El maldito libro

Muy buenas, heee, el tiempo en el que estés, mi nombre es Edgar, solía ser bibliotecario, no era mal trabajo hasta que conocí a Jennifer, por esa chica hice todo y todo lo perdí, comencemos por el principio, baga la redundancia.

Era en invierno del 2009, el frío era insoportable, yo me refugiaba en la biblioteca, no quería irme, les a pasado que se pican con una historia, pues eso me pasó, era El color que vino del espacio del escritor H. P. Lovecraft, era interesante cuando una voz llamo, y ahí la vi. Una piel tan blanca como la nieve, un cabello castaño y una figura esbelta.

- Disculpe, está abierto-

- Si, que necesitas-

- Un libro de poesía, y un café para calentarme, además de pasar claro-

- Adelante, la poesía está en la sección E3-

- Gracias-

Esa chica se venía tan hermosa y tan inocente, en cuanto su café estuvo listo se lo lleve.

Cuando la busque la encontré colgada con un libro entre las piernas, se resbaló y callo sobre el café, segundos después callo sobre mi junto con varios libros más, se levanto, me pidió disculpas y se fue. Mientras limpiaba note un libro muy grueso, la portada era gruesa y de piel, seguro que esto era de hace siglos, me pareció interesante y me lo lleve a casa.

Ya en mi casa me dispuse a leerlo. Cuando lo abrí, un escalofrío recorrió mi cuerpo, raro, pero no le tome importancia así que comenzó a leer. Imágenes de pesadilla y símbolos extraños, yo no podía concebir tales cosas y al ver una imagen de una criatura sacando la lengua me desmayé. Entonces comenzó la pesadilla.

Estaba en un cuarto oscuro, todo parecía haberse quemado, camine varios metros hasta una puerta de dónde salía un brillo morado, era una fiesta, gente saltando mientras música electrónica reventaba el edificio, y en un trono egipcio un hombre de traje negro con una imagen de Horus y Anubis en el descansabrazos, en su mano sostenía un cráneo y en la otra un ank, el me pidió que me acercara, me acerqué y me sentó en el trono, cuando me di cuenta dos panteras negras me mantenían como rehén. Entonces comenzó a caer, caí en el mismo cuarto. Me levante ante el sonido de un violín. Abrí la puerta y el vacío, figuras sin forma tocaban instrumentos parecidos a flautas muy curveadas, pero entre todos se distinguía a una figura diferente, un esqueleto con el rostro triste y cansado, entonces mis oídos explotaron por un sonido parecido a un rugido, y desperté.

Estaba sudando, ya era tarde, me regañarían y me quitarían un día de sueldo y eso no le conviene a un joven de 20 años, seguiré leyendo esto, me da curiosidad.

Aquí está el primer capítulo, díganme si les gustó y gracias por leer.

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