Prólogo
—Kaltos.
Kaltos...
—Hermano.
Saben de nosotros.
—Vinieron por mí.
No cierres los ojos. Te encontrarán.
—Kaltos...
Kaltos.
—Son peligrosos.
Están matándome.
—Kaltos... cuidado.
No cierres los ojos.
—No resisto más.
Me duele.
—Cuidado. Kaltos...
¡Cuidado!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top