No se había dado la alerta del gran mal augurio,

una lucha donde una rosa fue su más letal víctima,

vestida de sangre azul y miles de súplicas de mercurio.

La belleza de la rosa fue arrancada y cortantemente se espinó a sí misma,

como albatros prisioneros la maldita soledad invadió la misma ayer,

de lagos de grises lágrimas el sonar de la campana la viejita vio tejer.

¡Porque de un clamor las emociones diamantes rotos son!

Donde en verdad la misma vida rompió las pasadas fotos,

de un mísero amor esta fue derrotada, para desgastarse como el jabón.

Que de un clavel el agua pura de una semblante niña germinó,

las doradas estrellas ella misma tomó y terminó su plantante mitad,

lúcida espera aguardó bajo la lluvia de la libertad eterna en dificultad.

A favor las flores hablaron, de esa jubilosa herida de sal,

el pueblo mismo decapitó la esperanza de cal en la fabulosa alameda,

tal cual y abejas el dilema fue endulzado y la muerte baja cuando pueda.

Degollante resultó ser el amor de dos criaturas,

una inocente y pura como el cielo y la otra malvada tal cual y la soltería,

de puridad se reflejó la primera, y desconfiada acabó la cacería amorosa.

No se puede afirmar una afirmación afirmante de formalidad,

dulce y niña rosada de la madre tierra dura rosa carmesí,

porque con un sí Julieta conoció la muerte y Romeo la tristeza infernal.

¿Qué se puede esperar de una libertad corrompida como hierro oxidado?

De una sensación falsa de seguridad olvidada no logró ver ni escuchar,

cuando deseaba ser por fin dotada y a la muerte conocer descalza.

Piezas de dolor y llagas de fuego la piel fue arrebatada del cordero azul,

tal cual tul de maltratada y verdadero juego de azar nocturno,

las huellas ella misma borró de tantos sonidos de guerra en turno.

Porque puedo volar en las nubes y correr tras los arbustos de remiendos,

fragmentados de recuerdos los sustos fueron nombrados helados,

como guerrero se quiere pelear y como princesa se termina obedeciendo.

De tanta alegoría la vida se liberaría de las cadenas ruines del pasado,

de esas que pesan más que las pesadillas o los pecados más mortales,

donde la Aurora vuelve a ser la hecha de cristales.

¡Qué tristeza saber de dolor y no ayudar a nadie más!

Risas de duendes la perfecta señorita de sociedad termina por escuchar,

del pomodoro esta se transforma en manzana encantada que acusar.

Tan frío como el cementerio ruin terminó la alegría de aquella indefensa niña,

tal y como si el mundo se viniera abajo en su propia defensa de misterio,

la noche tan oscura resurgió de la era prehistórica monstruosa.

Una bestia tal cual él se convirtió, rodeado de espinas y dolor a cuestas del ratón,

donde su madre la rata reinó y controló su vida terminal de odio,

donde dio la vida por él y hoy no fijó atención alguna en marca a su dolor.

¿En verdad se puede ser libre de todo en la vida diaria?

Porque de cantos se adornó ésta y acabó en la primaria de acebos.

lustrada de fantasía y fanatismo nupcial sopló ésta misma campanilla.

Azúcar el caballero plantó en su vida de única reina,

y su confianza se llevó, cortándola como al hilo en teatro vitral,

de una vital armonía su vagaría al hospital mandaría.

No se puede negar lo que ya existe,

la naturaleza odia la hipocresía humana,

plagada de frenesís en sostén ahogada.

El cuerpo ella deseó mostrar abiertamente destacada,

resultando abusada y criticada socialmente señalada como a Eva,

del mismo Edén se trasladó sin vergüenza como cualquiera en una cueva.

Sin embargo la paz y la quisquillosa niña terminaron en una mujer de construcción,

defendiendo su misma rancia pena en la absurda destrucción de una dura lección,

en plena calle bajo las manos del sol ellas vieron su lealtad y como brujas fueron señaladas.

Veneno para hadas la misma sociedad les ofreció, en charolas de plata su moralidad bajó,

después de un hombre demonio ser alimento de su egocentría absoluta,

Francisco fue su nombre, su malnacido don de secuestrar a la injusta Lucía.

Francisco se marchó por fin, no obstante se llevó todo aquello bonito,

toda mísera esperanza o ligera ingenuidad del ello cantante mental,

porque con el mantel sobre la mesa de la frialdad acabó su deslumbrante ser.

Seca terminó la rosa azul dorada de amor,

esperando por ese cambio que jamás llegó,

acabando por sepultar la misma que cegó de miseria.

Ahogada en su propio dolor ella tuvo que ser abogada,

sintiendo a cada segundo su propia oscuridad a cuestas,

como se acuesta bajo la luna plateada de injusticia y liberastas fieles.

Con cuchillos y palos al ella morir todos aprendieron cómo llorar,

pues su más hermosa y solicitada flor murió de tanto poder orar,

creyéndola fiel y absoluta refinada mujer sumisa cual en piel de lobo fue criada.

Francisco negó su aliada olimpiada Ilíada,

porque los demonios no pueden sentir nada real,

acabando terminando bajo su propia tumba irreal.

Aquella princesa modesta de frágiles pilares de confianza dio muerte hoy,

a una sin igual señorita de sociedad llamada Joy que lloró sangre masacrada después,

su descenso plantó la jícara de la máscara hecha de vinagre falsa tal cual oyó.

Una mártir rosa dorada vio llorar la vida entera,

sin si quiera hacer nada por ella hasta ahora se entera de todo,

malvado ser la misma reconoció soltera en el lodo de las mentiras.

Donde en una pesadilla disfrazada de sueño fértil la sociedad lanzaba un no,

cruelmente tal cual hermano patrio reenviado, remeciendo la palabra de formalidad,

plateado ser de amor angelical que de la normalidad resurgió en plena oscuridad.

En rima hoy se relata esta historia de pena no reconocida,

porque del libre albedrío se conocía a la viuda libre blanca,

fragmentando la vida en los dos colores del nunca jamás.

Tan cual negra es la mancha que por la ventana se asoma de noche,

aquella indefensa niña rosa perfecta lucha después de todo en su reproche,

plantando la futura ilusión dorada de un sí a donde quiera que vaya desde hoy.

lauraInes1014