Lo más difícil es decir adiós

Los múltiples flash me encandilan. Intento prestar atención a los gritos de la gente, a los periodistas que acechan el lugar y los paparazis que pululan alrededor del auto cuando entramos al estacionamiento. Mis padres, a pesar de su desaprobación, han sido muy comprensivos y me han consolado. No han dicho palabra acerca de lo ocurrido. Esperaba que me dijeran "así será tu vida ahora", "te lo dijimos", "deberían cortar por lo sano y terminar las cosas ahora", pero su silencio me conforta, porque a pesar de no aprobar mi relación, saben que estoy destruida, y sería como patearme en el suelo si dijeran palabra.

Tom se despide de mis padres, y me sorprende escuchar a mi madre decirle que lamenta que el tiempo haya sido tan corto y espera volver a verlo. Mi padre es más reservado, pero le entrega una sonrisa y me dejan ir con él a solas. Olivia ha arreglado las cosas para que los guardias del aeropuerto nos protejan y podamos ir en paz hacia la sala de embarque. Subimos por el ascensor en completo silencio, cogidos de las manos.

Durante la noche, al tener que dormir sola en mi cama, llore todo lo que podría llorar. Ya no tengo más lágrimas, me he quedado seca. Mejor así, no quiero hacer esto más difícil de lo que ya es. Cuando llegamos arriba, nos acercamos a recoger los pasajes y llevar su maleta. Caminamos hasta el lounge privado para esperar a que lo llamen a embarcar. Nos sentamos en el sillón, y me acurruco en él, abrazándolo por la cintura. El acaricia mi cabello y besa mi coronilla.

-Hablaremos todos los días. Sobrevivimos antes ¿recuerdas? Como seis meses-susurra.

-¿Y cuándo volveremos a vernos?-pregunto, temiendo su respuesta. El suspira.

-No lo sé.

Nos quedamos en silencio. Levanto mi cabeza y lo miro a los ojos. Los suyos están vidriosos, y se me parte el alma verlo así. ¿Por qué siempre todo lo bueno debe terminar? Estiro el cuello y lo beso con suavidad. Cierro mis ojos, y olvido por completo la situación actual. Teniendo a Tom junto a mí, todo lo demás me parece insignificante. Su boca se entreabre y subo mis manos para afirmar su cuello y profundizar el beso. Es un beso lento, y sé que significa: es un beso de despedida. El altoparlante suena y nos interrumpe. Escucho atenta, pero por suerte aun no llaman a su vuelo.

-Nos veremos antes de lo que crees, te lo prometo-me dice. Su mirada es intensa. Sonrío y asiento.

-¿Qué hay de Oxford?-pregunto.

-Te pondré en contacto con uno de los jefes de admisión para que veas que documentos enviar. Estoy seguro de que ganaras la beca-responde. Coloca su mano en mi mejilla.- No sabes cuánto me alegraría que estudiases allí.

-Seria increíble-digo sonriendo.

-Tal vez puedas venir conmigo a la premier de Avengers: infinity war.

-Tal vez-respondo, no del todo convencida.- Es difícil, porque estaré en clases.

Tom hace una mueca y desvía la mirada. El altoparlante vuelve a sonar, y mi corazón se rompe al escuchar que llaman su vuelo a Los Angeles. Nos levantamos del sillón y nos abrazamos. Nos separamos un poco y nos miramos a los ojos. Parece que fue ayer que lo vi por primera vez.

Siempre ocurre lo mismo, cuando estas feliz, el tiempo pasa en un abrir y cerrar de ojos. No me parece que hace solo unos días estaba con él en Londres, ni que me pidió ser su novia. Es casi irreal pensar que ahora, cuando salga de acá, seré acosada por la prensa y paparazis.

-Te amo-susurra Tom. Le sonrío con melancolía.

-Y yo a ti, Tom-le digo.

Nos acercamos y nuestras bocas se juntan. No tardo en sentir el agua salada en nuestras bocas, y no sé si son las mías o las suyas. Intento con todas mis fuerzas recordar este momento. El sabor de su boca, el olor de su piel, el calor de sus manos sobre mi cuerpo. Nos separamos y nos damos un último abrazo. Inhalo su aroma, hundiendo mi cabeza en su cuello. Vuelven a llamar por altoparlante su vuelo. Se aleja, me da un beso en la frente y me sonríe.

-Nos vemos-musita. Asiento con la cabeza, incapaz de hablar.

Sale por las puertas del lounge hacia las puertas de embarque. Me da una última mirada, y luego las puertas se cierran, dejándome sola en aquella habitación.

Salgo y camino a paso lento hasta el ascensor. No sé si hay guardias protegiéndome, si hay paparazis, si me gritan. No sé y no me importa. Subo al ascensor y aprieto el botón para bajar al estacionamiento. Me apoyo en la pared del fondo y comienzo a llorar.

Jamás pensé que me enamoraría de esta manera, ni menos de que alguien me correspondiera con la misma fuerza. Después de todo, los sueños si se hacen realidad, pero son sueños, y eventualmente debemos despertarnos y vivir en la realidad. Y mi realidad es que Tom y yo vinimos de mundos distintos. No me rendiré, luchare con uñas y dientes hasta que no me queden fuerzas para seguir con él, porque lo amo como jamás he amado a nadie, pero eso no significa que el camino no sea difícil. Esta será una de las mil dificultades que tendremos que enfrentar, y espero, con todo mi corazón, que salgamos victoriosos.

FIN

No me maten <3

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