Capítulo 27: "La cruda verdad"

Hanny bajó del avión, aun preocupada, esperando que los chicos estuvieran bien. Ya había anochecido y al estar en el aeropuerto se sintió extraña.

No perdió tiempo y se dirigió a la salida se alegró de ver a Ethan esperándola. Su corazón saltó de emoción. Ambos se vieron y este le dio una amplia sonrisa, ella corrió al lado de él y se colgó en su cuello. Él la recibió y la abrazó fuertemente dando vueltas.

—No sabes cuánto te extrañé—dijo emocionada.

—Yo igual—se separó de ella y la miró de pies a cabeza—. Siento que han pasado años desde que te vi, estás más bonita.

—Es sorprendente. Vivamos estos días como si fueran las vacaciones más largas de nuestras vidas.

Él asintió y la volvió a abrazar.

— ¿Viniste solo? ¿Dónde está Mary? —Ethan se tensó por completo.

Un silencio incómodo entre los dos se formó. Ethan no quería hablar de ella, pero necesita sacarse toda esa pena, rabia y confusión que tenía, ¿y qué mejor que con Hanny? La miró y negó con la cabeza, estaba desanimado. Una sensación extraña pasó por el cuerpo de la chica, algo iba mal, pero muy mal.

—Te cuento en el camino—ella asintió.

Ethan agarró la mochila de Hanny y ambos se dirigieron a su automóvil. Cuando iban rumbo a su casa Ethan le contó todo, lo sucedido el viernes, lo de la primera vez con Mary y lo que pasó con su hermana y como le pidió dejarla en paz.

Hanny no lo podía creer, ¿en verdad Mary había sido tan dura con él? Se le hacía imposible, pero en estos días, ahora todo lo imposible era posible. Miró a su amigo y le dio una media sonrisa. Él se sentía engañado, y ella también lo estaba engañando, manteniendo guardado el secreto del padre de éste. Sintió lástima, si estaba así por Mary, ¿cómo se pondría al saber lo de su padre? O peor aún, si resulta que las sospechas de ellas fueran ciertas, ¿con Andrew? Él suspiró.

—Ethan...

—No me mires así, ya bastante lástima siento de mí mismo—aclaró un poco molesto. Hanny se enderezó en su asiento.

—¿Has intentado hablar con ella? No son nada, pero había una amistad de por medio, ¿cómo terminar con eso así como así?

—Lo sé, pero tengo miedo, me siento utilizado—explicó acomplejado. Hanny levantó una ceja confusa.

—¿Utilizado? —preguntó divertida. Él esbozó una sonrisa un poco avergonzado.

—Tuvimos sexo y prácticamente al tiempo después me tiró a la basura—Hanny rio.

—No quiero detalles, me hice una imagen mental de eso.

—Pervertida—rio con poco ánimo—. Eres mi amiga, deberías apoyarme.

—Siempre estaré de tu lado. Para animarte hagamos una pijamada, ¿qué te parece?

—¿Ahora? —preguntó ganándose un bufido de su amiga.

—No, el lunes, obvio que ahora—él esbozó una sonrisa coqueta.

— ¿Me ayudarás a pasar las penas? —Hanny comenzó a reír a carcajadas y negó con la cabeza.

—Más bien es una invitación a que te quedes conmigo todos estos días, no quiero estar sola en casa y menos de noche—aclaró divertida.

— ¿Así que me estás utilizando? Todas las mujeres son iguales—ambos comenzaron a reír. Hanny extrañaba esos momentos con su amigo, y él con ella. Se habían olvidado un poco lo bien que se sentía.

Llegaron a casa y al entrar en su habitación un sentimiento de nostalgia pasó por su corazón. Se fue por tan poco tiempo, pero como extrañaba su cama. Se tiró encima y Ethan hizo lo mismo. Ambos quedaron mirando al techo. Normalmente hubieran estado los tres, Hanny a un lado, Renee en medio y Ethan al otro costado. Él le tomó la mano a su amiga y suspiró. Las cosas habían cambiado para ambos radicalmente. Renee pasó como un huracán en sus vidas. Para Hanny uno que le ayudó a abrir los ojos, y pronto para Ethan también.

Él se dio la vuelta para mirarla a los ojos sin soltar su mano, ella hizo lo mismo. Ethan suspiró.

—Hace falta tenerla con nosotros—ella asintió, él corrió un mechón de pelo de Hanny y lo puso detrás de su oreja—. Aun muerta da problemas, no hemos descubierto nada. Perdón por no ayudarte tanto como quería.

Esas palabras fueron como dagas enterrándose en su corazón y conciencia. Debía buscar la oportunidad de hablar, pero ese no era el momento.

—Hicimos lo que pudimos, es mejor no seguir. Vivamos, vivamos lo que ella no podrá vivir—él asintió con media sonrisa.

—¿Qué haremos?—se levantó y buscó su celular algún panorama para esa noche. Hanny se sentó en la cama.

—¿Por qué no invitamos a Carl y Daniel? ¿Puedes creer que los extrañé? —bromeó, sabiendo que eso lo tomaría inadvertido. Ethan rio.

—Nueva York te enloqueció, estás loca. Solo a mi debiste extrañar, esos zánganos ni siquiera se acordaron de ti, no lo merecen.

—Llámalos, me iré a cambiar—ordenó, yendo a buscar su mochila.

Extrañaba Florida y su clima, al fin estaba en casa.

***

En Nueva York estaba empezando hacer frío, pero en Florida el calor aún se sentía. Se hizo una coleta y se puso algo de brillo en los labios. Bajó las escaleras y Ethan estaba esperándola en el living junto a Carl y Daniel, al verla corrieron a abrazarla.

—Es bueno verte—dijo Carl animado—. Pensamos que te había olvidado de nosotros.

—Hola Hanny, bienvenida.

—Gracias, espero que no se hayan divertido mucho en mi ausencia, quiero saber todo lo que ha pasado en la escuela.

Ni siquiera debió pedir eso, ya que los chicos lo primero que hicieron fue contarle los últimos chismes de sus compañeros, la mayoría se trataba de Stephanie, como siempre, la muchacha destacaba en todo lo que hacía. Hanny no pudo evitar reír cuando contaron como Mary y ella habían peleado, era mucho más entretenido escucharlo por ellos que por su amigo, que fue bastante mezquino con los detalles.

Pasaron así dos horas, solo hablando de todo lo que habían vivido, lo bueno. Después de todo ese tiempo Hanny comenzó a tener hambre, pero se dio cuenta que no tenía nada para comer. Los chicos decidieron pedir algo.

Hanny observó a Daniel de manera disimulada, ¿sería buen momento para hablar con él? Debía aprovechar que Ethan y Carl estaban ocupados eligiendo el menú. Se levantó del sofá y le pidió a Daniel que la ayudara en algo. Se dirigieron a la cocina y empezó a lavar los vasos mientras él los secaba.

—¿Cómo has estado? —comenzó tranquilamente.

—Muy bien. No creo que sea necesario preguntarte a ti como estás, te conseguiste un buen novio—dijo divertido, Hanny sonrió.

—Lo sé—lavó el ultimo vaso y se lo pasó—. Tengo una pregunta que hacerte, y quiero que seas honesto—Daniel se quedó quieto y rio nervioso.

—Me estás dando miedo, ¿debo correr? —Hanny negó con la cabeza, sacó su celular y le mostró la foto de él y Renee.

Daniel palideció, miró al living y tomó el celular, estaba evidentemente preocupado.

—¿Tú salías con Renee? —fue al grano.

—¿Qué? no, claro que no. ¿De dónde sacaste esa foto? —preguntó en voz baja, eso era extraño.

—Sabes algo, ¿verdad?, dímelo—le ordenó—. Dime el contexto de esta imagen y dame alguna razón para no ir con Ethan y contarle todo. Si tú no tenías una relación tal vez sepas quién sí.

—Ha-Hanny, lo siento. No puedo decir nada—le devolvió el teléfono.

—¿Cómo?

—Le hice una promesa a Renee, no la romperé—Hanny abrió la boca con sorpresa, ¿hablaba e serio?

—Renee ya murió, ¿qué importa?

—¿Qué importa? ¿En serio me dirás que tú romperías una promesa solo porque esa persona ya está muerta? Podré ser muchas cosas, pero soy de palabra—respondió serio, nunca antes había visto así de serio a Daniel.

El ambiente se había tensado, Hanny quería golpearlo, gritarle y exigirle la verdad, pero él mostraba determinación en su mirada, era obvio que no diría nada.

—¿Qué les pasa? —llegó preguntando Carl con una gran sonrisa, al sentir el ambiente tan raro, se preocupó.

—No es nada—respondió Daniel—¿verdad Hanny? —la miró en forma de advertencia.

¿Por qué tanto interés de ocultarlo? ¿Carl sabría algo? No perdía nada con preguntarle. Sin meditarlo mucho, le mostró la imagen. Daniel gruñó mientras Carl revisaba la fotografía, miró a su amigo y luego a Hanny, parecía sorprendido.

—¿Dónde sacaste esto? —estaba nervioso.

—Díganme que saben sobre Renee.

—Ay, Hanny, le prometimos no decir nada—aclaró Carl acongojado.

Se acercó un poco más a él.

—Carl, por favor. Necesito saberlo.

—Hanny no insistas—advirtió Daniel, pero ella no lo tomó en cuenta. Con la mirada rogaba una respuesta del chico, que no sabía qué hacer.

—Háganlo por mí, por el bebé de Renee, por Ethan.

—Espera, ¿Renee estaba embarazada? —miró a Daniel—¿Tú lo sabías? —Daniel asintió. Carl negó con la cabeza—Mierda, mierda. Te diré todo.

—Carl.

—¿Embarazada, hermano? Eso es otra cosa, pensé que se había suicidado porque había terminado con su novio—suspiró—. Un día saliendo tarde de la escuela sin querer vimos a Renee besando a un chico. Ella se dio cuenta así que nos pidió que no dijéramos nada. Cuando fue el funeral no lo vi, pensé que era porque no le interesaba, ¿qué se yo? Pero...esto me está superando.

—¿Quién era el chico?

—Hanny—rogó Daniel.

—Andrew, es Andrew—afirmó Hanny, ambos asintieron.

—Lo sabía—dijo algo aliviada, no eran imaginaciones suyas, Andrew Reeds era.

—¿No estás enojada? —preguntó Daniel preocupado. Ella les sonrió con tristeza.

—No, chicos, claro que no. No se hagan ideas raras, estuve investigando por mi cuenta, solo comprobé lo que ya sabía, de cierta forma no traicionaron a Renee, muchas gracias.

Los abrazó, ganándose un vistazo de extrañeza de su amigo al otro lado de la casa. Se sintió mal por él, debía buscar las palabras precisas para romper toda su vida.

—¿Embarazada? —le susurró Carl a Daniel, este le dio un golpe en el hombro para que recobrara el sentido a todo.

Tomaron los vasos y volvieron al living, dejándolos en la mesa de centro. Ethan les sonrió.

—¿Por qué tantos secretitos ustedes tres? —reclamó en broma, los tres rieron. Daniel se sentó a su lado.

—Estábamos hablando de tu miserable vida amorosa—informó—. Y de cómo te cambiaron por un viejo—se burló, Ethan puso los ojos en blanco.

—¿Viejo? Ethan no entró en tantos detalles, Daniel, ilústrame—pidió Hanny sentándose, Carl se sentó a su lado.

—El imbécil la va a buscar y dejar todos los días en una ruidosa motocicleta. Y la espera afuera del trabajo. A todo esto, trabajo que Ethan le consiguió—rio.

—Mira como me rio—se defendió con ironía, vio a su otro amigo que parecía ido—. ¿Carl está bien?

—¿Motocicleta? —desvió la atención Hanny, Daniel asintió—¿Saben cómo se llama el hombre?

—Creo que escuché a Stephanie hablando de eso—dijo Daniel—. ¿Kevin?

—¡¿Kevin?! —chilló Hanny, no podía ser, ¿sería el mismo Kevin de Nueva York?—¿Su motocicleta es roja? —los tres asintieron.

—¿Hanny? —la llamó Ethan, ella no lo tomó en cuenta.

Kevin le hacía los trabajos sucios a Hans Reeds, lo que significaba que Mary estaba en peligro. Su padre se queda sin trabajo y su hermana sufrió ese altercado, no era coincidencia, era Kevin. Tenía que hacer algo, ¿pero cómo?

—Quiero pizza, vamos por pizza—dijo sorprendiéndolos. Todos se miraron extrañados.

—No iremos donde Mary—advirtió Ethan.

—¡Quiero pizza! ¡Pizza! —tomó las llaves de su casa y abrió la puerta esperándolos—Vamos.

—Pero ya pedí...

—¡Cancélalo! ¡Quiero pizza!

Salió de su casa.

Esto ya había superado todos los límites.

***

Ethan condujo de mala gana al local, mientras recibía las burlas de Daniel, Carl se veía más recompuesto, así que se unió a las burlas. Una de las debilidades de Ethan era nunca negarse a nada que Hanny le pidiera.

Debió haberse negado, pero ella iba a insistir y esa pelea ya la tenía más que perdida.

Cuando llegaron al local donde Mary trabajaba, Hanny no pudo ocultar su sorpresa cuando vio a Kevin estacionado al otro lado de la calle. Ese maldito.

Ethan estacionó y Hanny se bajó de las primeras, viendo fijamente al hombre que la reconoció de inmediato, la saludó con una sonrisa. Le dio asco.

No esperó a sus amigos y entró a local, la primera persona que vio fue a Martin, lo saludó afectuosamente y preguntó por la chica. El hombre apuntó al final de las mesas, y allí la vio. Caminó hacia ella y la tomó de la mano, haciendo que dejara de sus deberes.

Mary estaba sorprendida y se dejó arrastrar por ella hacia los baños de damas. La obligó a entrar y cerró la puerta con cerradura, para que nadie las molestara.

—¿Ha-Hanny? ¿Cuándo llegaste? Que bien te ves—dijo mientras Hanny revisaba cada cubículo del baño, estaban solas.

—Me enteré que tienes un nuevo novio—fue directa. Se mostró molesta, eso intimidó a Mary.

—Ah, sí—respondió nerviosa. Empuñó sus manos y comenzó a temblar de frustración de no poder defenderse.

Hanny lo notó.

—Te ordenó que te alejaras de Ethan, ¿cierto? —Mary levantó la mirada, se le cristalizaron los ojos, ¿cómo era que Hanny lo sabía?—¿Qué te obligó a hacer? ¿Te amenazó?

Mary no pudo resistirlo más, y explotó en llanto. Hanny gruñó aguantando las ganas de llorar también. Maldito Hans Reeds, maldito Kevin.

—Lo siento—dijo exaltada. Hanny la abrazó con fuerza.

—No te preocupes, te ayudaré, no estás sola. Te prometo que buscaré la forma que toda esta mierda se termine.

—¿Có-cómo supiste? —preguntó separándose, tratando de limpiar sus lágrimas.

—Ya lo sabrás—la tomó por los hombros y suspiró—. Todo se acabará pronto, ten siempre la frente en alto porque esto no es tu culpa, ¿entendido? —Mary asintió—Lava tu cara y siéntete aliviada, Kevin no te molestará más.

Le dio un beso en la mejilla y salió de allí despidiéndose de Martin. Salió del local, ignorando a sus amigos, caminando hacia el hombre de la motocicleta hecha una furia.

—Aléjate de ella—le ordenó empujándolo, Kevin rio.

—Me gusta tu confianza.

—¡Llamaré a la policía! Mary es menor de edad y tú la estás acosando.

—No te atreverías a eso, mocosa. Solo hago mi trabajo, ¿estoy haciendo algo malo? No molestes. Es mejor que regreses con tu amiguito si no quieres problemas.

Hanny observó la moto de Kevin y en un momento de furia le da una patada botándola, eso ni él se lo esperaba. La miró con rabia, y sin que ella se diera cuenta, sacó un arma. La apuntó directo a la cara haciendo que Hanny se congelara. Ethan y los chicos se percataron de esto y cuando corrieron a su rescate, este también los apuntó. Le sonrió a Hanny satisfecho.

Su corazón estaba latiendo a mil por hora, solo ella podía meterse en un problema así.

—¿Me vas a disparar?

—Eso depende de ti—no podía creer que no le importara que le dispararan, estaba loca, no cabía duda de eso.

—Bien, hazlo, Reeds no te salvará—se acercó más a ella—. Sé que fuiste con Charles Cleveland. Sé que extorsionaste a Gael y le pediste dinero a Ethan, eso no lo pondrá feliz.

—Que estupideces dices.

—Tengo pruebas. Iré a la policía, haré una denuncia, no creo que tengas los papeles limpios, amigo. Baja esa arma, ahora—advirtió jadeando, mirando fijamente la pistola.

Kevin comenzó a reír incrédulo, pero para su sorpresa le hizo caso. Aun así no bajó la guardia.

—Le diré a Reeds que Gael fue donde su esposa, le mostraré las fotos—contraatacó.

—Que importa, ella no le creyó, de todas maneras te matará. Lo traicionaste yendo con la persona que más detesta en el mundo. ¿Querías traicionarlo? —Kevin chasqueó la lengua, era obvio que no respondería—No me interesa, de todas formas si Ethan le pide a su abuelo que le diga, se lo dirá y no quedarás bien con nadie, estás solo. Toma tu moto y vete, escóndete antes que te encuentren.

—Si caigo, no caeré solo—amenazó levantando nuevamente el arma.

Hanny se quedó inmóvil, pensando lo peor. Kevin recogió su motocicleta y la hizo andar, antes de partir le dio una última mirada a Hanny, sonrió.

—La última persona que se atrevió a desafiarme, terminó muerta, ¿quieres saber quién fue o ya dedujiste de quién hablo? —se burló. A Hanny se le detuvo el corazón, él se había encargado de Renee. Se les cristalizaron los ojos. Kevin emprendió marcha y se fue de allí dejándolos asustados.

Ethan corrió a su lado, la revisó de pies a cabeza para ver si se encontraba bien, pero al parecer no, estaba paralizada. La llamó varias veces, pero no respondía. Carl lo ayudaba mientras Daniel marcaba a la policía.

—Hanny, ¿qué mierda está pasando? —la obligó a mirarlo. Hanny respiró hondo, aún seguía con los ojos cristalizados y el corazón apretado.

—Debo contarte algo—dijo al borde de las lágrimas—. No es nada bueno—Ethan asintió—. Cuiden a Mary—se dirigió a sus amigos—, él puede volver, cuídenla.

—Sí, nos ocuparemos del resto, creo que ustedes deben hablar—respondió Carl, le indicó a Daniel con un gesto a que entraran al local. Los dejaron solos.

Ethan hizo que Hanny se subiera al auto, mientras que él también lo hizo. Esperó a que ella dijera algo, pero el silencio se había hecho muy largo, eso lo torturaba.

—Hanny...

—Ethan, te oculté muchas cosas. Descubrí lo que nos ocultaba Renee—dijo en un tono de voz calmo y cansado.

—¿Qué? ¿Por qué no me lo dijiste?

—Me amenazaron.

Ethan frunció el ceño.

—¿Gael Stevens?

Hanny negó con la cabeza.

—Hans Reeds—confesó. Ethan sonrió incrédulo.

—¿Po-por qué mi papá haría eso?

Después de mucho rato, Hanny logró mirarlo a los ojos y contarle todo. Todo eso que había ocultado por tanto tiempo, eso que le aprisionaba el pecho y la hacía sentir culpable cada vez que hablaba con él, cada vez que lo recordaba. Ethan estaba pasmado, eso la hizo llorar, pero aun así continuó. A Ethan se le cristalizaron los ojos, apretando el manubrio se controlaba para no correr y gritar.

—No Hanny, eso sí que es imposible, mi papá no—se quebró.

Quería abrazarlo, pero era obvio que no era el momento indicado para hacerlo, ella suspiró limpiando sus lágrimas y lamiendo sus labios resecos.

—En verdad me gustaría que las cosas hubieran sido distintas, menos turbulentas, lamentablemente no fue así. Sé que estás decepcionado y sé que es tu papá, pero necesito tu ayuda para detenerlo, si fue capaz de hacer lo que hizo sin sentir una pizca de culpa, nada nos asegurará que en el futuro no hará algo peor.

—Mamá querrá morir, Hanny. Depende mucho de él, ¿cómo le digo esto? —tocó su frente, respirando con dificultad—Mató a Renee, ¿te das cuenta? ¡La mató! Tiene encerrado a mi hermano, arriesgó la integridad de Mary y su familia, nos mintió en la cara. ¿Cómo puedo llamar a esa cosa padre?

Limpió sus lágrimas con brusquedad, pero seguían saliendo.

—Eso no va a cambiar—dijo tristemente la muchacha.

—¿Además tiene dos hijos más? No puedo creer que Gael sea mi hermano.

—Su vida no ha sido fácil, al parecer ser hijo de Reeds no lo es—Ethan asintió.

—He vivido con ese hombre toda mi vida sin imaginar lo que era capaz de hacer, en el fondo siempre quise su puta aprobación, me hizo sentir tan insuficiente, pero jamás pude decir algo porque pensaba que lo hacía por mi bien, para hacerme más hombre—rio con amargura—. Qué ejemplo de hombre. Debo hablar con mamá.

—No sé si sea buena idea, ¿recuerdas la foto de Gael saliendo de tu casa? Bueno, se encontró con tu mamá y le contó que era hijo de Reeds, no le creyó.

Esbozó una sonrisa irónica.

—Hanny, ahora entiendo todo, ahora sé porque mi mamá le permitió tanto a él. Estaba sometida, yo lo estaba, mi hermano lo estaba y no nos dimos cuenta. Debo separarla de él, sacarla de sus garras.

Se veía más calmado, eso hizo que ella también lo estuviera. Tomó su mano.

—Estoy de acuerdo, pero debemos buscar la forma.

—¿Se te ocurre algo?

—Tu abuelo.

Ethan puso los ojos en blanco y gruñó una sensación amarga pasó por su pecho.

—¿Pedir ayuda a ese viejo cretino? Las veces que lo vi siempre estaba enojado, y discutía con...papá—miró a Hanny, no podía creerlo, ¿cómo no se había dado cuenta que la mala imagen de su abuelo se la había creado su propio padre?—. Tienes razón, debemos hablar con él.

—Pero esta noche hay que descansar, mañana temprano buscamos su ayuda.

—Está bien, pero quiero que me cuentes todo, hasta los detalles innecesarios—miró hacia el local de pizza—. No sé si pueda mirarla a la cara.

—Todo saldrá bien.

En verdad lo creía así, ambos esperaban eso.

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