La casa de los Holland
El departamento de Tom es espacioso, sus murallas están pintadas de un color crema, tiene piso de madera oscura. Al entrar, por la derecha está la cocina. La sala de estar está conectada con el comedor y la cocina, y se llega directamente desde la entrada. Tiene un gran sillón de cuero beige, una mesa de centro baja puesta sobre una gran alfombra blanca peluda, y en la pared contraria al sillón una gran pantalla plana. A la izquierda está el pasillo que da a tres puertas, y a la derecha, pasando la cocina y el comedor, esta otra puerta. Harrison, ya sin su disfraz, entra y abre los brazos mostrando la inmensidad del lugar. Me acerco a él y observo. No puedo creer que Tom viva solo en un lugar así, mientras que yo voy a vivir con mis padres por al menos los dos años que me quedan de carrera.
-Dejen sus maletas. Martin, al fondo a la derecha es la habitación de huéspedes-le dice, Martin se encamina hacia allá, seguido de Zendaya. Hazza me mira y me mueve las cejas, y yo lo miro como si estuviese loco.
-¿Dónde voy yo?-le pregunto.
-Bueno, Harrison por lo general esta acá y tiene una habitación junto a la mía, aunque también la usan a veces mis hermanos. Si quieres puedes quedarte ahí-me dice Tom rascándose la nuca.
-Veras, es que creo que me encantaría quedarme acá el tiempo que ______ este acá-dice Harrison con una clara voz fingida. Ya se a que venían esas cejitas, dios lo voy a matar.
-El sillón es bastante grande para que duermas-le digo con sorna. Harrison me mira con cara de pocos amigos.
-Hazza...-le dice Tom con tono amenazante. Harrison se encoje de hombros.
-Deja las cosas en mi habitación mientras-le dice Tom mirando a Harrison de manera asesina.- La puerta de al fondo por el pasillo.
La habitación de Tom tiene las paredes de color beige. Una gran cama, que debe ser incluso más grande que una matrimonial, esta al medio, con una colcha color azul marino. Frente a ella, otra pantalla plana aún más grande que la de la sala de estar se cierne contra la pared. Logro observar una cómoda en la pared junto a la televisión, y por la pared izquierda hay dos puertas, una entreabierta me deja ver que tiene baño propio. Me imagino que la otra debe ser walk in closet. Dejo mi maleta arrimada junto a la cómoda, y el bolso sobre esta. Quiero darme un baño, cambiarme de ropa y cepillarme los dientes. Me avergüenza que Tom me haya visto en estas condiciones, uno no puede salir decente de un viaje de trece horas en avión en el que con suerte has podido cepillarte los dientes, me siento sucia.
-¿Te gusta?-dice Tom a mis espaldas. Me volteo a verlo y le sonrió.
-Es muy lindo-le digo. Se acerca a mí y coloca sus manos en mis brazos, sonríe de oreja a oreja.
-¿Segura que no estas cansada?-pregunta.
-No, no estoy cansada, pero si me gustaría darme una ducha-le digo algo avergonzada. Me sonríe y coloca una mano en mi mejilla.
-Puedes usar mi baño, y no hay apuro, la casa de mis padres está muy cerca-me dice. me da un beso en la frente y sale de la habitación.
Siento como mi pecho va a explotar. Aun no puedo creer que este aquí, en el departamento de Tom, por bañarme en su ducha. Sacudo la cabeza, me acerco a poner pestillo a la puerta y luego abro mi bolso, buscando el neceser con mis implementos de aseo y mi toalla.
Me doy una ducha relajante, pero sin tomarme mi tiempo, no quiero aprovecharme. El agua caliente relaja mis músculos mientras me baño y me lavo el cabello. Una vez fuera, me envuelvo en una toalla el cuerpo y me coloco otra en el cabello. Me acerco al neceser, allí saco mi cepillo de dientes y la pasta. Me cepillo minuciosamente. Luego me coloco desodorante, y finalmente me pongo crema en mis piernas y brazos. Agradezco al cielo que se me haya ocurrido depilarme antes de venir, me gusta sentir lo suave que es mi piel cuando esta así. Una vez termino con eso, me dirijo a mi maleta y busco que ponerme. Hace frio, así que me decido por unos jeans oscuros y una camiseta/polera de manga larga amarilla con cuello redondo. Encima me colocare mi abrigo nuevo. Me visto, y luego voy nuevamente al baño para cepillar mi cabello y secarlo. Una vez lista, tomo las toallas y las coloco en el calentador de toallas que Tom tiene en su baño. Guardo mis cosas y busco mi bolso de maquillaje. Me encrespo las pestañas, me coloco mascara y luego bálsamo labial. Finalmente del pequeño joyero que llevo saco unos aros de perla y me coloco un anillo que mi abuela me dio antes de fallecer cuando era niña. Saco mi abrigo de la maleta junto con una bufanda café, y luego me pongo a buscar las botas largas cafés que me regalaron para navidad, sin tacón. Salgo con el abrigo en el brazo y mi cartera con mis documentos, dinero y pasaporte.
Siento voces en la sala de estar, me acerco y veo a Harrison con Tom en el sillón. Tom me mira y sonríe, y yo le sonrió de vuelta.
-¿Estas lista?-me pregunta, yo asiento con la cabeza.
-¿Y Martin?-pregunto.
-Se arregló mucho más rápido que tú y salió con Zendaya-me dijo Harrison sin siquiera mirarme.
Me quedo un poco sorprendida, pensé que nos iban a acompañar. Pero creo que tiene sentido que no vayan. Luego la mandare un mensaje, no llevamos ni una hora en Londres y me abandona, ¿Qué acaso no sabe que necesito apoyo moral para ir a la casa de Tom? Siento que los nervios me consumen y no podre comer nada de lo que hayan preparado.
-¿Vamos?-me pregunta Tom. Me muerdo el labio y miro al suelo.
-Vamos-digo suspirando.
Harrison se levanta del sillón, apaga el televisor y nos encaminamos a la salida.
Tom tenia razón, la casa de sus padres queda tan solo a unas cuadras, podríamos incluso haber caminado, pero supongo que con su fama y la lluvia no era muy buena idea. Nos aproximamos casi corriendo a la entrada de la casa, con Harrison sosteniendo un pequeño paraguas negro.
La casa tiene al menos dos pisos, es grande, hecha de ladrillos oscuros y con techo negro. Las ventanas tienen marco blanco, y la puerta es de color caoba. Tom saca su llave y abre rápidamente para dejarnos pasar.
-Llegamos-anuncia Tom. Me limpio los zapatos en el limpiapiés que tienen afuera de la puerta y entro.
Adentro hace bastante calor, me saco mi abrigo y desenrollo la bufanda de mi cuello. Tom los toma antes de que pueda decir algo y los deja en un perchero. Después se saca su chaqueta negra de gamuza y su bufanda, dejándolas también colgadas. Me ofrece su mano y caminamos por la entrada aproximándonos al fondo. Pasamos al lado de una puerta que deja entrever la cocina a la izquierda, mientras que a la derecha hay unas escaleras. En las paredes veo varias fotografías que no puedo observar bien. Al fondo está la sala de estar. Un gran sillón negro se cierne, atrás de este en la pared color canela hay dos grandes ventanas cuyas cortinas son azul marino, y entre estas, contra la pared, un gran librero. Frente al sillón hay una mesa de café de madera, que por debajo tiene una alfombra con intrincados de dibujos color vino tinto y beige. A la izquierda de la sala de estar, pasando por un arco, está el comedor con una gran mesa de madera oscura cubierta por un mantel anaranjado, y ocho sillas.
Sentado en el sillón se encuentra Paddy, que al verme salta y corre a abrazarme.
-¡______! Por fin, ha pasado mucho tiempo-me dice le revuelvo el cabello y le sonrió.
-Muchísimo. ¿Cómo has estado?-le pregunto, él me sonríe ampliamente.
-Bien, pero si me ha faltado mi enfermera personal-me dice, me rio y Tom se ríe por lo bajo.- ¿Es verdad que estarás acá tres semanas?-me pregunta entusiasmado.
-Si-le digo sonriendo.- Voy a estar contigo tanto tiempo que te vas a aburrir de mí.
-Tom dice que va a llevarte a...
-Paddy, es sorpresa-le interrumpe Tom. Ah sí, no me ha dicho exactamente que hay en nuestro súper itinerario, lo cual me tiene algo ansiosa.
-Perdón-dice Paddy cerrando la boca mientras mira a su hermano, luego me mira a mí y sonríe.- Lo vamos a pasar muy bien.
-Lo sé-le digo sonriéndole. Coge mi muñeca y me jala hacia la sala de estar.
-Aquí están los demás-me dice y allí veo a los gemelos.
-Hola ______, que gusto volver a verte-me dice Harry y se acerca a abrazarme.
-Hola-le digo. Harry me suelta y Sam se acerca a abrazarme.
-Tom no ha dejado de hablar de que venias desde que le dijiste-me dice mientras me abraza. Me rio algo nerviosa.
-Nos tenía aburridos-dice Harry. Sam me suelta y me sonríe. Yo miro el suelo avergonzada.
-Hola mamá-siento que Tom dice a mis espaldas. Me volteo y veo a Nicola saludando a su hijo. Me acerco tímidamente.
-Hola ______, que gusto volver a verte-me dice con una sonrisa y se acerca a abrazarme.
-Hola señora Holland-le digo sonriéndole de vuelta. Me suelta pero sus manos quedan sobre mis brazos.
-Llámame Nikki-me dice, le sonrió y asiento. Se aleja para quedarse junto a Tom y Dominic se acerca a mí.
-Hola ¿Qué tal el viaje?-me dice abrazándome.
-Hola señor Holland. Muy bien, gracias por preguntar-le digo.
-Dominic-me dice él, asiento con la cabeza.
Los nervios me carcomen, pero menos que la primera vez que los conocí. Paddy me hace sentarme a su lado en el sillón mientras esperamos que la cena este lista. Debido al cambio de horario, aquí son casi las seis de la tarde.
-¿Juguemos cartas?-me pregunta Paddy.
-Claro, pero te advierto que no conozco muchos juegos de carta-le digo. Sam y Harry se sientan en el suelo frente a nosotros, con la mesa de café en medio, y Tom se sienta junto a mí.
Jugamos cartas, yo sin entender mucho el juego, pero Tom se ofreció a ayudarme. De todas maneras, al aparecer iba perdiendo cuando Nikki nos llama a la mesa. Paddy ordena las cartas, Tom toma mi mano entre las suyas y me mira sonriente.
-¿Lista?-me pregunta. Asiento con la cabeza mientras sonrió.
-Lista.
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