Aceptación
-¿Estas bien?-pregunta Martin. Me giro y lo veo apoyado en el marco de la puerta de mi pieza.
-Tintin ¿Qué haces acá?-le pregunto. Me siento en mi cama, bueno en lo que queda de mi cama.
-Ah tu madre me llamo, cree que estás loca-me dice. Me río.
-¿Por qué cree eso?-le pregunto sacudiendo al cabeza.
-Ah porque estas ordenando tu habitación-me dice y mira alrededor.
He dado vuelta completamente mi habitación, limpie minuciosamente y luego me dedique a ordenar mi ropa. Fue ahí cuando el desastre comenzó porque he decidido deshacerme de muchísima ropa y comprar alguna ropa nueva. Pero aún estoy clasificando lo que donare, lo que me quedo y lo que está demasiado gastado como para donar. Martin y mi madre tienen un poco de razón, hace años que no hago esto. Pero sentí que, si no podía hacer nada con respecto a la situación en la que Tom y yo estamos, si puedo hacer algo con la situación aquí, y partí por mi habitación.
-Hay que cambiar de vez en cuando-digo encogiéndome de hombros.- ¿Puedes pasarme esa caja por favor?
-Toma-me dice Martin, pasándomela, y comienzo a echar la ropa que donare.- ¿Necesitas ayuda?
-Si quieres puedes doblar esta ropa y echarla en la caja-le digo, y se acerca a ayudarme.
-Así que... ¿todo bien?-me pregunta.
La conversación de ayer termino por dejarme exhausta, así que me di una última noche de autocompasión, vi Titanic por milésima vez para llorar, y después dormí. Hoy amanecí decidida, siento que ha sido una especie de terapia de shock esta última semana.
-No, no está todo bien-le digo negando con la cabeza. Siento sus ojos fijos en mí, pero no lo miro y me concentro en doblar la blusa que tengo entre mis manos.- Pero no puedo hacer nada al respecto, así que no me destruiré mi cabeza antes de tiempo.
-Me parece... sano-me dice. Lo miro y le sonrió.- ¿Has hablado con Tom?
-Anoche solo pudimos hablar por teléfono, estaba cansado, pero al parecer finalmente termino las grabaciones, ahora solo queda esperar a año nuevo.
-Zendaya me ha preguntado cómo has estado-me dice como si no quiere la cosa. Suspiro, he sido una mierda con Zendaya.
-Hoy hablare con ella, tan pronto como termine esto y el otro asuntillo pendiente.
-¿Qué otro asunto pendiente tienes?-me pregunta. Me muerdo el labio, esto no le va a gustar.
-He decidido que iré a hablar con Claudio, para que de una vez por todas me deje en paz.
-¿Que tú qué?-me dice con asombro, pero su expresión rápidamente pasa de la sorpresa al enojo.
-Cálmate.
-¿Vas a hablar con ese imbécil, con ese... ser, repugnante y baboso y...?
-Si-le digo cortante. No me hará cambiar de opinión.
-¿Por qué?
-Porque no quiero tener que soportar su cara triste cuando nos vemos en el hospital, ni su cara de súplica. Me tiene aburrida. El otro día estuve a punto de enterrarle una vía venosa en el cuello-le digo sacudiendo al cabeza.
-Eso hubiese sido divertido-dice Martin. Lo miro, y se encoge de hombros.- ¿Por qué querías hacerlo?
-Porque el muy idiota empezó a molestarme cuando estaba ocupada con un paciente. Y mi profesora estaba al lado. Use toda mi fuerza de voluntad para no decirle unas ciertas verdades-le digo mientras doblo con fuerza unos pantalones de mezclilla color caqui.
-Que imbécil-me dice Martin.
-Debería cambiarse su apellido, en vez de Claudio Zambrano a Claudio Marrano-digo, y los dos nos reímos a carcajadas.- Soy una genio.
-Sí, claro, una genio loca-me dice, le voy a discutir pero el con su dedo me muestra mi habitación. Un desastre.
-Prométeme que no te bajaras-le digo a Martin, me ha venido a dejar frente a la casa de Claudio, y quiere esperarme.
-Si veo que se te acerca mucho lo hare-me dice, ruedo los ojos.
-Me conformo con eso-le digo, me bajo del auto.
Toco el timbre de su casa y espero afuera. Solo quiero que salga el, si sale su madre o su hermana, creo que saldré corriendo. Para mi suerte, al cabo de un minuto la puerta se abre y es él. Al ver que soy yo abre mucho los ojos sorprendido y sonríe de lado, una sonrisa coqueta. Me cruzo de brazos, no quiero dar las señales equivocadas. Su sonrisa se desvanece un poco, pero sale de su casa y cierra la puerta. Se acerca a mí pero mantiene una distancia razonable.
-Hola-me dice y vuelve a sonreír aunque ya no es coqueta.
-Hola-le digo secamente.
-¿Cómo has estado-pregunta.
-Mira, no vine a conversar de la vida-le digo.
-Siempre tan simpática-me dice frunciendo el ceño. Ruedo los ojos.
-Vine porque quiero que dejes de molestarme de una vez por todas.
-¿O si no que? ¿Tu novio el gringo vendrá a golpearme?-me pregunta. Me quedo pasmada, y sé que la expresión "ruda" que tenía en mi cara se desvanece porque noto que él sonríe con suficiencia. Rápidamente me recompongo.
-No necesito que nadie me defienda-le aclaro.- O dejas de molestarme por las buenas, o lo harás por las malas.
-¿Entonces es tu novio?-me pregunta levantando las cejas y se cruza de brazos.
-Eso a ti no te incumbe-le digo cortante.- No vuelvas a hablarme, jamás. Lo que hiciste en el hospital fue cruzar una línea y la próxima vez que pase...
-¿Qué?-me interrumpe y da un paso hacia mí. Frunzo aún más el ceño, ahora realmente estoy enojada.
-Te denuncio-le digo.
-La policía no va a tomar en cuenta si solamente te hablo y me ignoras-me dice y sonríe con sorna.
-¿Quién dijo algo de la policía?-le pregunto ladeando la cabeza. Su expresión me dice que no entiende a que me refiero, y ahora yo sonrió con suficiencia.- Las políticas de la universidad me permiten denunciarte e incluso me pueden ayudar legalmente a tener una orden de restricción en tu contra. Podría implicarse incluso tu matricula. ¿Entiendes?
Sonrió triunfante, sus brazos se han soltado y cuelgan a su lado. Su expresión, es inexplicable. Pero sé que no esperaba nada de lo que le acabo de decir. Si juegas con fuego, te quemas, y él está a punto de arder.
-¿Te queda todo claro?-le pregunto aun triunfante. Da dos pasos más hacia mí y yo me alejo, pero él agarra mi brazo con más fuerza de la necesaria.
-Tú y yo, tenemos algo, no puedes negarlo-me dice.
Sé que Martin está por venir a golpearlo. Aprieto los dientes preparándome para golpearlo si es necesario. Jalo mi brazo pero él no me suelta. Estoy preparada para pelear. Lo que no me espero, es que él acerca su cara a la mía, e intenta besarme, pero antes de que pueda acercarse más, como un reflejo, le doy un rodillazo en la entrepierna. Cae de rodillas al suelo gritando de dolor y tocándose la entrepierna. Martin llega a mi lado y me toca el hombro.
-¿Estas bien?-me pregunta. Asiento con la cabeza. Comienzo a temblar, la adrenalina ha hecho su efecto y ahora comienza a desaparecer mi parte valiente.
-Maldita-me dice Claudio mientras se levanta de a poco, respirando forzadamente.
-No volveré a repetírtelo, por las buenas o por las malas-le digo con la poca valentía que me queda, y me doy vuelta para irme. Jalo a Martin de la mano y nos apresuramos a su auto.
-Eso fue épico-me dice Martin una vez dentro del auto. Y comienza a reír. Rio por lo bajo y sacudo la cabeza.
-No sé de dónde ha salido, pero ¿te diste cuenta que el imbécil quería besarme?-le pregunto y el asiente con la cabeza. Suspiro audiblemente, no podía creer en que cabeza podía caber una idea tan estúpida como esa.
-Creo que jamás me había sentido más orgulloso de ti-me dice y yo me rio.
-Qué bueno saberlo. Entrar a la escuela de enfermería, nada del otro mundo, pegarle a un idiota en los huevos, eso sí es digno de contar-le digo y nos reímos.
-Lamento haber sido una estúpida todo este tiempo, en serio. Yo... me ha costado ver todo este alboroto entre Tom y tú, creo que me sentía celosa y no quería que me vieras así, porque no tienes la culpa. Tu solo estas intentando ayudarnos, y te lo agradezco mucho ¿me perdonas?-le pregunto a Zendaya. Estamos por video llamada.
-No hay nada que perdonar-me dice y me sonríe cálidamente. Dios, esta chica es un amor.
-¿De verdad?-le pregunto.
-De verdad, te lo juro-me dice, y le sonrió.- Cuéntame, como has estado. Martin me mandó un mensaje de que le has pegado a alguien. ¿Puedes explicarme? Él estaba como loco, eufórico. ¿Cómo puede alegrarse de que golpees a alguien?-me rio, ruedo los ojos y la miro sintiéndome algo avergonzada.
-Normalmente no soy así, pero el idiota de mi ex novio no me ha dejado en paz-le digo.- Ha intentado besarme.
-¡Qué asco!-me dice, y nos reímos.- ¿Le has dicho a Tom?
-Oh no, creo que él tiene demasiadas cosas en la cabeza como para preocuparse de un ser tan insignificante como mi ex novio. Supongo que se lo contare cuando nos veamos, no quiero que la pase mal mientras estamos lejos.
-Mmm-dice ella, asintiendo.- Tienes razón. Pero dime, como ha estado la escuela.
-Muy aburrida- el digo, y suelto un bufido.- Siento que... nada es como antes. Y es tan extraño. No puedo decírselo a nadie más porque bueno, Tom está muy ocupado, y Martin no me entendería, pero es como si otra yo hubiese salido de Los Angeles.
-O quizás siempre fuiste ella, y simplemente estaba oculta dentro de ti.
-Puede ser-le digo y frunzo el ceño.- Es como si todo fuera tan... monótono. Y me cuesta creer que dos semanas han revuelto completamente mi mundo.
-Es algo difícil. Yo sentí algo parecido cuando comencé a actuar y la gente me reconoció. Al principio creía que nunca podría tener tal personalidad de mostrarme vulnerable frente a millones, mientras uno actúa. Pero es impresionante como uno pasa sobre los obstáculos de la vida-me dice. nos miramos un ato en silencio y luego nos reímos.- Creo que nos fuimos un poco profundas.
-¿Un poco?-le digo, y nos reímos.- Creo que jamás había hablado así con andie.
-Pero para eso estoy yo, para que me cuentes que pajaritos rondan por tu cabeza-me dice, y le sonrió.
-¿Cualquier pajarito?-le pregunto ahora dudosa.
-Cualquiera-me dice. Me muerdo el labio.
-Necesito tu consejo-le digo.
-Claro, ¿en qué te puedo ayudar?-me pregunta.
-¿Qué pasaría si... Tom y yo hacemos público lo que sea que tengamos?
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Hoy he estado inspirada jaja. Bueno, igual que anteriormente, si tienen preguntas háganlas y las responderé en el siguiente capitulo, las leo!
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