, que ya de por si era una celebración que se acabaran las clases.
Elisa se sentó con Sophia y Karla. La clase de Ciencias empezó con un anuncio del profesor.
- Para el lunes que viene habrá examen – dijo el profesor ignorando las quejas de los estudiantes
- Gracias mamá – susurró Elisa
- ¿Le das las gracias a tu madre por tener examen? – preguntó Angelina intrigada
- Es una larga historia – dijo Elisa apuntando el examen en su agenda
- Este examen – continuo el profesor – No contará igual que el examen a final del semestre
- No le hagas caso – le dijo Karla inclinándose para ver mejor a Elisa – siempre dice eso pero al final cuenta igual que el final
- Nunca te fíes de lo que diga este hombre – dijo Angelina abriendo el libro
Elisa se quedó sola en el pasillo pues Angelina debía ir a la Biblioteca.Oyó como alguien se acercaba por su espalda y se giró para mirar. Sophia,cargada con libros, la miraba con una sonrisa.
Sophia, cargada con libros, la miraba con una sonrisa.
- ¿Vendrás con nosotros en el descanso?
Detrás de ella, Richard y Annya la miraban a la espera de una respuesta. Su mente le decía que no fuera a la biblioteca así que se encogió de hombros y oyó como Sophia daba un grito de alegría y tiraba de ella para llevársela hacia el exterior.
Para su suerte, nadie mencionó el festival de otoño y, cuando entraron en clase de Lengua y se encontró con Angelina, esta no le preguntó porque no había ido a la Biblioteca. Finalmente, decidieron que se encontrarían ya en la fiesta, a las 5 de la tarde.
Al llegar a casa y contarles sus planes, su padre le dijo que la llevaría al festival pues tenia que acercarse al centro a arreglar unos asuntos. Elisa pasó el resto de la tarde haciendo los deberes y se dio una larga ducha para después arreglarse. Decidió ponerse unos vaqueros y una blusa blanca con una chaqueta vaquera y unas botas negras.
Su padre la dejó antes de la hora acordada pero a Elisa no le importó. Cuando se bajó del coche y se despidió de su padre, no pudo evitar abrir los ojos como platos al ver el festival. Aunque la decoración era increíble y había un montón de puestos diferentes, el hecho de que la música no tuviera presencia era como quitarle el chocolate a un pastel de chocolate. Solo se escuchaban el bullicio de la gente y el ruido de las atracciones y casetas de juegos cuando alguien acertaba y se llevaba un premio.
A pesar de llegar antes, Angelina ya se encontraba allí y la saludó con la mano.
- ¿Qué ocurre? – preguntó Angelina al ver la expresión de su amiga
- Es...
- ¿Genial, verdad? – la interrumpió Angelina
Elisa no habría usado ese adjetivo para definir el festival pero no quería decirle que era la peor fiesta que veía en tiempo. En realidad aquello no parecía una fiesta sino una excusa para gastar y recaudar dinero, depende de a quien le preguntaras.
- Mira, ahí viene Karla.
Decidieron dar una vuelta por la fiesta y observarlo todo antes de decantarse que harían primero. Tras echar un vistazo a todo el festival, Elisa le sorprendió la cantidad de cosas que había y no le asombró que lo primero que quisieran hacer fuese subir a la noria. Desde allí , vieron Sebel de noche y a Elisa le pareció increible. Tras bajar, Elisa fue quien decidió que harían después así que les propusó que quería llevarse un peluche así que se dirigieron a la caseta de globos.
Elisa era buena jugando así que consiguió su premio a la primera. Karla y Angelina, por el contrario, necesitaron más intentos. Elisa se lo estaba pasando genial hasta que notó como el volumen de la fiesta había descendido considerablemente y se giró a mirar. Angelina y Karla ya habían encontrado la causa de ello. Al festival habían llegado tres personas. Una de ellas Elisa la conocía bien. Era Samantha y, a cada lado lo acompañaban una mujer y un hombre, vestidos elegantemente. La mujer llevaba su pelo rubio recogido y vestía un largo vestido con un abrigo marrón. El hombre, de pelo canoso, llevaba unos vaqueros con una chaqueta oscura. Todo el mundo se les quedó mirando y, cuando las tres personas volvieron a iniciar la marcha, todo el mundo volvió a lo que estaba haciendo, como si se tratase de un resorte.
- Ven, vamos – le indicó Angelina
- ¿Quiénes son eses? – Elisa sabía perfectamente quienes eran pero aun así formuló la pregunta
- Son los Riss – dijo Karla colocándose al lado de Elisa mientras caminaban en sentido contrario a Samantha y sus padres
- Vayamos a comer algo - dijo Angelina tirando de Elisa para caminar más rápido
El resto de la tarde pasó sin ningún percance extraño a lo ocurrido con los Riss y cuando Elisa llegó a casa estaba exhausta.
El resto del fin de semana, a pesar de que le apetecía volver al festival, tuvo que quedarse a trabajar en el rancho para compensar el fin de semana anterior.
- ¿No has ido aun al festival? – le preguntó ______ a Nolan mientras descargaban los fardos de paja del remolque
- No he tenido tiempo – dijo Nolan depositando en el suelo el tercer fardo.
Debían construir una pequeña torre con los fardos del camión. Elisa ayudaba a Nolan a sacarlos del remolque y depositarlos en el establo cerca de la pared. Nolan fue colocando los siguientes encima hasta que todos los fardos se colocaron en una montaña de tres pisos.
- Listo – dijo Nolan sacudiéndose los guantes que protegían sus manos.
Elisa se apartó el pelo empapado en sudor de la cara mientras miraba su pequeña obra de arte ranchero.
- ¿No vas un rato? - preguntó Nolan
- ¿Hablas en serio? Aun tendría que ducharme, arreglarme, coger el coche... - dijo mientras Nolan rodaba los ojos – Paso
- Eres una vaga – le dijo golpeándole la frente con el guante
- Oye – dijo Elisa mientras le mostraba su mejor de las sonrisas – Estoy segura de que trabajo más que muchas de las chicas de Sebél
- No lo pongo en duda – le dijo
- De todos modos, deberías salir más – le dijo Elisa
- ¿Ah sí? ¿Tengo ya cara de soltero joven y ranchero busca novia?
- Te llevaría la contraria pero por una vez tienes razón
Elisa volvió a casa para poder ducharse y disfrutar de su cena tranquilamente. Al día siguiente tenia clase y quería dormir largo y tendido.
Cuando se despertó al día siguiente, tuvo que darse prisa, pues cuando sonó el despertador, decidió que permanecer 10 minutos era una buena pero. Cuando despertó y se dio cuenta que habían sido 20, se maldijo varias veces. Bajó de dos en dos las escaleras y buscó las llaves del coche.
- ¿No piensas desayunar? – le dijo u madre desde la puerta de la cocina
- Llego tarde – dijo Elisa intentando ponerse la cazadora mientras cogía las llaves
- Espera, que te preparo algo rápido – dijo entrando en la cocina
- ¡Mamá! – protestó Elisa. Se abrochó la cazadora y entró en la cocina.
Su madre le estaba preparando una tostada.
- Llegó tarde – dijo impaciente
- Ya casi acabo – dijo untándola con mantequilla. – Ya está – dijo y Elisa la cogió con la boca
- ¡Elisa! – la regañó su madre
- Ad...ios ma...má – dijo Elisa entrecortadamente mientras corría hacia la puerta.
Llegó a clase de Ciencias justo atiempo. Se dejó caer pesadamente en la silla y se intentó peinar pues estaba segura de que su pelo estaba echo un desastre
- Es como si hubieses estado corriendo – le dijo Angelina, situada a su lado
- Algo así – dijo Elisa
Las tres primeras horas de clase pasaron con demasiada lentitud para Elisa. En el descanso, cuando se dirigía hacia el patio, Justin la detuvo en el pasillo.
- -Hola, ¿tienes un minuto?
- Claro – dijo Elisa
- El jueves Brais hace una fiesta en su casa. Podías venir y traer a una amiga o varias – dijo Justin incomodo
- Sí, claro
- Debes coger la carreta 640. Su casa no tiene perdida. Además, estoy seguro de que habrá bastantes coches aparcados por la carretera
- Bien, gracias por la invitación
- De nada. Espero verte. – Justin se alejó de Elisa y esta se le quedó mirando. Esta era la famosa fiesta de la que Samantha hablaba en el baño con sus amigas. Elisa tenia curiosidad por saber qué tipo de fiestas hacían en Sebél pero si iba, tendría que tener cuidado.
Cuando llegó el jueves, Elisa ya había decidido que iría al a fiesta junto a Angelina. Elisa le pidió a su padre el coche familiar blanco que usaban en los largos viajes. Recogió a Angelina en su casa y siguió las indicaciones de Justin. Como el había dicho, no fue difícil encontrar la casa pues montones de coches estaban aparcados en la carretera.
Cuando Elisa salió del coche, agradeció que la noche no fuera fría. Había decidido ponerse un vestido corto negro discreto y Angelina se decantó por un vestido corto dorado de lentejuelas. Cuando llegaron a la casa donde se celebraba la fiesta, a Elisa le sorprendió lo grande que era. Un pequeño jardín daba paso a un enorme hall donde ya varias personas bastante borrachas hablaban de cosas sin sentido. Entraron en la casa y se dirigieron al salón principal. Habían colocado luces de ambiente y los sofás estaban repletos de gente que charlaba con vasos en la mano. Una enorme puerta de cristal corredera llevaba al jardín principal donde una piscina enorme ocupaba gran parte del espacio. Varias chicas nadaban con la ropa puesta mientras los chicos les gritaban obscenidades y ellas los invitaban a unirse. En tres hamacas colocadas cerca de la piscina se encontraba Brais y a su lado Justin y otro chico que Elisa solo conocía de vista.
- ¿Quién es ese? – le preguntó Elisa
- Es Timothy – le dijo y cogió a Elisa del brazo – Ven, quiero beber algo – dijo y volvieron al interior de la casa.
Buscaron la cocina , una vez allí, descubrieron que la posibilidad de encontrar dos vasos limpios entre el desastre de botellas que allí había era imposible. Angelina decidió abrir los cajones y las puertas del armario, intentando buscar algo lo suficiente higiénico para beber. Elisa miró el salón donde algunas chicas le comían la boca a los chicos. Elisa no pudo evitar dar una arcada ante semejante escena. No le había dicho a Sophia que había decidido ir a la famosa fiesta de otoño. Estaba segura de que no la habría dejado ir.
- Solo era cuestión de buscar bien – le dijo Angelina entregándole dos vasos de cartón limpios – Ahora toca la bebida. ¿Quieres algo en especial?
- Me vale cualquier cosa
- Bien. Intentaré buscar una botella que esté cerrada - dijo volviendo a la cocina
Elisa volvió a mirar el ambiente del salón y vio como justo en aquel momento entraba Justin. Sus miradas se cruzaron y antes de que Elisa pudiera desaparecer, Justin ya se encontraba caminando hacia ella.
- Vaya, has venido. Estás muy guapa – dijo mirándola de arriba abajo
- Gracias –le dijo sonrojándose ante su descaro. Elisa notó que Justin ya había bebido bastante pues notaba como su aliento desprendía olor a alcohol- Ven, quiero enseñarte algo – dijo cogiéndola de la mano
- No es necesario – dijo Elisa intentando zafarse de su agarre pero él era bastante fuerte – Además, estoy esperando por alguien
- Solo será un momento – dijo y la llevó hacia la piscina.
Elisa vio como Justin la dirigía hacia las tumbonas y hacia Brais y Timothy. A su lado, y tumbadas en la tumbona que Justin había dejado libre se encontraban dos chicas que parecían encantadas con lo que ellos les contaban.
- Eh, Justin – le gritó Brais - ¿Quién es la chica que traes?
- Es Elisa – le dijo sin soltarla de la mano. Elisa se sentía incomoda
- Ah sí, la ranchera – las chicas se empezaron a reír y Elisa se juró que si no cerraban la boca, las tiraría a la piscina. - ¿Por qué no te sientas con nosotros?
- Es que tengo que buscar a mi amiga y tal vez nos vayamos...
- ¿Qué? ¿Por qué? – dijo Brais – Lo mejor de la fiesta aun está por llegar – las chicas volvieron a reír y Elisa le susurró a Justin
- Hablo en serio, tengo que buscar a Angelina
Justin la miró y asintió:
- Claro, luego te busco – le dijo y dejó que Elisa se marchase mientras Brais y Timothy protestaban pero Elisa decidió ignorar sus gritos.
Entró en la cocina y no vio a Angelina por ningún lado y comenzó a preocuparse. La buscó por el salón y el hall sin ningún resultado. La voz proyectada por un megáfono llamó la atención de todos y Elisa distinguió la voz de Brais.
- ¿Os lo estáis pasando bien? – los gritos de respuesta se escucharon por toda la casa – Pues lo mejor está por llegar. Ya nos hemos desecho de los intrusos y es hora de la diversión. Timothy, dale marcha a esta fiesta.
Ante la expresión de asombro de Elisa, la casa se llenó de música. La gente se puso a gritar como locos, a bailar y cantar a todos volumen. Pero a Elisa solo le preocupaba no encontrar a Angelina así que se hizo paso entre la gente que corría hacia la piscina y comenzó a llamar a Angelina.
- ¡Angelina! – gritó por encima de los gritos de la gente.
Para alivio de Elisa, vio cómo su amiga bajaba las escaleras con dos vasos en la mano.
- Por fin te encuentro – dijo Elisa llegando a su lado - ¿Dónde estabas?
- Encontré la bebida pero me dieron ganas de ir al baño. Así que subí al que había arriba y vi como echaban a varias personas de la fiesta. Fue horrible. ¿Y la música? No me gusta nada esto Elisa.
- A mi tampoco – le dijo – Es mejor que nos vayamos
- Sí – asintió Angelina cuando un montón de personas entraron a trompicones en la casa.
Angelina y Elisa tuvieron que apartarse para no ser pisoteadas y Elisa cogió, a uno de los chicos que corría, por el brazo y lo detuvo.
- ¿Qué ocurre?
- Es la policía. Yo de vosotras me largaba – les dijo mirándolas de arriba a abajo.
Elisa soltó al chico y ambas amigas se miraron. Angelina tiró los vasos llenos de bebida al suelo sin preocuparse y ambas corrieron hacia el jardín. Elisa miró el lugar donde estaban Brais y os demás. Este parecía alterado y enfadado y comenzó a gritar que pararan la música. Alguien chocó con Elisa y esta se giró para plantarle cara pero vio que se trataba de Justin.
- Debéis iros. Las dos. La policía está de camino
Algunas personas aun seguían en el jardín ajenas al peligro. Justin le señaló a Elisa un trozo de la verja que alguien había roto para escapar.
- Salid ahora por ahí antes de que la gente se enteré de lo que está pasando
Elisa asintió y cogió a Angelina por el brazo, la cual no había escuchado nada de la conversación. Ambas echaron a correr y cuando ya habían cruzado la verja, la música paró de sonar y los gritos de las personas comenzaron a escucharse con mayor intensidad mientras los coches de la policía se acercaban.
Angelina y Elisa corrieron campo a través y tuvieron que saltar un pequeño rio para poder llegar al coche. Por suerte, los coches de la policía no pasaban por ahí así que Elisa arrancó el coche lo más rápido que pudo y giró en dirección contraria a la fiesta. No se detuvo hasta estar lo suficientemente lejos y redujo la velocidad cuando llegó a casa de Angelina.
- Siento todo esto – se disculpó
- No te preocupes- Ha estado bien quitando lo de la policía pero en fin, estamos hablando de Brais. Estaba claro que iba a haber algo así
Elisa asintió y Angelina se despidió de ella. La joven llegó a casa y llegó a su habitación intentando hacer el menor ruido posible. Se quitó el vestido y tuvo que secar sus zapatos, completamente mojados, antes de irse a dormir. Si alguien hablaba de más y decía que ella y Angelina habían estado en la fiesta, estarían en un gran problema.
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